viernes, 30 de abril de 2010

El cojo y el loco


Jaime Bayly: El cojo y el loco
Alfaguara, 2009

La crítica ha dicho de esta novela que es sórdida, convulsionada, machista, hiperbólica, áspera, desagradable, tremendista y tremenda, sombría, despiadada, corrosiva, cruel, abyecta, violenta, salvaje, maligna. A ver si consigo escribir algo sin repetir adjetivos.

La primera vez que puse en este blog algo sobre Jaime Bayly, aunque quise hacerme la chulita, daba, en realidad, explicaciones avergonzadas de por qué me gusta lo que escribe este hombre.

Y otra vez compruebo que ando de puntillas y digo "lo que escribe este hombre" y no "este hombre", porque Bayly, además de escritor, es un personaje excesivo que no a todo el mundo cae simpático y da mucho que hablar. Para que os hagáis una idea: lo último que he leído sobre él es que ha anunciado que será candidato a la presidencia del Perú y que el Departamento Administrativo de Seguridad de Colombia (Bayly vive ahora en Bogotá) alertó recientemente sobre un plan para asesinarlo. También me he enterado de que estuvo en Barcelona por San Jordi, pues apareció en el programa de Buenafuente.

Bayly siempre ha sido un escandaloso, una especie de escritor maldito que, sin embargo, ha tenido y tiene fans tan importantes como Vargas Llosa, Roberto Bolaño o Luis Antonio de Villena. A mí, después de leer "El cojo y el loco", me sigue gustando de él lo que me ha gustado siempre: su talento para la prosa cantarina, afilada, deslumbrante, para la oralidad y para el ritmo, que aquí se convierte en pura pirotecnia, y sus relatos pegados a su biografía.

Con todo, en "El loco y el cojo" aprecio dos cambios importantes: primero, que se trata de una narración mucho más desbocada y destartalada y, segundo, que no hay ningún alter ego evidente. Así lo dicen y lo repiten las críticas que han llegado a mis ojos, aunque no estoy yo muy segura de que el relato de dos jóvenes cachorros de la alta burguesía limeña despreciados por sus familias a cuenta de sus deficiencias físicas y psíquicas no tenga nada que ver con él y no cuente un poquitico de su propia vida.

Que yo sepa, nadie ha incluido nunca a Bayly entre los cultivadores del género negro, pero podría decirse que con esta novela pone un piececito en territorio noir, porque con varios asesinatos, violaciones, huidas de la justicia y ese recrearse en los bajos fondos, si no negro, sí que alcanza al menos un gris bastante oscuro.

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domingo, 25 de abril de 2010

La estrategia del agua

Aviso. Si no has leído la novela y no quieres saber cómo termina, no leas esto, pues la destripo un poco. Bueno, no, la destripo bastante.

El brigada Bevilacqua, que es el protagonista-narrador en primera persona de las novelas de la serie, empieza esta entrega ya quemao, porque un juez le ha hecho la pirula de soltar a un mafioso internacional tras el cual ha gastado años de trabajo. Con tal pretexto, se nos convierte en el típico chularras novelero de presunto verbo ácido; sólo que no siempre consigue el laconismo acertado, el sarcasmo ni la causticidad perfecta, y se queda en redicho (en vez de "mi casa", dice "mi morada"; en vez de "comida", "pitanza" y en otra ocasión dice "corramos un tupido velo") y huele, más que a los clásicos bocazas del género, a prosa jurídica de la pesada.

En toda la novela se lanzan pullas contra el sistema judicial español y  algunas muy graves, pero que muy graves, contra la ley española de violencia de género, aunque Silva se cubre doblemente las espaldas. Primero, tiene la prudencia de ponerlas en boca de mujeres, como también pone esos bonitos y tradicionales insultos (zorra, puta, guarra...) que vienen bien en cualquier contexto. Porque ya os habréis dado cuenta de que, si un hombre roba, es un chorizo; si una mujer roba, es una choriza y una puta. Y segundo, basa la peripecia en un caso real, realísimo, y lo mezcla con otros casitos reales de mujeres conocidas y poderosas metidas en asuntos turbios.

