lunes, 30 de junio de 2008

No tengo edad

No tengo edad
para vestirme de novia
ni para descuidar el peso
ni la depilación.

Estoy, en cambio, en la edad adecuada para comprar bolsos caros,
pagar las copas,
portarme bien con las veinteañeras
y dar yogur a la boca, a cucharaditas,
a las amigas que sufren.


Tengo edad para escribir libros,
ser corta de vista,
querer a quienes me quieren
e insultar, rápido y fuerte,
a quienes me ofenden
,
abandonar a un amante joven y bello
y celebrar
por todo lo alto
muchos cumpleaños.


El color blue está dedicado a Agatha.


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jueves, 26 de junio de 2008

Lo predije


No os quejéis, que llevaba trece días sin escribir nada sobre Jonquet, así que he pensado que os voy a dar un poco la tabarra con lo último que ha publicado en Francia: la novelita salió en octubre de 2006, ya está también en bolsillo y se titula Ils sont votre épouvante et vous êtes leur crainte, palabras tomadas de Victor Hugo, a las que no he encontrado una traducción convincente.
El pobre libro llevaba largo tiempo en mi casa, esperando a que me librara de los alemanes y le hiciera un poco de caso. Yo me resistía, porque sé lo que sucede siempre: que cojo el libro, le echo un vistazo y ya me quedo atrapada y no lo puedo soltar. Y efectivamente, así ha sido, tal y como lo predije.

Pero también predije otra cosa. Predije aquí que Jonquet iba a escribir algo sobre lo que sucedió en las afueras de París después de que Zyed Banna, de 17 años, y Bouna Traore, de 15, murieran electrocutados cuando intentaban huir de la policía. Et voilà! Aquí está este librito, que empieza con un recorrido por Certigny, municipio de la periferia parisina que Julen ha encontrado en Google Maps, territorio de obrero para abajo, duro y gris como el hormigón de los bloques de pisos, con sus servicios públicos y sociales de presupuesto menguante, sus edificios feos e infinitamente tristes, sus grupos de muchachos que pasan el rato en la calle, mirando pasar los autos. Con la descripción de Certigny el condenao de Jonquet ya me ha robado el corazón.
Allá destinan a la protagonista, Anna, profesora recién licenciada, culta y políticamente comprometida. Pero hay otros personajes, de momento sin conexión con ella: un muchacho esquizofrénico de familia bien, otro muchacho prometedor de origen norteafricano, un funcionario empeñado en acabar con la criminalidad en los barrios pobres, varios políticos...
Como nos tiene acostumbrados, Jonquet reparte estopa por doquier: critica a los comunistas, a los conservadores, a los líderes de las comunidades musulmanas, a los de las comunidades judías, a los traficantes de drogas y seres humanos... Aquí no se libra ni alá.
Y esto no ha hecho más que empezar.


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martes, 24 de junio de 2008

Detectives impares


Vagar por Internet de página en página sin rumbo ni propósito definido no suele conducir a ninguna parte, pero a mí el otro día me condujo a un artículo que escribió Mark Lawson en The Guardian en junio de 2007, es decir, hace un añito.

El artículo trata de Michael Dibdin y su última novela (End Games) con el detective Aurelio Zen, que salió en 2007. Y cuando digo última, digo última de verdad, pues Dibdin murió poco antes de que el libro comenzara a circular, con sólo sesenta años.

Pero lo que me ha llamado la atención del artículo de Lawson es que dedica varios parrafitos al asunto de la soltería de los detectives de novela. Sí, amigas y amigos: la mayoría de nuestros protagonistas no tiene pareja duradera. Lawson se centra en los británicos y nombra a Dalgleish, Marple, Morse, Poirot, Rebus y al propio Zen, claro. Yo añado a Wallander (divorciado), Milhone (dos veces divorciada), Matt Scuder (divorciado) y a Siobhan Clark (soltera). Bevilacqua también está divorciado y Chamorro, soltera. Kamenskaya tiene novio bastante fijo.
Por otro lado, están casados Jaritos y Wexford. Y con relaciones fijas discontinuas tenemos a Carvalho, a Montalbano y a Mario Conde.

