viernes, 28 de septiembre de 2007

La biblioteca de Cottbus

La ciudad de Cottbus está al sudeste de Berlín, pegadita a la frontera con Polonia y no lejos tampoco de la República Checa. No hace falta añadir, pues, que perteneció a la Alemania del Este, a la República Democrática Alemana.

Cottbus tiene muchos encantos. Si os metéis un poquito en su web oficial (en cuatro idiomas, flipadlo), veréis que allí hay un casco viejo espléndido, murallas, varios museos y galerías, un castillo con su parque alrededor, bonitas iglesias...

Pero lo que a mí me chifla de Cottbus es la biblioteca. Por poco que os gusten los libros, os enamoraréis perdidamente de este edificio (¿Queda exagerado llamarlo "templo"? Sí, demasiado reverencial) firmado por el estudio de arquitectura suizo Herzog & de Meuron.

El nombre oficial de la biblioteca es IKMZ, es decir, Informations-, Komunikations- und Medienzentrum (¿pero quién dijo que el alemán era difícil? ¡si se entiende todo!) y depende de la universidad técnica.

Puesta a decir lo que se me pasa por la cabeza, como ya no me queda vergüenza, diré que el edificio simula el rollo de pergamino de cuando aún no había libros, o el rollo de Colhogar que tan práctico resulta en toda cocina.

En fin, que la biblioteca es requetechula por fuera y por dentro, y que para mi barrio la quisiera (aunque la de la Diputación, en Bilbao, no está nada mal). Emborrachaos de fotos aquí y morid de envidia.


PS. Dedico este post a Nieves Lorenzo, liburuzaina de pro y lectora fiel de este humilde blogsito.


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martes, 25 de septiembre de 2007

E de evidencia

No sabía qué hacer para volver a escribir de mis queridas Grafton y Millhone y la excusa me la ha dado E de evidencia, la última entrega del Alfabeto del Crimen que ha salido en bolsillo, como siempre en Tusquets, colección Fábula, con la acostumbrada e inmejorable traducción de Antonio Prometeo Moya.

E de evidencia es uno de los mejores títulos de la serie porque reúne todos los ingredientes que la hacen tan atractiva: un caso que desde la primera página toca directamente a la detective Kinsey Millhone, una familia de millonarios con secretos que guardar y unas Navidades calurosas en las que Kinsey no puede evitar sentirse solita y desdichada (¿tú también, Kinsey, hija mía?). Por si fuera poco, reaparece Daniel, su guapísimo segundo ex marido, y arma una buena.

Como ya he comentado en otras ocasiones, Kinsey vive en una burbuja temporal que la mantiene encerrada en los primeros años de los 80, todavía escribe con una Smith-Corona, lleva monedas en el bolso para telefonear en las cabinas callejeras y usa carretes de fotos. En esta entrega tiene treinta y dos años, lee a Len Deighton y su cumbre culinaria son los bocadillos de pan integral con queso de pimiento y aceitunas y los pastelitos fritos rellenos de pegamento caliente que queman la maldita boca. Una delicia.

Millhone es sagaz y aguda, lo comprende todo con una ojeada, capta la esencia de la gente con sólo intercambiar unas palabritas, no olvida de dónde viene y no se deja encandilar por el relumbrón de los dólares californianos. No digo más; dejo que hable ella, con esta estupenda definición de sí misma:
Mi problema radica en que carezco de clase. Me crié en una planta baja de dos dormitorios, en una vivienda que tenía en total 80 metros cuadrados, contando la galería cerrada, que servía de cuarto trastero. El jardín era un felpudo de hierbajos secos, rodeado por esas vallas de listones que se compran por metros (...). El concepto que tenía mi tía de lo exquisito se materializó en un flamenco de plástico rosa, apoyado en una sola pata, que consideré digno de una princesa hasta que cumplí los doce años.
¿No es un encanto?

Tengo otra pregunta: ¿cómo es que no hay película ni serie de televisión sobre El Alfabeto del Crimen, siendo un producto tan apropiado? ¿O sí hay y yo no me he enterado? ¿Tendrá algo que ver que Sue Grafton, antes de escribir novelas, trabajara para la industria audiovisual?

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domingo, 23 de septiembre de 2007

Una buena noticia

El jueves 20 de septiembre retiraron de la cartelera de Bilbao La vida de los otros. La estrenaron en los Renoir el 11 de febrero, así que se ha tirado ¡más de ocho meses! en cartel. Y declara la taquillera de los cines que hasta en las últimas semanas estaba la sala llena. En Bilbao la han visto más de diecisiete mil pares de ojos.

