lunes, 7 de julio de 2008

Párrafos selectos de Kinsey Millhone


Ya os he contado mil veces que una de las cosas que más me gustan del Alfabeto del Crimen de Sue Grafton (en la foto) es su protagonista, la simpática detective Kinsey Millhone.

Kinsey, además de protagonista, es narradora. Nos cuenta sus peripecias en primera persona y, entre carrera y titoteo, suele intercalar amenas reflexiones sobre su modo de ver la vida. Como no tiene pelos en la lengua, yo me divierto enormemente con su descreimiento y su desapego a muchas convenciones.

Sólo en "F de fugitivo", que acabo de releer, ya nos deja una buena colección de párrafos envenenados. ¿Queréis leer algunos? Os los clasifico por temas.

Kinsey y la familia:
De pequeña no tuve tiempo de saber lo que era una familia y
cuando tengo una a tiro me distancio para observar mejor sus costumbres.
(...) Se habla de familias "desunidas", pero yo no he conocido otras. Mi
orfandad ganaba en atractivo a cada minuto que pasaba.


Kinsey y la religión:

La religión institucionalizada dejó de interesarme a los cinco años por
culpa de una profesora de catecismo a la que le salían pelos de la nariz y le
apestaba el aliento. (...) Lo que yo quería era otra lámina de cromos adhesivos.
Al Niño Jesús se le podía poner pelusa en la espalda, pegarlo en mitad del
cielo igual que un pájaro y que arrojara bombas sobre el pesebre.
(...) Un rasgo característico de los baptistas era que no malgastaban el dinero
de la parroquia contratando arquitectos. (...) Había vidrieras decoradas con
imágenes estereotipadas en las que se veía a Jesús con una especie de camisón
que le llegaba hasta los tobillos; si se hubiera presentado con aquella
indumentaria en el pueblo, lo habrían matado a pedradas. A sus pies se
encontraban los apóstoles, todos con la cabeza cubierta de rizos innegablemente
femeninos y mirándole con cara de bobos. ¿Se afeitaban los tíos en aquella
época? De pequeña nadie sabía responderme, cuando hacía estas preguntas. (...) June Haws interpretaba al órgano un himno que traía a la memoria las pujas económicas de las teleseries matutinas.

Kinsey y las armas pequeñas:

Los aficionados a las armas desprecian las pistolas de seis milímetros
porque creen que un arma que no abre un boquete como un puño en un tabique no
vale para nada. Que un proyectil de seis milímetros de diámetro os perfore las
tripas y veréis qué gusto da. Rebotará en el hueso como un auto de choque en
miniatura y desgarrará todos los órganos que se le pongan por delante.

Kinsey y la naturaleza:

Me revienta el campo. Lo detesto. ¿Sabéis qué es la naturaleza? Palos,
tierra sucia, raíces para tropezar, agujeros para perder pie y caerse, bichos
que muerden, bichos que pican y promitivismos sin cuento que ningún catálogo
agotaría. Y no soy la única que piensa así. Venimos construyendo ciudades desde
que Noé salió del arca única y exclusivamente para huir de tanta inmundicia. Por
eso enviamos ahora cohetes a la luna y otros lugares desiertos donde nada crece
y donde se puede levantar una piedra con toda tranquilidad sin que te salte un
bicho a la cara. Por lo que a mí respecta, cuanto antes lleguemos, mejor.

Kinsey y su condición:

El único inconveniente de ser mujer es que no hay más remedio que mear
agachada.

¿No es encantadora?


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19 comentarios:

Mª Jesús Lamora dijo...

Je, je.
Es total.
De todas formas, lo de la familia no es cualquier cosa.
Un abrazo.

Noemí Pastor dijo...

Hola, María Jesús, qué casualidad, pensaba pasarme por tu blog ahora mismito, que hace tiempo que no voy. Esta Kinsey es una tía simpática, ¿a que sí?
Bueno, hasta ahora, que voy pa tu blog.