Si se animan ustedes a completar la lista, prometo recopilar todos los datos en un post.

Reparen, por favor, en el hecho de que no hay ni una detective casada ni con hijos, al menos protagonista, pues como secundaria tenemos a Ann-Britte Höglund, la compañera de Wallander, que, si no recuerdo mal, creo que acaba divorciándose de su casi siempre ausente esposo. Tampoco hay ningún homosexual, ni mujer ni hombre, aunque Poirot siempre me ha parecido más gay que una camiseta sin mangas con un bolso en bandolera.

Lawson habla de razones de mercado para explicar esta soltería generalizada. Dice que estas novelas están orientadas hacia un lector que consume a PD James y a Ruth Rendell y que es más bien decorous.

A mí se me ocurre otra razón, también comercial, pero distinta: que un flirteo, un rollito, un revolconcete ocasional siempre alegra y especia las tramas, siempre genera un buen hilo, más o menos secundario, para entrelazar con el argumento principal. Y este hecho en principio festivo y gozoso, se convertiría en algo grave y clandestino en el caso de un protagonista casado y, además, no haría mucha gracia a las lectoras, que hacemos cada vez más número que los lectores.

¿Y ustedes qué piensan?


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domingo, 22 de junio de 2008

Verano


Pulsas, palpas el cuerpo de la noche,
verano que te bañas en los ríos,
soplo en el que se ahogan las estrellas,
aliento de una boca,
de unos labios de tierra.

Tierra de labios, boca
donde un infierno agónico jadea,
labios en donde el cielo llueve
y el agua canta y nacen paraísos.

Se incendia el árbol de la noche
y sus astillas son estrellas,
son pupilas, son pájaros.
Fluyen ríos sonámbulos.
Lenguas de sal incandescente
contra una playa oscura.

Todo respira, vive, fluye:
la luz en su temblor,
el ojo en el espacio,
el corazón en su latido,
la noche en su infinito.

Un nacimiento oscuro, sin orillas,
nace en la noche de verano,
en tu pupila nace todo el
cielo.


Noche de verano, de Octavio Paz.
Por cortesía de mi amiga Nieves Lorenzo, a la que deseo toda la suerte de los planetas.
Y a ustedes, feliz verano.



© Photo: SOHO-Collaboration, ESA & NASA, zu finden bei The nine planets




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viernes, 20 de junio de 2008

Alacranes en su tinta y en bolsillo


Varias veces hemos hablado en este blog de Juan Bas. Hace más de un año os conté cómo transcurrió la charla que nos ofreció en Portugalete; luego os trasladé su agradecimiento por la atención que le dedicamos y también puse unas letritas cuando le concedieron el Premio Euskadi de Literatura por su novela Voracidad.

Ahora volvemos a tener noticias suyas, porque ha salido en bolsillo Alacranes en su tinta, quizás su novela más conocida. El señor Bas ha tenido la deferencia de dirigirse a esta humilde bloguera para anunciárselo, así que, como estoy vaga, os copio su mensaje sin más:

Acaba de editarse en la colección Zeta de Bolsillo de Ediciones B mi novela 'Alacranes en su tinta'.
Coincide esta nueva edición (las anteriores fueron de Destino -5 reediciones- y de Booket) con que la novela acaba de publicarse en Italia y Rusia (ya lo estaba en Francia -Série Noire de Gallimard- y Alemania).
Estoy muy contento y doy las gracias a todos los lectores por el poco habitual hecho en España de que un libro haya llegado a una edad de publicación de seis años y siga vivo.
Y que haya inspirado un restaurante en Bilbao: el estupendo EL MAPAMUNDI DE BILBAO. Lo cual es todo un honor.
Un abrazo.
Juan Bas

Es cierto eso que dice de que los libros suelen tener muy corta vida comercial. ¿Por qué perduran los que perduran? Ahí os dejo la pregunta, para que reflexionéis durante el fin de semana.