Bueno, bueno, bueno. Noticias como ésta me reconcilian con el mundo, con el género humano, con el cine europeo, con el pobre Ulrich Mühe, a quien Dios tenga en su gloria, con la lengua alemana y con la mismísima señora Merkel.

Por cierto, últimamente he visto a unas cuantas actrices y actores alemanes en superproducciones norteamericanas, siguiendo el camino que un día marcaran Sarita Montiel y Jean Reno. Y muchos otros más, ya sé, ya sé.

En fin, volviendo a La vida de los otros, si no la habéis visto, no tenéis perdón. Bueno, sí, siempre nos quedará el deuvedé, que viene con regalo.


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viernes, 21 de septiembre de 2007

La jungla 4.0. Bruce Willis está mayor o la que puede armar un funcionario resentido

Brus Wilis tiene problemas con la generación siguiente: su hija Luci no le habla (no me extraña, porque se pone con ella en plan machito protector y no le deja tener novios) y no acaba de encajar con los nuevos tiempos de ordenadores y tal.

Resulta que le encargan llevar a no sé qué sitio importante del gobierno a un chaval jáquer que es un genio de la informática y los cacharritos y vive en un piso cutre en plan hikikomori. Entonces llega a casa del chaval y coincide que unos malos van a matarlo, al chaval, y Brus Wilis lo protege y se monta un tiroteo de tres pares de narices y una explosión y al final queda el piso destrozao.

Entonces llegan a lo del gobierno y el que manda es un señor guapo con pinta de árabe, porque en esta peli es al revés: el bueno es como árabe y el malo malísimo es una monada que parece que acaba de desfilar para Givenchy. Y de los otros malos, los que matan a las órdenes del malísimo superior que manda, uno es gabacho que habla en franchute con subtítulos y otro es italianini, pero a éste no le subtitulan porque se creen que le entendemos. O sea, que los malos somos ahora de la maldita unión europea.

El malo que manda era funcionario del gobierno americano. Después de lo de las torres gemelas, les había dicho a los del gobierno que tenían un sistema de ordenadores que era una mierda y que cualquier terrorista torpe se lo podía cargar, pero no le hicieron caso, lo echaron a la calle y el tío se rebotó y se volvió malo y dijo: "Ahora vais a ver, que voy a hacer yo de terrorista". Y arma una gorda. Pero Brus Wilis no le tiene miedo y le llama capullo, payaso y gilipollas.

Que no se me olvide la chinita mala, que es la novia del que manda guapo. Ella también es muy guapa, muy mala y muy lista. Como es china, sabe artes marciales y le da una somanta de palos al Brus Wilis, patadas y de todo. Pero Brus Wilis tampoco le tiene miedo y la llama puta como doce veces.

Bueno, pasan más cosas, pero no lo voy a decir todo, que sería el cuento de nunca acabar. Voy a proponer, para ir terminando, que los calvos del mundo reconozcan lo que Brus Wilis ha hecho por ellos al poner de moda el pelo rapao y hacer que parezcan atractivos. Probablemente será su mayor aportación al progreso de la humanidad.

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miércoles, 19 de septiembre de 2007

Harkaitz Cano y Wong Kar-Wai

El masoquista estilístico se apasiona, se arrebata o se entusiasma a menudo. Ve una película, pongamos, por ejemplo, In the mood for love, y sale del cine diciendo: "Ésta es la mejor película de la historia del cine. Y Maggie Cheung es la mejor actriz de la historia del cine. Y Wong Kar-Wai será desde hoy mi director de cine favorito de entre todos mis favoritos de la historia del cine."

Y el masoquista estilístico se toma unos cuantos vinos en el casco histórico de su ciudad, mientras recita en voz alta un panegírico en favor de Wong Kar-Wai y, contando la película a quien le quiere oír y a quien no le quiere oír, goza tanto o más que viéndola. Incluso, sin darse cuenta, reinterpreta, recrea e inventa pasajes y secuencias que no están en el filme. Se muestra dispuesto a defender la película y las tesis de Wong Kar-Wai en un combate de boxeo en la Academia de la Lengua Mandarina de China, a hacerse el hara-kiri y a convertirse en kamikaze, siempre en favor de In the mood for love, siempre.

