lunes, 14 de abril de 2008

Alexandra Marinina


Alexandra Marinina, "la Agatha Christie rusa", autora de unas treinta novelas negras y traducida a veinte lenguas, se llama en realidad al revés, Marina Alexeyeva, y nació en Ucrania hace cincuenta años.

A propósito de Marinina cita Bienzobas en su blog a Anna Selivanova, experta en literatura rusa, quien habla de dos etapas de la novela negra en su país. En la primera tenemos un héroe masculino y agresivo, una especie de Rambo a la rusa, un lobo solitario que combate la injusticia a puñetazos y a tiros. La segunda etapa es la de la novela policiaca femenina. La propia Marinina nos dice que se trata de un género policiaco irónico que sólo cultivan mujeres: Daria Dontskova, Tatiana Ustinova, Tatiana Poliakova... Marinina añade una tercera etapa a las de Selivanova: Los autores de las novelas criminales entendieron que bajo el aspecto de una obra policiaca se podía ofrecer un nuevo tipo de novela.

Marinina, sigue contándonos Bienzobas, es "la punta del iceberg negro" ruso. Hoy en día publican allí montones de esciritoras y escritores novelitas de bolsillo, de material barato, que se compran en los puestitos del metro por más o menos un euro, se revenden, se recompran de segunda mano o se intercambian.

La investigadora protagonista de las novelas de Marinina se llama Anastasia Kamenskaya y trabaja para el Ministerio de Interior ruso. Es una treintañera fea, muy espabilada, trabajadora y sagaz. Vive con su novio, intelectual matemático, y es aficionada a las novelas de crímenes. Ambos personajes caen simpáticos en su vulgaridad y su total falta de glamur; no son seres excepcionales, sino normales y corrientes ciudadanos que tienen que vérselas, exactamente igual que todos los demás, con las dificultades de su lugar y su tiempo. Pero resulta que ese lugar es Moscú, Rusia, y que ese tiempo es el final del siglo XX, con lo que Kamenskaya no tiene más remedio que bregar contra restos humanos e ideológicos de la época soviética, mafiosos y políticos de la nueva Rusia, nuevos ricos, policías más o menos íntegros y todo el sálvese quien pueda típico de las crisis agudas.

He leído tres o cuatro novelas de Marinina y les encuentro un defecto principal: no acaba de acertar con esos personajes producto de la descomposición rusa. Le salen unos malos tontorrones, nada creíbles, sanguinarios sin causa, con la misma profundidad que los de Lafuente Estefanía, como de teatrillo de pueblo, inconsistentes, de ambiciones insulsas como "hacerse con el control de instituciones y ciudadanos" (¿¿??), falsos como el cartón-piedra. ¿O será que el disparate político en el que viven es tal que verdaderamente ha producido gente así? Sea como sea, si el malo no es consistente, la novela entera se tambalea.


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11 comentarios:

Anónimo dijo...

Coincido en parte contigo. Los malos son tan malos que a veces no resultan creíbles.
Hace tiempo que no traducen nada de ella, ¿no?

Noemí Pastor dijo...

Sí, creo que en el mismo blog de Bienzobas que cito leí que la editorial no consideraba rentables las ventas. ¿Será porque traducir del ruso cuesta una pasta?

Alberto López Cordero dijo...

Yo es la primera vez que veo a esta señora, pero por lo que dices de ella ganas dan de adentrarse en su universo. Tus días deben tener 40 horas para tanta lectura. Envidia me das, jodía.

Noemí Pastor dijo...

Prueba, Alberto, prueba a la señora Marinina y luego me cuentas. Me has dado una idea para un meme: "El meme de las cosas que no hago porque estoy leyendo".

39escalones dijo...

Otra que no conozco. Como decía el filósofo Perales, ¿a qué dedico el tiempo libre?
Me la apunto. Gracias por descubrirme a tanta gente interesante.

Ricardo Bosque dijo...

Enrique Bienzobas escribió un artículo sobre Alexandra Marinina (o más bien sobre Anastasia) en el último número publicado de la revista Gangsterera, dedicado íntegramente a las mujeres en el género negro.

Todo un especilista, Bienzobas (casi como en Simenon)

Javier Vizcaíno dijo...

Yo la descubrí hace unos años y no se si por la novedad o qué, pero el caso es que me gustó... aunque me cansé muy pronto.
Como me pasa con otros, me interesaba más el contexto que la trama. No me digáis que la resolución de las tramas y los malos de Mankell en las historias de Wallander son gran cosa... por poner un ejemplo.

Benjuí dijo...

En el fondo, se trata siempre de lo mismo: qué puede hacer el ciudadano raso ante la corrupción.

(En cuanto a lo de leer o no leer, esa es la cuestión, afortunadamente es una actividad que puedes manejar dependiendo del momento. En mi caso, comienzo libros a montones y termino poquísimos).

Noemí Pastor dijo...

Hola a todo el mundo. Quizás sea lo más interesante de Marinina el momento en que le toca vivir a su personaje y a ella misma, que también era policía. Es cierto que las tramas de Mannkell no dan para ná y añadiría que las de Lorenzo Silva tampoco, aunque hay otros ingredientes que salvan las novelas.
Una cosa que se me ha olvidado decir de las novelas de Marinina es que tienen la dificultad de que una no identifica bien a los personajes, a pesar de la guía inicial, al estilo de Agatha Christie, pues tienen los tres nombres rusos más unos cuantos apelativos y diminutivos. Y es un lío.

Anónimo dijo...

Sólo he leido dos. Veamos si encuentro mas en la feria del libro viejo. A mi me ha gustado. Sobre todo la detective me recuerda mucho a la de "The closer".Es buena y tmabien dificil de localizar por los distintos nombres de unmismo personaje. Pero eso pasa con todos los autores rusos. Los editores carecen de respeto para los lectores. Las obras salen sin órden y a veces con traducciones infames

Paulina Rodríguez Espejel dijo...

Por falta de pericia, acabo de perder el comentario que escribí.
Les pedía que si saben el nombre de la autora (rusa también) y el de la editorial de la novela "El club Varishnykov", les estaré muy agradecida si me lo informan.
Verán,cuando estaba por terminar de leerla, la dejé olvidada en un cajero automático, la perdí.
Por favor, si me pueden ayudar, espero la información en esta dirección:
missmarple@live.com.mx
Gracias:
Paulina