Ya os conté que la gente de la editorial NGC Ficción tuvo la amabilidad de enviarme un ejemplar de La versión del minotauro, primera novela de Francis P. Fernández.
Pues bien, unos meses después por fin me he leído la novela (soy lenta y se me acumula el trabajo) y estoy en condiciones de afirmar que el autor resuelve muy bien el enfrentamiento entre dos antagonistas que recorren un laberinto pisándose mutuamente los talones.
He disfrutado de su lenguaje chulesco y testosterónico, que homenajea a los clásicos cínicos del género. Me he reído con algunos excesos y me he admirado al comprobar que todos los personajes, absolutamente todos y todas, incluida la señora vicepresidenta del gobierno, cincuentona cañón, y un señor ex presidente de sonrisa ratonil, fuman como en las pelis antiguas. ¿Cuánto hace que no veis un cigarrillo en el cine? ¿Y en la tele?
Tengo que añadir algo que me ha llegado al corazón: el agradecimiento final al gremio de los correctores, esos seres de la misma especie de los traductores, invisibles y sin embargo humanos, que relizan una labor también destinada a pasar inadvertida, excepto cuando meten la pata, claro.
En Internet podéis ver el cortometraje que, de algún modo, presenta La versión del Minotauro.
Pues bien, unos meses después por fin me he leído la novela (soy lenta y se me acumula el trabajo) y estoy en condiciones de afirmar que el autor resuelve muy bien el enfrentamiento entre dos antagonistas que recorren un laberinto pisándose mutuamente los talones.
He disfrutado de su lenguaje chulesco y testosterónico, que homenajea a los clásicos cínicos del género. Me he reído con algunos excesos y me he admirado al comprobar que todos los personajes, absolutamente todos y todas, incluida la señora vicepresidenta del gobierno, cincuentona cañón, y un señor ex presidente de sonrisa ratonil, fuman como en las pelis antiguas. ¿Cuánto hace que no veis un cigarrillo en el cine? ¿Y en la tele?
Tengo que añadir algo que me ha llegado al corazón: el agradecimiento final al gremio de los correctores, esos seres de la misma especie de los traductores, invisibles y sin embargo humanos, que relizan una labor también destinada a pasar inadvertida, excepto cuando meten la pata, claro.
En Internet podéis ver el cortometraje que, de algún modo, presenta La versión del Minotauro.
En la web de la editorial, lo podéis encontrar aquí:
o aquí:
En Youtube:
En Vimeo (a mayor calidad):
Que lo disfrutéis.
Y hay otra buena noticia: que NGC Ficción tiene ya tienda on line:
http://www.ngcficcion.es/ index.php?option=com_ virtuemart&Itemid=79
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