Ahora escribo yo mi pasado, salpico de una felicidad inefable todos mis días de la infancia y de la juventud.Estas líneas de Linazasoro me han hecho pensar irremediablemente en Vallejo y en los días azules y luminosos de su infancia.
Porque es cierto que poco nuevo nos cuenta en El don de la vida. A sus odios de siempre (el lenguaje de los políticos, Octavio Paz, las embarazadas) añade un puñadito de nuevos o no tan nuevos (Borges -"Para ser un gran escritor hay que tener un alma grande y Borges no la tenía"-, García Márquez -"lambeculos de tiranos"-), a sus amores de siempre (sus perras -una con nombre vasco, Argia- y los animales en general, Medellín -"ciudad de mendigos y acuchillados"-, Cervantes, Mozart, Chavela Vargas) añade un brioso y alegre interés por el sexo (¿a la vejez se nos volvió chingón?), porque quita el mal humor; pero, eso sí, sin violencia y sin reproducción; y así sigue: cose historias, inserta exabruptos, suprime toda acción e hilo argumental y contnúa hasta que llega a la página ciento cincuenta o así, que es cuando decide poner FIN. Le importa un bledo repetirse infinitamente y me pregunto si está en un envidiable máximo punto de absoluta libertad narrativa o todavía puede ir más allá, aunque me inclino por lo segundo.
Me sigue gustando, embobando incluso, su lengua descarnada (como su misterioso interlocutor), feroz y dulce, que eleva a literario lo blasfemo y lo vulgar. Sigo aprendiendo bonitos insultos (tenéis unos cuantos en Wikiquote) y expresiones malsonantes y espero que no cumpla su palabra y publique otro libro. Aunque todos sean el mismo.
Fernando Vallejo: El don de la vida, Alfaguara 2010
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25 comentarios:
Estoy de acuerdo contigo al 100 por 100 y con Vallejo al 90%. Pero vengo sobre todo porque acabo de descubrir el Book y he pensado en ti:
http://www.leerestademoda.com/
Pues no he leido a Vallejo, pero eso de elevar lo literario, blasfemo y vulgar me interesa, así que lo apunto en mi lista de descubrimientos. Gracias primi, espero que estés más fresca por allá arriba. Aquí empezamos a desintegrarnos.
Mua
Vallejo es un escritor que mantiene vivo mi espíritu partisano, es un anti-palmeros, un genio, un hombre que nunca recibirá el premio Cervantes. !Ni falta...!
Leeré ese que propones.Y además siempre termina abruptamente, cosa que me gusta.
Un abrazo.
Por cierto, para tener gustos vulgares !que elevados son!
También me gusta el Vallejo, pero así, de vez en cuando, que muy de continuo anestesia. Es verdad que siempre escribe el mismo libro, pero pienso en casi todos los que valen la pena y me pregunto: ¿cuál no lo hace?
UNO, qué cariñoso suena eso de "he pensado en ti". Yo pienso en el e-book cada vez que voy de viaje y los libracos me ocupan y me pesan un güevo.
JO, si pruebas a Vallejo, me dices. Advierto que es fuertecillo y te desagrada o te encanta. Besos, primi.
MARCELA, a mí me seduce su fiereza. Te juro que tengo gustos vulgares e inconfesables, pero un día los confesaré.
JUKE, Vallejo ni se molesta en disimularlo. Yo le envidio y quiero ser de mayor como él.
No he leído nunca este autor. Una novedad para mí que me apunto.
Yo lo voy a leer y si hay insultos nuevos para escupir contra la humanidad mucho mejor (siempre vienen bien)
Ahh, cómo me gusta Manuel Puig, cómo disfruté co El beso..., con Boquitas...
Qué mirada tan dulce (y picarona) tenía Puig.
Vallejo me da miedo.
Señora.
P.S. Me gusta mucho su bandera. Yo quiero una para estos días tan señalados
No conozco al señor Vallejo, pero le envidio el valor de ser deslenguado y su gracia.
Una tontería diré mis días de la infancia nunca me parecieron azules sino dorados, como con mucho sol (Noe, discúlpeme la egolatría)
Como soy convencional, creo, me entristecen algunas de las declaraciones de Vallejo. En una de sus últimas entrevistas, a Página 12 de Buenes Aires, se despacha contra los pobres. Fue un parrafillo duro de leer:
"¿Por qué será, compadre, parafraseando al “loco” de El don de la vida, que detesta tanto a los pobres?
–Ah, lo que pasa es que ese odio a los pobres saca de quicio a los demagogos y a los alcahuetes de la paridera y de la pobreza. Los pobres han tomado siempre el papel de víctimas de los ricos, víctimas de una clase alta que ellos mismos han alimentado y tolerado. La defensa de los pobres es un trabajo demagogo de los que quieren usarlos para asumir el poder. Además, hay pobres y pobres. Entre los pobres es muy probable que haya más gente buena que entre los ricos porque son más. El conjunto de los pobres es un conjunto irresponsable de paridores, de gente que se reproduce sin importar qué será de sus hijos; ignorantes que no quieren leer, que no se quieren instruir porque son zánganos y perezosos. Yo no me trago el cuento de la defensa de la pobrería".