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miércoles, 18 de junio de 2008

F de fugitivo


Es la última letra del Alfabeto del Crimen que ha salido en bolsillo. Nos sirve de aperitivo, para ir haciendo boca, mientras esperamos a que salga en español T ist for Trespass, que ya está en la calle en Estados Unidos, y hacemos cábalas sobre el título: ¿qué tal "T de transgresión"? Gracias, Merriam Webster.

Sea cual sea el título, seguro que es magnífico, como lo son todas las traducciones de esta serie, especialmente las de Antonio-Prometeo Moya, que es quien firma la versión en español de "F de fugitivo".

¿Y qué sucede en esta F? Pues sucede que nuestra querida detective Kinsey Millhone tiene que abandonar temporalmente su idílica Santa Teresa e instalarse en Floral Beach, sólo unos kilometritos más allá, también en la costa del Pacífico. He cogido un mapa de California, he buscado Floral Beach y no lo he encontrado como tal, así que no sé si en realidad no existe o es un trasunto de una localidad existente, como Santa Teresa lo es de Santa Bárbara.

Exista o no, Grafton , que en abril pasado recibió el premio Cartier Diamond Dagger, nos hace un retrato del pueblecito que no puede ser más real. Da exactamente la impresión del típico pueblo-pequeño-infierno-grande-olla-a-presión donde todo se cocina en la misma salsa, donde todos envejecen juntos y continúan odiándose a través de las décadas. Eso sí, con una playa preciosa.

Sí existe, en cambio, porque lo he visto en el mapa, San Luis Obispo, donde está la cárcel que Kinsey visita en tantas novelas. Allí va a para el ex fugitivo del título, uno de esos semiimpostores que me fascinan: había huido, se había inventado una personalidad y un pasado diferentes, pero lo pillaron y ahora Kinsey tiene que sacarlo del agujero.

Bueno, espero haberos interesado un poco en la novelita. La leo por segunda vez, pero la disfruto como la primera. O más. Ya os contaré otras cosas cuando la acabe.


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lunes, 16 de junio de 2008

Rebus prejubilado


¡Qué mayores estamos todos! John Rebus, nuestro madero rockero favorito, se encuentra al borde de la jubilación. En la última novela que Rankin acaba de publicar en Gran Bretaña, ya lo tenemos, parece ser, en las clases pasivas. ¿Cómo será el mundo sin él? ¿Lo sucederá su compañera Siobhan Clarke, como al Wallander de Mankell lo sucede su hija?

Pero mientras llega esa última novela de las diecisiete que ha protagonizado Rebus (en español sólo hay ocho, según informa Helua), nos contentamos con Nombrar a los muertos, que se publicó en noviembre pasado. Sin ser especialista, ni mucho menos, en Rankin ni en Rebus, diría que esta novela tiene una estructura muy similar a la que leí a principios de año, En la oscuridad: empieza con varias muertes en apariencia inconexas que acaban enlazadas por retorcidos vericuetos.

Me gusta de esta novela la liazón con la actualidad, que Rebus y Clarke investiguen hechos imaginarios sumidos en lo que de verdad sucedió en julio de 2005: la reunión del G8 en Escocia y las bombas en el transporte público de Londres el día de San Fermín. Eso hace que al texto de la novela se unan nuestros propios recuerdos en una forma de interactividad muy productiva y muy creativa.

Siento muchísimo tener que decir que la traducción es bastante flojita. Por empezar por la portada: "La novela más excelente de Rankin." ¿Se puede ser más excelente o menos excelente en español? Y por citar otro ejemplo: hay un personaje que unas veces es "concejal" y otras, "consejero". Me veo, pues, obligada a hacer un llamamiento. Señoras y señores que cortan el bacalao en RBA: un tocho de novela así lleva su tiempo. Hagan el favor de dar un poco más de margen a los traductores, por el amor de Dios. Y pagarles algo más tampoco es tirar el dinero, sino mejorar enormemente el producto. He dicho.

Nada más. Espero leer vuestras opiniones, si la habéis leído, y otra cosa: ¿no se parece el tío de la portada un montón a Antonio Banderas? ¿O son imaginaciones mías?


