Me lo tenía muy calladito, pero ante Antonio Toribios me tuve que descubrir. Antonio Toribios es un escritor leonés que tiene un blog delicioso y genial en el que reinventa, reinterpreta, redescubre y refresca el santoral católico, cultivando un género al que, si no tiene ya nombre, que lo ignoro, podríamos llamar hagiografía creativa. El blog se llama Almanaque y merece una visita diaria, como a una capilla, por lo menos.
Así que salgo del armario para confesaros mi afición más escandalosa e incomprendida: tengo debilidad por la iconografía católica y la literatura hagiográfica; o sea, por las estampitas y las vidas de santos; y de santas, claro.
¿De dónde me viene tal perversión? Recuerdo que ya en parvulitos escuchaba embobada las historias del Antiguo Testamento de boca de la señorita Victoria. Mi favorita fue siempre la de Moisés, los faraones, el Mar Rojo, el desierto... ¿Adivináis cuántas veces he visto "Los Diez Mandamientos"?
Luego había también unos tebeos y unos libros infantiles con viñetas, que relataban vidas ejemplares, y que yo devoraba. Adoraba entonces y adoro todavía a las santas peleonas y guerreras. Mi ideal fue y es for ever Juana de Arco, patrona de Francia (en la foto). Y también me cae súper simpática Teresa de Ávila, mandamasa, fundadora e intelectual.
Mis familiares, compañeras y amigos ya saben que cojeo de tal pie y me regalan: A) Estampitas; tengo una colección que te caes de espaldas. B) Pulseras y colgantes; y yo me lo pongo todo. C) Libros; kilos y kilos de libros con auténticos "santos". Atesoro alguna que otra rareza, como un par de ejemplares sobre santos etíopes. D) Cuadros, láminas y figuritas; esto me pone verdaderamente difícil la decoración de interiores, pero como tampoco tengo tan buen gusto, no es un gran problema.
Así que salgo del armario para confesaros mi afición más escandalosa e incomprendida: tengo debilidad por la iconografía católica y la literatura hagiográfica; o sea, por las estampitas y las vidas de santos; y de santas, claro.
¿De dónde me viene tal perversión? Recuerdo que ya en parvulitos escuchaba embobada las historias del Antiguo Testamento de boca de la señorita Victoria. Mi favorita fue siempre la de Moisés, los faraones, el Mar Rojo, el desierto... ¿Adivináis cuántas veces he visto "Los Diez Mandamientos"?
Luego había también unos tebeos y unos libros infantiles con viñetas, que relataban vidas ejemplares, y que yo devoraba. Adoraba entonces y adoro todavía a las santas peleonas y guerreras. Mi ideal fue y es for ever Juana de Arco, patrona de Francia (en la foto). Y también me cae súper simpática Teresa de Ávila, mandamasa, fundadora e intelectual.
Mis familiares, compañeras y amigos ya saben que cojeo de tal pie y me regalan: A) Estampitas; tengo una colección que te caes de espaldas. B) Pulseras y colgantes; y yo me lo pongo todo. C) Libros; kilos y kilos de libros con auténticos "santos". Atesoro alguna que otra rareza, como un par de ejemplares sobre santos etíopes. D) Cuadros, láminas y figuritas; esto me pone verdaderamente difícil la decoración de interiores, pero como tampoco tengo tan buen gusto, no es un gran problema.
La iconografía religiosa es un prodigio de simplicidad simbólica y de eficacia expresiva y la hagiografía es literatura popular fantástica de la buena. Hay mucho con lo que disfrutar. Si lo probáis, no os parecerá tan extravagante.
Technorati tags iconografía hagiografía
32 comentarios:
Asombrado me dejais, mi señora...
Bueno, entonces no sales del armario, sino de la sacristía o del confesionario... A mí me parece un tema interesante (trabajo con un profesor experto en estas cosas, si tienes alguna duda o interés especial, tú dime), sobre todo viendo cómo la Iglesia no hace sino adaptar con esos santos las antiguas deidades paganas, como las adapta a su manera pero no puede eliminar los vestigios del pasado.
Curiosa afición, proclamo.
Yo terminé empachada de tanta santidad, ten en cuenta que me crié antes de la democracia.
