Simone de Beauvoir nació hace un siglo en París. Para celebrar su centenario, desde el 9 de enero, día de su nacimiento, se sucederán en Francia homenajes, coloquios, documentales, ediciones especiales... Por aquí también he visto en las librerías alguna reedición de sus obras en Edhasa.
Beauvoir no fue una gran literata. Rosa Montero le dedicó un apartado en su bonito libro Historias de mujeres y dijo de ella que carecía absolutamente de imaginación. Puede que estuviera en lo cierto. Yo intenté leer sus memorias y desistí desanimada por una traducción pésima y por una egolatría estomagante.
De su obra literaria sólo he leído, pues, La mujer rota, la cruda historia de un ama de casa a quien su marido abandona por una compañera de trabajo, una mujer completamente distinta a ella. Recuerdo la amarga lucidez de la protagonista al darse cuenta de que había construido toda su vida alrededor de su esposo y de que sin él todo se le desmorona y se le rompe literalmente.
Pero Beauvoir es Beauvoir porque en 1949 publicó El segundo sexo, imprescindible libro del feminismo, en el que escribió aquello de On ne naît pas femme; on le devient, frase puñetera de traducir donde las haya. Intentaré varias versiones: La mujer no nace, sino que se hace. // No nacemos mujeres, sino que nos convertimos en mujeres. // Una mujer no nace, sino que se construye. Quedaos con la que más os guste. A mí no me acaba de convencer ninguna.
Digámoslo como lo digamos, Beauvoir analizó científica, histórica y literariamente la situación de la mujer occidental en la época y advirtió ya entonces de la importancia de la independencia económica, la equiparación laboral y la salarial.
Han transcurido casi sesenta años desde aquello y, según el Índice de Equidad de Género elaborado por la organización Social Watch en 2007, las mujeres no disfrutan de las mismas oportunidades que los varones en ningún país de los ciento cincuenta y cuatro estudiados.
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21 comentarios:
Y cada día se reafirma más esta opinión. Las mujeres no estamos valoradas, no ganamos nunca lo que gana un hombre ocupando el mismo puesto de trabajo y no se nos respeta como se debe hacer. Este mundo está construido por hombres y falta mucho, si llega alguna vez, que todo se iguale. Tienen miedo a perder ese estatus que ellos se han creado, sabiendo en el fondo que no es real. Que conste que no mido al todo el hombre con el mismo rasero, pero en general, pienso que es así.
Saludos
Hola, Casa. Le leí a Mankell una vez que en la historia no hay ni un solo caso de nadie que haya cedido sus privilegios voluntariamente.
Soy optimista. Veo un salto tremendo, por ejemplo, entre mi generación y la que me precede. Pero hay que seguir peleando, porque, como también le leí a Susan Faludi, si dejas de empujar, no te quedas parada, sino que retrocedes. Un beso grande.
"El segundo sexo" fue para mí un libro revelador. Lo leí con veinte años y me sobrecogió su lucidez; creo que yo no sería la misma si no lo hubiera leído.
Sin embargo, sus novelas "Los mandarines" y "la invitada" me decepcionaron. Creo que su libro sobre la vejez es también muy lúcido, pero no conseguí leerlo entero.
Hola. Te invitamos a visitar nuestra nave. Un saludo.
Mis escarceos con la Beauvoir datan de hace treinta años. Leí sus memorias en francés y por lo que recuerdo me gustaron. El segundo sexo fui incapaz de acabarlo. Ahora ya no estoy para esos trotes; tengo ciertas ideas demasiado claras.
Soy optimista como tú, Noemí, nuestra situación ha mejorado mucho desde entonces, pero aún necesitamos mejorarla mucho más. Seguiremos empujando.
Besos.
Debo advertirte que corres un
grave peligro.El blogs de Víctor M.
Ganso está pinchado por la policia
las 24 horas, se investiga su enriquezimiento ilegal a costa de la Fundación.Se cree que las poesias que publica son un manuscrito robado de un poeta muy importante ya fallecido. Te ruego que suprimas este comentario lo antes posible.
Supongo que "El segundo sexo" estará ya más que superado por el tiempo, aunque, por otro lado, vemos que en ciertos aspectos sigue teniendo vigencia. No pretendo fomentar la relectura de Beauvoir, sólo recordar lo que fue y lo que supuso.
Me está intrigando el hecho de que todavía no ha comentado esta entrada ni un solo señor. ¿Qué pasa?
