martes, 8 de diciembre de 2015

La maestra, la escuela y la esquinita

Este texto es mi aportación al periódico Karakorum que acompaña a la exposición del mismo título del fotógrafo Mikel Alonso. Así he tenido el enorme placer de contribuir al proyecto de Baltistán Fundazioa junto a mis compañeras de Doce Miradas. La exposición permanecerá hasta el 10 de enero en la  Sala Rekalde de Bilbao.


Escuela de Machulu. Karakorum. Mikel Alonso.

Cuando yo era niña, de mayor quería ser maestra, porque para mí en el mundo solo había dos tipos de mujeres: las madres (y quien dice madres, dice tías y abuelas) y las maestras.

Bueno, había un tercer tipo; estaban también las cantantes que veía en la tele, las que triunfaban en Eurovisión. Pero las cantantes pertenecían a otro mundo, al mundo de la pantalla y la ficción en general, donde se mezclaban con los libros y los tebeos,  las heroínas de Dickens y las películas de Tarzán.

Cuando me atrevía a soñar, decía que quería ser cantante. Cuando no, era plenamente consciente de que en mi mundo real, en mi barrio, solo podía ser madre o maestra.

Los hombres podían ser más cosas: podían ser obreros con buzo, carteros o alguaciles con uniforme, oficinistas con corbata… Pero las mujeres no; las mujeres solo podían ser madres o maestras.

Y yo enseguida elegí ser maestra.

¿Por qué? Porque las maestras olían rico, se vestían elegantes para ir a trabajar, tenían las manos blancas y lo más importante de todo:  sabían mucho, sabían muchísimo, y yo intuía, no sé cómo, pero lo intuía, que ese conocimiento las hacía más libres. Que ese sumergirse en los libros era como traspasar el espejo de Alicia y adentrarse en otros mundos mucho más luminosos que el nuestro, que el mío.

§ § § §

Mi escuelita estaba dividida en dos: el lado de los chicos y el lado de las chicas. Tenía dos puertas, dos aulas, dos maestras, dos pasillos, dos todo.

Al patio salíamos los niños y las niñas al mismo tiempo, juntos, pero nunca mezclados. Las niñas nunca jugábamos con los niños. Al menos yo no recuerdo haber jugado nunca con los niños. No recuerdo haber tenido nunca ningún amigo. Sí, recuerdo, en cambio, los nombres y los apellidos de los chicos que nos pegaban y nos tiraban piedras y balonazos.

§ § § §

Los chicos jugaban al fútbol en el centro del patio y las niñas nos quedábamos en las esquinitas. "¡Aparta, chavala!", nos gritaban cuando pisábamos su territorio.

Un día, tres chicos vinieron a ocupar también nuestra esquinita. Llegaron, se desplegaron, tomaron posiciones y, como no tenían balón, se pusieron a jugar al fútbol con una piedra. "¡Aparta, chavala!"

Aquella vez no me aparté. Un poco por cabezonería y otro poco porque ¿adónde querían que nos fuéramos, si nos expulsaban también de la esquina? ¿Qué teníamos que hacer? ¿Desvanecernos?

No me aparté y recibí una bonita pedrada en una ceja.

Sangré como un pollo, lloré como un becerro, la maestra acudió asustadísima y aquellos tres chavales se llevaron una regañina y un castigo. No volvieron a ocuparnos la esquinita.

Y yo aprendí que salirme con la mía tenía un precio. 

§ § § §

Mi escuela, pues, no era tan distinta de la de Karakorum. En ambas las niñas, de una manera u otra, aprendimos que nuestro lugar eran las esquinitas, los márgenes, los rincones; que había que ceder el centro a otros.

Eso tenemos en común las que fuimos niñas en mi barrio y las niñas de Karakorum; esas chiquitinas adorables  que ahogan la risa. Que miran, que se muestran, pero ya saben, porque alguien ya se lo ha dicho, porque es lo único que han visto siempre a su alrededor, que lo suyo no es mostrarse, no es figurar, que su puesto es la esquinita, que la suya va a ser siempre una imagen desdibujada al fondo de la fotografía. Que los primeros planos, los balones, las bicis, los centros y los cetros son para los chicos.


Las niñas de Karakorum lo saben. Pero también saben que de mayores serán maestras. Abandonarán la esquinita, subirán al estrado, tomarán la voz cantante y todo el mundo se dará cuenta de que saben mucho, muchísimo.

sábado, 14 de noviembre de 2015

Nunca nada demasiado bueno

Nací en 1980 en una familia en la que mi padre traía el dinero a casa y mi madre gastaba lo menos posible.
Mi padre se marchaba todos los días a las ocho y regresaba poco después de las siete, con los bolsillos llenos de pasta.
Mi madre se los vaciaba para poder plegar luego bien la chaqueta y los pantalones y que le sirvieran para toda la semana. Alisaba los billetes con el canto dela mano, hacía montoncitos con las monedas y las clasificaba por tamaño: las más gordas iban a parar al cajón de las compras y las más pequeñas, a una caja de zapatos cerrada con cinta aislante a la que mi madre llamaba "el bote".
Los billetes los archivaba en un billetero con muchos clasificadores y lo introducía en un escondrijo en forma de libro.
Apuntaba los ingresos y los gastos en un cuaderno grande de tapas negras. Según la época del año, el cuaderno estaba caliente o frío; me servía de barómetro. Ponía la mano encima y, según le pegara el sol o no, el cuaderno me quemaba o me helaba y así sabía yo qué fiestas estábamos a punto de celebrar.
Mi madre, ahorradora ella, hacía sus previsiones, por si acaso, antes de las fiestas y así, cuando el cuaderno se enfriaba, era porque se acercaba la Navidad y yo me esperaba unos dulces o algo así, un regalito simple y tranquilizador, nunca nada demasiado bueno.
A mí me gustaba cuando el cuaderno estaba frío, pero también cuando quemaba, porque anunciaba la piscina, gofres, jugar a palas, la elección de miss y el concierto de rock.
Mi madre se las arreglaba para que mi hermano y yo participáramos en todas esas actividades. Ella era la protectora del hogar y mi padre nunca le decía que era una buena mujer de su casa ni un ángel; le decía que era un adefesio. Y aunque ella sabía que no lo decía en broma, sonreía y hacía ver que era una especie de juego.


