Nunca he conocido a nadie que tuviera algo que hacer en el centro de Los Ángeles. A no ser que se tengan muchas ganas de ver Union Station, Olvera Street o la calle de los vagabundos y los tirados, el único motivo para aventurarse por los alrededores de las calles Sexta y Spring es curiosear en el mercado del oro al por mayor para joyeros o visitar Cooper Building para comprar ropa de diseño a precio de saldo. Por lo que afecta al resto, lo más sensato es pasar de largo a toda velocidad.
Sue Grafton: G de guardaespaldas.
Traducción de Antonio-Prometeo Moya
Mi querida Kinsey exagera en esta breve guía de LA.
Es verdad que Los Ángeles no tiene centro, no tiene aceras. Es cierto que allí la bicicleta es una forma de suicidio.
Lo que sí tiene Los Ángeles, como bien dice Kinsey, son pobres y tirados. Igual que en la escena de Lo que el viento se llevó cuando Escarlata va a buscar al doctor a la estación de Atlanta, la cámara sube, se amplía el plano y vemos miles de heridos tumbados en el suelo. Los Ángeles tiene lo mismo, pero con cartones: cientos de personas viven en la puñetera calle a un paso del distrito financiero, del Walt Disney Concert Hall y del edificio de Pei que salen en todas las series televisivas. El noventa y cinco por ciento, negros. Y mira que no hay muchos negros en California. Mexicanos, en cambio, sí, a paladas. Pero negros, no muchos.
Los mexicanos invaden el centro los fines de semana. Aunque en la ficción era San Francisco, las escenas iniciales de Blade Runner, cuando Harrison Ford toma pescado en un puesto callejero, se rodaron en el Grand Central Market de Los Ángeles. Ahora apenas quedan chinos allá. Los mexicanos ocupan casi todos los puestos. Te puedes tomar una cervecita en sillas de plasticucho con un mariachi que te ameniza el trago.
Y en Broadway puedes recorrer decenas de esas alucinógenas tiendas de santería donde Se hacen limpias y amarres.
Claro, Kinsey dice eso porque ella vive en Santa Bárbara, una de las ciudades que más se asemeja a la idea común del paraíso. Pero yo soy de la Margen Izquierda de la ría de Bilbao, así que el centro de Los Ángeles me parece raro y exótico, sí, pero no exactamente un sitio del que salir huyendo.
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sábado, 14 de noviembre de 2009
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22 comentarios:
ay con internet!
estaba escribiendo sobre otro Los Angeles y veo tu post...
Aceras tiene, pero vaya que se hace raro caminar por ellas.
Yo no huiría de Bilbao.
No conozco ni una sola prsona de los que han ido por alli que les haya gustado (algunos incluso han vuelto con cierto trauma) Sin embargo S. Francisco a todos les encanta...
No he ido nunca a EE.UU. pero creo que las grandes diferencias que existen, según leo, no son un problema para que ciudades como LA sean como imanes para multitud de "emprendedores".
Prefiero Bilbao.
Una semana fui muy rico en Los Ángeles(eso otro día lo cuento). Me pusieron un carrazo con choferessa para que me llevara de compras por la ciudad para quitarme de enmedio como se hace con las esposas de los grandes ejecutivos. Harto de visitar malls temáticos un día le dije a la choferessa que me llevara al centro que yo conocía de otras veces. La pobre se quedó horrorizada. Cuando le dije que me recogiera en 2 horas llamó a sus jefes para eximirse de responsabilidades. Yo sencillamente quería ir por una calle con gente de verdad, tiendas de verdad, aceras, semáforos, mercados...Que me empujaran por la acera y que no me sonrieran bobamente- Hi!- cada vez que me acercaba mas de lo razonable a un establecimiento.
Desde la supersuite de mi superhotel en una planta alta, veía una enorme extensión de casitas y calles. Cuando pretendía ver como iban vestidas las personas en la calle para calcular la temperatura, no veía ni una sola persona caminando. Solo coches.
Como rico, te lo digo, LA está muy bien. Ahora que yo, ya sin choferessa, no vuelvo.