Me ha chocado que haya esparcida por la novela cierto tipo de caspa reaccionaria. Por ejemplo, cuando  deja caer que España es el paraíso de los delincuentes internacionales, sin aclarar si se refiere a bandas anónimas de países pobres o a traficantes de armas con nombres y apellidos a los que se les hace la ola en Marbella y se retratan en el ¡Hola!.

Silva nunca ha sido un hacha construyendo tramas, pero esta vez se le ve mucho el cartón. No hay intriga, sólo hay un relato lineal de pesquisas para atrapar a la súper zorra ya catalogada como tal desde la página tres. Yo avanzaba en la lectura esperando un giro o algo: que, de repente, todo diera la vuelta y el zorrón verbenero fuera una víctima o así, aunque tampoco eso habría sido un hallazgo narativo. Las investigaciones avanzan con una linealidad monótona y se rellenan a tramos con reflexiones sobre lo divino y lo humano. Bueno, al menos tengo que agradecerle a Silva que, cuando habla de la tele, tiene un punto original.

Lorenzo Silva: La estrategia del agua, Destino 2010

Actualización. Lorenzo Silva me contesta con elegancia.


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martes, 20 de abril de 2010

La depilación

No estoy sola en el mundo.

Hoy me he almorzado este titular:

Las estrellas de Hollywood, en contra de la depilación

 y en Feministing también se han dado cuenta de que hay que empezar tempranito: cuanto antes consigamos que las niñas se avergüencen de su pilosidad corporal, más recaudará la industria cosmética.
Con este simpático muñeco, las criaturitas aprenderán de manera fácil y divertida por dónde tienen que empezar a odiar su cuerpo y a machacarse la piel.
Ved aquí otros juguetes didácticos como el campo de concentración de Lego, la máquina de musculación para menores de 9 años o la tía de Ken con braga-faja. 


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sábado, 17 de abril de 2010

Shutter Island: ¿quieren que odie las islas?

Mi corazón isleño se ha llevado tres recientes disgustos: me persiguen las islas inquietantes, amenazantes e inhóspitas. Primero fue Hierro, luego El escritor y ahora, el colmo, Shutter Island, un peñasco donde nadie querría pasar las vacaciones, ni un maldito puente de tres días.

¿Por qué? Porque allí todo es excesivo desde el principio: la banda sonora machacona (si empiezas con el chon, chon, chon en el minuto uno, ¿qué dejas para las escenas clave?) y los primeros planos crispados, descompuestos y rotos del bello rostro de DiCaprio. O sea, que, si comienzas con el apocalipsis, ¿qué vas a poner luego?

Quero decir que Shutter Island comienza muy arriba, muy arriba y, claro, luego cuesta mantener la tensión. Se atenaza la trama mucho y hay que rellenar casi dos horas y media de metraje con pasillos oscuros y goteras (¡qué cansancio!), pesadillas (DiCaprio se despierta sobresaltado más veces que Allison Dubois) y escenas oníricas recargadas, aunque alguna es bien bonita; la de las cenizas voladoras, por ejemplo.

Las críticas hablan de "evolución", "experimentación", "viraje" de Scorsese hacia los infiernos psicológicos. En fin. Llamadme clásica y rancia, pero opino que los mejores frutos con DiCaprio los dio en Infiltrados y que esta Shutter Island es un pasito hacia atrás. Porque no resulta nada audaz el recurso facilón de la sorpresita final que reinterpreta un guión ya bastante embrollado y, basado, por cierto, en una novela de Dennis Lehane, autor también de la bostoniana Mystic River. Scorsese, y mirad que lo venero, se guarda demasiados ases en la manga, hace demasiadas trampas, demasiados trucos baratos, demasiados tópicos reunidos Geyper. Martin querido: eso vale para Shyamalan, pero no para ti.

