"Hay una edad, hacia el final de la infancia, en la que las antenas con las que percibimos los secretos del mundo alcanzan su máxima potencia.
Eso sucede justo antes de la pubertad, antes de que las hormonas, el racionalismo adulto y el sistema educativo nos atrofien definitivamente el sentido de lo maravilloso."
Bernard Minier:
Una maldita historia
Une putain d'histoire
XO Éditions 2015
La traducción y la adaptación son mías.
lunes, 22 de julio de 2019
El sentido de lo maravilloso
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literatura francesa,
thriller,
traducción
sábado, 18 de mayo de 2019
Pecho Frío
En Lima, esa ciudad para mí mítica que solo conozco a través
de la literatura y de Google Earth, habita Pecho Frío, el treintañero más anodino
que te puedes echar a la cara; empleado de banca, encorbatado pobre y aburrido,
predecible y vulgar, que, de repente, por pura chiripa, de la forma más insustancial,
se encuentra siendo objeto de tremenda atención mediática.
La vida de Pecho Frío cambia en horas, en minutos, y de una
existencia monótona y tediosísima da el paso (o le dan el empujoncito; un poco
de todo) que lo introduce en una escalada demente que imperceptiblemente casi
lo coloca, como arrastrado por un torbellino, en la presidencia de la República
del Perú.
Para este relato cuya moraleja podría ser que todo el mundo
es corrompible, Bayly ha elegido un tono de farsa en el que los personajes se
llaman Pecho Frío, Poto Roto, Culo Fino, Chucha Seca, Lengua Larga… No tiene nada
de corrección, pues, y, sí, en cambio, bastante de mal gusto y de farsa, de
bufonada, porque seguramente sea ese el tono más adecuado y el que vaya a dar
una noticia más fiel y más exacta de una Lima desquiciada pero muy real:
barrios, calles, entidades, instituciones y empresas mantienen sus denominaciones,
al contrario de lo que ocurre con los personajes, que, como digo, lucen
apelativos crueles y descriptivos como Gorda Pasiva o Mama Güevos.
El desquicie de Lima, del Perú entero, ya estaba presente en
la magnífica “La lluvia del tiempo”, escrita también por Bayly como novela en
clave, pero con más pistas, con personajes más reconocibles y menos astracán.
Son bastante protagonistas de “Pecho Frío” los medios de
comunicación. Y Bayly sabe de lo que habla, pues ha trabajado en televisión durante
décadas. Los medios tienen el poder de encumbrar a un cualquiera, un don nadie,
como Pecho Frío, al culmen de la notoriedad, de la popularidad. De encumbrar o
de enfangar, según se mire. Todo el mundo (en esta novela y en la realidad)
parece despreciar a los medios, su ramplonería, su mal gusto, su crueldad y su
descaro, todo el mundo se refiere a ellos con suficiencia, con altanería, con
una pose de hartazgo, pero todo el mundo vive pendiente de lo que producen y
todo el mundo quiere subirse al carro del famoseo y participar del oropel que
lo rodea.
Lamento mi desconocimiento de la actualidad política,
económica y social del Perú porque eso me priva de saber a quién se refiere
Bayly con esos nombres y apellidos despellejantes. Llego a alguna conclusión
que no me atrevo a compartir aquí porque no estoy segura, pero alcanzo, cómo
no, qué menos, a reconocer al propio Bayly en ese Niño Terrible que aparece
hacia el final de la novela: un tipo de vuelta de absolutamente todo, que no
trabaja, que vive en la playa feliz y solo, que se la pasa fumando porros el
día entero y dedicado exclusivamente a chiquilladas y travesuras que le
diviertan.
“Pecho Frío” es, como digo, un relato muy destructivo que no
se apiada de nadie. Así como en “La lluvia del tiempo” había una niña, una
menor, que encarnaba la esperanza en el futuro, la valentía, la sinceridad, la
fidelidad o, al menos, el respeto a la verdad por descarnada que sea, ahora, en
“Pecho Frío”, donde no aparecen niñas ni niños, todo el mundo está podrido;
cada cual de lo suyo (envidia, avaricia, ansia de venganza, de poder y
notoriedad…) y algunos especímenes selectos, de todo.
