martes, 24 de junio de 2008

Detectives impares


Vagar por Internet de página en página sin rumbo ni propósito definido no suele conducir a ninguna parte, pero a mí el otro día me condujo a un artículo que escribió Mark Lawson en The Guardian en junio de 2007, es decir, hace un añito.

El artículo trata de Michael Dibdin y su última novela (End Games) con el detective Aurelio Zen, que salió en 2007. Y cuando digo última, digo última de verdad, pues Dibdin murió poco antes de que el libro comenzara a circular, con sólo sesenta años.

Pero lo que me ha llamado la atención del artículo de Lawson es que dedica varios parrafitos al asunto de la soltería de los detectives de novela. Sí, amigas y amigos: la mayoría de nuestros protagonistas no tiene pareja duradera. Lawson se centra en los británicos y nombra a Dalgleish, Marple, Morse, Poirot, Rebus y al propio Zen, claro. Yo añado a Wallander (divorciado), Milhone (dos veces divorciada), Matt Scuder (divorciado) y a Siobhan Clark (soltera). Bevilacqua también está divorciado y Chamorro, soltera. Kamenskaya tiene novio bastante fijo.
Por otro lado, están casados Jaritos y Wexford. Y con relaciones fijas discontinuas tenemos a Carvalho, a Montalbano y a Mario Conde.

Si se animan ustedes a completar la lista, prometo recopilar todos los datos en un post.

Reparen, por favor, en el hecho de que no hay ni una detective casada ni con hijos, al menos protagonista, pues como secundaria tenemos a Ann-Britte Höglund, la compañera de Wallander, que, si no recuerdo mal, creo que acaba divorciándose de su casi siempre ausente esposo. Tampoco hay ningún homosexual, ni mujer ni hombre, aunque Poirot siempre me ha parecido más gay que una camiseta sin mangas con un bolso en bandolera.

Lawson habla de razones de mercado para explicar esta soltería generalizada. Dice que estas novelas están orientadas hacia un lector que consume a PD James y a Ruth Rendell y que es más bien decorous.

A mí se me ocurre otra razón, también comercial, pero distinta: que un flirteo, un rollito, un revolconcete ocasional siempre alegra y especia las tramas, siempre genera un buen hilo, más o menos secundario, para entrelazar con el argumento principal. Y este hecho en principio festivo y gozoso, se convertiría en algo grave y clandestino en el caso de un protagonista casado y, además, no haría mucha gracia a las lectoras, que hacemos cada vez más número que los lectores.

¿Y ustedes qué piensan?


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25 comentarios:

Iñaki Murua dijo...

Jo Noe, he leído un poco de novela negra a lo largo de mi vida, pero nunca había pensado en ello. Y es que en muchos casos su vida sentimental es complicada. Prometo reflexionar ;-)

Benjuí dijo...

Yo lo tengo claro: los/as casados/as tienen obligaciones domésticas, horario de llegada a casa, no nos hacen soñar, no están al margen.
James Bond también está soltero: para una vez que se casó, mataron a su chica.
Es eso: el héroe no puede tener familia, es de una raza aparte.

(Aunque resultaría interesante que alguien con sentido del humor creara un personaje que desvelara misterios mientras lleva a los niños a las actividades extraescolares...)

Iñaki Murua dijo...

Otro del club de los felizmente casados (hasta lo que yo he leído al menos)además de buen gourmet: Guido Brunetti (personaje de Donna Leon

Noemí Pastor dijo...

Claro, Benjuí, por eso acaban divorciándose, porque no hay manera de hacer vida familiar. Y no estaría mal una detective que asistiera a cumpleaños infantiles, como hice yo ayer con mi sobri que hizo cuatro.
Gracias por el dato, Iñaki. De Brunetti sí se puede decir que está feliz casado, pero no de todos. De Jaritos, por ejemplo, no lo diría yo. Ahora mismo me he acordado de Warshawski, la de Paretsky, que está soltera, pero tiene un novio periodista que siempre está en Afganistán y demás sitios tranquilos.

Santy Trombone dijo...

Pues pienso que tienes mucha razón en todo lo que expones, y llego a la conclusión que:
1- la mayoría de los y las escritoras de este tipo de novela son bastante machistas y homófobos...
2- la mayoría de las lectoras (ya que según las estadísticas, son más)... también.

Alberto López Cordero dijo...

Bueno, James Bond(George Lazemby) se casó en "Al servicio secreto de su majestad", pero el matrimonio le duró más bien poquito. Desde entonces volvió a ser un codiciado soltero y ni Roger Moore, ni Sean Connery (de nuevo en 1983 en "Nunca digas nunca jamás") ni Timothy Dalton, ni Pierce Brosnan, ni por ahora Daniel Craig ha vuelto a pasar por la vicaría. Yo si fuera Pierce Brosnan me hubiese camelado para ellos a Sophie Marceau...

