martes, 9 de diciembre de 2008
La vida en La Gomera
Queridas niñas y niños:
Os cuento cómo vivo aquí en La Gomera. Concretamente habito el municipio de Hermigua y, más concretamente, en la playa de Santa Catalina. Desde la terraza veo Tenerife, el Teide y el otro lado del valle de Hermigua, que es un valle inundado de plátanos.
Amanece a las siete y media, pero para esas horas ya ando despierta, de manera que, cuando llega el panadero, hace rato que he desayunado y me guardo el pan para la cena o para el desayuno del día siguiente, porque la comida la suelo hacer fuera.
Después de desayunar, me doy un paseíto hasta el pescante, que es un antiguo cargadero marítimo, ya en desuso, de cuando en La Gomera no había carreteras y las mercancías las transportaban por mar.
O también me voy hasta el centro de Hermigua, al supermercado de Brito, a tomar un café en la dulcería, o al barrio de Lepe, que pertenece a otro municipio, Agulo, pero sólo tiene conexión por carretera con Hermigua. Cosas raras que pasan en las islas. Ayer, por ejemplo, en Vallehermoso, entré en un restaurante y una señora muy amable me dijo con su dulce acento canario: "No estamos dando comidas". Bastante extraño, tratándose de un restaurante.
Seguiremos informando. Os beso.
En la foto, para variar de tanto plátano tanto plátano, otros frutales en Lepe, con el Teide al fondo.
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16 comentarios:
Parece una vida apacible. A veces yo echo de menos algo así: más contacto con la naturaleza, menos ritmo frenetico de vida y menos masificación de personas. Por cierto, bonita foto. Me ha recordado a algunas de las fotos que he visto del Monte Fuji. Si le añades a la cima un poco de blanco de nieve, podrías decirme que estás en Japón.
Qué mala eres, no hay derecho...
Menuda envidia que me das, con el día encapotado de cierzo que hace hoy en ZGZ. En fin, sigue torturándonos...
Besos y que disfrutes
Qué relajante esa luz y color que ya convierten más amable el día. Me acuerdo con mucha nostalgia de mi casa -hasta hace bien poco- de los plátanos, aguacates y palmeras con el soberbio Popocatepetl al fondo que casi se dejaba tocar con la mano.
Te toca recargar pilas para el invierno que se presenta duro.
Un abrazo desde el único "monte" que puedo ver, la pirámide de Keops
Ay, Noemí, cómo nos pones los dientes largos. Con lo que a mí me gusta Canarias, esa luz, ese viento noroeste...
Desdeluego, vaya una manera de ponernos los dientes largos. Y nosotros aquí con esta rasca¡¡¡ Besos.
Es bonita la foto y a mí me da mucha envidia, buaaaaaaaaaaaaa!!!!
Besicos y disfruta.
¡Anda! En esa cima de ahí estaba yo hace bien poco... Tirando fotos de La Gomera, entre otras vistas.
Y ahora pasando la depre de la borrasca permanente.
Besos.
Buen tiempo perpetuo... para mí no hay otro plan mejor. Que odio la lluvia, coño :)
Por más que te esfuerces por defraudarme, no lo conseguís. Hay viento.
Por lo que dices y por la foto, todo da una sensación de tranquilidad.
Un saludo.
Ay guapa! estoy verde.. pero ya me tocará a mi! yo tb te beso..;-)
Leerte me ha dado paz....
qué bueno.
Disfruta de tanta calma. La foto, estupenda.
Hola a todo el mundo. Pues así quiero vivir yo: al aire libre y contagiada de la cachaza sureña, sin prisas para nada y con mucha tranquilidad. Los volcanes no son imprescindibles, pero reconozcámoslo: son un puntazo. La lluvia no me molesta en absoluto. Es más, me gusta; y aquí es muy necesaria, para los plátanos y para que todo luzca verde y bonito.
Dicen las malas lenguas que uno se cansaría de vivir así siempre, y nos gusta sólo porque es temporal.
¿A ti no te gustaría hacer la prueba? A mí sí...
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