lunes, 6 de octubre de 2008

Más vale tarde


Demasiadas veces había aplazado mi primera cita con Friedrich Ani y su inspector Tabor Süden, pero por fin se produjo el encuentro, y fue feliz.

Süden es un personaje construido con los mejores retazos de sus antecesores. Es lacónico y bastante borracho, como Scuder; tiene una novia siempre ausente y malhumorada, como Montalbano; tiene olfato, especiales dotes de observación y ese tipo de intuición, dizque femenina, que no consiste más que en fijarse y sacar conclusiones.

Es curiosón, casi cotilla, no abandona los casos, aunque se lo ordenen, hasta que no encuentra una explicación que lo satisfaga. Tiene cuarenta y cuatro años. Cita a The Sweet, Kris Kristofferson y Dylan (Los setenta eran una de las pocas cosas imperecederas que todavía quedaban). Va siempre mal vestido y sin afeitar, parece ser que tira a gordo y tiene un toque extravagante: comete esas pequeñas locuras que todos hacemos y no confesamos para que no nos tomen por tontos o pirados.

Como narra en primera persona, tenemos total acceso a su desastrosa vida personal, no menos destartalada que la de su compañera Sonja y su buen amigo Martin. Comparten todos un jefe perfecto y relamido al que sacan de quicio para regocijo de los lectores.

Süden trabaja en el departamento de desaparecidos de la policía de Múnich y eso, al menos en esta novela, no le hace verse las caras con grandes criminales, sino con gente vulgar: adolescentes revoltosillas, tenderos aburridos y amas de casa convencionales, cada uno con su particular infierno doméstico en el que las llamas alcanzan considerables alturas, no se crean.

Bueno, dirán ustedes, mucho has hablado del personaje, pero la historia ¿qué? Pues la historia no está a la altura: se contiene mucho, apenas avanza en los primeros capítulos, se deja adivinar (¡menos mal!) sin pretendidas revelaciones inesperadas y luego, muy al final, estalla a borbotones quizás demasiado melodramáticos.

Para acabar, la ciudad de Múnich (no la conozco; habrá que ponerle remedio inmediatamente) se hace también protagonista y la traducción de Joan Parra solventa airosamente varios problemas peliagudos del transvase alemán-español.

Otro día os pongo unos párrafos selectos. Hasta prontito.

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21 comentarios:

LA CASA ENCENDIDA dijo...

Pues espero esos párrafos y ahora aprovecho para saludarte y darte las gracias, por todas estas informaciones.
besicos guapa

Ricardo Bosque dijo...

Suden como algunos vinos, mejora con el tiempo. Así que métele caña a la segunda de la serie, El bebedor del tranvía. En mi opinión, la trama es más redonda que en la primera pero, como dices, Suden y Munich son los verdaderos protagonistas.

Y la tercera, en breve (igual ya está en la calle), La mujer del vestido duro.

Y ¿qué me dices del diseño de la colección? A mí me parece estupendo, con ese negro y amarillo tan clásico en el género.

jaio dijo...

Gracias, por ponernos la miel en los labios. Ahora habrá que catar.

Y si hay que ir a Munchen, pues se va, ¿no? ;-o)

Pablo Ballesteros dijo...

gracias por la información

Anónimo dijo...

jo, otro Sr. que no voy a leer.:)
Noemí, conoces el último diccionario tochón de Pons bilingüe D-S/S-D? También trae un cuadernillo adjunto muy práctico.
Besos

Noemí Pastor dijo...

Casa, de nada. Un placer. Más besicos para ti.
Ricardo, ya tengo ganas de hacerme con esos dos siguientes. Y, sí, me gustan mucho el giallo y el noir de la portada.
Jaio, pues quedamos un día de estos y nos vamos pa München, anda pues. Pero en primavera, plis.
Pablo, de nada, aquí está el servicio de información para servirles a ustedes.
Mita, maja, pues no, no conozco ese diccionario. Echaré un vistazo en las librerías. Danke schön.

Anónimo dijo...

¿Cita a Sweet? Agh, corro a comprar las tres novelas. Le regalé las dos primeras a mi cuñado pero no se ha enterado de lo de The Sweet. Con lo hortera que estaba yo con esas pintas...

Noemí Pastor dijo...

Pues sí, por ahí aparece, pero, con todo, Süden no llega a los niveles roqueros de Rebus.

Anónimo dijo...

Eran roqueros estos reyes del gay power? Yo me lo pasaba en grande. Qué plataformas! Qué minishorts! Qué capas! Qué maquillaje!

Noemí Pastor dijo...

No, hombre, no quería decir eso: sólo que Rebus es más "erudito" en asuntos de pop-rock.

Anónimo dijo...

Ah! Es que Ian Rankin es un tío muy bueno. Pero tengo ganas de estas novelas. Me has abierto el apetito.

Noemí Pastor dijo...

Sí, a mí también esta primera me ha dejado con ganas de más. El in spector Süden es un tipi peculiar. A ver si mañana le publico unos párrafos selectos.

Julián Sick dijo...

"Tanto va el cántaro a la fuente, que al final se ruempe."

Pero es bien de bien, eh!

Cariños a los tuyos.

Dante Bertini dijo...

tomo nota...hace mucjo que no termino un libro...¡desgracia!

Anónimo dijo...

¿Has leido a Per Wahlöo y Maj Sjöwal?
http://www.casadellibro.com/libros/sjowall-maj/sjowall32maj

Es una manera diferente, a mí me sorprendieron.

Anónimo dijo...

resulta q yo tengo "El bebedor del tranvía", pero aun no lo he leído.. un beso Noemí.

Noemí Pastor dijo...

Julián, cariños transoceánicos de vuelta.
Cacho, pues sí que es una desgracia, sí.
Kaos, creo que no, porque recordaría esos nombres imposibles. Ya echo un vistazo.
Helua, pues ése es el segundo. Yo tengo la manía de leer por orden de aparición.
Besos.

Anónimo dijo...

poss ná... empezaré por "El angel..".. ;-)

Noemí Pastor dijo...

Helua, oyes, hija, dios me libre de decirte por dónde tienes que empezar. Yo tengo mis manías, pero mejor no las contagio. Muxu handi bat.

Anónimo dijo...

jajajajaja... ná.. tranquila.. por alguno tengo q empezar.. y espero q me guste.. un besito.

Noemí Pastor dijo...

Oye, Helua, ahora que lo pienso, creo que no he visto ningún libro de Ani en ninguna librería de Bilbao. Éste del ángel lo compré en Madrid, si mal no recuerdo; también vi sus novelas en Gijón, en la Semana Negra, pero juraría que aquí en Bilbo, no. ¿De dónde has sacado tú el del bebedor del tranvía?