viernes, 22 de enero de 2016

1087 Sunset Boulevard

¿Os suena esa dirección de Los Ángeles? Pues claro. Es donde vivía Norma Desmond, rodeada de normas desmond, podrida de dinero y al mismo tiempo entre las ruinas de su decadencia. 

En Zinéfilaz he dedicado un humilde homenaje a las Normas Desmond de este mundo, que no solo habitan mansiones en California, sino que habitan también entre nosotras, renegando del presente y ancladas por su rencor en un pasado supuestamente esplendoroso.

Yo he conocido a más de una. Y me he jurado a mí misma no ser nunca así. 

Fuera como fuese, en Zinéfilaz tenéis mi cariñoso homenaje a su crepúsculo y a sus dioses. Amén.

martes, 19 de enero de 2016

"Les Merveilles" en Calibre 38

Después de daros la tabarra con varios párrafos seleccionados, traducidos y adaptados de esta novela, remato con una reseña en Calibre 38.

Pasaos por allí a leerla, a ver qué os parece. 

Aprovecho para seguir dando la matraca: hay mucha buena novela francesa que no sé por qué demonios no está traducida al español.  

Nada más. Hasta prontito.

Claire Castillon:
Les Merveilles 
Grasset 2011


 



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sábado, 2 de enero de 2016

Aquellos perros de plástico en la parte de atrás de los coches

El deseo de los hombres no es nada malo ni complicado. Las señoras no deberían enfadarse porque sus maridos se vayan de putas; no pasa nada entre ellos y nosotras. Ni siquiera nos miran.

Un tipo acude a nosotras para que nos ocupemos de su deseo, como quien va al peluquero para que le corte las puntas.

Hay que entenderlo. Pocos hombres son capitanes de un navío verdiblanco, pocos son fuertes y elegantes; la mayoría son más bien torpes, pesados y tristes. En el burdel les damos un poco de alegría; les ayudamos a transformar el plomo en pluma. 

Frieda es muy buena en eso. Para cuando los acompaña a su cabina de masaje, ya han perdido la presión de los hombros.Se les nota que les cae un poco la cabeza, como a aquellos perros de plástico que se ponían en la parte de atrás de los coches, aunque intentan mantener algo de ironía en la mirada, algo de desprecio en las piernas arqueadas, y se esfuerzan por caminar como cowboys.

Una puta es una puta y una masajista es como una puta o peor, pero obra milagros en los hombres; los envuelve, hace que se apeen del caballo, los deja sin motivos para mirarla de arriba a abajo.

Claire Castillon:
Les Merveilles 
Grasset 2011

La traducción y la adaptación son mías.

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