lunes, 10 de mayo de 2010

Golpe de sangre

Sara Paretsky: Blood Shot, 1988
Golpe de sangre, Ediciones B, 2008
Traducción de Eva Rodríguez Halffter

Me pregunto por qué consideran a Sara Paretsky renovadora, feminizadora de la novela detectivesca, subversora de sus normas patriarcales y no a Sue Grafton. Sara Paretsky creó a su investigadora Victoria Warshawski cuando la detective Kinsey Milhone, hija de Grafton, ya trotaba por las aceras de Santa Teresa, y también Milhone es una tía dura e independiente. De hecho, Paretsky homenajea a Milhone y a Grafton en esta misma novela, Golpe de sangre, sin ir más lejos, cuando Victoria Warshawski dice:
Siempre he sentido cierta envidia de la inmaculada contabilidad de Kinsey Milhone; yo ni siquiera tenía los recibos de las comidas y la gasolina.
¿Por qué, pues, una sí y otra no? Sólo se me ocurre que Paretsky tiene una intención política explícita y Grafton no. De hecho, la intención política de Paretsky se hace en Golpe de sangre demasiado explícita y demasiado dominante: Warshawski está aquí más desfacedora de entuertos que nunca, rígida y moralista, sin contradicciones, cargante. Con todo, al final de la novela recibe una lección de humildad y la cosa va mejorando, como mejoran, también, en general, las novelas de Paretsky, de modo que puedo decir que la más redonda de todas es Fuego, la última que se ha publicado en castellano, que no abandona en absoluto el hilo político (ni falta que hace, por supuesto; a mí me va el rollo politiquero noir este), pero tampoco ahoga lo literario ni lo demás.

Y en este camino ascendente de calidad literaria, atención a la ultimísima de Paretsky, Hardball, que se ha publicado ya en los yueséi. Warshawski recibe el encargo de buscar a un hombre desaparecido en el turbulento Chicago de la década de 1960, con sus sangrientos conflictos raciales, por donde pululan Martin Luther King y, unos añitos después, un joven activista mulato con cuerpo de gacela, que responde al curioso nombre de Barack Hussein Obama y apunta maneras.

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19 comentarios:

39escalones dijo...

Cosas de la publicidad interesada, supongo, quizá no tanto por vender a una y sí por no vender a la otra. En el cine ocurre constantemente, así que...
Besos y buena semana.

Alice Silver dijo...

Muy interesante tu comentario. Supongo, como dices, que Grafton no es tan obvia y militante, ni en sus novelas, ni en su vida pública.
Por cierto, Jugar a ganar (Hardball) se publica en junio en España.

Uno dijo...

Chicas guerreras, ¿eh? No domino el género pero con lo que me gustó el personaje de Lisbeth Salander debería indagar mas.
Un abrazo

el jukebox dijo...

A Sara Paretsky no la conocía, pero esas ediciones de Bruguera-Libro Amigo molaban un huevo.

Möbius el Crononauta dijo...

¿Obama es una mujer? Eso será, que la Grafton va más a la suya. En realidad qué sabe uno de estas cosas.

Saludos

Sr Q dijo...

KINSEY MILLHONE FOREVER...

Fernando García Pañeda dijo...

Eso es para que le den el Nobel de Literatura, que lo de Obama mola mucho en Estocolmo.

Noemí Pastor dijo...

ESCALONES, quizás tengas razón y sea la manera de vender a Paretsky, porque Grafton no lo necesita: se vende sola.

ALICE, así es, ni en su vida ni en su obra. Muy buena noticia que tengamos ya "Jugar a ganar" para el veranito. Nada mejor que un novelón gordo gordo para pasar el rato.

UNO, pues mira que yo a Salander no la conozco de casi nada, pero tiene hermanas mayores precursoras muy interesantes. Y menos siniestras.

Noemí Pastor dijo...

JUKE, yo soy muy de libro de bolsillo, apropiadísimo para el transporte público. Si quieres catar a Paretsky, prueba con la última, "Fuego", que creo que ya la he visto en bolsillo.

MOEBIUS, pues igual sí. Grafton es, sin más, otra persona, que no tenemos que ser todas iguales.

SEÑOR Q, oh yeah. Amen.

Noemí Pastor dijo...

FER, si le dan el Nobel a la señora Paretsky, no seré yo quien proteste, pues cosas más tontas hemos visto. Bueno, sí, protestaré si no te lo dan a ti.

Anónimo dijo...

Como mola pasar por aquí y descubrir siempre cosas nuevas, una mas que no conocía. Apuntada a ver si algún día no muy lejano cae. Igual me animo con esa que dicen ustedes que sale en Junio y es gordita, que las novelas grandes me molan. Saaaludos!

Aramys dijo...

El anónimo soy yo, dichoso telefono.

kweilan dijo...

No conocía la autora. Me apunto esta que recomiendas hoy.

Jo Grass dijo...

Conozco a Grafton pero no a Paretsky. Tomo nota una vez más. Lo de Hardball parece bastante oportunista pero estupendo, sobre todo por lo bien que suena lo del joven mulato activista con cuerpo de gacela, jajaja por ahí dicen que llega traducido en verano. Le daremos su oportunidad bajo la hamaca.
besos

Noemí Pastor dijo...

ARAMYS, un gusto que usted se pase por aquí. Yo siempre he sido muy de novela gorda, pero ahora, por llevar la contraria a quienes leen en el metro los tochazos esos de las catedrales, me he aficionado a lo breve y bueno. Pero en verano mola un novelorrón.

KWEILAN, repito que las últimas novelas son mejores que las primeras. En mi humilde opinión, claro.

JO, ¿qué mejor plan para el verano que un thriller político con protas famosetes? ¡Ay, qué ganas de que llegue julio¡

Mònica Pagès dijo...

He leído a ambas autoras y comparto tus opiniones, Noemí!! Y apunto para mi lista de verano al gordito de "Jugar a ganar"... bieeennn.
Por cierto, he nominado tu bloc como uno de los 10 mejores (según mi humilide opinión). Puedes leer el post en mi bloc, traducido al español por Google, que queda bastante aceptable, la verdad!
Un abrazo!

Noemí Pastor dijo...

Jolín, Mónica, qué honor. Ahora voy para allá. Me lo leo en serbocroata, si hace falta. Mil gracias.

HLO dijo...

Ah, no hay comparación posible: Grafton es la ligereza, la ironía, la descripción demoledora de la América de clase B....; Paretsky no tiene gracia alguna, ni aliciente alguno, ni personaje alguno...

Noemí Pastor dijo...

Mujeeeeer. Yo tengo un problema: es que no puedo evitar que me caiga bien Paretsky, pero tienes razón en que le falta sentido del humor y le sobra a veces pesadez y seriedad. Con todo, como digo, ha mejorado bastante en las últimas novelas e incluso políticamente es menos nebulosa y más incisiva.