viernes, 8 de diciembre de 2017

Dos rusos y un cowboy

Si no puedes vivir sin bingo y sin discotecas, no vayas nunca a El Hierro. O, al menos, no pases allí más de tres días seguidos. Yo, en cambio, he aguantado más de una semana y más que aguantaría si no me tuviera que ganar el pan como me lo gano.

Podría pasar meses llevando el estilo de vida que he llevado en estas últimas jornadas herreñas. Como anochece pronto, me acuesto pronto (no hay mucho que hacer de noche en El Hierro) y me levanto con el sol, que poco después de las siete de la mañana ya me hace guiñar los ojos cuando asoma imponente frente a mi casa de La Caleta. Si están el mar y el cielo despejados, veo las siluetas protectoras del Teide y La Gomera y me pongo contenta como una chiquilla que viera a los reyes magos.

Aproximadamente a un kilómetro de La Caleta, de camino hacia el aeropuerto, en uno de los lugares más soleados de la isla, hay un acuartelamiento militar. A las ocho de la mañana, en punto, puntu-puntuan que se dice en vasco, ponen el himno nacional de España. A todo volumen. Según cómo y de dónde sople el viento, en La Caleta lo oigo perfectamente, lo tarareo y el soniquete se me queda adherido al cerebro durante buena parte de la mañana.

El siguiente gran acontecimiento del día es la llegada del binterito. El binterito es el avioncito de la compañía Binter que sale de Tenerife a eso de las ocho y una media hora más tarde aparece burrumbando (se me ha escapado otro vasquismo; perdón) frente a mi ventana. Siempre salgo a la terraza a ver cómo aterriza, no vaya a ser que no supervise yo el aterrizaje y se me estrelle en el Tamaduste, que es el pueblo de al lado.

Así comienza el día, con silencio y calma. Y sol. Y bellísimas nubes grises en las cumbres. Y así sigue transcurriendo. Y así un día y el siguiente. Y el otro. Y el otro.

La capital de la isla de El Hierro, Valverde, a la que los herreños llaman simplemente la villa, bulle por las mañanas con criaturas que van a la escuela, muchachas y muchachos que entran y salen del instituto, gentes de las aldeas que acuden a los comercios, a los cafés, a los bancos, a sus oficinas, al ayuntamiento, al cabildo, a hacer sus trámites, sus cosas, sus recados.

Valverde por las mañanas bulle; por las tardes languidece y por las noches muere.

Camino por sus calles un sábado a eso de las siete de la tarde. Ya es noche cerrada. Tan cerrada como las tiendas y la mayoría de los bares. Solo cuento tres abiertos y uno de ellos, sin clientela.

¿Dónde están las niñas con sus bicis, los niños con monopatín, los adolescentes alborotadores con sus teléfonos móviles? No obtengo respuesta.


Aunque doy un largo paseo, apenas me topo con una pareja de rusos que vocifera en su lengua natal y un lugareño muy alto, con las piernas arqueadas, botas camperas y un sombrero de ala ancha curvada.  Cuando llego a su altura, me sorprendo de que no me salude tocando levemente un extremo, mientras por la calzada rueda el polvo y fragmentos secos de arbusto hechos bola.

miércoles, 6 de septiembre de 2017

La chica de al lado, de Ruth Rendell, en Calibre 38

Hola. En Calibre 38 han vuelto al cole y han publicado una reseña mía sobre "La chica de al lado", de Ruth Rendell.

Allá por junio, cuando el verano comenzaba o ni siquiera eso, os traduje algunos párrafos selectos de esta novela, que me he leído en francés, aunque el original, claro, está en inglés.

Si los queréis leer, aquí están.


La vida debía de ser maravillosa 
El jardín secreto
Los niños no saben que las cosas cambian
Una especie de calma algo aburrida


Ah, y por supuesto, leed la entrada en Calibre 38 y contadme algo.

miércoles, 9 de agosto de 2017

Grandes éxitos de Boquitas Pintadas

No suelo consultar a menudo las cifras de visitas de este blog. ¿Por qué? ¿Porque no me gusta? No. Precisamente porque me gusta demasiado y me obsesiono con los ránkings, las razones del éxito de determinados posts, el porqué de los números ridículos de otros (hay uno que tiene tres visitas ¡y diecinueve comentarios!) y cosas que no me alimentan nada espiritual ni intelectualmente.