Noemí, solo por si acaso, no te hablo del e-Book.
¿Cariñoso yo?
KWEILAN, pues ya leeré tus reseñas. Qué bien.
CALAMARIN, espero que saques a esos insultos el jugo que se merecen. Y mi más sentido pésame por la victoria jurgolera de ayer. Ale, a seguir sufriendo.
CARUANO: Puig de lejos es amable y de cerca, terrible. Vallejo es lo contrario: de lejos, asusta; de cerca, se le ve ya más humano. Aunque esto de "humano" él se lo tomaría como un insulto.
KAPLAN, la egolatría es bienvenida en este blog. ¿Sol en Galicia? Eso sí que es ficción.
ELEUTERIO, pues tiene párrafos todavía más duros, que no me atrevo a reproducir porque rozan lo delictivo. Es que da leña a todos: pobres, ricos, blancos, negros, mujeres, hombres...
UNO, por si acaso ¿qué? Cariñoso tú, sí.
Está bien eso de exigir a los escritores que posean un alma grande y manifestar públicamente que la suya cabe en un dedal. Todo un ejercicio de modestia.
Que conste que yo no tengo ningún problema con que España gane partidos de fútbol, por mí como si gana el mundial... lo que quería decir ayer y sigo diciendo es que me importa un pimiento, tanto si gana como si pierde...
En mi caso, el libro electrónico no pasará. Hace unos días coincidí en el tren con una famiila -no sé si inglesa o gringa- cada uno con su kindle. Yo, con mi libro de papel (preciosa edición de Tusquets). Claro, está mal que lo diga pero estéticamente yo era muy superior. Eso sí, los taxistas se han cansado de preguntarme si llevaba piedras en la pequeña mochila de mano.
Por si acaso no me entendiste bien y no viste el link que te dejé y el vídeo.
Anda que no me estoy poniendo pesadito.
ESCALONES, Vallejo no es un tipo arrogante y tampoco se trata bien a sí mismo. Cuenta barbaridades de su vida que, si fueran mías, me las callaría.
CALAMARÍN, aclarado. Que conste también que a mí me parecería estupendo y vallejiano que rezaras para que perdieran. Pero la indiferencia es mejor.
JUKE, en mi caso sí pasará, pero cuando se aclaren con los formatos y haya más títulos disponibles, porque lo que hay ahora es pobre pobre.
UNO, que sí lo he visto, sí. Ya he visto también Barrio Sésamo y distingo entre book y e-book. Te puedes poner todo lo pesado que quieras.
Señora Noemí, sigo con atención el debate vallejiano.
La Virgen de los Sicarios produjo en mí una tristeza difícil de explicar. Quizá porque yo conocí Medellín y los barrancos donde se anunciaba en carteles escritos a mano "Pro(h)ibido tirar cadáveres", o el "No se puede entrar con armas", en muchos locales. E "intuí" a muchos sicarios, bordados de escapularios y con el bulto del pistolón bajo la chaqueta. Y conocí a mucha gente, allí, en Colombia, que al leer el libro decía de Vallejo: "este hijoepucha, parece que, más que denunciar una situación que nos desangra, se está burlando de la vida y de la muerte, para "epatar", para quedar como un escritor maldito, descreído y muy "espessial".
Yo no sé qué métodos utilizan los escritores (y sus editores) para venderse en un mundo donde casi todo es mercancía. Pero como dicen muchos de mis amigos colombianos, "a Vallejo se le ve el cobre".
Reconozco la originalidad y facilidad con la que Vallejo distribuye sustantivos y adjetivos por las páginas de sus libros. Pero yo, en Vallejo, no veo más que a un escritor que hurga en la mierda para sacarle rédito a su olor.
Perdone usted el tono del comentario, que me ha salido algo descarnado. Y a mí me asusta la sangre.
Es muy probable que mis palabras zigzagueen y no vayan bien encaminadas. Suele ocurrirme.De antemano, acepte mis disculpas.
Suyo.
Señor CARUANO, no acepto sus disculpas porque no ha ofendido usted a nadie. Comprendo que mi punto de vista sobre Colombia dista millas del de sus habitantes. Comprendo que, si alguien escribiera del País Vasco como Vallejo lo hace de Colombia, mi punto de vista sería otro, pero ninguno es menos válido. Y el mío en este caso es casi estrictamente literario. Juzgo a Vallejo por sus construcciones de ficción; no puedo comparar esas construcciones con la realidad, porque no he pisado nunca Colombia y ni siquiera sigo atentamente sus avatares por la prensa. Y, como usted dice, Vallejo junta bien los adjetivos y los sustantivos, cosa que no todo publicador hace y que servidora aprecia especialmente.
Es un placer debatir con usted.
dan ganas de leerlo, aunque su violencia no me resulta simpática...
Chingón fue siempre. Genio y figura...
DANTE, poca gente habrá en el mundo tan pacifista y tan miedica como yo; y tan convencida de que la violencia de Vallejo es pura retórica.
Puede que tengas razón y que fuera chingón siempre, pero en este libro se le nota más eroticofestivo que nunca. Y dice en alguna entrevista que le ha ido muy bien siendo bisexual.
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