La humanidad es frágil. La moral serpentea a través de los siglos. Ciertos valores se olvidan o se redescubren una y otra vez, según las necesidades de alimentación, de producción, de adaptación a las nuevas tecnologías.
En el sótano los valores se transformaron a golpes de dolor, empujados por el eterno encierro, por la infinita distancia que separa la luz de la oscuridad, por la ausencia de tiempo cuando no hay día, cuando es de noche siempre.
En veinticuatro años puede venirse abajo una civilización entera.
Régis Jauffret
Claustria
Éditions du Seuil 2012
La
traducción y la adaptación son mías.
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