Ian McEwan: The Child in Time, 1987
Niños en el tiempo, Anagrama 1989Traducción de Javier Fernández de Castro
Edición de bolsillo en Compactos, 2009
Cuando Juanra Madariaga me recomendó a Ian McEwan, que en la foto está clavadito a David Carradine, yo le dije que no lo conocía de nada, pero eso no era del todo cierto, porque había visto una peli, Enduring Love, de Roger Michell, con Daniel Craig y Rhys Ifans, basada en una novela suya con el mismo título: Amor perdurable.
Amor perdurable y Niños en el tiempo, que es lo primero de McEwan que leo, comparten características que se repiten en otras obras suyas: un enfermo mental con un trastorno relacionado con el sexo y un científico que sin demasiado éxito intenta arrojar racionalidad sobre el caos. El gusto de McEwan por los asuntos "delicados" hizo que en sus inicios lo apodaran "MacAbro". La crítica habla de situaciones grotescas y claustrofóbicas, ambientes sórdidos y personajes con obsesiones perversas (¡Vaya! Habrá que leerlo). Pero ya en esta novela, en Niños en el tiempo, se ha suavizado un poco. Un poco.
De entrada, le tengo que agradecer a Niños en el tiempo que me haya aclarado por fin la afición a las prácticas masoquistas de los políticos conservadores ingleses. Sólo por ese dato revelador ya merecería la pena tragarse la novelita.
¿De qué va? Os cuento. En un futuro nada lejano y en un Reino Unido que lleva demasiados años gobernado por el Partido Conservador, la mendicidad es legal (así el Estado se ahorra las prestaciones sociales), la inversión en transporte público se considera un ataque a la libertad individual, a los funcionarios insumisos los juzgan y condenan por traición, sólo queda un periódico que no apoya activamente al gobierno y el clima está hecho unos zorros, aunque la culpa de esto, claro, no la tiene sólo Margaret Thatcher.
Stephen Lewis es escritor de libros infantiles; ha ganado con ellos mucha pasta y vive bastante bien en Londres con su esposa violinista y su preciosa hijita de tres años. Hasta que un día, en un supermercado, la niña desaparece y nadie vuelve a tener noticia ni rastro de ella.
Lo que sigue no es un relato de pesquisas policiales ni de investigación. No. Es una narración sabrosamente ácida y sorprendentemente adjetivada, que juega con y reflexiona sobre el tiempo (el caótico desarrollo del tiempo en los sueños; el tiempo aniquilado del sueño profundo; el tiempo infinito e incambiable de la niñez), la infancia (la robada, la perdida, la recuperada, la idealizada), la paternidad y lo voluble de las presuntas verdades absolutas en materia de educación. El hilo argumental salta hacia adelante y hacia atrás, sin romperse ni extraviarse en ningún momento, en la vida real e imaginada, delirada, de Stephen Lewis, trágicamente partida en dos el día en que perdió a su hija.
Las elucubraciones sobre el tiempo se ilustran con las aportaciones de una profesora de física, que es la científica mcewaniana de esta novela y ofrece un batiburrillo de física moderna, física relativista y ciencia poética que convierte a los chicos listos en mujeres sabias.
La novela tiene un arranque arrebatador. Luego pierde un poco el ritmo con unos episodios semioníricos que la ralentizan bastante y no aportan demasiado al relato lineal, mucho más sólido y vigoroso.
Para remate, me gusta cómo imagina McEwan el futuro, con mendigos legales identificados con brazaletes, destrozos en el clima (primaveras asfixiantes y tormentas de nieve en el invierno londinense) y rocambolescas medidas de seguridad para los políticos. Y me choca que en ese futuro cercano el protagonista Lewis utilice máquinas de escribir y telefonee desde cabinas, sobre todo cuando leo que McEwan usa el procesador de textos desde 1985 y esta novela es del 87. Algo se escapa siempre a nuestra predicción.
18 comentarios:
o he leído mucho de él ("Amsterdam" y "Sábado"), pero la sensación que me da coincide un poco con lo que comentas; en ambos libros los comienzos son tremendos, luego se pierde en digresiones y en detalles aparentemente poco importantes, y el colofón es espléndido. Con "Sábado" cogí un rebote tal que prometí no leer nada más de él, pero a la vista de lo que cuentas me lo pienso...
