domingo, 6 de marzo de 2011

Otras cuatro de Petra Delicado (7)

Al comienzo de Nido vacío, parece que Petra ha conseguido por fin la paz vital que siempre anda buscando. Hasta se atreve con una definición de la felicidad:
La felicidad consiste en tener un buen carácter: sereno, equilibrado y humilde. Eso, mezclado a la carencia total de aspiraciones, arroja un cómputo infalible: no se es desgraciado, sinónimo más aproximado en este mundo perro de ser feliz.

Pero ¿qué pasa cuando alcanza esa especie de nirvana? Pues que se aburre, que no le gusta, que siente la inevitable necesidad de meterse en líos, de complicarse la vida y va y se casa. ¿Y con quién? Con un doblemente divorciado, como ella, y con cuatro hijos.

Le he leído a Giménez Bartlett en alguna entrevista que, cuando casó a Petra, recibió quejas de muchas lectoras que se sentían traicionadas, ya que habían convertido a Petra en un icono de la defensa de las mujeres singles o solteras. Giménez argumentaba, muy sensatamente, diciendo que le daban demasiada importancia al hecho de tener o no pareja, que el matrimonio es circunstancial y accidental, no esencial, y que una mujer es siempre la misma sea cual sea su estado civil: soltera, casada, divorciada, viuda o monja.
Esto me recuerda, cómo no, al final de la serie de televisión Sexo en Nueva York. Una amiguita se me quejó de que una serie que supuestamente era una exaltación de la soltería femenina acabara con todas sus protagonistas casadas o emparejadas.Yo no estoy tan de acuerdo, pues aquel final distaba mucho de ser un happy end, no tenía nada de se casaron, fueron felices y comieron perdices, las chicas estaban viviendo situaciones que no habían previsto en sus sueños de idealidad. 

Y lo de Petra, además, ni siquiera es un final, porque me queda por leer el que de momento es el último libro de la serie, El silencio de los claustros, donde por fin parece que Petra establece contacto directo con su soñada vida conventual.  Me da mucha pena que se me acabe la serie, pero para consolarme picaré con Donde nadie te encuntre, la novela por la que le han dado a Giménez Bartlett el Premio Nadal, no por el premio en sí, que me la refanfinfla bastante, sino porque esde Giménez Bartlett y porque, para qué negarlo, me da morbito la historia de una maqui hermafrodita.


5 comentarios:

El jukebox dijo...

Y además, va a escribir o está escribiendo ya otra novela de Petra Delicado, creo que ambientada en Italia o algo así. No me extraña, si es que en ese país arrasa.

Noemí Pastor dijo...

Hola, Juke, pues me das una buena noticia. Hay que ver cómo se engancha una a las sagas detectivestas; como a la droga dura.

Noemí Pastor dijo...

Quería decir "detectivescas", claro.

peke dijo...

A mí no me molestó en absoluto que Petra se casase, pero me chocó, porque... ¡cuatro angelitos...! Uf.

Noemí Pastor dijo...

PEKE, la intención de Giménez-B era esa, chocar, dar una vuelta de turca folletinesca al final de la novela para que cojamos con expectación la siguiente.
La vuelta de tuerca es mayor si tenemos en cuenta que Delicado se lo piensa todo mucho, es muy reflexiva y decide mandar a la porra la reflexión y hacer algo impulsivo, sin pensar, por complicarse la vida, sin más.
Estoy de acuerdo con ella en que hay cosas en esta vida que hay que hacer sin pensar demasiado, porque si no, no las haces nunca.
Besos, maestra.