martes, 12 de mayo de 2009

Para conocer mejor a Süden


Friedrich Ani: El bebedor del tranvía
(Süden und der Stassenbahntrinker, 2002)
Editorial Plataforma, 2008
Traducción de Joan Parra. Adaptación mía.

Párrafos selectos de esta novela de Friedrich Ani con el inspector Süden de protagonista, que comenté en el post anterior.


Por qué se hizo Süden investigador
Disfrutaba observando a la gente y espiando sus pequeños trucos y sus manías.

Por qué bebe
Una determinada cantidad de cerveza me sumía en ocasiones en un estado de íntima superioridad.

Cómo su trabajo consiste en enfrentarse a las mentiras
Llevo doce años en el departamento de desaparecidos. Estoy al corriente de secretos de familia que ni los curas conocen. Reconozco a la primera las mentiras y estoy familiarizado con todos los motivos por los que algunas personas deciden huir. He conocido a gentes que juraban que su marido, mujer, amigo o hermana "jamás haría algo así" y luego esos mismos parientes tenían enormes dificultades para describir a la persona desaparecida, encontrar una foto o dar noticia de sus peculiaridades, manías, pasiones, preferencias... Al salir ese tema, empezaban las mentiras, si es que no habían empezado antes.

Pero la sinceridad tampoco le parece del todo buena
Hay formas de sinceridad que no me gustan demasiado.
Estoy de acuerdo con Süden: la sinceridad está sobrevalorada. Pero, ¿dónde acaba la amabilidad y empieza la hipocresía?

Lo que opina de la soledad y la curiosa coincidencia con un escritor
La soledad es muy importante para mí. Hace poco leí a un escritor que decía que la soledad debía enseñarse en la escuela como una asignatura más. Me pareció una propuesta muy interesante.


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5 comentarios:

peke dijo...

Siempre escoges las frases más atinadas.

Fernando García Pañeda dijo...

Sí, recolección de excelente lectora. (nada nuevo)

La sinceridad es un arma peligrosa; supongo que debe manejarse según las circunstancias y las personas. En algunos casos es una fuente inagotable de problemas, y en otros es imprescindible.

Möbius el Crononauta dijo...

¿la sinceridad está sobrevalorada? ¿entonces debería haber pagado menos por ella?

Antonio dijo...

Pues sií, eso de la soledad es un concepto (el conceto) interesante. Daría para un libro lírico, épico, tragicómico, y animoso (de buen rollo) que elevara morales y almas. Aunque aceptada, como los guardianes de la República o los custodios del saber, no es moco de pavo, supongo. Como dos alas de una mesa bien dispuesta para un banquente platónico. Por algo habrán inventado los manuales de autoayuda, aunque la cosa iba más por el story telling de "Reagan", "La Fortuna" parece que no piensa igual. Ya veremos.

Me encanta leerte. Disculpa que no comente más a menudo.
Con cariño, Salud y no Saudade (tristeza portuguesa muy parecida al término ciudad), A.

captcha: "innal")
En castúo: "Y ná".

Noemí Pastor dijo...

PEKE, son las frases que me llaman la atención según leo.

FER, de acuerdo. Es difícil establecer los límites. Lo malo es cuando una se acostumbra a ocultar casi siempre lo que de verdad piensa y sucede eso de "Si no vives como piensas, acabarás pensando como vives".

MOEBIUS, tú sabrás lo que has abonado, pero seguro que ha sido un precio abusivo.

ANTONIO, poco hay que añadir a tus acertadas palabras sobre la soledad. Quizás una cita de no recuerdo quién que decía algo así como que quien sabe estar solo es más fuerte.

Besos, gente.