miércoles, 21 de mayo de 2008

"Una chica cortada en dos" o cómo sobrevivir al serrucho


Cuando una pareja está formada por un hombre maduro y poderoso y una chica joven, pobre y hermosa, las malas lenguas se suelen cebar con ella: que si es una lagarta, un zorrón, que sólo busca lo que busca... Yo jamás he estado de acuerdo con eso y procuro, en tales casos, preguntarme también qué busca él, porque quizás sus pretensiones no son tan nobles, quizás no es el pobre viejo que ha caído rendido ante los encantos irrechazables de una mala pécora con el símbolo del dólar en las pupilas.

Mira tú por dónde, el bueno de Claude Chabrol, que es un señor mayor y poderoso (setenta y ocho años y más de cincuenta películas a sus espaldas tiene la criatura), está más o menos de acuerdo conmigo y en esta peli, Una chica cortada en dos, nos muestra los destrozos mentales, equivalentes a los de una sierra mecánica, que puede causar un cabronazo con años, dinero, prestigio y aburrimiento en el alma de una jovenzuela enamoradiza, frágil y bellísima, una Monroe (el parecido es evidente) de nuestros días, una de esas chicas a las que el ser tan seductoras no trae más que complicaciones.

En contra de lo que se dice, aquí, la muchacha, que, como todo bicho viviente, quiere medrar en su trabajo, no corre con la blusa desabrochada tras los hombres con corbata que toman las decisiones importantes. Es al revés: son los mandamases los que babean tras ella y quieren exhibirla a su lado en público y disfrutarla en privado. ¿Cómo sospechan ustedes que será en la vida real?

El argumento está basado en un suceso que ocupó los periódicos neoyorquinos en el siglo XIX: un riquísimo arquitecto de Manhattan murió a manos del marido de su amante, una actriz de varietés. Chabrol transforma al arquitecto en escritor y a la cabaretera, en presentadora de la tele. Como veis, pocos cambios se necesitan: la historia, siglos después, permanece intacta.

Ya digo que Chabrol trata con un poco más de simpatía a su protagonista, pero, en realidad, no perdona a nadie: ella tampoco es un ángel, aunque el verdadero demonio, the real enemy, es, para Chabrol, la alta burguesía de provincias. Se ensaña verdaderamente con ella, hace de sus miembros un retrato caricaturesco, deliberadamente exagerado, vacuo y teatral. Al respecto debemos recordar que, para los franceses, "provincias" es todo lo que no es París, incluida la segunda ciudad más grande el Estado, Lyon, que es donde se desarrolla esta historia.

A pesar del color rosa del cartel, ésta es una película negra, pero de pesimismo, casi desagradable, que supera el discurso habitual, repetitivo y cansino sobre las apariencias, mediante el simple recurso de instalarse en ellas con una puesta en escena artificial, distante, irónica, cruel. Sólo cabe un poquitito de esperanza en la media sonrisa final de la muchacha, pues, gracias a la magia, sobrevive al serrucho que la parte en dos.


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16 comentarios:

Anónimo dijo...

Sí, yo también me pregunto a menudo por qué se demoniza a la chica joven y no al maduro que la pasea a su lado. Es la vida. ¿O no?

Santy Trombone dijo...

Todas mis referencias hacia esta peli son tan negativas como la tuya, por consiguiente unos 7€ que me voy a ahorrar... que están las entradas al cine como para andar viendo tonterías...

Magda Díaz Morales dijo...

Por acá se habla de los dos de igual forma, de él se dice horrores: que es un cochino, que un viejo libidinoso, etc., etc. (Y cuando se trata de un profesor con una alumna, uf, la hecatombre, el malote siempre es el profesor y la estudiante es la victima asi sea de 25 años y el profesor de 50). Se habla de los dos aunque distintas cosas, y tammpoco estoy de acuerdo con ninguna de las dos eroratas contra uno y otro. Acaba de escucharse mucho un caso pero de una mujer mayor, de 78 u 80 años que tenia una relación con un chico de 25 o 30 años. Ella murió hace poco, pero de los dos se habló cosas horrendas.

Nadie sabe el fondo de la olla más que la cuchara en estos casos.

Recuerdo haber leído el suceso en el que se basa esta pelicula, la cual no conocía.

Julen Iturbe-Ormaetxe dijo...

Pues a mí la película me sugirió esa parte turbia de las relaciones entre humanos. Esa parte que esta ahí y que sigue presente, sórdida, ajena a la razón. La parte tenebrosa de reconocer que estadísticamente el género humano contempla también ese tipo de conductas.

Anónimo dijo...

Aupa! una cosa, ¿sabéis si hay libro? Rakel

Javier Vizcaíno dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Javier Vizcaíno dijo...