Sin embargo, el final sabe ser tierno y se esfuerza un poquitín
por que nos apiademos del pobre Pecho Frío, a quien, en las penúltimas páginas
se le pasa la vida por delante, como en diapositivas, de manera que, aunque ya
al final, in extremis y en ráfagas fotográficas, por fin sabemos con seguridad lo
que veníamos sospechando desde el principio: que no es más que un pobre hombre,
un pobre diablo, un cuitao, un desdichao, exactamente igual que mucha de la
gente que se nos aparece envuelta en un destelleante halo de celebridad.
Jaime Bayly:
“Pecho Frío”
Alfaguara
2019
lunes, 22 de abril de 2019
Un poso de embestida de alces
"Se abrazan como se abrazan los hombres. No frente a frente, sino oblicuamente, en diagonal: la cadera de uno junto al muslo del otro, con la pierna izquierda y la entrepierna un paso atrás, en zona segura, a salvo.
Son hombres, al fin y al cabo. Todos los abrazos masculinos guardan en su interior un poso de embestida de alces, de carneros, cuerno contra cuerno, pese a que los machos de la especie humana lo intenten disimular, con mayor o menor talento."
Harkaitz Cano:
Fakirraren ahotsa (La voz del faquir)
Susa, 2019
La traducción y la adaptación son mías.
Son hombres, al fin y al cabo. Todos los abrazos masculinos guardan en su interior un poso de embestida de alces, de carneros, cuerno contra cuerno, pese a que los machos de la especie humana lo intenten disimular, con mayor o menor talento."
Harkaitz Cano:
Fakirraren ahotsa (La voz del faquir)
Susa, 2019
La traducción y la adaptación son mías.
sábado, 20 de abril de 2019
De oídas
La revolución y la contrarrevolución, las dos se hacen de oídas. Porque alguien oye algo en alguna parte y se lo cree. Y luego toma una decisión. ¿Cuántas veces no habrá sido así?
Lo que sabemos de oídas, sin querer creer que solo se aproxime a la verdad; lo que repetimos una y otra vez, tras un eslogan demasiado categórico o un testimonio inseguro, se nos aloja cómodamente en la garganta, como si fuera nuestro y no construido de oídas, con total confianza en lo escuchado.
Y exactamente igual deconstruimos, desconfiamos, insultamos, nos convertimos más o menos en lo que somos, de oídas e imperceptiblemente.
La reflexión no tiene cabida; solo nos cabe en la garganta algo que una vez le oímos a alguien. Y se borra casi entera la distancia entre la boca y la oreja.
Harkaitz Cano:
Fakirraren ahotsa (La voz del faquir)
Susa, 2019
La traducción y la adaptación son mías.
Lo que sabemos de oídas, sin querer creer que solo se aproxime a la verdad; lo que repetimos una y otra vez, tras un eslogan demasiado categórico o un testimonio inseguro, se nos aloja cómodamente en la garganta, como si fuera nuestro y no construido de oídas, con total confianza en lo escuchado.
Y exactamente igual deconstruimos, desconfiamos, insultamos, nos convertimos más o menos en lo que somos, de oídas e imperceptiblemente.
La reflexión no tiene cabida; solo nos cabe en la garganta algo que una vez le oímos a alguien. Y se borra casi entera la distancia entre la boca y la oreja.
Harkaitz Cano:
Fakirraren ahotsa (La voz del faquir)
Susa, 2019
La traducción y la adaptación son mías.
jueves, 18 de abril de 2019
La indiferencia no tiene idioma
Tatiana le aclara que es traductora. Domina media docena de lenguas.
"Entonces, puedes amar en media docena de idiomas, ¿no?".
"Puedo amar y puedo odiar; según por dónde lo mires".
"Bueno, siempre será mejor eso que la indiferencia".
"La indiferencia no tiene idioma. La indiferencia es muda".
Harkaitz Cano:
Fakirraren ahotsa (La voz del faquir)
Susa, 2019
La traducción y la adaptación son mías.
martes, 16 de abril de 2019
Una cierta vulnerabilidad
Harkaitz Cano:
Fakirraren ahotsa (La voz del faquir)
Susa, 2019
La traducción y la adaptación son mías.
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geografía sentimental,
literatura,
traducción
martes, 26 de marzo de 2019
Hoy no estoy pa nadie: "Dolor y gloria"
Hoy
no estoy pa nadie.
Hoy
no estoy pa na.
Hoy
estoy borracho
de
soledad.