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jueves, 12 de junio de 2008

Ad vitam aeternam (2)


Esta novela se parece un poco a Abierto hasta el amanecer, la peli de Robert Rodríguez. Empieza con los conocidos ambientes marginales de Jonquet, su crítica social, y poco a poco va tornando hacia lo fantástico, que queda perfectamente integrado en el relato.

Jonquet nos lleva otras veces a asilos, manicomios u hospitales especiales. Esta vez toca el rollo carcelario. Se descuelga con fríos y lacerantes datos sobre la población penitenciaria francesa y se fija especialmente, una vez más, en la fauna funcionaril. Su experiencia coincide con la mía al distinguir entre estos especímenes humanos a, uno, quienes se rompen la cornamenta por voluntad de servicio; dos, a quienes, mil veces rota, se lamen las heridas y repiten "nunca más" y, tres, a quienes, envilecidos desde no se sabe cuándo, esparcen bilis sobre las otras dos especies.

También hay un huequecito para dar caña a las clases altas, concretamente a quienes, bajo atuendos convencionales, tienen el cuerpo charcuteado de piercings, frecuentan sesiones de branding y meten un pie en el mundo sordidísimo de la prostitución "de lujo".

Y luego llega la muerte, que ocupa un buen puñado de párrafos, más o menos poéticos: la muerte es un doble descarnado de nosotros mismos, una nebulosa oscura replegada sobre sí misma, un agujero negro que estudia todas las formas de vida, una coleccionista de mariposas...

Hacia el final se juntan la crítica social y lo fantástico en los labios de un personaje irreal que hace negros augurios sobre el futuro del género humano:
Creo que veré cómo desaparece la humanidad; al menos en su forma actual. Con tanta manipulación sobre su descendencia, a ninguna mente lúcida le pueden caber dudas sobre el pronóstico. La humanidad ha programado cómo sobrepasar sus propios límites. Será dentro de algunas décadas; quizás menos, pues la aceleración es prodigiosa.

Como veis, es una novela en la que cabe de todo.


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miércoles, 11 de junio de 2008

Ad vitam aeternam (1)


En Ad vitam aeternam Thierry Jonquet se atreve con un género peligroso y poco cultivado, tan poco cultivado que quizás ni exista: el negro fantástico contemporáneo, con algunos toques góticos.

Así y todo, Ad vitam aeternam (en adelante, Ava, como uno de los personajes de la novela) se parece a otras novelas de Jonquet. Se parece a Tarántula en su componente de irrealidad, los escenarios fantasmagóricos y los personajes obsesionados con la venganza y con su dolor. Se parece a Mon vieux en el callejero preciso de París, ese recuento minucioso de calles y plazas que en Ava coincide con el de Moloch: los alrededores del canal Saint-Martin y el bassin de la Villette. Y se parece a Le Manoir des immortellles en el asunto central: la muerte y la inmortalidad.

Ava tiene, pues, mucho de Jonquet y mucho también de original: defiende la tesis de que la inmortalidad no merece la pena y en eso viene a coincidir con un bonito relato breve de Leonhard Thoma que se titula Als ich unsterblich war (Cuando fui inmortal). Fijaos en el parecido con el título de la traducción alemana de Ava: Die Unsterblichen, literalmente Los inmortales.

El protagonista del relato de Thoma es un hombre con la capacidad de decidir sobre su propia muerte, que desea por fin morir. Harto de vivir mil vidas, acaba encontrando la repetición insulsa, acaba anhelando el tiempo limitado, porque la fugacidad lo convierte en algo importante, crucial. Si no, todo es banal.

Y, para no hacer una entrada demasiado larga, voy a dejar lo que me queda por decir para un segundo capítulo. Hasta lueguito.


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lunes, 9 de junio de 2008

Unas fotitos de Madrid

La Feria del Libro por la mañana, con poca gente y buen tiempo. Así da gusto.

La cola para la firma de Ibáñez. Otro año será.









Don Eduardo Mendoza firmando ejemplares. Otros años no tenía cola; éste, sí. Se nota que tiene un libro recién publicado. Lo contrario sucedía con Antonio Gala, que otros años tiene muchísima parroquia y éste, no. ¿Queréis algún chascarrillo más de la feria? Preguntad.