Anónimo dijo...

Vamos a meter caña: a a ver qué tendrá que ver que un protagonista de un libro no tenga pareja para que el escritor sea machista u homófobo...

Se me olvida usted de Holmes & Watson, así de los pocos que yo he reconocido. Holmes sí que era abiertamente misógino.

Mi teoría: no hay quien pueda aguantar a alguien que aunque sólo sea por deformación profesional te analice cuando llegas a casa después de currelar y de diga todo lo que has hecho, con quién has estado y si te has hurgado la nariz.

39escalones dijo...

Cierto, sucede lo mismo con cualquier tipo de héroe arquetípico, como en el western o los héroes de caballerías. De hecho sus historias suelen terminar cuando "sientan la cabeza" con la chica de turno, momento que suele coincidir con el final de la trama principal.
Creo que tiene que ver con el hecho de que se tratan de reflejar vidas que no sean comunes, cotidianas, sin horarios, sin obligaciones fijas, sin dependencias, sin que nos recuerden a nosotros mismos... ¿Cómo investigaría Marlowe si tuviera que ir a llevar y traer los niños del colegio, ir a casa de los suegros los domingos, cortar el césped, negociar la hipoteca? Es una vida a la que se le resta la rutina, la rutina de los héroes no vende.
Y totalmente de acuerdo en lo de Poirot. Me da a mí que a Hastings le deja llevarle el bastón de vez en cuando...

Lucía dijo...

Si todos fuesen tan formales como Brunetti el panorama de la novela negra sería bastante aburrido, y que conste que soy fan de Brunetti.
Más para la lista: si no me equivoco Méndez está soltero y ¿Petra Delicado también?
Stephanie Plum, de Janet Evanovich, tiene un par de pretendientes. ¿Has leído alguno de sus libros? Son muy divertidos.
Un abrazo.

Ricardo Bosque dijo...

Noemí, toma nota de un policía homosexual: el inspector Daquin, creación de la francesa Dominique Manotti (Sendero sombrío y ¡A la salida!). Ambas novelas muy recomendables, por cierto.

Julián Sick dijo...

El conocido detective Matlock ejercía sus pulsiones sexuales mediante la sublimación, a saber: por eso tocaba el banjo!!!
En unas cartas de Freud a Flies, se encontró un análisis de Matlock en el que refería que su obsesión por los trajes grises no era otra cosa que su incapacidad para procurarse pareja duradera!

CaTpRiNcE dijo...

Supongo que los que escritores prefieren centrarse mas en el tema de la novela, el suspense y el misterio, que en amores...

Un saludo!!!

Ricardo Bosque dijo...

Acabo de recordar (estoy leyendo la novela) a una detective italiana, casada, con hija y perro, ama de casa y profesora de literatura en un instituto e investigadora en sus ratos libres: se trata de Camilla Baudino, la protagonista de "La colaga tatuada", de Margherita Oggero, primera de una serie de novelas que acaba de publicar Roca Editorial.

De momento está muy bien, caústica y divertida, hará las delicias (seguro) de quienes se dedican a la enseñanza.

Apúntala para ese futuro post que prometes.

Anónimo dijo...

También Maigret está casado, claro que su mujer solo tiene protagonismo en la cocina. Pero sí, supongo que un detective o policía casado distrae la atención de lo que realmente importa en este tipo de novelas.

Noemí Pastor dijo...

Pues yo creo que una forma de obviar los asuntos amorosos, es casar al protagonista.
Tomo nota de los datos que aportáis. Va a salir un post divertido.

Anónimo dijo...

Noemí, recuerdo al abogado Guido Guerrieri, el prota, de las dos novelas q he leído de Gianrico Carofiglio, q por cierto me han gustado bastante, el cual después de un divorcio q le cuesta depresión, ya se ha emparejado con una vecina, aunque ella vive arriba, en el ático y él, uno o dos pisos por debajo, y está encantado con esa relación.. :-)

Julen Iturbe-Ormaetxe dijo...

Es que no son horarios. Largas jornadas de vigilancia en un coche frente a la casa del sospechoso destrozan cualquier relación. Digo yo, vamos.
Aunque, claro, cabe la posibilidad de que:
a) haga pareja con su perseguida/o
b) haga pareja con colegas de profesión
Pero, insisto, no es vida. No sé cómo está el convenio de detectives, pero tienen aplicada la flexibilidad laboral en el peor de los sentidos.

Agatha Blue* dijo...

Jopé Noemí, pues no se que decirte.

Es que sin algo de romanticismo, aunque sea un mini revolcón, creo que es mas que necesario para darle un toque a cualquier novela. Sea de lo que sea.