Se va a casa y todavía lo acompaña el embrujo de la película, y en Internet se entera de que el director la quería rodar en Pekín, pero, como no se lo permitieron, tuvo que trasladarse a Hong Kong. Y el masoquista estilístico piensa "¡Qué injusticia!" y, si en ese mismo instante no se hubiera quedado dormido, a consecuencia de todos los vinos que ha tomado, habría empezado a tramar un complot para derrocar al gobierno de China.


Bilbao, Fórum Bilbo Zaharra, 18 de noviembre de 2004
La traducción es mía.
¿Hay alguien que no se identifique, aunque sea un poco, con el masoquista estilístico?


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lunes, 17 de septiembre de 2007

Desayuno sobre el piano

Eso significa, más o menos, Piano gainean gosaltzen, que es el título con guiños a Capote de un librito delicioso que publicó Harkaitz Cano, en la foto, primero en vasco (en 2000, con el subtítulo Crónicas de Nueva York) y luego en castellano (en 2003), con otro título hermosísimo: El puente desafinado.

Harkaitz Cano tiene treinta y pocos añitos y un currículum envidiable: ha escrito para prensa, radio, cine y televisión y ha publicado poemas, cuentos y novelas.

A Cano lo incluyen en la "generación Nocilla" o "afterpop", denominaciones de las que algunos abominan sin que les falte razón. Por dar unas pocas pinceladas, me informo en El Cultural y os cuento que los autores de este grupete se caracterizan por su narración fragmentaria, la mezcla de géneros, la influencia de la literatura norteamericana y los medios de masas, su interés por la sociología y la disolución de la frontera entre las presuntas alta cultura y cultura popular. ¡Ah! Y casi todos tienen blog. El padre fundador es Agustín Fernández Mallo y la regla de la orden, la exitosa Nocilla Dream.

Pero volvamos a Harkaitz Cano. En 1998 se tomó un año sabático, se fue a Nueva York y durante esa estancia produjo esta especie de diario literario de sus andanzas en la Gran Manzana y alrededores. El Nueva York que nos muestra entre relatos, reflexiones, retratos y "borradores de posibles poemas", es el anterior al september eleven, el que todos amábamos y no dejamos nunca de amar, el NY donde mueren los poetas, el paraíso del fetichismo del cine, donde las empresas farmacéuticas contratan a escritores, donde te puedes sentar a leer sobre la moqueta de las librerías, donde nadie es extranjero porque nadie es de allí.

El propio Cano dice en el libro que los humanos no nos enamoramos de las ciudades, sino de la gente. Sin embargo, todo el que quiera un poquito a NY, se enamorará también un poco de este libro.


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viernes, 14 de septiembre de 2007

Decrepitud controlada

Qué sería del turismo sin las ruinas. Cualquier ciudad muestra orgullosa las de sus templos griegos, teatros romanos, iglesias románicas, castillos medievales, palacios incendiados por bolcheviques... Allá en California enseñan incluso las ruinas de una ciudad, Bodie, que vivió su esplendor durante la fiebre del oro, luego fue abandonada y ahora mantienen en estado de decrepitud controlada. Me gustó la expresión; por eso la he puesto en el título.

Hoy, 14 de septiembre, hace exactamente treinta y tres años que se inauguró el parque de atracciones de Bilbao. ¿Que no sabías que había parque de atracciones en Bilbao? Claro, es que ya no hay; se cerró en 1990. En ninguna parte he leído ni oído por qué. En fin, la cosa es que el parque de atracciones de Artxanda, que así lo llamábamos, nos hizo felices a centenares de miles de criaturas y no tan criaturas.

Yo creo que precisamente por el recuerdo de tanta felicidad, en agradecimiento, la productora de arte Consonni ha organizado visitas guiadas a las ruinas del parque de atracciones de Artxanda. Durante el mes de octubre, podremos ver cómo se han cebado el tiempo, la humedad, la herrumbre y el moho con las barracas en parte desmanteladas y que llevan diecisiete años en desuso, con la noria, la montaña rusa, el gusano loco, La Casa Encantada y La Casa de la Fantasía.

Pero eso no es todo, niñas y niños. Al nivel de Port Aventura, hay nuevas atracciones: La Nave Espacial en la antigua cafetería, Tesoros del Siglo XX en un almacén de marquesinas, cabinas telefónicas y maquinaria inservible, y El Parlamento de las Atracciones Unidas en el anfiteatro, donde en su día actuaron, que yo recuerde, Los Pecos y el dúo Pimpinela. ¡Qué nivelazo!

Hoy presentan el evento a las 10 de la noche en la plaza del Arriaga, en Bilbao.