Apreciada y culta Noemi Pastor:
No temais de ese demente,
las cuentas de la Fundación
no son claras son transparentes,
mis abogados ya trabajan
para detenerle.
Disculpad que por mi culpa
os haya incomodado,
pero no os preocupeis
yo me ocuparé de él.
Para mi la traducción sería,
La mujer es el amor
el amor sois vos.
Señor Ganso, con todo mi respeto y cariño le aseguro que no lo admitirían a usted en ninguna escuela de traducción. Atentamente.
Preciosa la frase, sí. AL menos en francés.
¿Para la traducción, con aire un poco ñoño-poético, podría servir como sugerencia: la mujer no nace, surge?
Leí el libro de Rosa Montero que mencionas. Me quedé intrigadisima con mas de una de las mujeres sobre las que Rosa nos asoma sus vidas.
Sinceramente hoy en día ser extremadamente feminista en la sociedad en la que vivo, me parece casi una exageracion ya que puedes reclamar tus derechos al igual que cualquier hombre sin que nadie se lleve las manos a la cabeza.
Muchas me comeran en crudo, pero es que sinceramente, jamás he tenido ni medio problema por ser mujer. Es mas, en algunas ocasiones hasta he tenido mas facilidades ( con hacerme la "mujercita" facil se han ofrecido a ayudarme a hacer una mudanza o a cambiar la rueda de un coche... )
Pero claro, yo soy algo minusculo frente al resto del mundo. ( Y por supuesto se que en otros ombligos los problemas son distintos, cosa, por la que no tengo ningún problema en hacerme a las armas si tengo que defender a una compañera... o a un compañero.. si la cosa se pone tensa, y alguien necesita apoyo, soy la primera que se lanza a la guerrilla... asi me va a veces... )
Agatha Blue*
Fer, el verbo "surgir" da idea de espontaneidad y yo creo que SB quería decir que la condición de mujer se fabrica.
Querida Agatha, me alegro de que no hayas sufrido la discriminación en tus carnes, pero, mi amor, los datos cantan: las mujeres cobran un 25% menos que un hombre, son mayoría en los colectivos que demandan ayudas sociales, tienen más posibilidades de sufrir acoso laboral, abusos sexuales, agresiones callejeras, violencia por parte de sus parejas...
Para compensar, otro día hablo de las ventajas que se pueden sacar, a pesar de todo, de esa situación.
Imprescindible. Y creo que tiene un libro a revisar: La sangre de los otros. Un saludo.
Sí, Francisco, creo que SB explicó bien el mundo. El sexismo, bien analizado, ayuda a entender muchas cosas.
Si... algo sé de estadísticas... espero que el tema de los salarios se arregle para las que les ocurra. Desde luego si estuviera en mi mano, iba a ir fino el empresario que se atreviera a pagar menos tanto a mi como a mis compañeras... para estas discriminaciones y para otras me guardo el carácter contenido. Y sin despeinarme oiga.
;)
Agatha Blue*
Agatha, preciosa, la discriminación puede ser más sutil. Conozco una empresa de limpieza que hace dos tipos de contratos: de limpiadora y de pulidor. ¿Adivinas en qué grupo sólo hay mujeres? ¿Adivinas en qué otro sólo hay hombres? ¿Adivinas qué grupo cobra varios cientos de euros más al mes?
Te beso.
LA discriminación en temas de salarios y de puestos importantes no sólo no está superada, sino qeu nos queda aún mucho por andar, pero, para mi, el camino no son leyes como la de igualdad... con esto llegamos al absurdo de uqe nos contraten SOLO por ser mujer y no necesariamente por bnuestra valía. La igualdad debe ser igualdad de condiciones y de oportunidades no igualdad en el múmero de trabajadores de un sexo y de otro por obligación legal, eso es una tontería...
Besos!
Querida Zanzara: Muchísimos hombres están donde están SÓLO porque son hombres. Si fueran mujeres, no estarían donde están, porque donde están no hay mujeres.
Te beso.
Jopé Noemi... me cuentas estas cosas y ya me voy calentita... Grrr... me anima el mal geniooo...
( Espero que no te hayan molestado los comentarios Noemí. Para nada sería mi intención jamas... )
Un abrazo grande Noemí.
Agatha Blue*
Agatha, mi amol, no me enfado; todo lo contrario: me gusta que me lleven a contraria y que me den cañita, porque eso me hace afilarme las uñas e incluso los dientes. Bueno, a ti te beso con los morros pintados y sin mordisco. ¡Muac!
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