Claire Castillon:
Les Merveilles 
Grasset 2011

La traducción y la adaptación son mías.

Otra entrada en Boquitas Pintadas sobre "Les Merveilles": Un gancho de carnicero

domingo, 8 de noviembre de 2015

Un gancho de carnicero

Joe Vandaire es un hombre. Y, aunque una todavía no sea una mujer, se da cuenta inmediatamente de que, el día en que empiece a estropearse, ya no te parecerá nunca más que tiene los ojos azules, las encías rosadas ni la dentadura nívea. De un día para otro se apagará y lo que antes te gustaba de él luego te quitará el apetito. Un día te despertarás de golpe frente a su cutis cerúleo y mal ventilado y su olor a colilla vieja. Todo será pesado y te disgustarán sus abrazos.

Verás cómo le brotan de los labios palabras de carretero bruto y querrás que eche por la boca todo lo demás: los dientes, la lengua, el esófago. Soñarás que está tirado, reventado y retorcido en un rincón o colgado de un gancho de carnicero. Pensarás en sus borracheras.

Y, sin embargo, no puedes resistirte. Te dejas llevar porque Joe Vandaire te llama "nena, pequeña" y te vuelve loca.

De momento estamos en los preliminares. Por la diferencia de edad. Le he dicho que tengo diecisiete años. No sabe que en realidad tengo trece.

Claire Castillon:
Les Merveilles
Grasset 2011

La traducción y la adaptación son mías.

viernes, 30 de octubre de 2015

"Las viudas de los jueves" en Zinéfilaz


Claudia Piñeiro (@claudiapineiro), guionista, dramaturga y novelista argentina, publicó Las viudas de los jueves hace ya diez años, en 2005, y enseguida se convirtió en una novela exitosa.

¿Cómo se mide, entre otros baremos, el  éxito de una novela? Pues se suele tener en cuenta si ha sido o no llevada al cine, porque las películas, en contra de la opinión general, muchas veces engrandecen los textos narrativos; o, al menos, permanecen a su altura o en absoluto los dañan. 

Eso podemos decir de la versión fílmica de Las viudas de los jueves que realizó el también argentino Marcelo Piñeyro, que no nos consta que sea primo de Claudia.

Marcelo acostumbra a adaptar al cine piezas literarias argentinas; así lo ha hecho recientemente con Betibú, otra novela de Claudia, y ya lo hizo en el año 2000 con Plata quemada, de Ricardo Piglia, por la que se llevó un premio Goya. Desde ahora aviso que la novela de Piglia y la peli de Piñeyro caerán próximamente por aquí en otro de mis Del papel al celuloide.

Sigue leyendo en Zinéfilaz.

martes, 22 de septiembre de 2015

"La balada de Rikers Island" en Calibre 38

Después de daros la tabarra con varios posts dedicados a párrafos selectos de esta obra, por fin publico una reseña comme il faut en Calibre 38.

Y aprovecho para soltar mi habitual reivindicación a las señoras y señores responsables de las editoriales: hay mucha y mucho autor francés que gozaríamos enormemente en español. Ánimo, pues.

Régis Jauffret:
La ballade de Rikers Island
Seuil 2014


Otros artículos sobre Jauffret en Boquitas Pintadas:

viernes, 18 de septiembre de 2015

Joyas robadas en Zinéfilaz

El verano es bueno para el cine. Siempre lo ha sido. Diría incluso que antaño lo era más; al menos en mi vida, pues recuerdo cierta época en la que, para escándalo y preocupación de familia y amistades, no asistía a ningún evento veraniego, me pasaba las tardes en las salas viendo pelis de reestreno y hacía descubrimientos tan eclécticos como maravillosos.

Así me vi las primeras pelis de un jovencísimo Massimo Troisi (cuánto disfruté la comedia Ricomincio da tre), casi todo lo de Arthur Penn, Alan J. Pakula, Sam Peckinpah... Qué gozada, amigas.
Esos milagros ya no suceden en verano; al menos en mi entorno. Ya no quedan cines que en julio y agosto, a falta de estrenos, programen clásicos ni retrospectivas. Pero, gracias a los dioses, existe la televisión y existe, entre otros deliciosos canales cinematográficos, el canal Sundance, de donde he extraído este verano varias joyas robadas.

¿Por qué digo joyas robadas? ¿Por qué le he puesto ese título al artículo? Pues porque me he acordado de un hermoso disco, de la italiana Alice, que se titula así, Gioielli rubati, en el que interpreta piezas hermosas como joyas que dice haber robado a su compositor, Franco Battiato.

Así pues, yo también este verano he recuperado tres joyas que habían sido robadas a mi conocimiento, porque no sabía que existían, y que he extraído de las profundas simas de mi ignorancia gracias a la televisión.

