martes, 5 de junio de 2007

Los heraldos negros

Hay golpes en la vida, tan fuertes... ¡Yo no sé!
Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos,
la resaca de todo lo sufrido
se empozara en el alma... ¡Yo no sé!

Son pocos; pero son... Abren zanjas oscuras
en el rostro más fiero y en el lomo más fuerte.
Serán tal vez los potros de bárbaros atilas;
o lo heraldos negros que nos manda la Muerte.

Son las caídas hondas de los Cristos del alma,
de alguna fe adorable que el Destino blasfema.
Esos golpes sangrientos son las crepitaciones
de algún pan que en la puerta del horno se nos quema.

Y el hombre... Pobre... ¡pobre! Vuelve los ojos, como
cuando por sobre el hombro nos llama una palmada;
vuelve los ojos locos, y todo lo vivido
se empoza, como charco de culpa, en la mirada.

Hay golpes en la vida, tan fuertes... ¡Yo no sé!

César Vallejo

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7 comentarios:

Alorza dijo...

Apropiado Vallejo para el día de hoy.

Lástima. Para mí este poema, sorprendemente,estaba ligado a la alegría y a la libertad, desde una lejana noche en Agua Amarga con un tipo que decía a cada paso, "como decía César Vallejo, I don't know".

Mejor el recuerdo que el presente.

Noemí Pastor dijo...

Ya ves. Yo, a los heraldos negros, no sé por qué, siempre los he visto con capuchón.

Lucía dijo...

Ha sido un golpe muy fuerte. No perdamos la esperanza.
Un abrazo.

Anónimo dijo...

Nuestros particulares heraldos negros ya nos amargaron la existencia el fin de año pasado. Lo de ahora no es más que la burocracia del asesino...
Esperanza sí, mano tendida sí, pero también mano dura.

Julen Iturbe-Ormaetxe dijo...

Yo pido imaginación, ángulos distintos. Cuarenta años supongo que exigen otra mirada.

Noemí Pastor dijo...

Seguiremos luchando con nuestras armas de poesía cargadas de futuro.

Francisco Ortiz dijo...

Tan fuertes a veces, partiendo incluso de algo pequeño...