Tenía pendientes unas líneas sobre esta última entrega de las aventuras de Petra Delicado, después de haber escrito sobre las seis anteriores:
- Ritos de muerte- Serpientes en el paraíso
- Día de perros: 1 y 2.
- Mensajeros de la oscuridad: 1 y 2.
- Muertos de papel
- Un barco cargado de arroz
- Nido vacío
A estas cuatro últimas novelas les dediqué siete entradas: una, dos, tres, cuatro, cinco, seis y siete. Sí, he contado bien, siete.
Como decía, El silencio de los claustros es la última entrega de las aventuras de Petra Delicado; la última de momento, claro, porque su autora, Alicia Giménez Bartlett ya tiene las manos puestas en otra novela de la serie que, al parecer, se desarrollará en Italia. Por cierto, ¿a qué os recuerda el nero e giallo de la portada?
El silencio no ha conseguido atraparme como lo hicieron las anteriores novelas, seguramente por su trama arriesgada y descabellada (un monje restaurador de momias medievales es asesinado y la momia que restauraba, secuestrada), que no acaba de entroncar con ese noir barcelonés canalla que es el que a mí de verdad me gusta.
Con todo, la novela se tiene en pie y cuenta con ingredientes muy para todos los públicos: un poco de historia de Cataluña (siempre se aprende algo y a mí, por ejemplo, falta me hace, porque soy un poco burra en asuntos históricos), unas gotitas de vidas de santos, iconografía y curiosidades varias sobre el culto a las reliquias (no hace falta deciros que este apartado me encanta), otra pizca de asuntos familiares enrevesados (ahora Petra está casada con un hombre que tiene cuatro hijos y dos ex mujeres), un puñadito de consideraciones sobre nuestra estúpida manera de comportarnos con los niños y la prosa jugosa de siempre, muestra de la cual os daré en la próxima publicación de los tradicionales párrafos selectos.
Hasta prontito.