De estas tres joyas cine-televisivas os hablo en Zinéfilaz. Allá nos vemos. Ciao.

sábado, 12 de septiembre de 2015

Una suerte pequeña

Tabú

“Una suerte pequeña”, a pesar de ese titulo inofensivo, nos pone ante los ojos uno de los grandes tabúes de estos principios del siglo XXI: las madres que abandonan a sus hijos.

No lo hace al estilo del melodrama folletinesco; no se trata aquí de la prototípica madre sola y joven que deja a su retoño  en manos de una institución benéfica. No.Se trata de tener un hijo ya crecidito, largarse, no dejar rastro y no volver a aparecer. Abandonar para sobrevivir. Tener que elegir entre el bienestar de un hijo y el propio y elegir el propio. Hacer eso que se supone que no hacen las madres. He ahí el prejuicio destructivo y la raíz del tabú.

Es inevitable, con estas premisas narrativas, acordarse de “Las horas”. No tanto de la novela de  Michael Cunningham, que no he leído, como de la peli de Stephen Daldry, en la que Julianne Moore interpreta brillantemente a ese “monstruo” (sic; así la llaman en la película) que elige salvarse a costa de su familia. Y, aunque no me hubiera venido a la memoria, me lo habría recordado la propia Claudia Piñeiro, pues cita expresamente la novela en “Una suerte pequeña”.


Pero vuelven

Hace falta un nudo novelesco para construir una novela y, claro, las madres vuelven. La protagonista y narradora de “Una suerte pequeña”, como sucedía también en  “Las horas”, regresa a su ciudad y reencuentra lo que quería reencontrar y lo que no.

Este regreso trae consigo, como podéis suponer, una excesivísima carga emocional muy difícil de resolver literariamente sin caer en lo peor del melodrama. Con todo, Claudia Piñeiro sale triunfadora del trance, gracias a cierta contención y contundencia estilísticas y a una sólida estructura narrativa, a una buena arquitectura del relato.


La arquitectura del relato

“Una suerte pequeña” descansa sobre un puñadito de elementos, muy escogidos, que salpican todo el texto. El más gordo, el central, el que lo determina todo, es el de la maternidad y el abandono, ese tremendo tabú con el que he arrancado esta reseña.

Cuelga de este pilar central otro secundario, que es la propia madre de la narradora, quien sirve para explicar su relación con la maternidad. Y hay otros elementos menores, menos intensos, pero no menos eficaces. Uno de ellos es muy de mi gusto: la lengua, las lenguas, el inglés y el español en convivencia, en interferencia y en contraste, el discurso, el relato. Este elemento encaja en la novela porque la protagonista, argentina, es profesora de inglés para extranjeros en Boston.

Otro pilar de los que apuntalan el relato es algo a lo que nos tiene acostumbrados Piñeiro: la disección crítica de la “buena” sociedad bonaerense, la podredumbre de la clase media-alta,  la tontería de la apariencia y el consumo, la competitividad entre familias, hombres, mujeres y niños.
Piñeiro, como ya hizo en “Las viudas de los jueves”, dibuja un grupo social asfixiante, muy dado a juzgar a la gente ya sentada en el banquillo, porque saben que nunca estarán allí sentados.


¿Thriller?

“Una suerte pequeña” se publicita y se describe como thriller. Y empieza como thriller, con intriga, pero, a diferencia de lo que sucede en anteriores novelas de Piñeiro, no se trata de intriga policial, sino de otro tipo de intriga mucho más desgarradora: intriga familiar, íntima.

Piñeiro va poquito a poco adelantando un terrible suceso, nos va ofreciendo brochacitos, pinceladas. Va dejando miguitas de información para que las lectoras las recojamos y reconstruyamos la hogaza.
Piñeiro nos engaña. Como la buena literatura, su obra es engañosa: como digo, empieza con apariencias de thriller y luego se transforma en otra cosa, se convierte en relato muy íntimo, en primera persona, porque, como escribe lapropia Piñeiro, “el dolor solo se puede contar así”.


Hasta pronto

Leo que Claudia Piñeiro prepara la segunda entrega de “Betibú” porque se ha encariñado con los personajes (y quién no).

Ansiosa ya por leerlo, me pongo a buscar “Un comunista en calzoncillos”, que no he leído, y me despido hasta pronto. Hasta pronto, pues, Claudia. Va a ser un placer reencontrarnos.

Una suerte pequeña
Alfaguara 2015


Otras entradas en Boquitas Pintadas y en Doce Miradas sobre Claudia Piñeiro:


viernes, 4 de septiembre de 2015

"La trampa" en Calibre 38

Hola, ¿qué tal? Vuelve septiembre y vuelve Calibre 38 con una reseña mía sobre una novela de intriga y asesinatos: "La trampa", de Melanie Raabe.

Id a Calibre 38 a leerla. Hasta pronto.

domingo, 16 de agosto de 2015

ESPedizioa

Literatura eta mendia

Literatura eta mendizaletasuna nekez ibili dira elkarren eskutik. Orain arte behintzat, oraintxetik aurrera, berriz, betiko lotu baitira. Estu-estu. Hain estu ezen ESPedizioa, liburu hau, mendia eta literatura betiko lotzen dituena, bi ataletan topatu baitut liburu-dendetan, literaturaren atalean eta bidaienean, arduradunek non kokatu ez zekitelarik eta liburu aleak erditik puskatzea aukera balekoa ez zela.

Lotura estu, komuniyo horren aurreneko froga libruko lehen orrietan dugu: argazkia da, zeinetan Juanra Madariaga mendizale idazlea Unai Elorriagaren “Sprako tranbia” liburuaren irakurle agertzen baita. Non egina al da argazkia? Bada, Shisha Pangma mendi luze pisutsuaren gailurrean.

