Montalbano pensó que había que modificar el artículo 1 de la Constitución en los siguientes términos: "Italia es una República basada en la venta de droga, el retraso sistemático y el parloteo vano."
Ahora nuestros honorables diputados se pasan por el forro a la opinión pública. Se drogan, van de putas, roban, trapichean, se venden, cometen perjurio, hacen negocios con la mafia y ¿qué les puede pasar? Como mucho, que se hable de ellos en los periódicos durante tres días. Luego todos se olvidan de ellos.
Andrea Camilleri:
La danza del gabbiano, 2009
La danza de la gaviota, 2012
Traducción de Teresa Clavel Lledó
martes, 26 de febrero de 2013
Italia
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literatura,
novela negra,
política
sábado, 23 de febrero de 2013
El Hierro, un año y tres meses despúes (segunda y última entrega)
Mis intenciones eran buenas. Quería poner unas líneas en cuanto llegara, pero, ya ves, entre unas cosas y otras, han pasado más de dos semanas y no me dicho ni mu.
Lo cierto es que tampoco hay mucho que contar: El Hierro está como siempre. El descalabro económico que supuso la crisis sísmica de 2011 no ha dejado demasiadas huellas visibles. Algunas, sin embargo, sí. Os cuento cosas y voy poniendo fotitos bonitas.
Quizás lo más decaído sea el comercio. Varias tiendas de las de toda la vida han echado el cierre y hay locales que se construyeron para ser tiendas o similares y que desde que existen exhíben el cartel de "Se alquila".
Lo mismo pasa con la construcción. Hay promociones de viviendas que llevan más de un año a la venta y otras que se anunciaron y no se iniciaron jamás.
La hostelería, en cambio, parece que aguanta. Sí he visto dos o tres restaurantes cerrados, pero, como aquí no tienen por costumbre dar explicaciones, no sé si se trataba de un descanso semanal, invernal o eternal. Para compensar, también hay locales nuevos muy agradables.
La Restinga está más animada. Por las minivacaciones de Carnaval, se ha acercado a El Hierro bastante gente de Tenerife y todo el mundo ha peregrinado a La Restinga, a ver el lugar de la erupción. Es una lástima que el recientemente abierto Museo de la Restingolita esté otra vez cerrado "por falta de personal" y no haya nadie que explique a los visitantes por dónde se extendía la mancha, dónde se hizo visible la erupción submarina y todas esas cosas que querrán saber.
El Museo de la Restingolita ha muerto, pues, nada más nacer y puede yacer en la misma fosa a la que han ido a parar otros proyectos públicos relacionados con el turismo, como el Centro de Interpretación de El Julan, que lleva más de un año con un cartelito que dice "Cerrado hasta nuevo aviso", o el no-nato museo junto a la Iglesia de la Concepción de Valverde, que ha cumplido lustros en construcción.
Me quedo, pues, de piedra (volcánica, claro) cuando leo que el Cabildo de El Hierro ha convocado un concurso público para arrendar un local en el que albergar el futuro museo vulcanológico de la isla.
Vamos con más cosas buenas. En la zona de Lomo Negro, uno de los parajes más espectaculares, si no el más espectacular, de la isla, han construido un par de miradores nuevos para gozar de la vista. Otro más han hecho algo más adelante, para poder contemplar el Mar de las Calmas y El Julan.
La Playa de Arenas Blancas, junto al Lomo Negro y frente a El Golfo
Y eso es todo, amigas y amigos. Me vuelvo a casa con la retina bien impresionada por los paisajes imponentes de mi isla querida, esperando con ganas que llegue el tiempo en que que pueda empaparme de su calma para casi siempre.
Lo cierto es que tampoco hay mucho que contar: El Hierro está como siempre. El descalabro económico que supuso la crisis sísmica de 2011 no ha dejado demasiadas huellas visibles. Algunas, sin embargo, sí. Os cuento cosas y voy poniendo fotitos bonitas.
La Caleta, mi barrio
Quizás lo más decaído sea el comercio. Varias tiendas de las de toda la vida han echado el cierre y hay locales que se construyeron para ser tiendas o similares y que desde que existen exhíben el cartel de "Se alquila".
