Joe Vandaire es un hombre. Y, aunque una todavía no sea una mujer, se da cuenta inmediatamente de que, el día en que empiece a estropearse, ya no te parecerá nunca más que tiene los ojos azules, las encías rosadas ni la dentadura nívea. De un día para otro se apagará y lo que antes te gustaba de él luego te quitará el apetito. Un día te despertarás de golpe frente a su cutis cerúleo y mal ventilado y su olor a colilla vieja. Todo será pesado y te disgustarán sus abrazos.
Verás cómo le brotan de los labios palabras de carretero bruto y querrás que eche por la boca todo lo demás: los dientes, la lengua, el esófago. Soñarás que está tirado, reventado y retorcido en un rincón o colgado de un gancho de carnicero. Pensarás en sus borracheras.
Y, sin embargo, no puedes resistirte. Te dejas llevar porque Joe Vandaire te llama "nena, pequeña" y te vuelve loca.
De momento estamos en los preliminares. Por la diferencia de edad. Le he dicho que tengo diecisiete años. No sabe que en realidad tengo trece.
Claire Castillon:
Les Merveilles
Grasset 2011
La traducción y la adaptación son mías.
domingo, 8 de noviembre de 2015
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4 comentarios:
Promete, promete, desde luego :-)
Como decía en Twitter, dos veces he aparcado esta novela por desasosegante y desagradabla. Ahora parece que se va dulcificando o yo voy asimilándola mejor.
Jope con la nena de trece años... Me quedo muerto.
No me extraña, amore. Es muy bestia.
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