Ya sé que no os interesa mi vida, pero como últimamente ando vaciando mi casa para mudarme (sólo me cambio de barrio y por una temporadita nada más), me estoy encontrando cosas que ni sabía o ni recordaba que tenía y, entre ellas, el cotizadísimo libro La isla secreta. Un recorrido por Islandia, de Xavier Moret. Digo cotizadísimo porque tengo oído que lleva tiempo sin reeditarse y que, al parecer, es muy demandado por la gente que se va a hacer turismo a Islandia. [Ummm. Pensamiento malvado que me asalta: ¿cuánto me darían por él en eBay?]
Que no, que no, que es broma, que me ha gustado mucho el librito. Empecé a hojearlo un poco a lo tonto, por si decía algo del dichoso volcán de las cenizas voladoras y, a pesar de que no soy nada aficionada a la literatura de viajes (me da más por escribirla que por leerla, ya veis), me ha enganchado el estilo ligero y directo de Moret.
Y por supuesto que me he enterado de cosas curiosísimas sobre Islandia. Por ejemplo, el puñetero volcán Eyjafjallajökull resulta que es un volcán de segunda fila, de chichimierda (tengo que incorporar esta palabra a mi Vocabulario Caduco de la Margen Izquierda), y el que da miedo de verdad, el que la va a liar parda en cuanto tosa un poquito, es el Snaefellsjökull, el que se ve de Reikiavik, al otro lado de la bahía, cuando está despejado, como en esta bonita foto. Además, por el cráter del Snaefellsjökull se introducían los personajes de Julio Verne en su Viaje al centro de la tierra.
Ya imaginaba yo, antes de comenzar la lectura, que en Islandia sucederían cosas raras y, en efecto, así es. Por ejemplo, en verano nunca se hace del todo de noche y en invierno sólo tienen cuatro horas de sol, así que se entretienen comiendo tiburón podrido. Sí, amigas, lo pescan, lo entierran, esperan a que se pudra y se lo zampan. Los forasteros dicen que sabe a amoniaco. ¡Delicioso!
Y ya que hablamos de forasteros, os contaré que no son del todo bien acogidos en Islandia. Cobran menos que los indígenas y durante la Segunda Guerra Mundial, cuando el ejército norteamericano pasó allí una temporadita, exigieron que no pisaran la isla soldados negros, celosos de su hermosa raza rubia.
Moret apunta más cosas que le han parecido raras de Islandia, pero resulta que no son cosas que sucedan sólo en Islandia, sino también en otras islas volcánicas, como las Azores; por ejemplo, eso de cocinar enterrando simplemente las ollas en las zonas volcánicas.
En toda Islandia vive menos gente que en Bilbao y, así y todo, tienen teatro, ópera y orquesta nacional y un nivelazo de vida. Bueno, he escrito todo esto en presente, aunque quizás debería haberlo escrito en pasado, porque lo que cuenta Moret sucedió antes del batacazo financiero de 2008. Así que, Xavier, por fa, date otra vuelta por tu isla querida y escribe una segunda parte. La leeré muy a gusto.
Xavier Moret: La isla secreta, Ediciones B, 2002
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lunes, 31 de mayo de 2010
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27 comentarios:
Yo no podría vivir en un lugar en el que hay tan poco sol pero bueno, igual una vez allí tiene su qué. También me resulta exótico y raro, seguramente por mi desconocimiento.
Feliz mudanza primi, y que descubras más tesoros mientras empaquetas.
Mua
A mí me impacta el Thinkvellir (¿se llama así?), esa pedazo de grieta natural ante la que se reunía el que dicen que es el parlamento más antiguo del mundo (mucho antes de que en Gran Bretaña pensaran en tener algo parecido).
Un buen sitio para Björk...
JO, a mí lo que me ha entrado es una curiosidad descomunal, así que no descarto pasarme por allá algún día. Dice también el libro que es un país diferente en verano y en invierno. Creo que empezaré por el verano.
ESCALONES, la isla entera está plagada de sitios naturales y a la vez históricos. Impresiona de verdad el poder de la naturaleza.
Dice una leyenda urbana (o sea, twitter) que un señor de Albacete, intentando decir el nombre del volcán, acabó invocando al Cthulhu de Lovecraft.
Es un viaje que siempre se me ha chafado por alguna razón. No se si ahora con la moda del volcán de Bjork es el mejor momento. Ir a sitios raros da prestigio.
Un abrazo
Bueno, he venido aquí a través del blog de Vero. He visto que reseñabas este libro, y no he podido evitar llamar a la puerta.
A mí me encantó el libro, me reí. Yo estuve en Islandia, y como Xavier Moret, espero algún día volver para ver la aurorea boreal.
A propósito, me hace gracia tu presentación. Me gusta tu blog. Luego lo veré mucho más a fondo.
Un placer conocerte.
FER, a cuatro cositas que leas en islandés, te acabas familiarizando y ya no resulta tan raro. Además, guarda parentesco con el alemán. La pronunciación, eso sí, es otra cosa, y puedes acabar invocando a Luis Aguilé, incluso.
UNO, no quiero ser mala, pero viajar cada vez me parece más vulgar y más hortera. Y los sitios raros, puesto que no los conozco, como que no me dicen nada. A mí lo que me mola ahora es un poblacho de La Mancha. Por lo exótico, digo. No me hagas mucho caso. Tengo el día torcido y asocial.