La merluza que me comí, con higos, piñones y salsa al oporto. Lo verde no recuerdo qué era, pero estaba bueno. El bilbainismo me pierde.
Las torres de la plaza Castilla, indisolublemente unidas en mi cerebro a Álex de la Iglesia y "El día de la bestia". Álex también estaba en la feria del libro, firmando ejemplares del guión de "Los crímenes de Oxford".


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sábado, 7 de junio de 2008

¿Lo pillaré en alguna feria?


Con Jeffery Deaver, Lawrence Block, Harlan Ellison, Patricia Highsmith, Tony Hillerman, John D. MacDonald, Steve Martini, Robert Bernard, Robert Bloch, Max Allan Collins, Erle Stanley Gardner, Sharyn McCrumb, Sara Paretsky, Ruth Rendell, James M. Cain, Reginald Hill...
¿Se os ocurre algo mejor para leer en el veranito?
Y no me dan nada por la propaganda.


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jueves, 5 de junio de 2008

How many?



Nunca hubo un candidato negro a la presidencia de los Estados Unidos.


Nunca hubo una candidata, ni negra ni blanca, a la presidencia de los Estados Unidos.

¿Cuántas personas de raza negra viven en USA?

¿Cuántas mujeres?

La revolución era ella.


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martes, 3 de junio de 2008

La feria de las vanidades

Por aquel entonces no sabía yo quién era William M. Thackeray, el del retrato, ni falta que me hacía, pero ya disfrutaba con él y con su obra: ponían en Televisión Española, la única tele de mi infancia, en el espacio Novela, La feria de las vanidades, con Fiorella Faltoyano.

Era yo bastante niña y en los inviernos cantábricos, cuando a las seis de la tarde ya había caído la noche, Novela me alegraba la vida y me encaminaba, sin yo saberlo, hacia los clásicos de la literatura occidental. Ya tengo escrito por ahí, pero estoy dispuesta a repetirlo todas las veces que haga falta, que gracias a la tele me gusta la literatura; gracias, concretamente, a Estudio 1 y a Novela, que me pusieron sobre la pista de Brönte, Austen, Dostoievsky, Henry James, Dumas...

Muchos años después, hace relativamente poco, busqué el libro de Thackeray, lo conseguí, lo leí y lo disfruté enormemente, como siempre me sucede cuando regreso a los clásicos, porque allí está todo lo que perdura.

Esta introdución televisiva-novelera me sirve para decir que me voy a la Feria del Libro de Madrid, a la que yo llamo, con todo mi cariño, precisamente, con el título de este post, porque de verdad creo que tiene más que ver con la vanidad que con la literatura.

Así y todo, no suelo faltar, siempre me dejo caer por allí unos diítas, hojeo libros, compro algo, famoseo mucho y la suerte y la casualidad me han brindado la ocasión de charlar un ratito con Bryce Echenique y con Vargas Llosa, que es algo que una no hace todos los días.

Pero aún no he cumplido mi sueño: un tebeo de Mortadelo y Filemón dedicado por el propio Francisco Ibáñez. Para eso hay que hacer hasta horas de cola bajo ese sol mesetario que tan mal soportamos las norteñas y, créame, señor Ibáñez, yo lo idolatro, pero mi mitomanía tiene un límite.

Lo dicho: que me voy para allá y, entre eso y otros líos en los que me he metido, no prometo bloguear en los próximos días, porque puede que lo incumpla, aunque quizás caiga alguna crónica rosa chachi guachiflú.

Por cierto, ¿alguna o alguno de ustedes andará también por allí? Sería un placer.

Pero antes de eso, con menos vanidad y mejor hacer, tendremos a Fernando García Pañeda y a sus Tres Gymnopedias el jueves 5 de junio, a las 19:00, en la Feria del Libro de Bilbao, en El Arenal, concretamente en la caseta de La Librería de Deusto. Ahí también nos vemos y de eso también escribiremos algo. Anímense.


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