martes, 1 de septiembre de 2009

Crónica azorense de despedida


Quiero despedirme de las islas Azores con un ramillete no de flores, que de eso ya tiene de sobra el archipiélago entero, sino de recuerdos cariñosos que me llevo, de souvenirs, de recordaçaos, como dicen en portugués, de los que no se compran en las tiendas.

Me llevo la lluvia de chispitas de la Praia da Vitória. Llovía, pero de allí no se movía nadie: un minuto después la nube negra ya estaba lejos y salía el sol picón.

El vendedor de mazorcas de la playa hacía sonar unas tenazas para que se le oyera. Con esas mismas tenazas sacaba las mazorcas cocidas y humeantes de un recipiente como los de la leche. El vendedor de helados iba gritando algo como "¡Olavski! ¡Olaaaavski!". (????!!!!!)

Me llevo mis carreritas matinales, la brisa, la humedad, el olor de las higueras cuando pasabas a su lado, los aviones que sobrevolaban muy bajito la playa, las sombrillas de paja que un día una excavadora trasladó a otro sitio una por una.

Se vienen conmigo los biscoitos negros, el verde rabioso de la tierra y el azul oscuro del océano. El sabor extraño del arroz con coentro, el olor de la padaria de mi tocaya Noémia Teixeira y el del Porto Velho de Santa Cruz por la noche. La silueta de Corvo con una nube blanca posada encima como un ovni. Las risas de las señoras que se bañaban en el mar tempranito y la sombra del dragoeiro.

Me llevo el encargo de leer a Vitorino Nemésio y la ilusión de regresar a ver cómo y hacia dónde ha cambiado todo.


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14 comentarios:

Antonio dijo...

qué bonita la bóvida. Tu crónica anterior destila una prosa ligerísima y encantadora. Ésta má añoranza. Seguimos por aquí, no?.

Idoia LLano dijo...

:-) Fresca, verde, luminosa¡ jaja.- ya sé que no digo mucho.Pero es lo que me sugiere.

Manuel Márquez dijo...

Pues otra cosa no sé, compa Noe, pero de que las has disfrutado, leído lo leído, me queda poca duda. Me alegro, me alegro...

Un abrazo y buen retorno.

Julen Iturbe-Ormaetxe dijo...

Bonitos recuerdos, bonitos recuerdos.

kweilan dijo...

Tu escrito sugiere que han sido unos días encantadores. Qué bien!!

Jo Grass dijo...

En Cuba hay una palabra que resume lo que sientes ahora mismo, bueno, cuando te hayas marchado definitivamente de ese precioso paraíso. Gorrión. Gorrión es la añoranza, la nostalgia infinita que sienten los que están fuera por el lugar soñado.
Qué bonito equipaje traes de regreso, prima.
me alegro que lo hayas pasado tan bien.
Mua

Anónimo dijo...

Hombre, Noemí, que gusto, viajando de nuevo. Yo o no salgo de mi casa, o visto una que otra taberna de un barrio que se llama Chapinero que queda como una hora de mi casa. Es todo.

Lucía dijo...

Unas vacaciones inolvidables.
Tú te llevas un montón de recuerdos maravillosos y yo me quedo pensando, pues hay que ir a las Azores, sea como sea.
Un beso y feliz regreso.

39escalones dijo...

Dale recuerdos al anticiclón...

LA CASA ENCENDIDA dijo...

Uy, veo que te has empapado de emociones y de sensaciones!!
Me alegro mucho por tí, eso significa que vuelves con las pilas casrgadas a tope.
Besicos muchos.

Javier Vizcaíno dijo...

Suena bien lo de los "biscoitos negros".... y todo lo demás.
Por aquí te esperamos los que hemos estado de guardia.

Fernando García Pañeda dijo...

Estamos hechos de esos recuerdos, Noe. De alguna manera me resulta fácil compartirlos. Qué bonito.

molano dijo...

Por lo inspirada que has estado se podía ver como disfrutabas tus vacaciones en esas islas. Me alegra mucho.

Noemí Pastor dijo...

Hola, qué tal. Por fin contesto. En fin, no hace falta decirlo: me enamoré hace años de las Azores y no puedo hablar objetivamente de ellas. Ya os he dicho también que no quiero que vayáis, porque se me llenan de gente y se me echan a perder, como le pasó a Madeira. Bueno, vale, os dejo ir, pero de uno en uno, sin aglomeraciones. Besos.