domingo, 21 de agosto de 2011

Crónica graciosense

[O sea, de la isla de Graciosa, Azores. Son unos gentilicios un poco raros estos.]

Os contaba ayer que Santa María era una isla pequeña y tranquila, ¿verdad? Pues bien: me he venido auna isla más pequeña y más tranquila todavía. Es Graciosa, la más chiquita del archipiélago, después de Corvo, claro. Para que os hagáis una idea: solo hay un hotel y lo construyeron en 2009.

Esta es Santa Cruz da Graciosa, la capital de la isla, la city, vista desde el vecino monte de Nossa Senhora da Ajuda.

Este es el tumultuoso camino del hotel a la city.


Y esta es una estampa habitual en dicho camino.

Seguiremos informando.

10 comentarios:

humo dijo...

¡Genial!
Tengo que encontrar a algún incauto que se anime (porque bastante he viajado sola por razones de trabajo)

LA CASA ENCENDIDA dijo...

¡Se ve todo tan bonito y por lo que cuentas, tan tranquilo!!

Besicos muchos.

Peke dijo...

Si, está visto que te gustan los sitios tranquilos.

Noemí Pastor dijo...

HUMO, ya me dirás cuando te animes a venir. Un buen sitio para escribir sin distracciones.

Noemí Pastor dijo...

CASA, sí, es como dices: bonito, con un punto de salvajismo, y tranquilo. Me encanta cuando se pone el cielo negro y llueve. Besos mil.

Noemí Pastor dijo...

PEKE, es que cada vez estoy más misántropa: las multitudes me horrorizan. Cuanta menos gente, mejor.
Bicos.

Jabi Basterra dijo...

Me están gustando tus crónicas azorenses... pero sobre todo me están entrando muuuuchas ganas de volver por allí. Sobredosis de tranquilidad, ¿no?
Un saludico

Noemí Pastor dijo...

Ya te digo, JABI. Yo todavía no me he ido y ya estoy planeando volver. De verdad que ya tengo planeado el viaje del año que viene. Besicos.

Uno dijo...

Preciosas panorámicas. Me encanta la del burro.
Como sigas disminuyendo el tamaño de la isla te veo como naúfraga de chiste gráfico.

Un abrazo

Noemí Pastor dijo...

Hola, UNO, al señor del burro me lo encuentro todos los días, cuando salgo a correr. A veces va con una nietilla rubia encantadora. Va a ver a sus dos vacas, que pastan cerca del hotel. A isla más pequeña ya no voy, tranqui. Ya fui hace dos años a Corvo.