¡Chabrol vive! Habrá que pasarse por el cine...
Respecto a las parejas asimétricas en edad y condición social, siempre generan sospecha. Véase Lolita. Y no os creais que se es menos cruel con un jovencito que se arrima a una ricachona añosa.
A uno de estos gigolós de revista de los ochenta (pudo ser Espartaco Santoni) le preguntaron si estaba con su vieja y millonaria partenaire por dinero. El tipo contestó que era ella la que estaba por dinero con él, "porque si no llega a tenerlo, desde luego, conmigo no tendría ninguna oportunidad.
Creo que es un argumento reversible y aplicable también a los vejestorios con pasta: son ellos los que están por dinero con ellas...

39escalones dijo...

La película merece los 7 euros, sin duda. Desde luego esta película no son las "tonterías" que copan el 99% de las carteleras y que suelen ser de origen norteamericano, ocupan mucho sitio en prensa, publicidad y telediarios, y que por lo general monopolizan también la estupidez.
Esta película es sólida, aguda y muy inteligente.
Puestos a gastarse 7 pavos en el cine, pocas elecciones hay mejores.

Julián Sick dijo...

El texto, lejos de configurarse en una simpática invitación a la alegría y el gozo por la propia vida que la naturaleza nos ha regalado sin esperar nada a cambio, se embarca en la empresa férrea de causar en el lector, una congoja de dimensiones pantagruélicas, un aluvión angustiante que clama desesperadamente por la autoeliminación y otras cosas inenarrables, como masturbarse mirando cualquier cosa del youtube o prender un cigarrillo por el filtro.

Pablo Ballesteros dijo...

andaaaaaaaaaa
iba a verla esta noche
cuando la acabe te dire lo que pienso

Antonio dijo...

No la he visto ni podré verla, supongo, pero parece interesante.
Qué bien escribes, Noe, y cómo sabes recrear el ambiente. Me encanta.. La crónica te ha salido chapeau!

¿Sabes que por aquí ha volcado un TOA en la carretera? Hmm, es sospechoso. Seguiré investigando.


Un beso de té

Antonio Toribios dijo...

Ah, Chabrol. Cómo me gustó "El carnicero", cuando la vi hace una eternidad. Y qué difícil es pillar actualmente una peli que no sea la consabida superproducción americana. Me gusta el cine francés, aunque lo tachen de discursivo, literario y cursi.

comopompasdejabon dijo...

Aún no la han estrenado aquí, que yo sepa, pero sin duda es una buena excusa para ir al cine el fin de semana, el articulo me ha dejado un poso de morbo hummm ¡me encantan esas historias!Romeo decadente y la inocente Julietta.
Un saludo, vos si que sois una autentica star :)

Lucía dijo...

La recomiendas tú y la recomienda Alfredo, no hay duda que es casi obligatorio ir a verla.
Un abrazo.

Noemí Pastor dijo...

Peke, yo creo que es sexismo puro y duro. Sin más.
Calamarin, me ha salido un post negativo porque la peli es durita, pero no es ninguna tontería.
Apostillas, quienes critican tienen envidia. Y opino que a las señoras mayores con novios jóvenes deberían premiarlas.
Sí, Julen, y turbios y malvados podemos serlo todos: jóvenes, viejos, mujeres, hombres... Pero quien tiene más poder causa más daño.
Hola, Rakel, creo que no. Leo en la ficha técnica que el guión es del propio Chabrol y de Cécile Maistre.
Vizcaíno, Chabrol vive, pero no lo hará por mucho tiempo, así que disfrutémoslo ahora. Yo creo que las señoras mayores se llevan peor parte que sus jovencitos. Me estoy acordando de Marujita Díaz y de cierto chiste de pésimo gusto sobre almejas en mal estado.
Pue sí, Escalones, yo soy superfiel a Chabrol. Pocos merecen la pena tanto como él. Y amí no sólo me gusta el cine, sino también "ir" al cine.
Julian, a mi la peli me acongojó y me dejó un regusto desagradable porque hablaba de cosas en las que no gusta pensar. Pero no me llevó ni a la autoeliminación ni a las cosas inenarrables que tú tan bien narras.
Pablo, espero tu opinión.
Toni, el vuelco de un toa sí que es motivo de crónica. Yo nunca he visto volcar ninguno. No sé si lo lamento. Podrás ver la peli en DVD, ¿no?
Toribios, repito que yo soy muy de Chabrol. Las pelis que ha hecho con relatos de Rendell están entre mis favoritas.
Pompas, morbo sí que tiene la peli. Las escenas del maduro y la jovencita me pusieron muy nerviosa.
Lucía, lo único obligatorio es respirar. Todo lo demás es prescindible. Bueno, también hay que ser feliz.

Fernando García Pañeda dijo...

Pues te va a echar el perro Chabrol como sigas haciendo estos comentarios con los que casi ni hace falta ver la peli. Ya nos vamos de aquí con la historia en la cabeza y hechos polvo de pesimismo.
Beso.