La parroquia de mi barrio, que no tiene entrada en la wikipedia, se llama parroquia del Buen Pastor; en vascuence, Artzain Ona y, en inglés, qué casualidad, como la película que acaba de estrenar por estos lares Robert de Niro: The good shepherd, un repasito a la historia de los EEUU y, por extensión, a la nuestra, de la Segunda Guerra Mundial a Bahía de Cochinos.
El primer dato llamativo del filme es que dura dos horas y cuarenta y siete minutos. Como dicen en Camera Café, eso no es una peli: es un secuestro exprés.
De Niro nos presenta en primicia a la célula madre de la CIA: una de esas sociedades secretas racistas, clasistas y sexistas donde sólo ingresan varones blancos de buena familia y exquisita formación y que, como rito de iniciación, obligan a los nuevos miembros a luchar desnudos en el barro. Oh my God!
Aquí ingresa el bueno de Wilson (Matt Damon), que acaba convirtiéndose en un espía de despacho. Advertencia al respecto: que no vaya a ver la peli nadie que espere acción o explosiones de coches.
Me molesta tener que decir que Damon hace bien de Wilson, pero así es, aunque no pone más que una cara en todo el metraje. Bueno, pone dos. Una al principio, cuando debuta como espía y se siente ridículo por tener que repetir contraseñas absurdas como "Quiero un traje con tres botones". Y otra cuando ya se consolida en el oficio: no expresa nada, mira para abajo y no sonríe jamás. Podría decirse que no actúa: sólo se deja llevar. Por ejemplo, no toma la iniciativa con ninguna mujer. Las tres que se liga le entran a él y no se resiste. Y tiene debilidad por las chicas con audífono. Toma fetichismo.
El guión, la puesta en escena y la banda sonora son como la cara de Damon: uniformes. Nada chirría; excepto en un par de escenitas violentas, no hay una voz más alta que otra.
El reparto es de lujo: Angelina Jolie en el insólito papel de ¡esposa desatendida! por un funcionario con dedicación exclusiva. William Hurt en el papel de funcionario corrupto. El inmenso John Turturro en el papel de funcionario torturador. Joe Pesci, encasillado en el papel de siempre y bordándolo, claro. Y Robert de Niro, como es el dire, se reserva el papel de dios; ya tenía ganas de interpretarlo después de haber sido satán en El corazón del ángel. Por cierto: excepto Jolie, que es una criatura, están todos muy mayores.
Los diálogos no son puro relleno. Hay frases jugosas sobre EEUU y su función en el mundo, que rezuman desencanto y cinismo. En cierta escena alguien le dice a Damon: Así que usted es de la CIA, esos que provocan las grandes guerras. Y Damon le contesta: No, nos aseguramos de que sean pequeñas.
¿Lo veis, gentes malpensadas? Como en la parroquia de mi barrio, en la CIA también trabajan por la paz.
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lunes, 16 de abril de 2007
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6 comentarios:
Con toda esta información ya estoy preparada para el viernes, que es el día que tengo pensado ir a verla (si no quedo pegada a la pantalla del ordenador toda la tarde).
Espero no habértela destripado. Ya me contarás qué te ha parecido.
Mu güeno el comentario, Noe.
Me gustaría verla. Pero no sé si va a ser.
P.S. Cómo curras, tía.
Eres muy amable, Fer.
No dejes de ir a verla en cuanto puedas.
Y tampoco curro tanto. Todo esto que escribo es copiado ;-)
Noemi... ya quiero que llegue esta cinta a Perú...
Óscar, en cuanto la veas, me dices qué te ha parecido, ¿vale?
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