 Detesto la violencia y, sin embargo, le he dedicado un libro entero. ¿Por qué?, ¿para qué? Para protegerme de ella, como una criatura que se siente a salvo en su cama después de que su madre la haya arropado.
Detesto la violencia y, sin embargo, le he dedicado un libro entero. ¿Por qué?, ¿para qué? Para protegerme de ella, como una criatura que se siente a salvo en su cama después de que su madre la haya arropado.Jean-Bertrand Pontalis
Un jour, le crime
Gallimard 2011
[La traducción y la adaptación son mías]
Más de una vez he escrito aquí sobre esto, porque más de una vez me han preguntado cómo se puede ser pacifista, miedica y cobarde (sé que no son sinónimos; es que yo soy las tres cosas) y estar tan fascinada por el crimen y la violencia hasta el punto de no leer casi otra cosa que novela negra y policial.
Pues resulta que no soy tan rara; esta afición mía me ha traído a las manos Un jour, le crime, el ensayo del psicoanalista Jean-Bertrand Pontalis sobre el crimen y en el primer párrafo del libro ¡zas!, encuentro ya una afinidad con él: a mí también la cercanía a la violencia me sirve de antídoto, me previene, me protege ante su irrupción, siempre inesperada.
Seguiremos hablando de este librito.
 


 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