ICÍAR, bienvenida a tu casa. Ya me contarás de Islandia. No recuerdo si Moret dice algo del nivel de vida. ¿Es caro? ¿O no? Oye, y el blog de Vero, ¿dónde se pilla? Yo no lo he encontrao.
Os beso.
Tienes toda la razón Noemí pero es que el pueblo de la Mancha no es menos raro que Rovaniemi, pongamos por caso. Y mucho mas exótico. Algún día me armaré de valor y hablaré de mi estancia en una cueva de Chinchilla.
Un abrazo
Cuando yo fui era caro, carísimo. Ahora, supongo que barato, porque han tenido que depreciar mucho la moneda con la bancarrota del país.
Un cotilleo: las aguas, las más puras del mundo, 100% del deshielo. La piel se te quedaba suave (aunque el agua oliera a huevo podrido) y si te cobraban por todo, sin embargo, podías poner lavadoras a 100% durante 100 horas, o tener la calefacción a todo meter, y cuando preguntabas ¿cuánto es?, te decían, nada, es gratis, ¡¡¡¡gratis!!! La abundancia de agua y la actividad volcánica y las aguas subterráneas, era como la arena para el árabe.
No tiene fin el hablar de Islandia.
Un beso.
Buenas.
Venía por lo de Manuel Puig y me encuentro con usted.
Leí la página anterior, la de las rarezas y, señora Noemí, tengo que decirle que es usted rara. Rara de cojones.
De Islandia me atrae más el libro de Moret (que no tengo tiempo de leer) que el país en cuestión, aunque después de leer el comentario de la pantera rosa...
Creo que volveré por aquí. (Qué rara es usted)
Buenas noches.
Eso de que no nos interesa tu vida está por ver. ¿Quién lo dijo?
PEKE, lo digo yo y lo mantengo: mi vida no tiene ningún interés. Biquiños.
CARUANO, me tomaré sus palabras como un elogio. Vuelva usted cuando quiera. Hasta pronto.
ICÍAR, gracias otra vez por la información. Gusta leer esas cosas raras.
UNO, básicamente estoy de acuerdo. La ventaja de La Mancha es que no está en a tomar por saco y que el conocer la lengua te permite integrarte mejor. El no poder charlar fkluidamente con los lugareños en un inconveniente gordo. Para mí, al menos.
Ya respondí el meme de las rarezas; mucho ánimo y mucha fuerza en la mudanza, que siempre vienen bien
Pues allá voy a leerlo. Gracias por los ánimos. Nunca sobran.
Me ha encantado leer esta reseñas de Islandia y además, con ese sentido del humor tan particuar tuyo, eres la leche.
Procura no cansarte demasiado con la mudanza y si encuentras otras cositas de estas tan curiosa, nada, otra entrada, jejje.
Besicos preciosa.
Bueno, parte de la mudanza, la mitad o así, ya está hecha: todo metido en cajas. La segunda parte vendrá cuando abra las cajas. A ver qué sale. Igual he metido un libro de Corín Tellado y me sale la "Crítica de la razón pura" de Kant.
Por cierto, yo también respondí al meme de las rarezas.
Pues nada, voy a leerlo ya.
Noemí, yo también me he mudado, pero poquíto. Unoas cajitas y algún cuadro, lo demás al olvido. Estuve el año pasado en Islandia, soy muy poco de naturaleza pero me fascinó. Impresionante y todos los mitos,cascadas y volcanes muy cercanos. Extraño país con muy buena comida, ahora lo de que no anochece en verano no es así, anochece tarde. Una temperatura de 24ª con una luz límpia, yo con varios anoraks. Te gustaría. es rara..igual que tú.
Besos
Hice fotos, están algunas en the best of lola blogspot.
Hola, Marcela. Fíjate que yo, que soy de asfalto-asfalto, con la edad disfruto cada vez más con la naturaleza. Ya echaré un vistacito a las fotos. Las que he visto por ahí me recuerdan a las Canarias montañosas; pero con frío, claro. Vais a conseguir entre todas que me vaya para allá.
Lo del tiburón es muy bueno. Ahora explícale tú a un islandés que una morcilla es sangre con cebolla metida en tripa de cerdo más o menos bien lavada.
O que en Bilbao pescan una especie de gusanos prácticamente en las cloacas y las venden a precio de platino con el nombre de angulas.
Es que definitivamente la ida esta llena de cambios y todo es costumbre pero también amor por lo que se hace.
Me ha encantado leer esta reseñas de Islandia y además, con ese sentido del humor tan particuar tuyo, eres la leche.
Procura no cansarte demasiado con la mudanza y si encuentras otras cositas de estas tan curiosa, nada, otra entrada, jejje.
Besicos preciosa.mazuma mobile irelandservanter
Yo no podría vivir en un lugar en el que hay tan poco sol pero bueno, igual una vez allí tiene su qué. También me resulta exótico y raro, seguramente por mi desconocimiento.
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A mí me impacta el Thinkvellir (¿se llama así?), esa pedazo de grieta natural ante la que se reunía el que dicen que es el parlamento más antiguo del mundo (mucho antes de que en Gran Bretaña pensaran en tener algo parecido).
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