jueves, 8 de noviembre de 2007

Antes de que hiele

Antes de que hiele es lo último de Mankell y Wallander que ha publicado Tusquets en bolsillo (colección Maxi). La novela salió en Suecia en 2002 y en español, en la colección Andanzas, el año pasado, con traducción, un poco desconcertante, de Carmen Montes Cano.

Antes de que hiele presenta una novedad interesante con respecto a las anteriores novelas de la serie: se incorpora a las investigaciones Linda Carolina Wallander, la hija de Kurt, que se hace policía y es aquí la verdadera investigadora, así que desde el inicio nos hace albergar la esperanza de dar con una personalidad más chispeante y menos roma que la de su papá.

Con todo, no nos libra Mankell de sus habituales recursos: un prólogo con un suceso acaecido años antes de la peripecia principal y un malo que ocupa el capítulo siguiente, acecha oculto entre las sombras y hace cosas tontas, crueles y teatrales como pegar fuego a unos cisnes y a un ternero. Y sigue también con su poco comentada afición por la truculencia, no sé si gratuita o barata, que aparece en toditas sus novelas, pero siempre como si fuera nueva: "En todos mis años de policía no he visto nada que se parezca a esto".

El relato gira, como digo, alrededor de Linda; el narrador se introduce en su cabeza y nos presenta a sus amiguitas, su mundo de jovenzuela recién llegada a la vida adulta y sus recuerdos de infancia y adolescencia. Es como si Mankell hubiera decidido deliberadamente acabar de feminizar del todo sus novelas, que siempre han tenido una cierta sensibilidad mujeril, rendido ante la evidencia de que la mayoría de sus lectores son lectoras.

Antes de que hiele tiene, por un lado, una acción principal y, por otro, adornos y salpicaduras dispersos. La acción principal es la desaparición de Anna, amiga de Linda. Los adornos y salpicaduras los traen, por un lado, las tormentosas relaciones entre Linda y Kurt y, por otro, personajes secundarios, bastante insustanciales y con anécdotas infladas de transcendencia, que va topando Linda en su investigación: unos cuantos hombres que abandonan a sus hijos y mujeres extravagantes que se ganan la vida de formas extrañas. Por ejemplo, una compone réquiems y transforma cancioncillas pop en sinfonías, otra escribe la historia de los senderos de Suecia y una tercera pertenece a la liga antielectrónica que escribe sin cesar cartas a mano (sic). Bueno, también hay hombres que fabrican sandalias y no olvidemos al abuelo Wallander, que pintaba siempre el mismo cuadro con y sin urogallo. Me pregunto si son invenciones noveleras o si en Suecia la gente de verdad vive así.

No me resisto a traeros aquí las palabras de un cerrajero cuyas llaves ganan concursos de belleza e imparte cursos de filosofía: El trabajo con una llave no puede interrumpirse bruscamente. Si se hace, se confiere al hierro una dosis de vacilación. Y la llave jamás será feliz en su cerradura. ¡Polamor de Dios! ¿Qué es esto?

Mankell no se resiste a la tentanción de meterse, además de en la cabeza de Linda, también en la de otros personajes, más o menos principales o secundarios, pero no es tan hábil como para dar con el discurso propio de cada uno, de manera que todos parecen el mismo. Se supone que son distintos puntos de vista, pero resultan iguales; a veces no sabe una qué monólogo interior está leyendo ni en la cabeza de quién está.

Tengo un poco de mala conciencia por no decir casi nada positivo de esta novela ni de su autor. No me acaba de gustar este tipo de despelleje: es demasiado fácil; al menos a mí se me da estupendamente. Pero me aligera un tanto la culpa el hecho de que Mankell venda muchísimo y en muchos países. Es como dar caña al poderoso. No sería lo mismo poner pingando, por ejemplo, la primera novelita de una chica joven que publica en una editorial humilde. ¿No creéis?

¡Ah! Y por si a alguien le interesa, que lo dudo, ya que a Linda Wallander se le plantea la duda (¿en sueco?), es tan correcto "antes que hiele" como "antes de que hiele". Así lo dice la RAE y lo que dice la RAE va a misa.


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17 comentarios:

Lucía dijo...

Soy adicta a Mankell pero tengo que reconocer que esta novela me pareció un poco floja, no sé si la culpa la tiene que la leí en inglés porque no podía esperar a que se editara en castellano y me perdí algo importante durante la lectura, o si de verdad fallaba algo en el relato en si. Ahora veo que no andaba descaminada, por lo que leo a ti tampoco te ha terminado de cuajar.
Del resto de la serie de Wallander la mejor para mi gusto es "La leona blanca" ¿la has leído?.
Besos.

Anónimo dijo...

Yo tuve un época makelliana, pero empecé a quitarme y creo que de esta paso definitivamente. A casi todas las novelas les sobran como doscientas páginas, y en las últimas, las resoluciones de los casos han sido delirantes, de telefilme directamente. ¡Con lo que me gustaron las primeras!

