El comisario Montalbano recordó el criterio
que todos los registros toponímicos, todos sin excepción, tanto de pueblos como
de grandes ciudades, emplean para dar nombre a las calles.
A las más centrales les asignan nombres de
cosas abstractas, como libertad, república o independencia; a las que son un
poco menos centrales, de políticos del pasado, como Cavour, Zanardelli o
Crispi.
A las inmediatamente contiguas, de políticos
más recientes, como De Gasperi, Einaudi o Togliatti.
A continuación, conforme quedan más distantes
del centro, vienen los héroes, los militares, los matemáticos, los científicos,
los industriales, y así sucesivamente hasta llegar a algún dentista.
Por último, en las calles situadas más en la
periferia, las más miserables, las que lindan con el campo abierto, aparecen
nombres de artistas, escritores, escultores, poetas, pintores y músicos.
AndreaCamilleri: La búsqueda del tesoro, Ediciones Salamandra 2013
Traducción
de Teresa Clavel Lledó
La
adaptación es mía.
10 comentarios:
Bonita forma de expresar la realidad :-)
Qué cachondo. Voy a comprobar lo del dentista que no me suena.
Hola, Julen. Los callejeros dan mucho de sí. Son una especie de santoral no del todo laico. Dicen mucho de los países y las ciudades. ¿Te has dado cuenta de que lo dice todo en masculino? Parece que no concibe una calle con nombre de mujer. Besos.
Hola, Uno. A mí tampoco me consta en ninguna parte una calle a nombre de un dentista. Sé de bomberos, matronas y conductores de ambulancias, pero dentistas, no. Investigaremos, no obstante. Un abrazo grande.
Me falta este Montalbano ¿me lo recomiendas?
Hombre, la verdad es que en Madrid tenemos a un par de pintores para calles muy pij.. céntricas: Velázquez y Goya.
Pero el otro día estuve en Murillo, y como mucho tendrá 40 números.
Para muestra, un botón: en Barcelona, la calle de Mozart es una minúscula calle del barrio de Gràcia, que no debe llegar ni a los 30 números. Poca calle para tan gran músico.
Te gustó? No dices nada de eso. A mí sí me gustó.
Hola, LOQUE. Si te gustaron los últimos montalbanos, te gustará este, pues es pura continuación, aunque con una peculiaridad que comentaré en mi próximo post. Permanece atenta a la pantalla.
Hola, Elena. Yo también he visto calles Cervantes y Lope de Vega que daban penita. "Pa eso mejor ná", me hacen pensar. Besos.
Hola, Peke. Pues, como le decía a Loque, es una digna continuación de la serie. A mi, la verdad, no es que me vuelvan loca estas novelas. Me gusta su tono socarrón y las pinceladitas (como esta de las calles) que deja caer de cuando en cuando Camilleri. Las sigo comprando y leyendo por un absurdo sentido de la fidelidad y porque siempre pienso: "¿Será la última?".
Con todo, publicaré un post en cuanto tenga un rato. Bicos.
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