Mis intenciones eran buenas. Quería poner unas líneas en cuanto llegara, pero, ya ves, entre unas cosas y otras, han pasado más de dos semanas y no me dicho ni mu.
Lo cierto es que tampoco hay mucho que contar: El Hierro está como siempre. El descalabro económico que supuso la crisis sísmica de 2011 no ha dejado demasiadas huellas visibles. Algunas, sin embargo, sí. Os cuento cosas y voy poniendo fotitos bonitas.
La Caleta, mi barrio
Quizás lo más decaído sea el comercio. Varias tiendas de las de toda la vida han echado el cierre y hay locales que se construyeron para ser tiendas o similares y que desde que existen exhíben el cartel de "Se alquila".
Lo mismo pasa con la construcción. Hay promociones de viviendas que llevan más de un año a la venta y otras que se anunciaron y no se iniciaron jamás.
Arquitectura tradicional de El Hierro, con piedra negra volcánica
La hostelería, en cambio, parece que aguanta. Sí he visto dos o tres restaurantes cerrados, pero, como aquí no tienen por costumbre dar explicaciones, no sé si se trataba de un descanso semanal, invernal o eternal. Para compensar, también hay locales nuevos muy agradables.
La Restinga está más animada. Por las minivacaciones de Carnaval, se ha acercado a El Hierro bastante gente de Tenerife y todo el mundo ha peregrinado a La Restinga, a ver el lugar de la erupción. Es una lástima que el recientemente abierto Museo de la Restingolita esté otra vez cerrado "por falta de personal" y no haya nadie que explique a los visitantes por dónde se extendía la mancha, dónde se hizo visible la erupción submarina y todas esas cosas que querrán saber.
El Museo de la Restingolita ha muerto, pues, nada más nacer y puede yacer en la misma fosa a la que han ido a parar otros proyectos públicos relacionados con el turismo, como el Centro de Interpretación de El Julan, que lleva más de un año con un cartelito que dice "Cerrado hasta nuevo aviso", o el no-nato museo junto a la Iglesia de la Concepción de Valverde, que ha cumplido lustros en construcción.
Iglesia de la Concepción de Valverde. Las obras del museo son contiguas a esa casita amarilla.
Me quedo, pues, de piedra (volcánica, claro) cuando leo que el Cabildo de El Hierro ha convocado un concurso público para arrendar un local en el que albergar el futuro museo vulcanológico de la isla.
Vamos con más cosas buenas. En la zona de Lomo Negro, uno de los parajes más espectaculares, si no el más espectacular, de la isla, han construido un par de miradores nuevos para gozar de la vista. Otro más han hecho algo más adelante, para poder contemplar el Mar de las Calmas y El Julan.
La Playa de Arenas Blancas, junto al Lomo Negro y frente a El Golfo
Y eso es todo, amigas y amigos. Me vuelvo a casa con la retina bien impresionada por los paisajes imponentes de mi isla querida, esperando con ganas que llegue el tiempo en que que pueda empaparme de su calma para casi siempre.