Acudo al Casares en busca de adjetivos para decir que lo encuentro fantasmal, delirante, tremendamente original, inquietante, surrealista, por supuesto nostálgico (¡qué moda ésta, la de la nostalgia!), inspirador y hasta un poquito peligroso. Pueden añadir ustedes más. La artista Saioa Olmos tiene algo que ver con todo esto.

Información, fotos y más cosas bonitas en http://www.vuelvenlasatracciones.com/

Actualisaision del 15 de septiembre, a las 13:35, después de la entrevista a Saioa Olmos en el programa "Más que palabras", de Javier Vizcaíno.
Dos datos importantes: que las atracciones mecánicas se desmantelaron, se vendieron y se reinstalaron en Oporto (¡Dios mío, yo estuve en Oporto, en un tiovivo, y no sentí nada!) y que en el anfiteatro también actuaron Miguel Bosé y Mecano. ¡Aaaah, bueno! ¡Eso ya es otra cosa!


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jueves, 13 de septiembre de 2007

Death Proof


Fui a ver Death Proof, de Tarantino, en estado "virgen", es decir, sin haber leído ni oído casi nada sobre ella, pero con la intención de poner luego aquí unas letras. Según la veía, pasé por diferentes estados de ánimo, no todos positivos, y cuando acabó, solté varias exclamaciones aprendidas de mi abuela: "¡Madre del Divino Verbo!", "¡Alabado sea Cristo!" y "Ene Jainkoa!", que viene a significar oh my God, oh my God, oh my God!

Después de exclamar, pensé: ¿qué escribo yo ahora de esto? Y puse la cabeza en otras cosas. Me fui a la cama, dormí, me levanté y leí varias cosillas sobre la peli en Internet. Ahora ya puedo decir que me he reconciliado con ella y soy capaz de diseccionarla. La película consta de:

1.- Una escena inicial laaaarga. Las chicas, bellísimas, conducen por la avenida Congress de Austin, Texas, y charlan. Los típicos diálogos tarantinianos, que siempre han sido intensos y desternillantes, no están aquí a la altura. ¿Por qué? Se me ocurren dos razones: una, que a Tarantino no le quedan tan bien las charlas de chicas como las de chicos; dos, que no han dado con el punto de naturalidad de los tacos y expresiones malsonantes, tremenda asignatura pendiente de la traducción cinematográfica del inglés americano al español.

2.- Las chicas visitan un par de bares y siguen charlando. El terrorífico Kurt Russell las sigue de cerca. De las paredes del bar Güeros cuelgan carteles de películas españolas. O flipo o veo en uno a Lola Flores. Anyway, Vanessa Ferlito, esa chica que antes era CSI en Nueva York y tiene sexy hasta en las fosas nasales, se marca un lap dance y supera a Salma Hayek en Abierto hasta el amanecer.

3.- Las chicas salen del bar y Russell va por ellas. Ahora viene la escena cumbre. No os hablo de ella por dos razones: porque me tapé los ojos aterrorizada y porque no la quiero destripar. Digamos sólo que la escenita de marras merece la pena.

4.- Delirio tarantiniano: dos sheriffs paletos conversan. Sin comentarios.

5.- Catorce meses después, otras chicas, otro coche, otro bar y el mismo cabronazo que las acecha. Se va el color de la cinta, vuelve, no pasa nada. Las chicas charlan un poco más eficazmente que las anteriores.

6.- Russell se las hace pasar canutas, pero ¡oh sorpresa! Estas chicas deciden hacérselo pagar. ¡A por él! Veinte minutos de persecución de coches.

7.- Escena final. La violencia es tan exagerada, que acaba convertida en tebeo, en parodia. Termina la peli y la gente aplaude. No sólo en mi cine; me consta que lo han hecho en más.

De Death Proof se pueden decir muchas otras cosas, claro: está plagada de guiños, citas y homenajes de Tarantino a sí mismo, a las viejas series de televisión ("El gran chaparral", "El Virginiano"), al slasher, al cutrecine y a la subcultura en general.

Y que no se me olvide: la banda sonora es impecable.


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martes, 11 de septiembre de 2007

La iglesia que más ilumina es la que arde

Thyra Hilden, danesa, y Pío Díaz, argentino, han vuelto a pegar fuego a la catedral de Copenhague, como ya hicieron, hace doscientos años, los británicos. Éstos usaron bombas; Hilden y Díaz, vídeo. La instalación se titula "La catedral de Copenhague en llamas".