Con todo, como a veces recaigo y no puedo evitar echar un vistazo a las estadísticas, he pensado que mejor no hacerlo en vano y al menos comunicar cuáles son los grandes hits de este humilde blogsito.

En algunos casos, tengo claro el porqué de tanta visita. En otros, no tanto. A ver si alguien me lo explica.

Ahí va la lista de éxitos, pero antes de nada, por si entráis en los posts antiguos, quiero recordaros que faltan las fotos, porque me cargué por accidente el álbum de Picassa en el que se almacenaban. Disculpas.

Ahora sí. Y los grandes hits de Boquita Pintadas son...

1- El post number one, con más de veinte mil visitas, es uno sobre Kate Moss; concretamente sobre "Kate Moss Machine", el libro de Christian Salmon. No hace falta explicar su éxito. Si tuviera un post sobre Belén Esteban, sus cifras andarían a la par, si no por encima.

2- En segundo lugar, a gran distancia, con casi diez mil visitas, está un post sobre políticos y blogs que titulé en vasco y en inglés: "Blogari politikari / Bloggers and politicians". Quizás sea el inglés la razón de su éxito.

3- El tercero no dista mucho de ese segundo. Tiene poco más de nueve mil visitas y se titula "Mi detective favorita: Kinsey Millhone". Supongo que las grandes ventas de Sue Grafton en todo el mundo explican que tanta gente haya recalado en mi post.

4- El cuarto cae casi hasta la mitad de las cifras del tercero: cinco mil cuatrocientas y pico visitas tiene "Cazallera", post en el que explico un significado de ese adjetivo que no recoge (cuando lo escribí, al menos, no lo recogía) el diccionario de la RAE.

5- Y de nuevo caemos a la mitad del anterior, pues, con dos mil doscientas y pico visitas, en quinto lugar figura "Se lo debo", una recopilación de enlaces a páginas que hablan de Manuel Puig y "Boquitas pintadas". Como dice el título, se lo debía a toda la gente (la mayoría, estudiantes de Argentina) que entra en mi blog buscando información sobre dicho autor y dicha obra.

Hasta este quinto puesto las cifras de audiencias son fiables, pues me las ha proporcionado Blogger. La lista del sexto al décimo puesto, sin embargo, la he confeccionado yo misma repasando someramente la relación de posts publicados. No será, pues, del todo exacta, pero sí, para mí al menos, más divertida.

6- A partir de aquí las diferencias de audiencia no son tan notables, pues apenas cuatrocientas visitas separan este sexto puesto y el décimo. Casi dos mil tiene uno de los varios posts que dediqué a la novela "El informe de Brodeck", que se vendió mucho en Francia y algo en España.

7- Cien visitas menos tiene mi post dedicado a "Mussche", la novela de Kirmen Uribe.

8- Otras cien menos, el dedicado a la serie de televisión "The Americans".

9- Bajamos otras cien y encontramos "Nadie prende fuego a las palmeras", traducción de un poemita que me gustó. Es el único post de una traducción mía que figura en este ránking.

10- Y, finalmente, con cuarenta visitas menos que el anterior, un post de párrafos selectos, de los que también tengo un montón. Se titula "Como una vaca de carretera" y recoge una cita de Fernando Vallejo.

Deduzco de estos resultados que, salvo hits accidentales y mediáticos, a) las entradas que más "gustan" son las dedicadas a novelas, sobre todo a las que, supongo, son lectura obligatoria en Enseñanzas Medias en distintos territorios de Europa y América; b) mis viajes son, al parecer, lo que menos interesa; c) tampoco parece interesar demasiado el cine; algo más la televisión; y d) en contra de lo esperado, las entradas recientes son mucho más (pero mucho mucho más) visitadas que las antiguas.

En fin, me ha gustado y sorprendido este ejercicio de cálculo y reflexión. Lo repetiré dentro de un tiempo y seguiré reflexionando.


lunes, 7 de agosto de 2017

Caníbalas


https://fr.wikipedia.org/wiki/R%C3%A9gis_JauffretRégis Jauffret:
Cannibales
Seuil 2016




Merced a mi ignorancia, pasé un buen tiempo pensando que este libro se titulaba como he titulado yo este post, caníbalas, convencida de que su autor y titulador, el señor Jauffret, había optado por un femenino que, en realidad, no existe en francés, como tampoco existe en castellano. Y lo pensaba porque ese femenino conviene mucho al relato, tanto que, si tuviera que decidir un título en español, me decantaría por este, Caníbalas, que, además de llamativo, ahora incluso me suena bien.