Liburuan barna abiatzen garelarik ikusiko dugu nola beste mendizale batzuk ere agertuko dituen Madariagak literaturari josita, haren kontakizunean mendi erraldoi beldurgarri horietan ibilitako heroi europear izendun  gehienek liburu bana motxilan jo baitute goia. Astronautek musika omen daramate espaziora. Mendizaleek, ordea, liburuak. Fikzio polita da mendizaleak literaturzale ere izatea. Egia ote? Ez dakit, bada.

Paragrafotxoa merezi du egiaren eta fikzioaren arteko gatazka hori, autofikzioa irakurtzen dudan guztietan, guzti-guztietan bezalaxe, oraingoan ere tentazio handiegia izan baitut ikertzeko, aberiguatzeko, ESPedizioak kontatzen duenetik zer den egia eta zer ez, nahiz eta ondo jakin horrek inora ez naramala, literaturaren kontrako miaketa tentela dela.

Beraz, aurreko askotan bezala egitea deliberatu dut: hots, nik neuk erabakiko dut zer gertatu zen benetan eta zer ez, hori bai datorrela bat literaturarekin, literatura bezain literario eta fikziozkoa baita.

Literatura egiteko parada ederra dira desagerpenak, mendizale mendizerren inmensitatean betiko galduak. Bide hori, ordea, ez du gehiegi jorratzen Madariagak. Carlos Fuentes mexikarrak “Gringo Viejo” eleberrian egiten zuen moduan egitea zeukan: asmatu zer gertatu zitzaien desagertuei, nola hil ziren edo nola salbatu ziren, nola Shangri-La moduko batean gelditu ziren gozo eta betiko zoriontsu bizitzera edo nola itzuli ziren, milaka abentura igarota, mendebaldera, beste nortasun bat hartuta, amnesiak jota apika, nola bizi ziren beste inor izanik …

Ez du jorratzen, ez, Madariagak bide zabal hori. Beste bidexka bat, ordea, bai, haluzinazioena. Hirugarren ibiltaria aipatzen du. Mendizale higatuen buru zoratu ilunduan bidelagun agertzen zaien hori da hirugarren ibiltaria. Horrek zeru literario oso bat zabaltzen du, imaginatuzko bidelagun horiek edozer izan daitezkeelako, mota guztietakoak, mendizale makalduaren eta idazle zorrotzaren irudimenak nahi duena hain zuzen ere.

Niri, ordea, bururatu zait hirugarren ibiltari hori irakurleok garela; ni neu izan naizela mendizale izarren bidelagun munduko mendi luze eta pisutsuenetan eta horrek, munduko sapaietan barna haluzinazio gisara ibili izanak, nolabaiteko eskubidea edota parada ematen didala esateko irakurle literaturzale askori urrun eta arrotz egin zaigula guztiz goi mailako mendizaletasunaren unibertso hori; literaturrak, ordea, tarteko delarik, leundu egin duela nabarmen urruntasun estratosferiko hori.


Maupassant eta megalofobia

“Ez dut uste mendiak gaiztoak direnik, baina batzuek itxura hori islatu nahi
dutela begitantzen zait”
Hala dio Madariagak liburuko pasarte batean. Eta, nahi ta nahi ez, Guy de Maupassant ekarri dit gogora, Maupassant baino lehen, mendiak literaturan, margolaritzan, artean ere bai, izaki onberak zirelako, natura onuragarriarekin bat eginda zeudelako; Maupassant baino lehen ezin zen mendietatik ezer txarrik etorri.

Guy de Maupassant idazle frantziarrak, ordea, goitik behera aldatu zuen mendien ikuskera idiliko hura. Maupassant sentiberaren irudirako, mendiak erraldoi kupidagabeak ziren, munstro hiltzaileak. Eta zer esanik ez, ni beti sentitu naiz Maupassanten sentimenduetatik gertuago, beste edozertatik baino. Are gehiago esango dut: Maupassanten ipuin zoragarriak irakurri baino lehen, uste nuen neu nintzela bakarra munduan mendien beldur, neu baino ez zela unibertsoan megalofobiak jotakoa. Oker nenbilen. Eta poztu zitzaidan Maupassanten ipuin guztiz gomendagarrietako orrialdeetan jabetu nintzenean nire umetako eta ez hain umetako ikara bakarti haiek Maupassant txit argiak ere pairatzen zituela.

Ikusten, adiskideok? Horretarako ere balio du literaturak, munduan bakarrik ez zaudela, bakarra ez zarela, sentitzeko.

Maupassantek, beraz, lotu zituen betiko mendiekin hainbat elementu literario oparo: hala nola, heriotza, arriskua, zoramena, haluzinazioak, gizakien ahuldadea natura ankerraren aurrean… Fantasiara lerratzeko parada zabaldu zuen, paisaiaren ederrean gelditu barik.


Lirika, mistika, epika eta Hollywood
“Bostehun tona tximeleta hilik ezin irudikatuzko imajina da”.
Aipu eder horrek argiro adierazten du “Espedizioa”ren alde lirikoa, lirikara bultzatzen baitu edonor bakardadeak, bakardade zuriak, lirikara eta dibagazioetara, gauza bat eta bera ez badira biok.

Baina mistika ere agertuko zaigu, lirikarekin bat eginda, Madariagak paisaia barrutik deskribatzen digunean. Eta preseski deskripziozale, ez eta naturazale ere, ez naizen honek, gizakien eremua naturarena baino milaka aldiz nahiago dudan honek gozatu egin dut, halarik ere, esaterako, airearen potret honetaz:


“Airea harizkoa da, bigunegia, gardenegia, zuloak dituela ematen du, zuloak non oxigenorik gabeko airea dabilen, hutsa, ezereza”.