Si algún santo me gusta - Teresa, Juan de la Cruz - es por su calidad literaria, pero ¡Esos héroes y heroínas que se sacaban los ojos o se dejaban asar a la parrilla!... Quita, quita.
ufffff... ;)
Tienes un san Pancracio? Ya sabes, ese de la salud y el trabajo que solo se puede obtener robándolo o que te lo regalen. Si no lo tienes, házmelo saber, que contribuiré gustosa a tu colección.
Ah, por cierto, es de tamaño reducido y discreto.
querida noemí: adoro ese blog, aunque no soy tan fan de los santos como tú: los tuve toda mi infancia rodeándome con sus sufrimientos y miradas al cielo. Colegio salesiano, ya te contaré.
Vidas ejemplares fue una de mis "mexicanas" favoritas. Gastaba mi magra paga semanal en vidas de santos y casi todo mi tiempo en los pecados.
No te imaginaba yo rodeada de estampitas de santos y santas.
Pero quizás lo que mas me ha sorprendido es los de las hitorias del Antiguo Testamento con la señorita Victoria!!!!
Como dice una vieja canción, "Sorpresas te da ña vida......"
Un saludo.
Mak, me vas a seguir queriendo igual, ¿no?
Escalones, yo creo que hay conexiones hasta con las leyendas vampíricas de oriente. Es pura literatura popular.
Humo, yo también me eduqué con monjas, pero nunca me lo creí del todo. Siempre le vi el lado teatral, exagerado y casi grotesco.
Helua, yo me lo tenía calladito precisamente porque sé que es una afición incomprendida. También llevo "san Blas zinta". Por cierto, ¿existe la tradición del cordón de san Blas más allá de Bilbao y Abadiño?
Peke, tengo a San Pancracio en estampa. No sabía lo del robo o el regalo obligatorio. Galicia es una mina para estas tradiciones.
Cacho, el blog es divino y nunca mejor dicho. Y aquellas vidas ejemplares eran fascinantes. Yo creo que hoy me gusta la literatura por su culpa.
Hola, Perem, que no te había visto. Si tú hubieras tenido a la señorita Victoria (nosotras pronunciábamos Vitoria), también te habrías quedado embobado con sus relatos. ¡Qué ojos! ¡Qué voz tenía! ¡Qué elegancia! Yo quería ser de mayor como ella.
Las historias de nuevo y antiguo textamente son muy entretenidas, nada que envidiar a la mitología griega o eslava. Ahora lo del amor por lo de las estampitas lo veo un poco más peliagudo pero nada más porque desde pequeño siempre me dieron miedo las caras de los que aparecían en aquellas fotografías. Tan solemnes, tan serias. ¿No podrían sonreír a la cámara?. Y en cuanto lo de las vidas de santos digo yo ¿no es aburrido leer historias que sabes que siempre tendrán un final catastrófico?.
Pero no es la única, el día que yo hable sobre mi pasión por los calcetines de colores saldrá corriendo hasta el apuntador.
Estimado doctor Espinosa, las caras de las estampitas son pura pose. ¿Ha visto usted algún grupo de rocanrol sonriente o carcajeante en la portada de su disco? No. Siempre serios, incluso enfadados.
Pero a mi también me dan miedo las miradas de las tallas y figuras de los museos e iglesias.
Además, es evidente que todos los santos acaban muertos, porque no se santifica a nadie en vida, pero no todos son mártires: algunos murieron de enfermedad en su cama. E incluso los martirios son variados: hay santos deshollados, asaeteados, decapitados, mutilados, desmembrados, asados en hoguera o a la parrilla... Los hay incluso que sobrevivieron a su propio martirio. Nada, nada. Un mundo de variedad.
Debimos ser educadas en la misma época, jajajaja. Me he visto en el colegio con mis trenzas, mi cuello de plástico (cómo dolía)y mi uniforme azul marino, en clase, estudiando la Historia Sagrada. Me dejaba embobada, así que tendré que pasar por ese blog.
Saludos andaluces.
Pásate sin falta, Casa. Te va a encantar.
Postdata. Yo jamás llevé cuello de plástico.
Sólo te falta pasar un par de meses en el Portugal profundo. Eso sí que mola.
Ay, Julen querido, qué más quisiera yo. Une saison sur l'île de Corvo. Es que no sé decirlo en portugués.
Noemí, no me asombra tanto esta confesión porque también yo comparto contigo estas aficiones que describes. Ahora no te sentirá sola en ese camino. Saludos!
Pues sí, querido Budokan, una de las cosas buenas de esto de bloguear es que una no se siente sola en la galaxia. Como dijo Rafael el Gallo, "hay gente pa tó".