Shutter Island, Martin Scorsese, USA, 2009. Interpretación: Leonardo DiCaprio (Teddy Daniels), Mark Ruffalo (Chuck Aule), Ben Kingsley (Dr. John Cawley), Michelle Williams (Dolores Chanal), Patricia Clarkson (Rachel), Max Von Sydow (Dr. Naehring), Jackie Earle Haley (George), Emily Mortimer (Rachel). Guión: Laeta Kalogridis; basado en la novela de Dennis Lehane. Producción: Mike Medavoy, Arnold W. Messer, Bradley J. Fischer y Martin Scorsese.

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martes, 13 de abril de 2010

El agua está buenísima

Ruth Rendell: The water's lovely, 2006
El agua está espléndida, 2010
Traducción de Montse Batista
Colección Plata Negra

No lo puedo evitar: si se me ocurre un título mejor (?) para una peli o un libro, lo rebautizo, sin más. Porque así diríamos, en mi pueblo al menos, The water's lovely: El agua está buenísima, y no está espléndida. Que está buenísima es lo que dice uno cuando se baña a gusto, sobre todo en la playa. Espléndida no es habitual ni coloquial, pero sí mucho más literario, claro.

En esta novelona Rendell hace dos cosas de las que hace bien siempre y otras dos nuevas y también buenas.

Como siempre, nos presenta un catálogo de especímenes, sobre todo femeninos, con un pie en la neurosis y otro en la presunta normalidad: la eterna enferma que acogota y chantajea a sus hijos con achaques reales o imaginarios; la afectivodependiente, subyugada por completo a un hombre que, claro, resulta ser un maltratador psicológico de los buenos, de los que trabajan despacio y a conciencia y siempre se salen con la suya; y ya tirando más hacia la psicopatía, la parásita que cree que todos se lo deben todo y tiene derecho a apropiarse de lo ajeno, por las buenas o por las malas.

Y a toda esta fauna apasionante, porque es tan vulgar y tan excéntrica como cualquiera, la coloca Rendell en una trama de arquitectura perfecta, donde todo encaja y desencaja a su debido tiempo y ritmo. Con los personajes se emplea a fondo, pero eso no le hace descuidar las tramas, como les sucede a otros autores del género, y eso yo lo valoro mucho, porque creo que es lo más difícil de lograr en narrativa y lo que servidora haría peor.

Las tramas de Rendell, por lo general, se tensan, se enredan, se convierten en trenes lanzados a toda velocidad que no tienen más remedio que chocar y liarla parda. En El agua está espléndida, como digo, hay una novedad: la trama se complica, y mucho, parece que camina hacia el desastre, pero no; se diría que la señora Rendell  nos quiere demostrar que, por muy malas que vengan dadas, por mucho que se nos estropee la existencia, siempre hay manera de que los nudos se suelten solos, o con una pequeña ayudita, los conflictos se disuelvan y se restablezca la calma, la armonía; en apariencia, al menos.

Otra novedad es el final: inesperado, en cierta manera coherente, agridulce y tremendamente inquietante.

Soy una loca fan de Rendell, pero demasiado vaga como para leerla en inglés y demasiado cabezacuadrada como para leerla en francés, así que otra vez tengo que suplicar a la industria editorial que me traduzca, por caridad, todas estas novelas que no están en castellano: The Rottweiler (2003), The Minotaur (2005), Thirteen Steps Down (2004), Portobello (2008), The Birthday Present (2008) y Tigerlily's Orchids (2010).

Les estaré, señoras y señores, eternamente agradecida.

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viernes, 9 de abril de 2010

El negro

negro, gra. (...) 17. m. Persona que trabaja anónimamente para lucimiento y provecho de otro, especialmente en trabajos literarios.

Así define la RAE negro y así deberían haber traducido el título original, The ghost writer, pero a alguien le debió de parecer políticamente incorrecto o que se refería a Obama o a Georgie Dann y decidieron dejarlo en un sobrio y enigmático El escritor.