Raimundo Amador
Salvador Mallo no está pa nadie. Salvador Mallo no está pa
na. Qué se le va a hacer. En la vida se tienen esas etapas; te dan esas boladas, decíamos de niñas, empotrando
el léxico vasco en la morfología castellana.
Hay temporadas, sí, o temporadonas, en las que no estás pa
nadie. Ni pa na. Te pasas el rato solo en casa, sin ganas de salir tampoco a na,
y cuando alguien te visita, tus pasos lo conducen hasta la puerta, la mano se
te va al picaporte y le dices que sí a todo, con tal de que se largue de una
vez y te deje de nuevo en paz entre tus muros.
Tienes ya una edad respetable y, como no tienes ganas de
tener presente ni futuro, solo te queda el pasado y la tentación de enmendarlo.
Ø Ø
Ø Ø Ø Ø
Declara Almodóvar en una entrevista
con Andreu Buenafuente que “Dolor y gloria” no es un relato en clave, que no
nos cansemos buscando nombres ni apellidos reales a los ficticios Alberto y
Federico, que estos sus personajes están construidos con retazos de antiguos
amigos, enemigos y amantes.
Añado yo otra negación a la de
Almodóvar; niego también otra cosa: al contrario de lo que dicen la mayoría de
las críticas de “Dolor y gloria”, no creo yo que don Pedro se desnude tanto ni
que exhiba tanto sus miserias; se queda en un repertorio de dolencias chic, todas socialmente aceptables, o al
menos estéticamente envueltas como para que no desagraden, y cierta elevada
dosis de misantropía.
Exhibe, eso sí, con orgullo, unos
examigos y examantes maduros y guapísimos, como él mismo reencarnado en
Banderas. Todos bellos a pesar de los excesos, los achaques, las canas y las
arrugas; todos mantienen todavía ese puntito de glamur del que los
mitómanos no podemos prescindir.
Más descarnado me parece, en cambio, que
todos esos hombres bellos formen parte de un catálogo de relaciones frustradas,
al que suma otro sentimiento de fracaso en la relación con su madre.
Ø Ø
Ø Ø Ø Ø
A Salvador Mallo esos meses, esos años tontos en los que no
está pa na, le sirven al menos para reconciliarse con su vida. Abre una por una
las cajas de una mudanza incompleta, de varias mudanzas incompletas; esas que
quedaron con la cinta adherente intacta y ya uno no sabe qué guardan dentro.
La caja más grande es la de la infancia, pero es quizá la
que menos miedo da abrir. Por eso Salvador Pedro Mallo la vacía a poquitines,
disfrutando de cada hallazgo y haciéndonos disfrutar al recordar pedacitos de
su cine anterior. Se nos vienen a la cabeza sobre todo las escenas manchegas de
“Volver”, aunque también hay un guiñito a “La ley del deseo”. Por cierto, creo
que “La ley del deseo” sigue siendo mi pelialmodóvar favorita.
Ø Ø
Ø Ø Ø Ø
También le había oído hacía tiempo a Almodóvar que “Dolor y
gloria” iba a ser una peli muy
masculina. Y sí, es masculina esa emoción contenida que Mallo les pide a
sus actores; eso que se deja entrever, pero no permite que se desborde; ese
tragarse las lágrimas y seguir hablando con una ronquera sugestiva.
Por eso creo que en este film no hay exhibicionismo ni total
sinceridad. Tampoco hace puñetera falta. Hay la dosis suficiente como para
empatizar, comunicar, transmitir, que es lo que tiene que hacer un creador.
Y, hablando de emoción, me reblandezco toda, como una pava,
cuando en una calle de Madrid Banderas se detiene largo rato ante una pintada
que reza: “Hermana, yo sí te creo”. ¡Ay! Gracias, gracias, Pedro. He
buscado el fotograma por la red, pero no lo he encontrado. Si alguien da con
él, que me lo haga llegar, por fa.
Ø Ø
Ø Ø Ø Ø
Critican también de “Dolor y gloria” su guion supuestamente
deshilachado, descosido. Y sí. Es bastante así. Con un par de hilos conductores
(su situación presente y su infancia), el resto de episodios son, como decía,
cajitas que se abren y se cierran y apenas interactúan entre sí. Pero él puede. Él, con la inestimable colaboración
del gran Juan Gatti, cose lo incosible como quiere. Para eso es Almodóvar.
Respect!
