miércoles, 13 de febrero de 2008

Mi obsesión por las islas


El otro día JV dio en el clavo cuando habló de "lo mío con las islas". Porque es verdad: tengo cierta obsesión por las islas; por las pequeñas, claro; no por Gran Bretaña.
En realidad es una fijación con lo que un día en que sufrí un ataque agudo de pedantería di en llamar microuniversos finitos y me viene de la infancia: de niña construía planos de ciudades con naipes sobre la alfombra.
Así que, cuando ya de mayor conocí las islitas pequeñas de las Canarias y otras, me dije: "Esta es mi casa; esta es mi alfombra; esto es lo mío."
Los microuniversos finitos se caracterizan porque tienen sólo una cosa de cada. Por ejemplo, pongamos que aquí en El Hierro necesitas comprar unas bombillas, como me sucedió a mi el otro día. Pues a comprar bombillas tienes que ir a la tienda de electricidad de Merese. Y se acabó. No hay otra. Esto a una urbanita como yo le simplifica mucho la vida y le hace sentir que habita un cosmos plácido.
Los microuniversos finitos tienen unos lindos cuellos de botella que son las estaciones marítimas. Por allí pasa todo el mundo para entrar o salir. La más hermosa de las que he conocido es la de Madalena de Pico, en las dulces Azores, un simple y delicioso embarcadero con isleños que vienen y van, con las vendedoras de figuinhos y sus canastos.
Bueno, que me he ido lejísimos y me he puesto sentimental y hasta psicoanalítica. Os pongo esta foto de la pista que va de El Verodal a El Golfo y me despido hasta la próxima con mucho cariño.
Besos,

Noe


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19 comentarios:

Francisco Ortiz dijo...

Es que así el mundo está más cerca de la estatura humana, cada cosa ordenada y comprensible. Feliz disfrute. Un abrazo.

Lucía dijo...

Me parece muy práctico. Además tiene la ventaja de que los comerciantes te conocen y te tratan como a una reina.

Abrazos desde el resto del Universo.

Fernando García Pañeda dijo...

Me voy a poner a soñar un ratito con mis microuniversos finitos.
Besitos pallá.

Anónimo dijo...

verás... a mi me encantan tb las islas... he estado en diciembre en una, y seguramente en abril, me iré a otra.. pero llamarlas eso de: "micro..tal" no se me hubiera ocurrido nunca.. ya ves tú. ;-)
Disfruta mucho, guapa!!

LA CASA ENCENDIDA dijo...

Preciosa, espero que lo estés disfrutando mucho, como pareces reflejar. Yo una vez estuve en las islas Cies (Galicia) y aún estaba esa islita donde nos dejaron, virgen, virgen. Al poco tiempo empezaron a constuir y la destrozaron, pero era una delicia estar allí perdida entre pinos. Luego estuve en Noguerones, un pueblito de Jaén y solo había una tienda, donde se compraba pescado en conserva, arroz y los hilos para coser, y de esto solo hace cuatro años. Es otro mundo aunque en las islas creo debe ser mejor,porque en la peninsula nada está lejos teniendo un coche a mano.
Disfruta mucho

Anónimo dijo...

Hay una "isla" en la peninsula que es "la isleta del Moro" en Almeria. Allí no hay nada de nada y no sé que día de la semana va una furgoneta de novedades (ya sabeis, medias, camisones, camisas..)Creo que pertenece a San José.

Fernando García Pañeda dijo...

Sí, Dueña, pero aún estoy esperando la autorización correspondiente para escaparme a Isleta del Moro.

Álvaro Fernández Magdaleno dijo...

Me das mucha envidia.
Un beso.

Alberto López Cordero dijo...

Ganas dan de darse una escapadita y en invierno con mucha más razón. Yo estuve en Gran Canaria hace unos meses y también tiene algunos rincones maravillosos. Feliz estancia y tráenos algo.

RTHB dijo...

Siguen los paisajes limpios y claros. Me gustan. Y esa ausencia de todo!!

Un saludo.

Antonio Toribios dijo...

Me gusta eso de "microuniversos finitos", sobre todo por la polisemia del adjetivo. Me imagino un universo "finito" como un papel de fumar o como una compresa extrafina.
Feliz estancia en el Paraíso.

humo dijo...

Mi barrio madrileño también es un microuniverso finito, delimitado por cuatro calles anchas e importantes que lo separan del resto de la ciudad.

Anónimo dijo...

Sin llegar a tanto, Ribeira es también para mí un poco microuniverso finito, aunque si los ribeirenses me oyen se mosquearían, porque el pueblo es bastante grande. Me gustó tu metáfora.

Antonio dijo...

Ya

Noemí Pastor dijo...

Hola a todo el mundo:
Pues sí, los barrios y los pueblecillos también son microuniversos finitos, pero, a diferencia de esta isla, en un barrio o pueblecillo, si una necesita unas bombillas que no tienen en Merese, o un cuaderno sin anillas, que cuesta encontrar, no tiene que coger un avión o comerse hora y tres cuartos de barco hasta Tenerife.
Y puesta a dejarme llevar por el adjetivo "finito", diré que este mi microuniverso es también ligero, inodoro, leve, volandero, grácil y seguro.
Os quiere,

Noe

Zanzara dijo...

La verdad es que siempre nos gusta lo que no tenemos.... yo vivo en Tenerife, y siempre me han gustado las grandes ciudades, el ritmo que tienen, la cantidad de gente que hay... aunque he re reconocer uqe cada vez aprecio más la calidad de vida que tenemos aquí, pero aún así, necesito salir de la isla al menos una vez al año.

Besos!

Noemí Pastor dijo...

Hola, Zanzara. A mí también me encantan las ciudades y sobre el asfalto he vivido siempre a gusto.Más de una vez he oído que no aguantaré un suspiro en El Hierro. Hasta que no lo haga, no sabré si aguantaré o no. Besos.

Anónimo dijo...

He llegado hasta aquí por casualidad y dos cosas me llaman la atención. Primero, la foto de tu perfil. Me encanta. Y segundo, la foto del camino. Una amiga mía siempre tiene una imagen parecida a esta en el messenger,un pequeño camino asfaltado que se extiende hacia alguna parte. La diferencia es que el paisaje del camino de mi amiga es más rural, con arboles a los lados y una pequeña casita a la izquierda. Se me ha ocurrido que este tipo de imagen es un "lugar común". Todas las personas, alguna vez hemos pensado en estas sendas, que parten de nosotros y no sabe muy bien donde acaban. Cada uno imagina un paisaje particular que acompaña al camino dándole una personalidad concreta, como la ropa a las personas. No importa demasiado el final del camino, porque lo que da sentido a todo es la forma del trayecto que se recorre.

Noemí Pastor dijo...

Gracias, Anónimo, por tu amable comentario. Dentro de poco regreso a las Islas Canarias y habrá más caminos. Besos y vuelve por aquí.