Sea como sea, Cannibales se publicita como "una extraña novela de amor" y sí, puede presentarse así, pues habla del amor entre madres e hijos y el amor de pareja; pero el título ya nos da una pista: no esperéis amores convencionales.

Cannibales contiene los típicos excesos estilísticos que ya me resultan conocidos por otras obras que he disfrutado de Jauffret. Por mi parte, son bienvenidos.

El autor ha dado a su obra forma epistolar, subgénero muy francés y muy para asuntos galantes, como de Las amistades peligrosas. De hecho, la crítica francesa ha dicho que Cannibales está a medio camino entre Las amistades peligrosas y El silencio de los corderos. A estas dos añadiría yo, cómo no, Boquitas pintadas; y no solo por lo epistolar, sino también porque en buena parte del relato Jauffret juega con las identidades semifalsas de los remitentes de las epístolas.

A Las amistades peligrosas se parece Cannibales, por supuesto, en la estructura epistolar y, además, porque también construye un triángulo: dos mujeres y un hombre y cataratas de amor-odio chorreando por todos lados y en todas direcciones.

La referencia a El silencio de los corderos no la explico, porque, tratándose de caníbales, resulta obvia.

Relato sin diálogos, de estilo elevado y ritmo lento, su parte más dinámica es la mutación de la relación entre las dos mujeres, que empieza con rechazo e indignación y pasa a la confesión, a la complicidad y a la pasión. Sus intercambios, sus conversaciones escritas son cada vez más agresivas, delirantes y exaltadas.




De tono cruel, muestra unos retratos tan despiadados de los tres protagonistas, que me sería difícil decidir cuál de los tres me cae peor. Para mí se produce un empate perfecto, aunque las críticas que he leído dicen que quien sale peor parado es el hombre (llamado Geoffrey, que en francés se pronuncia de forma sospechosamente parecida a Jauffret) y hablan de misandria porque no han captado la sutil fiereza de los ataques a las mujeres o los críticos literarios, hombres en su mayoría, están tan acostumbrados a la misoginia que ni la aprecian ni la mencionan, como si fuera algo consustancial a la literatura.


Estos tres personajes pertenecen a tres generaciones diferentes que no que no lo son del todo. Está, primero, una madre shakesperiana de 85 años que reniega de sus propias criaturas y de la maternidad en general, de lo cual se vale Jauffret para ofrecernos unas reflexiones ciertamente obscenas pero no del todo desechables sobre el asunto.


Está luego un hijo de 50 y tantos, macho alfa, y finalmente, una ex novia del hijo, treinta años más joven que él. Esta última es una buena colección de los peores estereotipos que se adjudican a las jóvenes hoy en día: adicta a las compras (analógicas y virtuales) y enganchada al amor romántico y a toda la parafernalia de revista femenina que lo alimenta, incluida la elaboradísima publicidad de la gama de lujo de la alta costura francesa.


El mismo relato se hace antipático: no se llega a apreciar; repele. Si eso buscaba Jauffret, que seguro que sí, enhorabuena. Conmigo casi consigue que olvide "accidentalmente" la novela en el transporte público.


Es esta, pues, una novela feroz y absurda, carente de propósito, siquiera narrativo, me atrevería a decir. Con todo, fue una de las cuatro finalistas del premio Goncourt de 2016. No ganó.


------------------------


Otras entradas sobre Jauffret en Boquitas Pintadas:


Crimen real y crimen de ficción
Sévère
De nazismo y monstruos en Austria
La moral serpentea
Claustria
Cada vez menos minutos
Ebrias de objetos


Reparar una puesta de sol
Te quiero
Como quien suelta rehenes
La vida no cesa de imaginar




domingo, 6 de agosto de 2017

La vida no cesa de imaginar

"A veces basta con algo minúsculo para que la felicidad regrese. Una caída de párpados ante el espejo para mofarnos de nuestra cara de huerfanita. La voz inesperada de una amiga que nos cuenta un chisme. La risa de un chiquillo que se escapa por la ventana abierta de un edificio.

La vida no cesa de imaginar, de prepararnos sorpresas, de hacernos regalos y diabluras. La imagen de un placer infantil, el recuerdo de una fiesta de cumpleaños, el escaparate de la pastelería que veíamos todos los días al regresar de la escuela.

