Me pasó con Cuenca, me pasó con Trujillo. Me ha pasado ahora con Salamanca. ¿Qué? Pues que son más europeas, más monumentales, más impresionantes, mucho más hermosas de lo que recuerdo. ¿Es algo que tiene que ver con mi memoria o es que verdadera y objetivamente estas ciudades han mejorado mucho? Lo segundo, creo.
En Salamanca no da una dos pasos sin toparse con una iglesia, un palacio, un convento, un resto arqueológico, varias catedrales o una sede arzobispal. Tanta monumentalidad abruma, saca a pasear el fantasma de Stendhal; tanto pretérito te hace soñar con la muerte y tanta calavera contrasta con la frescura de las estudiantes que taconean el empedrado con libros como Diccionario de partículas en los brazos.
Tampoco da una en Salamanca dos pasos sin toparse con una tasca jamonera, un restaurante castizo, un café donde leerse de seguido todos los periódicos de derechas.
Ni sin toparse con el Tormes, río de quinta categoría geográfica, pero de primera literaria. Tiene el Tormes a ambos lados paseos para peatones y bicicletas. Por allí y por los puentes he trotado en estas refrigeradas y bellísimas mañanas de Castilla. Toda una experiencia extrema para una atlántica, como yo, que no soporta bien ni el calor ni el frío.
Pero, en fin, si Unamuno, con lo antipático que era, supo aclimatarse, pues también podría hacerlo yo.
lunes, 14 de febrero de 2011
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16 comentarios:
Me alegro de que disfrutes de tu estancia en Salamanca.
Yo creo, como dices, que todas las ciudades españolas en general han mejorado muchísimo en los últimos tiempos. Si, como en el caso de Salamanca, cuentas con tanta belleza de partida, esto se hace mas evidente.
En mi última visita me pareció que había mucho estudiante japonés. Digo estudiantes porque eran jóvenes y no hacían fotos.
Un abrazo
Yo estuve varias veces allí. El jamón y el vino son riquísimos.
Supongo, compa Noe, que la mejora debe radicar en los dos extremos del arco: el objeto y la mirada. En todo caso, lo importante (porque es lo único que tenemos, claro) es la percepción. Y si ésta es buena, fenomenal (en la medida en que lo disfrutas).
Un abrazo y buena semana.
Hace unos cinco años que estuve allí de vacaciones, pero aproveché para pasar por el famoso archivo, había una interesantísima exposición sobre masonería aprovechando el abundante material del archivo. Fue la primera vez que me acompañó un guardia de seguridad a la sala de consulta...
La ciudad es preciosa, como tú dices, monumental. Comimos de maravilla, cosa que no es difícil.
Un abrazo y a disfrutar (o ya has vuelto???).
Qué bonitos los diccionarios de partículas, sirven para hacer músculo, seguro ;-)
Comoparece ser que son solo unos días, solo debes disfrutar de todo lo que te encuentres que te gusta, al tiempo no le hagas demasiado caso.
Besicos muchos.
UNO, así es. Pueblos y ciudades han mejorado enormemente. Es cierto que hay residentes japoneses y que hasta los turistas son jóvenes. Menos mal que me he refugiado en cafés de ancianas para bajar la media de edad.
PEKE, claro, a ti te quda cerquita. Certifico lo del jamón. El vino no lo he probado.
MANUEL, claro, mi disposición también es buena; no voy buscando defectos, sino virtudes. Creo, así y todo, que la mejoría es objetiva.
LAURA, sí, ya he vuelto. Y me he perdido las exposiciones del archivo, así que ya tengo una excusita para regresar. Besos.
JULEN, los diccionarios, en general, los de papel quiero decir, son una antigualla en sí, sean de lo que sean.
CASA, te he hecho caso y he disfrutado sin darme cuenta del frío que hacía. Que no, que en realidad no ha sido para tanto. Besos.
Mi primera experiencia en Salamanca fue algo caótica y "aventurera" (dejémoslo ahí). La segunda traté de conocerla algo y me encantó, aunque al margen de la monumentalidad, me dejó un regusto contradictorio, entre rancia y juvenil, una sensación que resumes muy bien (...tanta calavera contrasta con la frescura de las estudiantes que taconean el empedrado...)
La tercera está por llegar, si obviamos el visionado de una película, cuyo nombre he olvidado,claro, en la que la ciudad es el decorado en el que se desarrolla una acción terrorista aderezada con enormes spanish-topicazos. Flaco favor le hicieron.
Saludos
Si tienes ocasión, visiona uno de los últimos trabajos de Basilio Martín Patino: OCTAVIA, entonces pensarás en otra Salamanca.
Saludos cordiales
JOSE, yo también percibí el contraste entre la chavalería progre con ese look de la izquierda abertzale que ya es global y la gente madura con aspecto peperil total. En cuanto a la peli, tengo un post por ahí sobre ella. En realidad estaba rodada en México. Yo la vi en la tele, sin prejuicios, y me divirtió. Sin más. Me extrañó, claro, que hubiera tanto mexicano en Salamanca.
PETRUS, gracias mil por la recomendación. Procuraré verla. Nos leemos.
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