Aparteko espazioetan, diosku egileak, gizakiok “lebitazio moduko zerbait” sentitzen dugu. Hori mistika ez bada?

Epika, bestetik, altuerak, hotsak, eguraldi etsaiak dakarkigu, batez ere Madariagak horrek guztiak giza gorputzari nola eragiten dion jakinarazten digunean.

Baina epika beste zerbait gehiago ere bada. Epika bizi izateko modua da. Sufrimenduari aurre egiteko kapaz denaren bizimodua, gorengo sari bati begira bizi denarena. Bizimodua da epika eta bizitza, oro har, sarritan da mintzagai liburuan.


“Bizitza bi modutan bizi daiteke: dena mirakulua ez balitz bezala edo dena mirakulua balitz bezala”.

Esaldi hori pasafraseatzeko gogoari ezin eutsi eta egin egingo dut, neure modura birbotako dut; hots: “Bizitza bi modutan bizi daiteke: epikaren erara edo epikarik gabekora”.

Genero horiek guztiak, beraz, topa ditzakegu, nahasi eder harmoniatsuan zein bata bestearen atzean, “Espedizioa”ren kapitulu labur soil batean, egileak konfekzionatzen dituen zerrendetan ibuprofenoa eta pinpilinpauxak harmonia osoz nahasten diren bezalaxe.

Eta azkenik, Hollywood dugu, gailurrera iristen diren eszena hori Hollywooden filmatua bezalakoa da-eta. Mirespenaz idazten dut hori, ez pentsa, txalotu nahian, bat ere ironiarik gabe.

Magnificat entzuten dugula (berriz ere austronauten musika), garaipenaren eszena loriatzen du musikak eta toke epikoa ematen dio eszenari. Gero, berriz, Lascia ch’io pianga entzuten da airean, malkoak datoz, beraz, negarra, eta horra hor berriro lirika. Zalantza izpirik gabe, berriro diot Hollywooden ederto filmatuko luketela eszena hori. Produktoreren batek interesik ote?

Juanra Madariaga:
ESPedizioa. Mendi ororen pisua
Txalaparta 2015


Beste sarrera bat Boquitas Pintadas blog honetan ESPedizioaz: Hay gentes.

lunes, 27 de julio de 2015

Hay gentes

Hay gentes
a las que, cuando hablan, se les pone en los ojos una especie de ahogo
 y no pronuncian palabras claras jamás;
marcan la danza de los números y al instante se arrepienten,
sin un propósito.

Hay gentes de verbo seco, labios desertizados
 y manos eternamente frías,
 que escriben nombres en el vaho de los espejos.

Hay besugos encorbatados, beduinos amables, fracasados de los de verdad
y de los que no pueden imaginar una vida entera en el fracaso.

Hay ballenas poliformes, alacranes que mutan a humanoide
y reparten besos tóxicos.
Hay quienes hacen promesas para incumplirlas
y nunca asimilarán hasta qué punto te hieren
cuando te dejan sin luz.

Hay gentes que no son bumeranes,
pues se van y no regresan.
Hábiles para caer hacia arriba, se manejan bien en la verticalidad.

Se traban al definir el mundo; nacidas para perder, no saben qué hacer
con tanta vida y se acobardan
bajo una bandada de mirlos.

Hay quienes ceden y se disponen a agujerearse las venas,
quienes se marean cuando ven sangre; quienes prefieren morir
antes que ensuciarse en el barro de la vida.

Los hay incapaces de decir que sí;
son de palabras como no sé, a lo mejor, no y no; respiran la atmósfera del odio.

Los hay que viven gracias al impacto de un abrazo, en una continua asfixia, en alarma;
quienes, al inclinar la cabeza, muestran que son vulnerables;
quienes han perdido documentos, firmas, formas, su espacio básico de seguridad,
ruidos y oportunidades.

Hay ojos coloreados que saben oscurecerse y son ciegos al porvenir;
hay serpientes letales e insectos con coraza.
Hay quienes amanecen todos los días dispuestos para el combate; quienes luego mueren,
con las fuerzas debilitadas, sin ganas apenas de abrazar.

Quienes se hacen un agujerito en un dedo, se chupan la sangre y luego escupen;
también hay quienes se la tragan toda.

Hay gente falsa, ingrata, farsante, intensa, gente
que humedecerá mil veces las pestañas;
hay quienes sufren descargas de tristeza incontrolable, quienes degustan siempre
días de cloro y betadine.

Hay quienes desayunan sus coherencias y desprecian el pronóstico del hado;
los hay capaces de aplastar orugas, callar por no estorbar, suplicar
que les digan te quiero, decir no te vayas al mirarte.

Hay quienes te ayudan a esperar lo improbable, quienes te lo dan todo y te vacían
o te llenan hasta los topes; hay gente que ha nacido para estar a tu lado.

Y hay quienes te abandonan.

Juanra Madariaga:
ESPedizioa. Mendi ororen pisua
Txalaparta 2015


La traducción y la adaptación, libérrimas ambas, son mías.

lunes, 20 de julio de 2015

El odio a pleno pulmón

Se tragará su propia mentira como una piedra que le rasgará la garganta. Respirará el odio a pleno pulmón, como el aire intacto de las profundidades, esas bolsas de oxígeno helado que se conservan desde la edad de piedra en cavernas que ningún espeleólogo profanará jamás.
El odio es el origen de la humanidad, cuando partió a la guerra hasta el fin de los tiempos, cuando inventó el fuego para poder forjar el hierro de las armas, cuando descubrió la pólvora; y la tinta, para poder dejar constancia de sus atrocidades.

