domingo, 4 de marzo de 2007

Jonquet, la bestia

A Thierry Jonquet lo conocí por mediación de Pedro Almodóvar. Me explico: servidora siente por Almodóvar una devoción enfermiza, pero de eso ya hablaré en otro momento. Lo que ahora quería contar es que Almodóvar tiene por ahí una web oficial en la que de vez en cuando escribe de sus lecturas y de la literatura que le gusta. Y yo, como una boba, voy en busca de lo que le gusta, lo consigo, lo leo y no falla: siempre me agrada. Así he hecho descubrimientos interesantes como, por ejemplo, Jonquet.

Jonquet es una mala bestia fascinante. En sus novelas negras (las tiene también de otros colores, tirando a rojas) viven niños quemados vivos, mujeres prostituidas en extrañísimas circunstancias, policías a punto de enviudar, niñas tetrapléjicas que odian a sus padres, asesinos que han pasado por campos de concentración nazis, juezas con oscuros secretos familiares, profesores de instituto con síndrome de Diógenes, cirujanos plásticos vengativos, matones a sueldo contratados por un candidato a la presidencia de la République...

Entre toda esta fauna humana, el azar, la casualidad, la pura chiripa, desencadena el desastre, la hecatombe, para desespero del homo sapiens contemporáneo y su soberbia pretensión de tenerlo todo bajo control.

Y todo eso lo consigue Jonquet sin ser para nada tremendista ni morboso ni gore ni nada. Obra ese milagro peculiar de convertir a los monstruitos en humanos (¿o a los humanos en monstruos?), en pobres criaturas que dan hasta pena. No es abyecto: sólo dice lo que vemos y callamos. Y a veces ni siquiera lo dice, simplemente lo muestra.

Jonquet construye novelas como edificios, donde todo está en su sitio y nada falta ni sobra, perfectos artefactos literarios destinados a hipnotizar, a conducirte de la mano hacia infiernos que acaban siendo muy pero que muy familiares. Se diría que ordena el caos para que colisione entre sí y para hacerlo estallar.

En alguna parte he leído que Almodóvar va por fin a rodar su versión de Mygale. No veo la hora.


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6 comentarios:

Fernando García Pañeda dijo...

Ya veo: todo muy pijo, muy BCBG.
Como representante de la literatura boudoir, mi psiquiatra me tiene prohibidas esas sustancias.
Besos.

Noemí Pastor dijo...

Fer, amor, no tengo ni puta idea de lo que es BCBG ni literatura boudoir. Me lo aclaras, por fa.
Con todo, te aseguro que Jonquet de pijo no tiene nada. Es bastante crudo y llama a las cosas por su nombre.
Léete algo suyo, anda, y comentamos.

Fernando García Pañeda dijo...

Era irónico. Lo de bcbg, bon chic bon genre, es para referirse al pijerío. Es que los métodos de francés moderno son muy cool...
Lo de literatura boudoir es un término que me hizo mucha gracia para referirse a lo que perpetramos algunas. Mira el enlace:
http://www.manfatta.com/unhombredepago/2006/12/literatura-boudoir.html
À bientôt!

Noemí Pastor dijo...

Perdona que no cogiera la ironía. Hay días en que se levanta una muy espesa.
Voy a ver el enlace ese que me mandas cuando tenga un rato y ya te cuento.

Francisco Ortiz dijo...

Muy buen comentario.

Noemí Pastor dijo...

Gracias, Francisco. Me he dado una vuelta por tus territorios. Tienen muy buena pinta. En cuanto pueda, me quedo un rato más. Hasta pronto.