Se han registrado en la historia de la humanidad episodios de felicidad contagiosa, súbitas epidemias que golpean a una población desheredada; diez años de bonanza, días, noches, primaveras enteras, inviernos con los que no se atreven la desdicha ni la muerte.

Tú has conocido esas epifanías, esas alegrías inesperadas que estallan a veces en nuestro interior, esas esquinas de la calle de repente iluminadas por un rayo de sol que agujerea una nube para hacernos refulgir y sentir que vivimos de una vez por todas, desde que nacimos hasta siempre jamás, y que la muerte ha quedado a nuestra espalda, con la eternidad pretérita.>>



Régis Jauffret:
Cannibales
Seuil 2016

 La traducción y la adaptación son mías.


Otras entradas en Boquitas Pintadas sobre Régis Jauffret:

Crimen real y crimen de ficción
Sévère
De nazismo y monstruos en Austria
La moral serpentea
Claustria
Cada vez menos minutos
Ebrias de objetos

El odio a pleno pulmón

 

sábado, 5 de agosto de 2017

Como quien suelta rehenes

"Es todo un drama tener que conversar con malas pécoras que te ofrecen toda suerte de detalles sobre su vida íntima, con la sola intención de que, en contrapartida, tú también les hagas confidencias y, mutatis mutandis, les vayas soltando confesiones como quien suelta rehenes.

Se apoderan poco a poco de tus gustos, de tu estilo, de tus opiniones políticas y hasta de tus palabras, pues surgen tan a menudo de su boca, que cuando regresan a la tuya todavía están mojadas con su saliva."


Régis Jauffret:
Cannibales
Seuil 2016

 La traducción y la adaptación son mías.


Otras entradas en Boquitas Pintadas sobre Régis Jauffret:

Crimen real y crimen de ficción
Sévère
De nazismo y monstruos en Austria
La moral serpentea
Claustria
Cada vez menos minutos
Ebrias de objetos
El odio a pleno pulmón

viernes, 4 de agosto de 2017

Te quiero

"Te quiero como a la hija que, gracias a Dios, nunca tuve.
Tener un hijo varón es ya una desgracia. Traer al mundo una hija debe de ser una catástrofe."

Régis Jauffret:
Cannibales
Seuil 2016

La traducción y la adaptación son mías.

Otras entradas en Boquitas Pintadas sobre Régis Jauffret:
Crimen real y crimen de ficción
Sévère
De nazismo y monstruos en Austria
La moral serpentea
Claustria
Cada vez menos minutos
Ebrias de objetos
El odio a pleno pulmón
Reparar una puesta de sol

jueves, 3 de agosto de 2017

Reparar una puesta de sol

"A tu edad, sabrás ya sin duda que el amor es como una bombilla. Cuando no puede iluminarnos más, se apaga. Sería, pues, tonto y vano abrirle el vientre para reanimarla. Es como intentar reparar una puesta de sol, en lugar de aceptar que llega la noche y esperar al alba del nuevo día."



Régis Jauffret:
Cannibales
Seuil 2016



La traducción y la adaptación son mías.



Otras entradas en Boquitas Pintadas sobre Régis Jauffret:


Crimen real y crimen de ficción
Sévère
De nazismo y monstruos en Austria
La moral serpentea
Claustria
Cada vez menos minutos
Ebrias de objetos



viernes, 7 de julio de 2017

Marlene Dietrich por Franz Hessel

Franz Hessel: Marlene Dietrich
Berlín, 1931
Epílogo de Manfred Flügge, 1992
Traducción de Eva Scheuring, 2014
Edición de Errata Naturae 2014

Es este un librito de cine raro y delicioso.
Es librito porque solo tiene sesenta páginas.

Es de cine porque habla de una estrella del celuloide europea e internacional.

Es raro porque su autor es un intelectual consagrado, de la élite, que cae rendido ante un fenómeno de la cultura popular. Como dice Manfred Flügge en el epílogo, “Hessel protege a Dietrich de la pedante arrogancia de sus colegas intelectuales”.

Es delicioso porque alberga una prosa ligera y poética y destila amor por el cine y por Berlín y devoción por la gran Marlene.

Sigue leyendo en Zinéfilaz.

sábado, 1 de julio de 2017

"Offshore"

Pues nada, que me he leído esta novela de Márkaris, he escrito una reseña y la he publicado en Calibre 38.

Leedla aquí, a ver qué os parece.