Régis Jauffret:
La ballade de Rikers Island
Seuil 2014

La traducción y la adaptación son mías.


Otros artículos sobre Jauffret en Boquitas Pintadas:

Crimen real y crimen de ficción
Sévère
De nazismo y monstruos en Austria
La moral serpentea
Claustria
Cada vez menos minutos

miércoles, 15 de julio de 2015

Ebrias de objetos

Cartel de entrada al penal de Rikers Island (theguardian.com) 

Vivir en América, consumir, aspirar a ser libre. Escapar por fin del yugo del matrimonio, de una familia en la que las niñas se reparten el trabajo duro, mientras sus hermanos varones se aburren y sueñan también con vivir en Occidente, donde las gentes, tras una orgía de compras, se tambalean, ebrias de objetos, a la salida de los centros comerciales.


Régis Jauffret:
La ballade de Rikers Island
Seuil 2014

La traducción y la adaptación son mías.

Otros artículos sobre Jauffret en Boquitas Pintadas:
Crimen real y crimen de ficción
Sévère
De nazismo y monstruos en Austria
La moral serpentea
Claustria
Cada vez menos minutos


viernes, 10 de julio de 2015

Carne trémula

En mayo pasado falleció Ruth Rendell, una de las novelistas que más horas de lectura me ha brindado. Descanse en paz.

Andaba yo, pues, pensando en cómo brindarle un homenaje merecido y, como quiera que me tocaba publicar en Zinéfilaz, se me ocurrió revisitar "Carne trémula", la peli de Almodóvar basada en la novela de Rendell "Live flesh".

Fui a la estantería donde tengo los deuvedés, confirmé que tenía "Carne trémula" y le quité el papel de celofán, prueba de que el disco estaba intacto. Entonces me di cuenta de que solo había visto "Carne trémula" una vez, cuando la estrenaron en los cines; cosa rara, porque, como ya sabéis, yo soy muy de Almodóvar y casi todas sus pelis me las veo varias veces.

Pero "Carne trémula" no. ¿Por qué? Pues seguramente porque, como "Kika" o "Los abrazos rotos", no me entusiasmó en el primer visionado.

Vi, pues, "Carme trémula" por segunda vez en mi vida y ¡oh, sorpresa!, me gustó más, bastante más, que la primera. Como suele suceder, vi cosas que antes no había visto y le puse distancia y perspectiva.

El resultado de todo esto lo he publicado en Zinéfilaz. Id para allá, hale.

domingo, 5 de julio de 2015

Cada vez menos minutos

"Transcurrido ya el tiempo en el que proporcionaba materia prima a la actualidad, Nafissatou se convirtió en un recuerdo ilustre, como los astros del fútbol jubilados, como las princesas muertas o las top models de antaño, a quienes se dedica cada vez menos minutos en antena.
Se hizo intemporal como un icono; un icono de víctima, pérfida o puta, según la opinión.
Se anunció que había llegado a un acuerdo pecuniario; de uno o varios millones de dólares. Para unos era el precio del delito de violación; para otros, la tarifa prohibitiva de un polvo o la felación más cara de la historia.
Algunos imaginan que para Nafissatou fue un golpe de suerte, una especie de lotería; como si le hubiera tocado el gordo jugando al número de la habitación. Seguro que hay mujeres que piensan que a cambio de ese sueldo soportarían una violación perpetua, se enriquecerían día tras día gracias a un traumatismo que sería cada vez más benigno, en la medida en que se fuera haciendo rutinario.
Ya nadie la insulta en directo. Ya nadie la llama fea ni insinúa que un hombre de tal envergadura nunca se arriesgaría a ir a prisión por un botín tan grosero, tan negro y con un cutis tan ordinario. Como si un comité internacional se hubiera encargado de fijar el precio de un cuerpo, de una raza, de juzgar si la presunta víctima era lo suficientemente guapa como para acceder al estatus de mártir."


Régis Jauffret:
La ballade de Rikers Island
Seuil 2014

La traducción y la adaptación son mías.

Otros artículos sobre Jauffret en Boquitas Pintadas:
Crimen real y crimen de ficción
Sévère
De nazismo y monstruos en Austria
La moral serpentea
Claustria






martes, 30 de junio de 2015

Ciudad de Bohane

Esta novela, "Ciudad de Bohane", del irlandés Kevin Barry, recibió en 2012 el Premio de Literatura de la Unión Europea, gracias al cual se ha podido traducir a varios idiomas, incluido este en el que os escribo.

Así que no quiero oír otra vez a nadie decir que los premios no sirven para nada.

Sea como sea, me he leído la novela y he escrito una reseñita que han tenido a bien publicarme en Calibre 38

Ya sabéis, pues, lo que tenéis que hacer: ir allí a leerla. Luego hablamos. 

Kevin Barry: “Ciudad de Bohane”
Traducción de Javier Calvo y Ferran Ràfols Gesa
Editorial Rayo Verde


lunes, 22 de junio de 2015

Bruma Negra


Tras un paréntesis de veintidós años, que ya es paréntesis, el 26 y el 27 de junio se retomarán en Plentzia los Encuentros sobre Género Negro Bruma Negra (Laino Beltza), que celebrarán su tercera edición. Las dos primeras se celebraron en 1992 y 1993.

Para dar noticia de las ediciones pasadas y de la de este año, la organización ha creado un blog, III Encuentros sobre Género Negro Bruma Negra, donde podréis consultar el programa de los Encuentros, las y los participantes (veréis que está casi toda la banda de Calibre 38) y bastantes cosas más.