Lo mismo pasa con la construcción. Hay promociones de viviendas que llevan más de un año a la venta y otras que se anunciaron y no se iniciaron jamás.
Arquitectura tradicional de El Hierro, con piedra negra volcánica
La hostelería, en cambio, parece que aguanta. Sí he visto dos o tres restaurantes cerrados, pero, como aquí no tienen por costumbre dar explicaciones, no sé si se trataba de un descanso semanal, invernal o eternal. Para compensar, también hay locales nuevos muy agradables.
La Restinga está más animada. Por las minivacaciones de Carnaval, se ha acercado a El Hierro bastante gente de Tenerife y todo el mundo ha peregrinado a La Restinga, a ver el lugar de la erupción. Es una lástima que el recientemente abierto Museo de la Restingolita esté otra vez cerrado "por falta de personal" y no haya nadie que explique a los visitantes por dónde se extendía la mancha, dónde se hizo visible la erupción submarina y todas esas cosas que querrán saber.
El Museo de la Restingolita ha muerto, pues, nada más nacer y puede yacer en la misma fosa a la que han ido a parar otros proyectos públicos relacionados con el turismo, como el Centro de Interpretación de El Julan, que lleva más de un año con un cartelito que dice "Cerrado hasta nuevo aviso", o el no-nato museo junto a la Iglesia de la Concepción de Valverde, que ha cumplido lustros en construcción.
Iglesia de la Concepción de Valverde. Las obras del museo son contiguas a esa casita amarilla.
Me quedo, pues, de piedra (volcánica, claro) cuando leo que el Cabildo de El Hierro ha convocado un concurso público para arrendar un local en el que albergar el futuro museo vulcanológico de la isla.
Vamos con más cosas buenas. En la zona de Lomo Negro, uno de los parajes más espectaculares, si no el más espectacular, de la isla, han construido un par de miradores nuevos para gozar de la vista. Otro más han hecho algo más adelante, para poder contemplar el Mar de las Calmas y El Julan.
Y eso es todo, amigas y amigos. Me vuelvo a casa con la retina bien impresionada por los paisajes imponentes de mi isla querida, esperando con ganas que llegue el tiempo en que que pueda empaparme de su calma para casi siempre.
viernes, 8 de febrero de 2013
El Hierro, un año y tres meses después
En noviembre de 2011, hace un año y tres meses, pasé unos días en El Hierro, coincidiendo con el apogeo de la crisis sísmica, o sea, con los terremotos y la erupción submarina, y escribí una, dos, tres, cuatro, cinco y hasta seis crónicas sobre mi estancia.
Ahora me voy p'al Hierro otra vez. Dentro de un rato cojo el avión y espero cenar esta noche en el Mirador de la Peña; os lo he puesto en la foto para que veáis lo bonito que es.
No sé muy bien qué me voy a encontrar. ¿La misma isla plácida de siempre? ¿La misma isla plácida, un poco más empobrecida? En los primeros meses la erupción tuvo terribles efectos económicos. ¿Seguirá siendo así? ¿O habrá reverdecido mi islita y mejorado un poco o un mucho?
No lo sé. Algo he leído por ahí, pero tengo ganas de verlo con mis ojos. Sea lo que sea, os lo contaré. ¡Pues no soy yo cotilla ni nada!
Entre que llego, me instalo, me doy una vuelta y me pongo a escribir, podéis leer mi articulito en Zinéfilaz.
Hasta pronto.
Ahora me voy p'al Hierro otra vez. Dentro de un rato cojo el avión y espero cenar esta noche en el Mirador de la Peña; os lo he puesto en la foto para que veáis lo bonito que es.
No sé muy bien qué me voy a encontrar. ¿La misma isla plácida de siempre? ¿La misma isla plácida, un poco más empobrecida? En los primeros meses la erupción tuvo terribles efectos económicos. ¿Seguirá siendo así? ¿O habrá reverdecido mi islita y mejorado un poco o un mucho?
No lo sé. Algo he leído por ahí, pero tengo ganas de verlo con mis ojos. Sea lo que sea, os lo contaré. ¡Pues no soy yo cotilla ni nada!
Entre que llego, me instalo, me doy una vuelta y me pongo a escribir, podéis leer mi articulito en Zinéfilaz.
Hasta pronto.
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