Quienes tenían la desconsideración de morir en Wyoming en pleno invierno se encontraban con metro y medio de tierra congelada que los separaba de su lugar de descanso eterno. Encendían una fogata y dejaban que ardiera durante un par de horas, para derretir el hielo y poder cavar la tumba.
El ataúd tradicional chino es rectangular y tiene tres resaltes. Los chinos nunca entierran a nadie vestido de rojo, porque creen que podría convertirse en fantasma.
Los antiguos egipcios extirpaban los órganos principales y los guardaban en vasijas.
Los vikingos colocaban al muerto en una embarcación con todas sus pertenencias, luego le prendían fuego y dejaban que despareciera en el mar. Para ellos la muerte no era más que otro viaje.
Los mogoles montaban el cuerpo en un caballo para que galopase hasta caer.
Supongo que el trabajo de enterrador te vuelve solitario.
Craig Johnson:
Una muerte solitaria
El segundo caso del sheriff Walt Longmire
Siruela/ Policiaca 2012
Traducción de María Porras Sánchez
La adaptación es mía.
viernes, 19 de julio de 2013
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