Cosas buenas y malas de vivir en un pueblo
Los domingos no llega el periódico hasta las diez y media de la mañana. Tampoco hay dónde comprar el pan, excepto en una sola tiendita.
No hay supermercado grande con aparcamiento en las afueras. Hace las veces de hipermercado una gasolinera. A juzgar por lo que se llevan algunos un sábado, yo diría que hacen allí la compra de la semana.
No hay restaurante chino. Tampoco hay bazar chino, pero sí una nave industrial en el polígono.
En un bar resulta que sólo tienen latas de Seven-Up.
Después de comer, las calles se vacían y no vuelven a animarse hasta las nueve de la noche. Entonces se abren las puertas de las casas para que entre el fresco y servidora de ustedes, que es fisgona y cotilla, echa un vistazo para quedarse embobada con los patios y los azulejos.
También entonces sacan las señoras las sillas a la calle, pegaditas a su puerta, a su pared y a su casa. Que no se diga.
Decidan ustedes cuáles son las cosas buenas y cuáles las malas.
Y con esto me despido de Cazalla de la Sierra. Ha sido un placer.
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viernes, 27 de agosto de 2010
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18 comentarios:
Buen viaje de vuelta :)
En realidad no le encuentro nada malo al ese pueblo según lo que dices...
Gracias, Mak. No vuelvo directa. Me voy a quedar un ratito en tus tierras extremeñas. Probablemente tú estarás más acostumbrado que yo a los pueblos. Yo cada vez soy más consciente de que soy una analfabeta de asfalto y no sé leer el medio natural. Hasta pronto, míster.
Tal y como te leo, dan ganas de quedarse a vivir un ratito ;)
Ra, y no sería una mala vida. No, señor. Esas casonas con patio y fuente, qué cosa más bonita.
Creo que tiene muchas cosas buenas a la hora de descansar y de todas maneras, ya todo el mundo tiene coches y van a hacer compras a donde les gusta más o les conviene y si quieren ir al cine o a otra actividad, lo mismo se dan una vuetecita por las ciudades. A los que no les gusta salir, lo mismo les da estar en un sitio que en otro.
Peor lo tienen los jóvenes, por las mismas razones, pero por desgracia incluidas las grandes ciudades, creo que se piensa poco en ellos y solo van a los centros comerciales, ¡es una pena a mi parecer! Hay poco ingterés en que los que nos sustituirán, sean chicos pensantes e instruidos. Esmejor dejarlos adormecidos con el alcohol y otros compuestos, ¿no crees?
Ufff, vaya rollazo si yo solo quería desearte buen viaje de vuelta.
Yo, como tu, aprendí muy joven en lo que yo creí una idílica pequeña ciudad que no estoy preparado para vivir en lugares pequeños. Una vez dicho eso, disfruto mucho de esas estancias cortas como la tuya en lugares incluso mas pequeños y perdidos.
Tu las ves sentaditas en la puerta de su casa saludar indolentes pero no, querida, no te confundas. La señora rural ha desarrollado un oido finísimo que pilla todo lo que se dice desde la fuente de la plaza hasta la calle Mayor y la terraza del Casino. Desde el lavadero al arroyo del Chorrillo.
Que lo sepas: lo saben todo de ti. Estas crónicas cazalleras son la comidilla del pueblo.
No te digo mas. Sal de ahí cuanto antes.
Un abrazo y suerte.
Así que cuando te llamé seguías por ahí. Claro ahora entiendo lo de lavar a mano y la siesta del compañero... Cosas de los pueblos? ;-) Muxuak
La despedida será más entonada con alguna copita...de Cazalla, si hay quienn conduzca por N.P.
Analfabeta, escribiste, por no ser de pueblo. Entiendo ese auto-reproche que suena a cierta humildad, mas no te pases porque seguimoa siendo las personas las que damos o quitamos calidad a la vida, más que los patios con azulejos o el sentarse al fresco a la vera de la casa.
Y buena gente la hay también en las ciudades y en las villas, por más que algunas no lo sepan y circulen por la vida con el ceño fruncido aparentando un permanente cabreo.
Un saludo y buen regreso.
¿Y el pan es bueno? Es que ya hay pueblos que tienen un pan industrializado malísimo, pero que las "pistolas" de Madrid...
Esa imagen de las señoras con la silla sacada a la puerta es muy mítica, hay que ver cómo se entretiene la gente...
Bye bye
De vuelta como tú del mundo rural,he mantenido ese debate en repetidas ocasiones este verano¿mejor pueblo o ciudad?tras muchas divagaciones,llego a la conclusión de que soy animal de ciudad pero no dejo de ver las ventajas de escapar a los pueblos y oxigenarse del asfalto varias veces al año,recuperar el sentir comunitario,estrechar tu vínculo con la naturaleza,recargar las pilas para después volver al anhelado y libre anonimato social.
saludos de retorno:)
CASA, nada de rollazo. Interesa tu punto de vista, como "pueblerina" de pro. Besos.
UNO, en mi barrio también había corrillos de señoras. Yo les tenía mucho miedo, pero luego me di cuenta de que estaban atadas a la puerta de su casa con una cadena invisible y creo que ya soy inmune a su veneno. Creo.
MOLI, sí, los pueblos empujan a la siesta; curioso fenómeno, ¿verdad?
IO, no es falsa modestia. Soy analfabeta porque no sé el nombre de los árboles, ni de los pájaros, ni las plantas, ni los cultivos, ni ... Es como si una persona analfabeta paseara por Bilbao y no supiera leer los carteles, los nombres de las callles, etc.
HLO, el pan es demasiado blanco para mi gusto. Prefiero el de Castilla-León, aunque me estoy aficionando demasiado a los picos, las regañás y esas cosas.
DANDY, para mí es una imagen entrañable, porque, como digo, en mi barrio obrero, las señoras transplantadas de pueblecitos lo hácían.
TROYANA, a pesar de mi analfabetismo, disfruto viendo árboles y otras cosas bonitas de la naturaleza. Tengo la loca idea de jubilarme (me queda mucho, no creas) en un medio rural, la gente me dice que no aguantaré y yo no estoy segura de nada.
Entiendo ese deseo de jubilarte en medio rural.
Hay quien sostiene que el nombre de la persona es una premonición de cómo será esa persona, de algunos de sus rasgos distintivos.
Tampoco estoy seguro de que sea así.
En tu caso, me fijo en el apellido y quizás sea una ayuda suplementaria para enfilar esa opción.
Te dicen que no aguantarás, o sea que no te ven ni muy pastora, ni muy de vida pastoril...
Tómatelo con buen humor...¡te queda taaaaaaaaaaaaaaaaanto tieeeeeeeeeeeeeempo por delante!!!
IO, pues sí, por suerte o por desgracia, me queda mucho para la jubilación. Seguro que algún antepasado de los míos fue pastor y por eso el escribano del pueblo (he rastreado hasta Beasain, Gipuzkoa) le adjudicó tal apellido, pero en mi caso tengo claro que no cuidaré animales. Como mucho, florecillas y algún árbol frutal.
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