Saludos.

sábado, 24 de junio de 2017

Una especie de calma algo aburrida

"Cuando envejeces, dejas en parte de experimentar ciertas emociones. Se van difuminando hacia los setenta años. Todo aquello que te apasionaba, que te hacía arder de furia, lo que adorabas o deseabas, todo eso desaparece y se instala en ti una especie de calma algo aburrida.

Yo adoraba a mi hermano Tom. Sin embargo, ahora que ha muerto, me da un poco igual. Lo vivo así."

Ruth Rendell:
The girl next door, 2014
La traducción y la adaptación son mías


Otras entradas en Boquitas Pintadas sobre The girl next door:

La vida debía de ser maravillosa 
El jardín secreto
Los niños no saben que las cosas cambian

martes, 13 de junio de 2017

Los niños no saben que las cosas cambian

"Habían empezado a construir en aquellos terrenos antes del comienzo de la guerra, pero las obras se interrumpieron en cuanto se oyó mugir las primeras sirenas.

Los terrenos se ubicaban en un extremo del condado de Essex, en la gran periferia de Londres, y lindaban con el bosque de Epping.

Todavía quedaban en las cercanías verdísimos prados, divididos por hileras de árboles de variadas especies, que nunca se cortaban y apenas se podaban: fornidas encinas bicentenarias, cortinas de olmos que crecían antes de que se oyera hablar de su hongo parásito y, en primavera, espinos blancos como la leche y manzanos silvestres de flores rosadas.

En los campos ya no se recogía el heno y crecían hierbas amarillas, verónicas azules, borbonesas y orquídeas. La mariposa vanesa, atalanta y pavo real había desertado de las flores campestres y se dirigía hacia los arbustos que poblaban los jardines privados en los barrios de Hill y Shelley Grove.

Los niños creían que aquellos campos estarían allí siempre, que permanecerían siempre igual, porque los niños no saben que las cosas cambian."

Ruth Rendell:
The girl next door, 2014
La traducción y la adaptación son mías


Otras entradas en Boquitas Pintadas sobre The girl next door:

La vida debía de ser maravillosa 
El jardín secreto

martes, 30 de mayo de 2017

El jardín secreto

"Mucha gente sueña habitualmente con un lugar plácido, ideal, en el que dormir en paz.

El sueño comienza con una puerta en un muro. La puerta se abre e inspira total confianza: quien sueña sabe perfectamente qué hay detrás porque ya ha estado allí. Ya ha visto más veces un lugar similar, un sitio real, de verdad, pero no tan bello, no tan verde, con no tantos lagos de aguas espejeantes, con no tanta variedad de plantas. Aquí, en cambio, hay magia.

El jardín secreto es siempre el mismo. Es perfecto: los árboles están en flor, brilla un sol eterno, un pájaro canta y una libélula revolotea. Nunca querríamos abandonarlo; pero es él, el jardín secreto, el que nos abandona y en su lugar nos deja ese sentimiento de pérdida que nace de la desdicha y de la esperanza desvanecida. Quizás sea ese el primer sentimiento que experimentemos jamás."

Ruth Rendell:
The girl next door, 2014
La traducción y la adaptación son mías


Otra entrada en Boquitas Pintadas sobre The girl next door:

La vida debía de ser maravillosa 

jueves, 25 de mayo de 2017

La vida debía de ser maravillosa

"Tenían una empleada que se encargaba de las labores del hogar. Woody pensaba que de esas cosas tendría que ocuparse su mujer, pero no podía hacer nada al respecto, porque era Annie la que tenía dinero y pagaba a la sirvienta.

Woody había leído en cierta ocasión que, sesenta o setenta años atrás, el parlamento británico había aprobado una ley que permitía a las mujeres casadas conservar sus bienes y su fortuna personal, pues con anterioridad estaban obligadas a dejarlo todo en manos de sus esposos.

A Woody aquella ley le parecía un error. La vida debía de ser maravillosa en los tiempos en que todo el dinero pertenecía a los hombres."



Ruth Rendell:
The girl next door, 2014
La traducción y la adaptación son mías

jueves, 18 de mayo de 2017

La muerte es una vieja historia

Una de las muchas cosas buenas de colaborar en esa excelsa revista dedicada al género negro que se llama Calibre 38, es que las editoriales te hacen llegar amablemente sus novedades y eso te permite hacer gratos descubrimientos, como el que me ha tocado en suerte recientemente.