A servidora de ustedes le va a tocar casi casi inaugurar los Encuentros, pues abre fuego con la primera mesa redonda, de escritores vascos de novela negra. Eso será el viernes 26 a las 18:30 en el centro cultural Goñi Portal de Plentzia. Moderaré, pues, un coloquio en el que participarán Javier Díez Carmona, Noelia Lorenzo, Joseba Lozano y Javier Otaola

Me encantaría veros allí. ¿Os animáis? Anda, que no os cuesta nada hacerme feliz.

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Actualización del lunes 29 de junio

Os adjunto foto de la mesa redonda del viernes pasado. Fue una delicia. El año que viene repetimos.


miércoles, 17 de junio de 2015

Cuatro "res": resaca, reflexiones, regañina y recompensa


En Doce Miradas he publicado un artículito con ese título. Es un texto medio teórico medio poético sobre lo vivido en el segundo aniversario del blog (la foto es del evento de ese día) y varias cosillas más.

Pasaos por Doce Miradas a leerlo, a ver si os gusta. Besos.

viernes, 29 de mayo de 2015

Antipublicidad y cinefilia

Andaba yo por el mes de abril vagabundeando en Twitter, cuando di con un artículo de la revista Les Inrocks titulado “¿Y si la publicidad de las pelis mencionara las críticas adversas?” que nos hablaba de un Tumblr, “On s’tape l’affiche” (dejo el título original porque no se me ocurre una buena traducción; ¿alguien me ayuda?), que se dedica a eso: a rehacer carteles publicitarios de películas sustituyendo los adjetivos laudatorios y ditirámbicos como formidable, maravillosa o desternillante por otros más ajustados a la realidad como fallida, soporífera o incomprensible, que los autores (Gaylord Gauvrit y Claudine Devey) entresacan de críticas auténticas publicadas en Nouvel Obs, Journal des sorties o Ecran large.

   On s’tape l’affiche de Interstellar de Christopher Nolan

Y le dan caña tanto a las sombras de Grey como a Terrence Malick, al tiempo que, según declaran la autora y el autor a Les Inrocks, homenajean a las y los críticos de cine.

¿Y qué se me ha ocurrido a mí hacer con eso? Tenéis que ir a leerlo a Zinéfilaz. Allá nos vemos.

viernes, 8 de mayo de 2015

La belleza de lo efímero

Decía Yukio Mishima en El pabellón de oro que la música es la más sublime de las artes, porque es la más efímera.

Pero, claro, esto lo decía el bueno de Mishima antes de que se inventara Twitter.

No seré yo tan boba como para ponerme a comparar música y Twitter en belleza y efimeridad (tranquila, RAE, ya sé que *efimeridad no está en tu diccionario), porque en realidad lo que quiero hacer es hablaros de este libro: #textoefimero

Foto de @Mertxe_Beriain

El libro empezó a gestarlo la editorial A Fortiori allá por julio de 2010, como ya os conté en su momento. Y cité también a Mishima. Qué pesada soy.  Se trataba de lanzar tuits con la etiqueta #textoefimero. Se recopilaban y luego se compartían en "A vivir, que son dos días" con Angels Barceló.

Todo eso lo cuenta Jaio la Espía muy bien en http://textoefimero.com.

Yo os cuento que el libro es una delicia visual y que recopila hermosas perlas tuiteras de servidora de ustedes y de amiguitas y amiguetes como @Mertxe_Beriain, @loretahur, @iturri, @javiviz, @alorza, @juleniturbe y más gente que olvidaré y quedaré fatal.

También se puede descargar por 2 € y comprar en papel por 8 €. En ese mismo enlace: http://textoefimero.com.

Yo ya lo tengo, lo estoy disfrutando mucho y, como quiero compartir mi felicidad con ustedes, hala, a comprarlo he dicho.

 

viernes, 1 de mayo de 2015

Por el mismo precio

Pues eso, lo que dice el título: que, por el mismo precio, en Calibre 38 os cuento W de whisky, C de cadáver, P de paciencia, G de gato y alguna cosa más.

Pero tendréis que ir a leerlo allí, a Calibre 38.

Y, de regalo, os reproduzco otra vez mi recopilación de entradas sobre Sue Grafton y su Alfabeto del Crimen en este humilde blogsito, con los últimos textos añadidos.

 Allá va.

Grafton superstar
Mi detective favorita, Kinsey Millhone
Párrafos selectos de "Kinsey y yo"
Más párrafos selectos de "Kinsey y yo"
Otros pocos más párrafos selectos de "Kinsey y yo"
Kinsey y yo 
F de fugitivo
Ya he terminado "F de fugitivo"
Párrafos selectos de Kinsey Millhone
"G de guardaespaldas": Kinsey y el sexo
H de homicidio
Párrafos selectos de H de homicidio
I de inocente y V de venganza
Párrafos selectos de I de inocente
 S de silencio. ¡Ya está aquíiii!
Adios a abril y a S de silencio
 T de trampa
Kinsey, Grafton y las nuevas tecnologías
U de ultimátum: un puzle
Párrafos selectos de U de ultimátum
Más párrafos selectos de U de ultimátum
Los últimos párrafos selectos (lo juro) de U de ultimátum
V de venganza
¿W de qué? 
W de whisky
Párrafos selectos de W de whisky

 Si no teníais nada para leer en este finde largo, os he salvado la vida. No. No me deis las gracias. Ha sido un placer.

viernes, 17 de abril de 2015

Daños y perjuicios (Damages) en Zinéfilaz

Glenn Close es Patty Hewes en "Daños y perjuicios" ("Damages")
 (todofondosdeseries.com)

En Zinéfilaz tienen mucha paciencia conmigo. Se supone que es un blog de cine y yo no hago más que publicar cosas sobre series de televisión. Esta vez le toca a “Daños y perjuicios” (en versión original "Damages") y aprovecho para repasar otras series de las que he escrito y de las que no: “Urgencias”, "House",  "House of Cards", "The Good Wife" o “The Newsroom”.

