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Petra está de mala hostia y, para sacársela de dentro, se lía a puñetazos con un tipo en un bar. Y luego filosofa sobre cómo mujeres y hombres exteriorizamos el malestar de forma diferente.
Me sentía mal y decidí reaccionar de forma masculina. Los hombres beben, luchan, lo sacan todo al exterior sin miedo. ¿Y saben qué hacemos las mujeres cuando hay algo que nos corroe? Callar y aguantar, interiorizar. A veces le hacemos confidencias a una amiga, o vamos al psiquiatra, o tomamos tranquilizantes, o lloramos a moco tendido. Así que esta vez me apetecía una pelea de bar.
Otro pedacito de un diálogo con Garzón.
- Me cuesta entenderla, inspectora. Convierte usted una alegría en una tragedia a base de razonamientos.
- En eso consisten la cultura y la base de la civilización, amigo mío.
Sin comentarios.
Una de esas cositas que suelta de vez en cuando Petra.
No le tengo mucha simpatía a Freud. Sólo la Iglesia católica ha fastidiado más a las mujeres que el psicoanálisis.
Dale tiempo, Petra, dale tiempo (y ocasión) y verás cómo nos jode la vida bien jodida.
No. Es broma. Eso no va a suceder porque no le vamos a dar opción. En fin, que me gusta que le den caña a Freud. Más se merece.