Molano, que vidorra... yo quiero ser como tu, no es junto...
Molano: ¿ No nos quieres adoptar a calamarín y a mí? Te podemos hacer de chofereses, darte conversación, contestar a tus llamadas, acompañarte a cenar, de compras, de cines..en fin...hasta prepararte una paella: yo pongo el arroz y calamarín el aderezo, jajaja
Besos querida prima. Como siempre tan perspicaz en tus reseñas.
DANTE, y de hecho no huyo. Recuerdo que me contaste algunas aventuras angelinas. No me pierdo tu post por nada.
CALAMARIN, ya conoces una: servidora de usted. Sucede que San Francisco es Europa y Los Ángeles, Marte.
PETRUS, en LA lo que hay es trabajo y posibilidades de ganar mucha pasta. En Bilbao, no tanto.
MOLANO, impresionante documento. Espero tus memorias angelinas pronto. Yo fui de pobre motelera y me lo pasé bien.
JO, me habéis acabado animando a mi también. Igual me pongo a escribir mis memorias americanas. Acepto sugerencias, porque no sé cómo acometer tal tarea.
Besos domingueros.
Va a ser que que es (in)humano mola. Vale, ni yo mismo sé lo que quiero decir, pero es que parece que navegamos entre paradojas.
¿Quieres decir que lo inhumano mola? Pues de acuerdo. Y, aunque no llegue a molar, interesa, intriga, perturba...
Las memorias angelinas de una pobre motelera suena de maravilla. ¡Anda!, anímate y ponte manos a la obra, pero no un post sino una novela, que estoy segura que tienes material de sobra y una pluma ágil, fresca y con el punto de ironía necesario para proporcionarnos unas tardes de lectura perfectas.
muamua
¡Ummmm! "Memorias angelinas de una pobre motelera". Me gusta el título. Por algo se empieza.
Es una visita que tengo pendiente y me apetece igual Los Angeles que San Francisco.
Ambas ciudades muy literarias y, por supuesto, muy cinematográficas.
No nos animas mucho a visitarlo, eh!!!
Besicos muchos guapa.
Cuando fuí, faltaba una semana para los Oscars y estaban todos. Se puede decir que vi las estrellas.
"Memorias angelinas de una pobre motelera"sería un éxito, "L.A. pastoral" arrasaría.
CASA, qué va, todo lo contrario, lo que pasa es que no voy a hacer una guía de promoción turística municipal con adjetivos vacíos. Cuento lo que viví y animo a que todo el mundo vaya, viva y cuente. Montones de besos.
UNO, bueno, ya sólo falta que una editorial humilde (Planeta o así) me financie un añito sabático para dedicarme a escribirlo. Yo creo que en un año me da tiempo. Más besos.
San Francisco, Washington, NY, sí...
LA no me llama nada
Anda, Humo, hija, si te vas hasta San Francisco, ¿cómo no vas a acercarte a LA? Te arrepentirías. Besos.
A mi me encantó el centro de Los Angeles, esa mezcla de edificios de acero y cristal con barrios chino, coreano y pseudolatino. La Estación, el ayuntamiento y el centro Parker, el Angel's Flight, la biblioteca central... La catedral de Moneo y los restos de Sta. Bibiana. El Dorothy Chandler... los cines medio abandonados de Broadway. Otro edificio blade runniano, el Bradbury... Un pasado borrado por terremotos, especulación y desprecio por la propia historia y recordado en cientos de películas y novelas.
Alice, muy de acuerdo. ¡Y pensar que la ciudad tiene poco más de cien años y que antes era una extensión de frutales!
La Feria del Libro de Guadalajara, no sé si la ibérica o mexicana, dedica por primera vez, en este 09 especfcmnte a una ciudad y no a un país, la muestra; a Los Ángeles. "Allí la gente te mira pensando: cuánto podré sacar de dinero o de sexo". Una ciudad feam pasa angélica memoria, parece. Preferiría S. Francisco
Pero San Francisco no aturde ni noquea como ésta.
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