No es la primera vez que estos dos artistas queman algo: ya lo hicieron en el museo de arte moderno de Aarhus, el Instituto Danés de Roma y la Fontana de Trevi; y tienen intención de repetirlo en el Coliseo, también de Roma, y en el Louvre de París.

De su obra dicen esto: El objetivo simbólico es quemar las raíces de la cultura occidental. Los símbolos e iconos culturales han sido objetivo histórico del terrorismo, pero, a diferencia de los terroristas, nosotros no sólo enviamos un mensaje, sino que pretendemos también establecer un diálogo. Además, ahora es Dinamarca la que ataca, como aliada de los Estados Unidos en la guerra de Irak. Allí han muerto ya unos setecientos mil irakíes, que es casi la población total de Copenhague.

Si quieréis ir a verlo a Copenhague, daos prisa, porque la muestra acaba simbólicamente hoy, martes 11 de septiembre. Por cierto, el 11 de septiembre de 2001 también era martes.

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sábado, 8 de septiembre de 2007

El retorno

De nuevo vienen
las tardes solitarias de los domingos.
Ya han dado las tres.
Tras la ventana, tras las cortinas,
la mirada traza curvas
y escudriña la calle desierta.
Ha llegado un autobús
y ha espantado a los gorriones de las aceras.
El guiño consagrado del semáforo.
El ir y venir interesado de las doncellas.
Las tabernas ruidosas llenas de gente.
Ellas, ellos, allí, y yo
sigo borrando los lunes del calendario.

El título original de este poema es Berriro Datozkigu.
Lo escribió en 1990 Jakes Ahamendaburu y yo lo he traducido y adaptado para darme la bienvenida.



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martes, 4 de septiembre de 2007

Cuatro letras sobre Faial

Faial es una de las islas más turísticas de las Azores. Uno de sus mayores atractivos es la capital, Horta, de glorioso pasado comercial y hermosos edificios que miran a la bahía.

En el puerto deportivo de Horta, que allí llaman la marina, la tradición ordena que, quien atraque su nave, debe pintar un trocito de muelle si quiere tener un buen regreso. Así que, como veis en la foto, resulta una marina muy colorida.

En Horta está también el mítico Porto Pim, de tradición ballenera. Porto Pim es hoy un barrio delicioso con humildes casitas de pescadores, una interesante Casa do Mar, que es un museo instalado en una antigua fábrica que elaborada productos derivados de las ballenas, y una bonita playa de arena negra.

Otro gran atractivo turístico de Faial es la Caldeira, un enorme cráter (dos kilómetros de diámetro y cuatrocientos metros de profundidad) rodeado de flores azules y demás vegetación exuberante.

La última erupción volcánica ocurrida en Faial tuvo lugar hace exactamente cincuenta años, en 1957, y duró varios meses. Fue en el volcán de los Capelinhos. La erupción hizo nacer primero un islote, a un kilómetro de la costa, y luego un istmo que lo unió a la isla, de manera que ésta se agrandó y tuvieron que cambiar los mapas. Ahora conmemoran los cincuenta años de la erupción y han abierto una web con buenas fotos, en la que cuentan, entre otras cosas, que las cenizas sepultaron campos y casas y obligaron a muchos faialenses a emigrar.

La historia de la emigración de las islas Azores está ligada a las catástrofes naturales (además de erupciones, terremotos, tormentas subtropicales, inundaciones, plagas que arruinaban cosechas...) y es apasionante. Pero a mí también me llega la hora de migrar.

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domingo, 2 de septiembre de 2007

Escapadita a San Jorge

San Jorge es otra de las islas del grupo central de las Azores. Está a dos horitas en barco de Faial. Es una isla larga (cincuenta y seis kilómetros) y estrecha (ocho), muy verde y a la vez apacible y salvaje. Como en otras islas, la vegetación es exuberante; llaman la atención, ya lo veis en la foto, los helechos gigantes.

San Jorge es la isla de las fajas, unas plataformas de tierra que se forman al pie de los acantilados a medida que se erosionan. Las fajas tienen microclima propio y admiten flora y hasta fauna diferentes a las del resto de la isla. Por ejemplo, la Faja de la Caldeira do Santo Cristo es el único lugar del archipiélago donde se crían almejas. En la foto os he puesto la Faja dos Cubres.

La capital de San Jorge es Velas, una ciudad pequeñita y deliciosa con empedrado blanquinegro, plazas y parques llenos de árboles y flores vistosísimas y bonitos cafés donde sentarse y contemplar, sin más, cómo llegan los barcos y se van.

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