Me ha encantado tu blog! Aplaudo el título, me encantó Boquitas Pintadas
Yo también he leído bastante a McEwan. 'Niños en el tiempo' no me moló mucho, la verdad; 'Amor perdurable', algo más y 'Amsterdam', también. Pero las que sí que me gustaron fueron 'El inocente' y 'Expiación'. En cambio, coincido con 39escalones en que 'Sábado' es una birria del copón.
Por cierto, animado por tus comentarios, leí 'Tarántula'. Fastuosa.
ESCALONES, no he leído "Amsterdam". Te haré caso, pero los altibajos dentro del mismo libro, la sensación de pastiche, de relleno, me mosquea mucho.
TRILCEUNLUGAR, vuelve cuando quieras. Nos leemos.
JUKE, haré caso de tus recomendaciones y sé bienvenido al club de fans de Jonquet.
Yo he leído Expiación y En la playa de Chesil. Las dos me gustaron. Las que tú comentas, no las conozco...pero me las apunto porque es un escritor que no me es indiferente. Buena reseña!
Expiación es algo fantástico!
Besos
(me parece querida que es la primera vez que coincidimos en un libro!!)
Te recomiendo, ya de paso, la Biblia, sin duda...Cielo y Tierra pasarán, mas mi palabra...
KWEILAN, me apunto, pues, "Expiación". Voy a volver cargadita de mi próximo viake a la biblio. Ahora estoy con Roth.
MITA, lo mismo te digo. Y la Biblia la tengo bastante leída y hasta subrayada.
Besos mañaneros.
Yo tengo Expiación, pero no la he leído. ¿No es un poco deprimente este escritor?
Situaciones claustrofóbicas, ambientes sórdidos y personajes con obsesiones perversas... Sigo diciendo que eso es para gente con vida demasiado fácil y con demasiado tiempo libre. Prefiero evadirme hacia mundos mejores y personas leales de a pie, mucho más difíciles de encontrar.
Varias cosas:
Primero, el parecido con David Carradine es totalmente cierto.
Segundo, no esta nada mal ese punto de partido, eso de la mendicidad legal es de nota, lo del ataque a la libertad individual otro tanto, y lo del clima, pues lógico..... (tampoco hay que ir muy lejos, estamos en Noviembre y un servidor todavía sigue con la camisa de manga corta).
Tercero, como uno es de letras, cuando entramos en temas relacionados con la física relativista y tal.... ya empiezo a perderme.
Un saludo.
Pues yo no lo veo tan clavadito... pero eso de la disciplina inglesa habrá que chequearlo a ver que nos cuenta el amigo Ian
PEKE, a mí, con todas las tragedias literarias que me he echado a los ojos, no me afecta sentimentalmente.
FER, si no supiera de tu ironía, te pediría perdón por llevar una vida fácil y tener demasiado tiempo libre.
PEREM, sin duda lo mejor de la novela es ese futuro delirante fruto de demasiados años de gobiernos conservadores. Y lo de la física... siempre puedes saltártelo.
MOEBIUS, es la primera vez que encuentro un personaje de esos que aparecen en las noticias: político conservador inglés encontrado muerto con un liguero femenino y una bolsa de plástico en la cabeza. Aunque el de esta novela tiene otro rollo: el título da la pista.
Con eso contaba.
De todos modos, pensaba más en el lado de la escritura que en el de la lectura (me puede).
Hombre, Fer, yo creo que el morbillo atrae a todo quisqui: a los de vida muelle, a los de vida dura, a los de vida comme-çi-comme-ça... Otra cosa es que lo confiesen.
Ya sé que los títulos no se explican pero no entiendo qué significa eso de "niños en el tiempo". Quizá me confundan los retratos de niños realizados pro Goya de la portada. o tal vez tenga que leer la novela para averiguarlo.
Pues yo tampoco lo entiendo demasiado. Ni me gusta. Igual quiere unir en el título los dos asuntos principales del libro, que va de eso: la infancia, la subjetividad temporal, etc.
Besos.
esa peli también la vi
podría buscar mi comentario y hacer un link aquí. y le doy un voto al comentario de fernando.
yo tambien "Prefiero evadirme hacia mundos mejores y personas leales de a pie, mucho más difíciles de encontrar"
¿busco el comentario y dejo eñl link?
hoy soy sólo preguntas y no tengo respuestas. must be the weather
SINSESO, venga ese link. Lo leeré con gusto. Besos.
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