Vamos con unos parrafitos selectos de Un barco cargado de arroz. ¿Hace? Resulta que casi todos giran en torno al envejecer y no me han quedado nada alegres.
Nadie cumple los cuarenta años indemne.
Esta frase me encanta. Así es, para ese día en que cumplimos los cuarenta todos llevamos una zanja excavada en el corazón.
Esta expone con toda su crudeza la miseria de envejecer.
Los adultos vivimos de pequeñas manías deleznables.
Lo crudo de esto es que esas mezquindades las vemos en cabeza ajena y que nuestras manías nos parecen lógicas, racionales y justificadas.
Madurar significa contener el narcisismo.
Sobre esta no he reflexionado todavía lo suficiente.
El realismo es la aceptación de la fealdad de la vida.
Bueno, en fin, la belleza está sobrevalorada y lo feo también puede ser placentero.
2 comentarios:
Yo llegué a los 40 perjudicado y tengo el narcisismo a raya (que no veas lo que me cuesta) Pequeñas manías deleznables no tengo pero sufro enormemente las de los demás. O sea, de libro.
Un abrazo
Uno, ya veo que a ti también te parece que todas las citas hablan de ti.
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