Anónimo dijo...

La leí hace algún tiempo y le faltaba chispa. Tengo otras de Mankell en espera, pero no son de esta serie. Reconozco que no me doy mucha prisa por leerlas.

Antonio dijo...

Felicidades Lauren Bacall.
¿Sabes si ya Nos ha tocao?

Muxus

Anónimo dijo...

Pues coincido con algunos comentarios anteriores, para mí Mankell hace tiempo que flojea. No suelen gustarme en literatura lo que en terminología televisiva se llama spin-off (esas series que nacen con personajes de otras series). En especial, este caso de Kurt y Linda.
Por cierto, yo pensaba que lo que iba a misa era lo que decía la COPE...
Un abrazo.

humo dijo...

Llevo mucho tiempo sin nadie de quien fiarme a la hora de elegir libros y, mira por dónde, y donde menos lo hubiera esperado...

Anónimo dijo...

encantado de leerte!cs

Petrusdom dijo...

Me gustan los libros que he leido del querido sueco. Una de las razones es lo ameno que resulta mientras destripa las diferentes pieles que cubre una realidad negra y cotidiana como la de la actual sociedad de la opulencia.
Saludos cordiales.

Petrusdom dijo...

Decidido: te he "linkeado" (¿se dice así?) en mi bitácora.
Saludos

Alberto López Cordero dijo...

A ver si un día de estos nos pones una especie de hit parade o top ten con 10 libros que te llevarías a un lugar tranquilo y sosegado, no diré una isla desierta porque seguro que ya no queda ninguna.

Noemí Pastor dijo...

Jolinas, cuánto pa contestar. Allá vamos.
Lucía, me he leído todo lo que está en español de Wallander y soy ex adicta. Me gustaron más las primeras: "Asesinos sin rostro", quizá.
Javi V, crearemos el club de ex mankellianos. A mí nunca llegó a entusiasmarme, pero me entretenía. Esta última, ni eso. ¿Qué le habrá pasado a este hombre?
Peke, yo sólo conozco las novelas de la serie de Wallander. ¿Alguna de las otras que merezca la pena?
Unantonio, eres malo: yo intentando poner un poco de intelectualidad en este blog vulgar y tú pensando en lucrarte. Te beso, anyway.
Escalones, yo tenía todas mis esperanzas puestas en Linda, pero me ha defraudado; no ella, sino su creador.
Humo, cariño, soy una lectora poco ejemplar y nada fiable. Charla conmigo, plis, pero no me hagas ni caso. ¡Hasta pronto¡
Héctor, qué gusto verte por aquí. Nos leemos sin falta. Beso.
Petrusdom, coincido contigo en que lo mejor de Mankell es que nos quita la venda de los ojos y nos descubre las miserias de los presuntos paraísos escandinavos. Lo mismo te digo: nos leemos.
Alberto, voy mucho a lugares tranquilos y sosegados y me suelo llevar novelas de crímenes y vidas de santos. Te cojo la idea para un meme: mis diez libros favoritos. Pero te confieso que me da perezón. Anímate y empieza tú.

Peke dijo...

Confieso que, aunque tengo algunas, todavía no las he leído, así que no puedo decir nada.
Pero te recomiendo muy vivamente un descubrimiento que acabo de hacer: La muerte lenta de Luciana B de Guillermo Martínez en Destino. Fascinante es poco. Todavía no fui capaz de sacármelade la cabeza.

Dante Bertini dijo...

no me gusta, no me atrapó ni una página, y después de mis juveniles intentos con el ulises de joyce ya no hago esfuerzos vanos...
a mi me suena mejor el antes de que hiele, más preciso.

Noemí Pastor dijo...

Tomo nota, Peke. Qué pena que no te leí ayer, que tuve tarde de librerías.
Pues claro, Cacho de Pan, con todo lo estupendo que nos queda por ahí para leer o releer, no vamos a perder el tiempo con lo que no nos gusta.

Julen Iturbe-Ormaetxe dijo...

Ya sabes que yo lo tuve que dejar allá por la primeras páginas. Y mira que devoré las anteriores. Pero me temo que hasta aquí hemos llegado. Total, hay tanto por ahí para leer que no pasa nada por arrinconar a uno de los que más vende, incluyendo áreas de descanso de las autopistas. A por otra gente.

Francisco Ortiz dijo...

Un aplauso. Ese Mankell, tan bien comentado por ti, es tal cual lo describes. Cómo me gustaría ver tu comentario en El Cultural, por ejemplo. Y que a algunos se les abriesen los ojos.

Noemí Pastor dijo...

Hola, Francisco, eres muy amable. No soy asidua de El Cultural, pero supongo que ya tendrán los ojos bien abiertos y enfocados en vender libritos. Y si para eso hay que obviar ciertas cosas, se obvian y punto. Todos tenemos nuestras esclavitudes. Un abrazo.