He descubierto, señoras, señores, a Hernán Rivera Letelier, un escritor chileno que tiene ya unas cuantas novelas en la calle y que ahora se ha animado con el género policial y con toda una trilogía, que empieza con esta joyita, La muerte es una vieja historia, de título tomado prestado a Iván Turguéniev, quien escribió:

La muerte es una vieja historia y, sin embargo, siempre resulta nueva para alguien.

He intentado trasmitiros todo lo que he disfrutado con esta novelita en un artículo en Calibre 38. Echadle un ojo mientras esperamos pacientemente a que nos llegue la segunda entrega.

sábado, 13 de mayo de 2017

Filipinas.Tierra de tifones

Así se titula el libro que os quiero vender, amigas y amigos. Y como, mucho mejor que yo, lo cuenta su autora, Lorena Fernández en su blog, copio más o menos lo que ella escribe y cambio la primera persona por la tercera.

En el verano de 2016 Lorena Fernández se fue a desempeñar una labor de voluntariado a Cagayán de Oro, Filipinas. A su regreso a este Bilbao que tenemos en común, le sobraban las ganas de hacer algo más y se puso de acuerdo con Nati de la Puerta, aka Jaio La Espía, dueña y señora de la editorial A Fortiori, para llevar adelante el proyecto Filipinas. Tierra de tifones.

Consistía en publicar un libro con fotografías de Lorena Fernández y textos de sesenta cómplices reclutados para esta batalla, entre los cuales me siento orgullosísisisima de figurar.

Si tú también quieres ser parte de esto, compra el libro, anda. Lo recaudado será para las niñas y niños de Cagayán, que necesitan transporte público para ir al colegio. Y ya sabes lo importante que es ir al colegio, ¿verdad? Pues, hala, a comprar se ha dicho.


viernes, 12 de mayo de 2017

Eva Le Gallienne: LeG

Disfruto mucho escribiendo y publicando en Zinéfilaz y aquí artículos varios sobre señoras que en su época destacaron en el cine y que no son lo que se dice tremendamente famosas.

Las recopilo aquí:

Tallulah Bankhead

Florence Lawrence

Frederica Sagor

Pauline Kael

Dorothy Parker


Y añado hoy otro artículo sobre Eva Le Gallienne, la divina Miss LeG, que aparece en esta foto de Wikimedia Commons.

Seguro que os va a gustar. Ya sabéis: en Zinéfilaz.

martes, 2 de mayo de 2017

Sonia Sotomayor: mujeres en las élites

Hola. En el blog de Doce Miradas he publicado un articulito sobre las excelsas señoras juezas del Tribunal Supremo de los Estados Unidos de América y me he centrado sobre todo en esta, la del título, en Sonia Sotomayor.

¿Por qué? Pues más que nada porque la señora Sotomayor en cierto momento pronunció una frase que, en mi opinión, resume toda la cuestión de los techos de cristal, las brechas de género y la ausencia de mujeres en los espacios donde se corta el bacalao.

Si os interesa, leedlo en Doce Miradas. Si no, también. 

jueves, 27 de abril de 2017

viernes, 17 de marzo de 2017

Tallulah aleluya

Tallulah Bankhead, actriz y celebrity, nació en 1902 en Alabama y murió en 1968, a los 66 años y todavía en activo, en Nueva York. Trabajó en cine (con Cukor y Hitchcock, entre otros), en radio y televisión, pero donde verdaderamente brilló y disfrutó fue en el teatro.


Escandalosa, coleccionista de amantes y bisexual, fue pionera multimediática, celebrity televisiva, princesa del pueblo e icono gay.

Le he dedicado un articulito en Zinéfilaz. Allá nos vemos.

viernes, 27 de enero de 2017

Todos los hombres del presidente

Era yo una jovencita cuando vi “Todos los hombres del presidente” por primera vez; y confieso que me aburrí soberanamente y no entendí nada. Pero algo bueno debí de ver porque, desde entonces, cada vez que me he encontrado con esta peli en la tele, que han sido muchas, me ha dejado enganchada a su estética setentera y a sus diálogos hipnóticos, de manera que, a fuerza de verla y verla, he acabado por apreciarla. Mucho.