Anónimo dijo...

me ha encantado la kinsey, a quien no conocía (sí, ya sé, ya sé): tomo nota. el párrafo del niño jesús se sale; con respecto a lo de mear sentadas o derechos, le diré que hay mucho mito. un saludo.

Noemí Pastor dijo...

Hola, señor Kaplan, tiene usted mucha razón en lo que dice de los mitos mingitorios. Y le reto a escribir un post sobre el asunto. No me lo perdería por nada del mundo.

Pablo Ballesteros dijo...

siendo hombre con lo que mas me identifico es con "El único inconveniente de ser mujer es que no hay más remedio que mear
agachada."
Eso le da una patada en todo el culo a las tonterias que se estan viendo ultimamente
me gusta esa detective

Noemí Pastor dijo...

Hola, Pablo, me alegro de que te guste. Lo bueno de Kinsey es que es consciente de su poder y lo ejerce. Deberíamos aprender de ella. Un beso.

Fernando García Pañeda dijo...

Qué mona.
Mucha pose de Mrs. Danvers. Pero más desvergonzada aún, claro.

Iñaki Murua dijo...

También he leído parte del alfabeto ese, pero no sé si simpática y encantadora son los adjetivos mejores para Kinsey ;-)

Anónimo dijo...

pues verás.. lo de simpática.. no es el calificativo q yo le aplicaría.. pero, si, es una tía me gusta mucho..

RTHB dijo...

Me gusta la reflexión sobre las armas pequeñas. Serán pequeñas, pero duelen igual.

Como bien dices, "simpática" la detective.

Y no puedo reprimirme, necesitas una nueva visión de "Seven". ja, ja.. no he podido aguantarme....


Un saludo.

Humanoide dijo...

Exclente post.

A propósito...

http://www.centella.info/public/Mujeres%20Orinan%20de%20Pie.php

hum...

¿Qué opinaría Sue de ésto?

39escalones dijo...

Un encanto, sí. Desde luego, estos fragmentos valen más que la mayoría de guiones que se escriben hoy en día.
Ideal para pasar una tarde charla con ella, sí.

Anónimo dijo...

Alberto Q.
www.lacoctelera.com/traslaspuertas

jajaja, vaya una mujer especial.

Lo del campo me ha hecho bastante gracia. Hombre yo prefiero la playa, pero el campo a veces también viene muy bien para respirar aire puro.

Saludos!!!

Möbius el Crononauta dijo...

Tendréis que mear agachadas, pero luego sólo tenéis que sentaros y esperar...

¡Saludos!

Benjuí dijo...

Perdón, pero lo de mear agachadas creo que es una cosa moderna, má o menos desde que llevamos bragas.
Cuando era niña veía cómo algunas viejas, en el campo, se ponían detrás de un árbol, abrían las piernas y tal cual.
De paso: algunos hombres, inducidos por sus parejas, han aprendido a mear sentaditos y parece que les resulta cómodo.

Anónimo dijo...

Deliciosa. Yo ya no puedo vivir sin ella.

Noemí Pastor dijo...

Ya sabía yo que lo del mear iba a crear polémica. Al fin y al cabo, éste es un blog de cierta altura intelectual.
Bueno, yo a Kinsey la encuentro simpatiquísima, aparte de lista como un demonio. No sé, si fuera de carne y hueso, querría tenerla como amiga. Me gusta también su individualismo feroz y que ha aprendido a vivir sola, algo que muy pocos humanos saben hacer.
Y vamos a lo de mear. Sabemos que podemos hacerlo no sólo agachadas y yo también recuerdo haber visto a aldeanas mear sin agacharse y sin bragas. Pero eso requiere abrir bastante las piernas, si no quiere una morir a salpicaduras.

Santy Trombone dijo...

Kinsey y la religión, es la que más me gusta ... Por cierto esta novela que tan buena pinta tiene, esta editada en castellano?

Noemí Pastor dijo...

Sí, Calamarin, tienes en español todas las novelas del Alfabeto del Crimen, de la A a la S, y dentro de poco saldrá la T. Y éstas sí que están en la FNAC. ¡A disfrutaaaaar!