miércoles, 18 de abril de 2012

Montse, adeu

El lunes 9 de abril murió Montserrat Gurguí, traductora literaria a quien debemos el placer de haber leído en español, entre otros, a James Ellroy y Sara Paretsky.


Tenía 59 años.


Montserrat a veces traducía sola y a veces en equipo con otro grande: Hernán Sabaté. Hernán murió el 22 de noviembre de 2011. Ese mismo día Montse recogió, en nombre de los dos, el premio de traducción Esther Benítez que les habían concedido por Sangre vagabunda, de Ellroy.


En septiembre de 2010 publiqué en este blog un post sobre Jugar a ganar, de Sara Paretsky, y tuve la desfachatez de comentar algunos aspectos de la traducción que me habían chirriado.


Como podréis ver en los comentarios a ese post, Montserrat tuvo la honradez y la altura moral de reconocer que se le había colado algún catalanismo. Desde entonces inercambiamos algún que otro mensaje por Facebook y Google +. Creo recordar que le hice llegar mis condolencias por el fallecimiento de Hernán, sin saber que ya entonces estaba ella también enferma.


En El País del domingo pasado, la traductora María Teresa Gallego Urrutia dedicaba a Montse un bonito ‘In memoriam’. Me sumo a todas sus hermosas palabras.

Descansa en paz, Montse, y sigue traduciendo, que algo tendremos que leer en el cielo.

16 comentarios:

loquemeahorro dijo...

Qué triste noticia.

Y una casualidad: Justo ahora me estoy leyendo "mi primer Sara Paresky".

He ido a ver mi ejemplar, rápidamente, y no, es otra traductora.

Noemí Pastor dijo...

La vida está llena de raras casualidades. Luego las pones en una novela y todo el mundo dice que se te ha ido la mano.
Disfruta de Paretsky: ya me contarás. Besos.

aycarmela dijo...

Ya sé que es un lugar común, pero, ¡qué poco se valora el trabajo del traductor!
Para mí, que no leo en más idiomas que el castellano, es fundamental.

Manuel Márquez dijo...

Un gesto, éste, que te honra a tí, compa Noe. He leído el texto de Maite Gallego: efectivamente, precioso (como no podía ser de otra manera...). Y sí, el trabajo del traductor nunca se pondera ni valora lo suficiente, aunque quizá ahí está su grandeza: como el arbitro de furgol, o el músico de cine, mientras menos se advierte su presencia, y menos llama la atención, mejor misión cumplida. En fin...

Un fuerte abrazo y hasta pronto.

Iñaki Murua dijo...

Anda, pues como dices ni me había fijado en la traducción...esto me hace recordar a quién le debo haber empezado a leer libros de Sara Paretsky ;-)

Noemí Pastor dijo...

Hola, AYCARMELA, Será un lugar común, pero es cierto. Que sean invisibles va dentro de su papel, pero que se les pague y trate mal es intolerable. Un abrazo.

Noemí Pastor dijo...

Hola, MANUEL. Es como dices. A los traductores solo se los ve cuando lo hacen mal. Su papel es pasar desapercibidos. Otra cosa es que su labor se reconozca socialmente y económicamente, claro, y eso me temo que no sucede.

Noemí Pastor dijo...

Ji, ji, IÑAKI. ¡Qué mala influencia soy!

peke dijo...

Yo empecé a fijarme en las buenas traducciones, valorarlas y mirar el nombre del traductor a partir de que las malas me cabreaban, hace ya bastantes años. Sí, un buen traductor se aprecia porque su buen hacer es básico para los que no leemos determinados idiomas (es decir, la mayoría). Descanse en paz.

Noemí Pastor dijo...

Hola, PEKE. Yo también he dejado algún libro porque la traducción me distraía del contenido. Si veo defectos, no puedo evitarlo y me pongo a corregirlos mentalmente, así que no disfruto de la lectura. Besos.

Iñaki Murua dijo...

Eso es desviación profesional, Noe jejeje. Reconozco que a mi me también me suele pasar, con los subtítulos, por ejemplo.

Noemí Pastor dijo...

No me hables de los subtítulos, Iñaki. Qué diferencia de unos a otros. Los hay perfectos y los hay infumables. Depende, estoy segura, de las condiciones de trabajo. Yo he tradcido subtítulos y a veces han pretendido que lo haga sin ver la peli. Te dan el texto y ya está. Como comprenderás, en esas condiciones, las posibilidades de meter la pata son infinitas. Besos.

LA CASA ENCENDIDA dijo...

Descanse en paz y como dices,ojalá siga traduciendo para el bien...
Besicos muchos, después de estar demasiado ocupada y no pasar por aquí.

Noemí Pastor dijo...

CASA, querida. Qué gusto verte por aquí de nuevo. A ver si me paso yo también por lo tuyo. Un abrazo.

ISA dijo...

Es difícil, lo sé, pero yo que soy fan de Elroy, siempre me han sacado de quicio sus traducctores al castelllano.
Me pasa igual con algunos hispanoamericanos y es que para traducir tienes que saber el idioma al que traduces como si fuera la Biblia.
En fin, siento su muerte, tan joven.

Noemí Pastor dijo...

Hola, ISA. Montse tenía oficio y talento. Es una pena perder a gente válida. Besos.