Bueno, ya casi sólo falto yo. Pues que gracias Noemí y que invito a la concurrencia a hacerme críticas, comentarios y lo que se os ocurra.
Pues pregúntale también a la Dueña por una cierta estampita de San Felicísimo; y en mi cartera nunca falta un calendario de María Auxiliadora.
Lo de los iconos griegos ya es cosa artística y tal.
(¿Llegaste a ver la casa de Vito en Bergara?)
Es hermosa, sí, y es un tema que tiene mucha miga. ¿Dónde hay que apuntarse?
Bicos,
Sor Boquita Santa Pintada:)
Me gusta como suena, pareces generala de un país suda-mericano.
Por cierto, mi Santo es Antonio;)
Y también entiendo a los/las místicas, mucho. Santa Juana, Teresa, Inés, etc.. Por si te interesa, puedes pedir lo que quieras.
Bs
nada.. nada.. Noemi, te sigo admirando igual. Un beso.
Ese anónimo, soy yo.. pero por si acaso, te repito, q a pesar de q no entienda esa afición, te sigo admirando igual. Un beso.
Ave María Purísima (a partir de ahora entraré siempre así en tu blog). Fíjate que lo que cuentas no me extraña. Uno de nuestros vecinos blogueros, Mikel Eztabai, es el Gandhi de Rekalde y, sin embargo, pocos saben tanto de armas, batallas de la historia y carnicerías humanas varias. Como decía Alfonso Paso, "Los extremeños se tocan"... si bien Freud tendría una explicación un poco menos benévola. Vamos, que a tí te va la marcha mística.
!Que exito has tenido con esta entrada! has dejado a todos descolocados tal y como te habían concedido, !y con esa foto del Blog! No sé no sé si vas a perder puntos.. No te preocupes que te querremos igual. Yo he de confesar que tengo la costumbre de leer las esquelas (no solo las del periodico sino tambien las de la calle sobre todo en Portu) y me ponen a caldo, pero no es morbo es que toda la vida se han parado a leerlas mi abuela y mi tia- abuela Dioni y luego mi padre.
Bien por las alusiones de Fer hay que decir que tenemos una estampa de San Felicisimo? debajo del colchon. Es realmente deprimente porque el santo o Jesus, tiene pelo de verdad. Lo cierto es que como no me dejan quitarla la tiene Fernando en su lado. A mi me da miedo y yu-yu.
De nada, Antonio, espero que disfrutes con la concurrencia lo mismo que disfrutaremos contigo.
Hola, Fer. No me hables de san Felicísimo ¡con el cuello rebanado! ¡Qué placer! Los iconos griegos son una sosada. ¡Donde esté el gore católico...!
Desgraciadamente no llegué a visitar la casa de Vito, pero ya me habló se sus tallas y demás. Son preciosas, pero sólo las soporto en foto: de cerca me dan miedo.
No-no, intercambiaremos información, por supuesto. Gracias por tu ofrecimiento y por tus bonitas palabras.
Helua, corazón, eres muy amable. Más besos para ti.
Sin pecado con cebolla, te contesto, JV. Eso decíamos en el colegio. Si nos oían las monjas, nos la cargábamos. Qué poco sentido del humor.
Hola, Dueña, que estábamos escribiendo a la vez. Contar esta perversión mía es como salir del armario, porque hay gente que ya no te mira igual. Ahora bien, el que no tenga una manía, costumbre o tendencia escandalosilla o morbosona, que tire la primera piedra.
También este mundo de la santería es que es para partirse de risa. No me fastidies, las estampitas con pelo. Y las imágenes de Semana Santa con pelo natural. También a Fer, ya le vale: ¡debajo del colchón! Entre el yuyu, lo grotesco y el descojone, ahí le andamos.
¡Ah! Y se me ha olvidado contestar antes a JV que la mística no la tengo muy estudiada, pero lo poco que conozco es apasionante, por no decir flipante y alucinógeno.
Excelente recomendación, muchas gracias!
De nada, Susana, maja.
Genial, ya sé qué regalarte para tu cumpleaños.
Besos.
Bajo la Imagen de esta Santa Juana (y alucinada profeta), con mis entretelas puedo decir que os quiero.
¿Vale?
Gracias, Lucía y No-no. Otro día voy a publicar que soy aficionada a las piedras preciosas, a ver si me regalási diamantes y me queréis también mucho. Os beso.
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