A mí, en cambio, ¿sabéis qué no me gusta de “Dolor y gloria”?
El título.
Ficha técnica (filmaffinity.com)
Título original Dolor y gloria
Año 2019
Duración 108 minutos
País España
Guion Pedro Almodóvar
Música Alberto Iglesias
Fotografía José Luis Alcaine
Reparto Antonio Banderas, Asier Etxeandia, Penélope Cruz, Leonardo Sbaraglia,Julieta Serrano, Nora Navas, Asier Flores, César Vicente, Raúl Arévalo, Neus Alborch, Cecilia Roth, Pedro Casablanc, Susi Sánchez, Eva Martín,Julián López, Rosalía, Francisca Horcajo
Productora El Deseo. Distribuida por Sony Pictures Entertainment
(SPE)
)
Etiquetas:
cine español,
Pedro Almodóvar
viernes, 8 de marzo de 2019
Villanoir 2019: quien croniquea la última croniquea mejor
O si no mejor, al menos más cómoda, eso sí.
En fin, que aquí llego yo, largo tiempo después de haberse celebrado en Villanúa (Huesca), del 1 al 3 de marzo, la tercera edición de este encuentro de género negro, a contar cómo me fue en Villanoir 2019, con la oportunidad de haber plagiado todas las crónicas que he leído sobre el evento.
Por cincunstancias personales con las que no os voy a aburrir, solo pude participar en la sesión del sábado por la tarde y no en la sesión completa; suficiente, no obstante, como para volverme esa misma noche a Jaca con muy buen sabor de boca y con ganitas de regresar el año que viene.
A las taurinas cinco de la tarde, muy mal momento para estar despierta, enseguida nos puso las pilas Ricardo Bosque con su mesa "Crímenes sin fronteras, españoles por el mundo!, en la que participaron, por estricto orden alfabético, Salva Alemany, Laura Balagué, José Luis Muñoz y Rosa Ribas.
Ricardo Bosque, presentador
Salva Alemany. Me llevé su "Alacrán" para casa.
Con mis adoradas Laura Balagué y Rosa Ribas
Fue una poética charla sobre las fronteras, las lenguas, las diferentes formas de percibir la literatura, los desplazamientos físicos y emocionales, el sentimiento de pertenencia y las mil maneras de ser, estar y ejercer la extranjería.
Luego vino el interrogatorio a Juan Madrid a cargo de José Luis Muñoz, peculiar interrogatorio que cumplió la predicción del interrogador: bastó con una pregunta para que el interrogado se lanzara a un soliloquio muy Bildungsroman. Si todo lo que nos contó no fue estrictamente vero, al menos fue ben trovato.
Juan Madrid y José Luis Muñoz
Y ya solo me quedó tiempo para la charla de Dani Álvarez y Francisco Etxeberria, quienes glosaron su programa de televisión "El lector de huesos" con contenidos que fueron desde lo científico hasta lo tétrico, pasando por el humor negro.
Dani Álvarez y Paco Etxeberria fabricando una culpable, con la supervisión del BossBosque
Ahí van, para acabar, las crónicas sobre el evento que he encontrado en la red. Lo mismo de antes digo: si me falta alguna, hacédmelo saber, plis, y la incluiré.
Ya falta menos para Villanoir 2020.
El Heraldo de Aragón
Laura Balagué
Página de Turismo de Villanúa
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eventos,
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geografía sentimental
viernes, 1 de febrero de 2019
Heridas abiertas (Sharp Objects)
Aunque en Navidad no tuve vacaciones, sí me dio tiempito a ver esta miniserie de HBO.
Lo hice animada por el buen sabor de boca que me dejó "Big Little Lies", del mismo director, y por el contenido negrocriminal que prometía, ya que está basada en la novela homónima de Gillian Flynn, autora que, dicho sea de paso, no es santa de mi altarcito.
Sea como sea, la serie me ha dado para un articulito en Zinéfilaz. Irse para allá a leerlo, hala, venga.
Lo hice animada por el buen sabor de boca que me dejó "Big Little Lies", del mismo director, y por el contenido negrocriminal que prometía, ya que está basada en la novela homónima de Gillian Flynn, autora que, dicho sea de paso, no es santa de mi altarcito.
Sea como sea, la serie me ha dado para un articulito en Zinéfilaz. Irse para allá a leerlo, hala, venga.
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