Las
rupturas no suceden de repente. Suelen ser consecuencia de una herida lejana.
Como en los terremotos, las capas tectónicas presionan en silencio unas contra
otras, hasta que al final rasgan la superficie.
La razón de las rupturas, el
motivo interno, no sabemos nunca muy bien cuál es, al menos mientras no
transcurre un cierto tiempo. Y esa razón no suele ser única; un solo
desencuentro o un solo enfado no provocan un terremoto. Además, con el tiempo,
aquello que tanto nos hirió se va desdibujando, se le difuminan los perfiles,
como a las imágenes de las portadas góticas, y ya no nos provoca tanto mal.
Los
amigos no se enfadan de repente. Todo lo contrario: la vida los empuja hacia sitios
distintos y esa fuerza rompe la amistad, como cuando tiramos de un lado y de
otro de una tela y se rasga.
Y entonces
pensamos que cómo es posible que aquella persona que en un tiempo nos fue tan
cercana esté ahora tan lejos, cómo puede ser que gentes que estaban tan unidas
se comporten luego de manera cruel, con rabia, sin compasión, como un amante
torpe.
os convierte
en seres vivos. Sin esa fuerza, Herman, los humanos no somos nada.
Kirmen Uribe: Mussche, Susa 2012
La
traducción y la adaptación son mías.
En español, Lo que
mueve el mundo, Seix-Barral 2013
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2 comentarios:
Eskuragarri: https://www.susa-literatura.com/ebook/
Mila esker, Rai.
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