Servidora de ustedes, que también se gana la vida como juntaletras, simpatiza inmediatamente con el escritor protagonista, el personaje de McGregor, un escritorcillo de segunda fila, en la plantilla B de una editorial, de esos que no firman nunca lo que publican. Resulta que al escribidor este le ofrecen un chollazo: redactar las memorias de un ex primer ministro, toda una aventura que él acepta con el inevitable cinismo de quien conoce los intestinos de la industria editorial. "Pero ¿quién lee las memorias de un político?", se pregunta al principio del film. Quien las encarga, responde Polanski.

 
La peli es lo que te esperas: un relato de intriga clásico clásico, con su mcguffin y todo, agradecibles toques de humor, algún flequecillo suelto en el guión, escenarios inquietantes (¡qué maravilla de playas y ciudades atlánticas, siempre llueve que te llueve!), espacios a la vez abiertos y cerrados (la isla y el ferry me han hecho pensar, cómo no, en Hierro; por cierto, ¿dónde está de verdad la isla en la que han rodado?, ¿puede ser la de Sylt?), interiores para imitar si vais a reformar la casa próximamente y secundarios de superlujo: Timothy Hutton, James Bellushi, Elli Wallach, Tom Wilkinson y mi querida Kim Cattrall, inolvidable y eterna Samantha Jones, de la que tanto hemos aprendido.

El escritor (The ghost writer, Francia, Alemania y Reino Unido, 2010)
Dirección: Roman Polanski. Interpretación: Ewan McGregor (escritor), Pierce Brosnan (Adam Lang), Kim Cattrall (Amelia Bly), Olivia Williams (Ruth Lang), James Belushi (John Maddox), Timothy Hutton (Sidney Kroll), Eli Wallach (anciano), Tom Wilkinson (Paul Emmett), Robert Pugh (Richard Rycart). Guión: Robert Harris y Roman Polanski; basado en la novela “El poder en la sombra”, de Robert Harris. Producción: Roman Polanski, Robert Benmussa y Alain Sarde.

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martes, 6 de abril de 2010

Castle

Siendo una como es aficionadilla a la novela criminal y adicta a la tele, por narices tenía que echar un ojo a la serie Castle, ya que el prota es un novelista que acompaña en sus investigaciones a una inspectora de policía en busca de inspiración literaria.

Desde el título se ve que Castle es hijo de House. O, al menos, pretende serlo, porque, aunque el escritor este es también un puñetero tocapelotas, no alcanza ni la suela de carbono de las zapatillas del cojo cabrón.

Como podréis suponer, entre el prota y la inspectora Becket se establece una tirantez sexual que tiene su gracia, como también la tiene que el machito de Richard Castle viva rodeado de hembras poderosas: además de la inspectora, están su ex esposa y las dos mujeres con las que convive, que son su hija adolescente (como Shark, otro descendiente de House) y su madre, una ex actriz de Broadway y hoy anciana sexualmente activa, interpretada por Susan Sullivan, que era Maggie Gioberti en Falcon Crest.

En la serie, Castle escribe una novela titulada Heat Wave, que fue publicada de verdad en septiembre del año pasado por la cadena ABC con Richard Castle como autor y llegó hasta el puesto 6 de los libros más vendidos en la lista del New York Times. Visto el éxito, prevén editar una secuela, Naked Heat, para otoño de este año.

En el primer capítulo de la primera temporada, según informa Javier,  Castle juega al póquer con Stephen J. Cannell y James Patterson, in person y as themselves. En AXN España ya han empezado a emitir la segunda temporada de Castle, en el primer episodio se resucita la partida de póquer y esta vez participa el mismísimo Michael Connelly, también as himself.


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domingo, 4 de abril de 2010

Antirrecogimiento semanasantero

Son lo contrario del viernes santo,
las cornetas, los tambores y los hábitos nazarenos.
Son el antídoto contra Álex Ubago
y las canciones de amor italianas.
Esas falsas guitarritas,
esas diademas
centelleantes,
esas borlas, 
ese atuendo de faraón locaza,
esas coreografías descuidadas,
de discoteca de barrio un viernes
a las seis de la mañana
(sé de lo que hablo),
me alegran indefectiblemente el día
(la vida entera, si me descuido),
y no se me quitan las ganas de bailar.

Earth, Wind and Fire: Boogie Wonderland




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