Y cuando digo sea de lo que sea, se lo que me digo, que mucho antes que se le encendiera la bombilla a Dan Brown y so Codigo da Vinci ( el cual aprovecho para decir, que soy la única en el mundo que no lo ha leído... al principio por tener en la fila de libros pendientes otros que me inspiraban mas, y luego por pura cabezonería... ) mucho antes, mucho, mucho antes... allá por EGB, en mi cabeza ya lié a Jesús con Maria Magdalena. Que si, que si.. que ahí había tema.

De lo cual me aleeeegro inmensamente, que soy cristiana, adoro a Jesus y me parecería fantástico que el hombre hubiera conocido el amor, el placer y cualquier otra cosa que pudiera sacarle sonrisa.

Noemí...

Me he vuelto a liar.

Y eso que solo venía a decirte que ayer ví SNY y me enantóoo!!

Fuí con mis amigas y reímos, lloramos, nos emocionamos y nos entró una ñoñería en plan:"Cuanto os quiero tiaaas" al salir del cine, que nos ha durado hasta final de mañana, enviándonos mensajes tontos.

Besos gordos Noemí,

Agatha Blue*

Humanoide dijo...

El mundo es amplísimo e inabarcable, a veces.
En todo caso, siempre queda tiempo para sorprenderse por alguna cosa...
Yo me he sorprendido de aterrizar aquí.
Me gusta tu blog.

Noemí Pastor dijo...

Helua, gracias por tus datos. Tomo nota y te beso.
Julen, a mi me fascina eso de dedicar una vida entera a una causa. Es atractivo, doloroso y literario. Beso.
Agatha, yo también agradezco los episodios erótico-festivos en cualquier género. En cuanto a la peli, me gustaron especialmente dos codas: la solidaridad entre chicas de toda edad y condición y que hay vida más allá de los cincuenta. Anímate a escribir algo, anda. Igual me animo también yo. Te beso.
Humanoide, eres un encanto. No te vayas nunca.

Anónimo dijo...

Vayamos a las fuentes. En 1949 Chandler escribió unos "apuntes sobre la novela policíaca" donde se fija el canon del género. A mi entender, son tan vigentes hoy como hace 60 años.

Allí dice:

"El amor casi siempre debilita una novela policíaca, pues introduce una especie de suspense contrario a la lucha del detective por resolver el problema. Es algo que falsea las cartas, y nueve veces de cada diez supone la eliminación de la menos dos sospechosos útiles. En este caso, la única forma de amor eficaz es la que añade un elemento de peligro personal al detective. Pero, al mismo tiempo, percibimos instintivamente que se trata de un simple episodio. Un buen detective no se casa jamás."

(en Chandler, R.; Peces de colores, Bruguera 1981)

Noemí Pastor dijo...

Sé muy bien, querido Alorza, que carezco de autoridad de todo tipo para contradecir a Chandler, pero la realidad y los años le han quitado la razón. Su idea de detective era testosterónica, épica y casi hagiográfica. De acuerdo en que lo amoroso sólo sea un episodio, pero qué de agradecer es siempre un esponjamiento de una trama densa. Que al héroe o a la heroína se le vaya un poco la pinza le quita el agarrotamiento y nos lo hace más amable.
Bueno, esto también irá a la recopilación. Thanks.

Anónimo dijo...

Noemí, las reglas están hechas para saltárselas con gracia, y eso lo sabe Chandler mejor que nadie. En alguna parte dice más o menos que lo que un escritor dotado es capaz de hacer verosímil es ridículo en manos de otros.

Pero ni siquiera creo que estéis en desacuerdo. Él mismo marca una excepción: "la única forma de amor eficaz es la que añade un elemento de peligro personal al detective".

El propio Marlowe se enamora de Vivian Sternwood en "The Big Sleep", y no recuerdo si en alguna otra novela.

Creo que una forma breve de enunciar la idea de Chandler es la frase de Pessoa: "queriam-me casado, fútil, quotidiano e tributável?".

Es posible hacer novela policíaca, de esas que consisten en descubrir al asesino, con un/a detective "casada, fútil, cotidiana y tributable", pero chirría cuando se pretende hacer novela negra, de esas en que lo que importa es demostrar que el mundo es una sucursal del Infierno.

Noemí Pastor dijo...

Bueno, nos metemos en terrenos resbaladizos cuando pretendemos distinguir lo negro de lo policiaco. No quiero entrar, porque hay mucho prejuicio e incluso sexismo de por medio. Con todo, mientras se descubre al asesino, también se pueden visitar varios infiernos. Y el infierno también es lo cotidiano, lo fútil y lo tributable, como el señor de derechas, padre de cinco hijos en colegio católico, que paga por acostarse con jovencias y jovencitos en el tercer mundo.
Pero, en fin, concedo que unas gotas de heroísmo e individualidad y algo salvaje se hacen imprescindibles.
Beso.

Anónimo dijo...

Desde luego, Noe. El infierno acecha a la vuelta de cada esquina.