Como quiera que volví a ver y a disfrutar "Todos los hombres del presidente" hace bien poco, decidí dedicarle un articulito y, buscando información en Internet, encontré una larga y muy bonita entrevista, de hace ya quince añazos, de Rick Lyman a StevenSoderbergh, en la que el director declara su amor por esta peli y comenta aspectos muy interesantes. Os los resumo e interpreto en Zinéfilaz

sábado, 14 de enero de 2017

Queremos tanto a Dorothy

El viernes 13 de enero me invitaron a decir unas palabritas en el acto de entrega de premios del Concurso de Cuentos "Noble Villa de Portugalete", en el que participo también como jurado, y yo me preparé una charleta, que me ha quedado emocionante y apasionada, sobre Dorothy Parker.
Os la copio aquí. A ver si os gusta.

Adiskideok, jaun-andreok, gazteok, agintariok...
Ongi etorria ematen dizuet nire lankide epaileen izenean ere bai.
Aurten niri egokitu zait sariak banatu aurreko berba apur hauek botatzea eta atsegin handiz egingo dut, aurtengo ipuinak irakurri bitartean, berehala jakin nuen-eta zertaz aritu nahi nuen.

Según leía los cuentos de este año me venía a la mente una y otra vez cuánto le debe nuestra narrativa actual al cine, me preguntaba cómo escribiríamos si no supiéramos lo que es el cine, hasta qué punto serían diferentes las escenas que dibujamos con palabras si no existieran las pantallas ni la narrativa cinematográfica en nuestras vidas.

Entonces, pensando en cine y en literatura me acordé de una escritora de cuentos que también escribió guiones para Hollywood, como muchas otras escritoras y escritores.
Me acordé de Dorothy Parker. Por si alguien no la conoce diré que nació en New Jersey en 1893 y murió en Nueva York en 1967.
Retomé sus cuentos y sus escritos y me volví a enamorar de ella.

Digo que me volví a enamorar porque ya me había enamorado otra vez hace unos años, cuando leí un volumen que recopilaba varias de sus historias breves, titulado “La soledad de las parejas”, título iconoclasta donde los haya y revelador del universo creativo de Parker.

Además de enamorarme, me propuse aprender algo de ella, obtener alguna enseñanza de su obra y, por qué no, de su vida, que fue intensa y llena de contrasentidos. Y pensé que había al menos cinco cosas que aprender de Parker.

Primera
Se puede triunfar en un entorno adverso.
Parker era de familia pobre, pasó una infancia terrible, muchas necesidades; perdió a sus padres muy joven. Según algunas fuentes dejó la escuela a los 13 años; según otras a los 18. Y ella misma decía en una entrevista a una periodista: “Si te contara mi infancia, no querrías estar conmigo ni en la misma habitación”.
Ella, que era muy víbora, muy hiriente y muy dura consigo misma, también dice que era una de esas niñas repelentes a las que les gustaba escribir y componer rimas.
Con 22 años consiguió vender un poema a Vanity Fair por doce dólares y luego la contrataron en Vogue. Volvió a Vanity Fair, de donde la despidieron por deslenguada. Así. Sin más. Y luego también escribió para New Yorker.


Segunda
Parker escribía como era y de lo que era y lo que vivía, lo que veía.  De su ciudad, NY, y de su gente; no se molestó en ambientar ningún cuento, por ejemplo, en China. Aunque sí ambientó uno en Valencia, donde estuvo durante la Guerra Civil Española. Se crio en Manhattan, apenas salió de una cuadrícula de calles y supo convertirlas en un territorio mítico. Porque entonces NY, Manhattan todavía no era el territorio mítico que hoy es. Dorothy Parker contribuyó a construirlo.
Era irónica, mordaz, sarcástica, cáustica, vitriólica, muy ingeniosa; tenía tendencia a la sátira y al humor. Y escribía así, como era. Le gustaban los juegos de palabras de esos que hacen las delicias de los traductores, pero que al traducirlos pierden toda la gracia. Le gustaban tanto que hasta puso uno en su epitafio.
No forzaba el estilo. Lo cultivaba: le llevaba 6 meses perfilar un cuento. Pero no lo forzaba. Forzar el estilo siempre es arriesgado. Hay quien lo hace genial, muy bien, pero tampoco es imprescindible.
Era contradictoria, así que podía ser jocosa, alegre y trágica a la vez. Y sabía captar las escandalosas contradicciones de lo cotidiano.
Escribía sobre sí misma. Puede decirse que toda su obra es autobiografía.