"Daños y perjuicios" me gusta bastante y por eso le he dedicado una entrada larguita en Zinéfilaz. Vayan a ustedes a leerla y luego me cuentan, por fa, qué opinan de la entrada y de la serie, claro, pues sospecho que no a todo el mundo le gusta como a mí.

Saludos primaverales.

viernes, 6 de marzo de 2015

Kelly y Spoto en Zinéfilaz




Donald Spoto:
High Society. The Life of Grace Kelly, 2009
Grace Kelly, 2011 (Traducción de Fernando Garí Puig)



Si buscáis morbo y mala leche, coged otro libro, porque desde la introducción estamos avisadas: Grace Kelly, biografiada, y Donald Spoto, biógrafo, eran amigos, se llevaron bien durante décadas y Kelly ayudó a Spoto a publicar su primer libro, de manera que este no tiene para la actriz-princesa nada más que infinito agradecimiento y buenas palabras.

Ahora bien, Spoto quiere que leamos el libro y sabe cómo hacerlo, así que, consciente de que este propósito de ser benévolo con Kelly puede que no atraiga demasiado al público lector que quiera devorar carnaza, añade también que pactó con ella escribir su biografía y desvelar ciertos secretos, una vez transcurridos veinticinco años tras su muerte; y así lo hace.

Seguid leyendo en Zinéfilaz.

jueves, 26 de febrero de 2015

Los amantes de Hiroshima

En julio de 2012 Random House Mondadori tuvo la amabilidad de hacerme llegar las dos novelas que hasta entonces había publicado Toni Hill con el inspector Salgado como protagonista: El verano de los juguetes muertos y Los buenos suicidas. Así os lo conté en este blog mío que es el vuestro.

En agosto de ese mismo año yo partí hacia los Estados Unidos de América y en la maleta, además de mucha ilusión, fueron esos dos ejemplares, que compartieron conmigo un montón de moteles y carreteras.

A mi regreso, ya en octubre, publiqué en Calibre 38 una reseña sobre esas dos novelas. La titulé Salgado Connection.

Unos dos años y medio después, Toni Hill ha publicado la tercera entrega de la saga Salgado, Los amantes de Hiroshima, me la he leído, he escrito la correspondiente reseña y la tenéis publicada de nuevo en Calibre 38. A ver qué os parece.

Hasta pronto.

domingo, 15 de febrero de 2015

Párrafos selectos de W de whisky

"Las buenas historias de suspense siempre se desarrollan en tres planos: lo que sucedió en realidad, lo que parece haber sucedido y cómo el detective distingue entre lo primero y lo segundo."

"Los sintecho a los que veía a primera hora de la mañana se resguardaban con carritos de la compra llenos a rebosar de sus pertenencias. Ni los más nómadas pueden resistirse a tener algo en propiedad. Sea cual sea nuestro estatus social, las posesiones nos reconfortan."

"Hay algo en la naturaleza humana que nos empuja a buscarle sentido a un mundo caótico e impenetrable como el nuestro. La vida no es mucho más que una serie de historias superpuestas sobre quiénes somos, de dónde venimos y cómo luchamos por sobrevivir. Las noticias siempre giran en torno a lo mismo: guerras, asesinatos, hambrunas, plagas; la muerte en todas sus manifestaciones. Es absurdo asignarle un significado a cada acontecimiento casual y, sin embargo, todos lo hacemos constantemente."  



Sue Grafton:
W de whisky

Tusquets, 2015
Traducción de Victoria Ordóñez Diví

La adaptación es mía.

Más entradas sobre El Abecedario del Crimen en Boquitas Pintadas.


lunes, 9 de febrero de 2015

W de whisky

Hace unas semanas Tusquets me hizo llegar amablemente un ejemplar de W de whisky, la (de momento) última entrega de El Alfabeto del Crimen, de Sue Grafton.

Desde entonces la novela duerme junto a mí en mi mesita de noche y me acompaña en el bolso en algunos viajes en metro. Me falta poco para acabarla y, mientras tanto, mientras la acabo y escribo una reseñita que merezca la pena, voy a ir publicando, as usual, sus párrafos selectos, y además voy a intentar recopilar todo lo que he publicado aquí y allá sobre esta saga, su autora y su protagonista.

Allá va.

Grafton superstar
Mi detective favorita, Kinsey Millhone
Párrafos selectos de "Kinsey y yo"
Más párrafos selectos de "Kinsey y yo"
Otros pocos más párrafos selectos de "Kinsey y yo"
Kinsey y yo 
F de fugitivo
Ya he terminado "F de fugitivo"
Párrafos selectos de Kinsey Millhone
"G de guardaespaldas": Kinsey y el sexo
H de homicidio
Párrafos selectos de H de homicidio
I de inocente y V de venganza
Párrafos selectos de I de inocente
 S de silencio. ¡Ya está aquíiii!
Adios a abril y a S de silencio
 T de trampa
Kinsey, Grafton y las nuevas tecnologías
U de ultimátum: un puzle
Párrafos selectos de U de ultimátum
Más párrafos selectos de U de ultimátum
Los últimos párrafos selectos (lo juro) de U de ultimátum
V de venganza
¿W de qué?