Tercera
No cultivó un solo género. Se permitía el lujo de desperdigarse, de experimentar. Bueno, en su caso, no fue por el mero gusto del experimento, sino por razones más bien alimenticias, pero la cosa es que escribió de todo. Versos satíricos para periódicos, un género muy en boga antaño y hoy ya prácticamente desaparecido; colaboró en obras de teatro para Broadway, guiones para radioteatro, guiones para Hollywood (con dos nominaciones a los Oscar) e incluso letras de canciones para musicales de Bing Crosby; críticas literarias y de teatro, que eran desconcertantes (nunca se sabía qué le iba a gustar y qué no) y, por supuesto, divertidas.
De toda su producción han perdurado mejor los cuentos, porque con ellos dio en lo clásico. Dio en el lado oscuro de la vida urbana del siglo XX. Son historias breves sobre tragedias intransferibles, gente desdichada, desventurada, heredera de la convulsión, que a la vez resultan cómicas, grotescas.

Cuarta
Cultivaba excelentemente la oralidad, lo verbal.
Sus cuentos eran puro diálogo, con nulo relleno, hasta el punto de que se han convertido en piezas teatrales breves. Tenía muy buen oído para captar las hablas neoyorquinas, la viveza, la gracia y la riqueza del lenguaje de la calle.
Y a mí esto me gusta, porque no entiendo la literatura sin el amor por la lengua.


Quinta y última
Lo que más me gusta de ella. Era sobria, ácida, incisiva y punzante. Que sabía dar donde duele, supo encontrar los puntos débiles, las flaquezas de su civilización. Sin ofender ni desagradar, pero haciendo lo que tiene que hacer el arte, que es sacudirnos, conmovernos, asaltarnos, desasosegarnos. Al menos así es la literatura que a mí me gusta, la que te provoca un respingo y te hace decir: ¡Uff, concho!

Y aquí es cuando, al hablar de lo que me gusta, me vengo arriba y declaro mi amor total, ya en plan fan girl, por Dorothy Parker, porque además de una gran escritora, es también una figura icónica, ética y estéticamente.
Adelantada a su tiempo, ecléctica. Combinaba perfectamente lo que algunos han llamado “un desmesurado pesimismo vital” con un ingenio que la hacía ser muy divertida.
Sabía derramar vitriolo y a la vez ternura y compasión por las tragedias personales.
Fue siempre pobre, pero vivió rodeada de cosmopolitismo y oropel.
Era pesimista y a la vez idealista. Fue una luchadora antirracista y legó sus bienes al movimiento de Martin Luther King. Precursora de lo que luego se llamó el “radical chic”. Sabía ser espeluznantemente frívola. Se le atribuye la frase: “Quiero vivir libre de ataduras; pero eso sí: con sombreros a la moda, y un buen servicio de habitaciones”. Porque nunca vivió en una casa, ni siquiera alquilada, sino en un hotel. En un hotel murió también.
Parecía, pues, una frívola, pero era una radical. Nada convencional y siempre elegante. Culta, refinada.
Era desdeñosa consigo misma, despreciaba su talento, pero no dejó nunca de cultivarlo para sentirse maravillosa, malvada y evanescente.
Era a la vez vital y autodestructiva. Decía: “Lo peor no es sufrir, sino dejar de disfrutar”.
Escribía sobre la desdicha y la infelicidad, y a la vez te hacía reir y te hace sentir culpable por reirte de la desgracia ajena, pero te sientes un poco menos culpable cuando comprendes que era su manera de aliviar su dolor. Era inmisericorde, pero la diana de todos esos dardos envenenados era ella misma.
Se adelantó a su tiempo, a los “haters” actuales, con una colección de poemas titulada “Canciones del odio”, donde dispara a diestro y siniestro como en una letanía, en lo que a caba siendo un tremendo ejercicio de humildad, porque quien expone sus odios expone sus flaquezas y no hay soberbia más grande que la de quien dice amar a toda la humanidad.


Dejó huella en la cultura popular norteamericana y, por tanto, occidental.
Se dice que inspiró el personaje de Carry Bradshaw en la serie “Sexo en Nueva York”.
Alan Rudolf le dedicó un largometraje y Prince, una canción: “La balada de Dorothy Parker”.
Uno de sus cuentos, “Big Blonde” fue seleccionado por Augusto Monterroso para su “Antología del cuento triste”.

Y este ha sido mi pequeño homenaje a Dorothy Parker y a su legado ético y estético.

Omenaldi xumea izan da, baina benetan bihotzekoa, eta espero dut, zuentzat, jakingarria. Besterik gabe, mila esker zuen arretagatik. Muchas gracias.