Cuesta oír hablar de otra cosa en terrazas, bares y restaurantes. Y es que el día de ayer fue duro: a las ocho menos cuarto de la mañana, para empezar bien el cambio de hora, ¡toma pepinazo de 3,9 en Frontera! Yo me alojo en La Caleta, fuera de la zona de actividad sísmica, así que no noté nada.
El segundo seísmo gordo del día, de la misma intensidad, fue a las 13:05. Ese ya me pilló más cerca: iba yo entonces a comer al restaurante del Mirador de la Peña y allí me contaron que les hicieron chinchín las botellas ellas solitas en las estanterías. Yo, para variar, tampoco noté nada.
Vista de Frontera desde el Mirador de la Peña
Después de comer me bajé a La Restinga. Ya sabéis: el pueblo que evacuaron y desevacuaron hace unos días. La Restinga siempre ha sido lo más animado (y lo más feo; lo siento, todo hay que decirlo) de la isla, gracias a los clubs de submarinismo y a los restaurantes de pescadito. Pues bien, la erupción submarina ha acabado con ambos negocios y está el pueblo más triste que nunca.
El puerto de La Restinga vacío de embarcaciones
Me tomé una tónica en una terraza del paseo marítimo. La gente difundía rumores de (otra) evacuación, aunque la única señal visible eran un par de autobuses del ejército aparcados en una esquinita del barrio, y permanecía atenta al más mínimo cambio de color en la dichosa mancha y en toda la superficie del agua: "Está más verde". "Pues esta mañana se veía más marrón".
Un camarero, cabreadísimo, echaba pestes contra "esta gente de Tenerife que viene aquí con sus cámaras a arriesgarse". Como no soy de Tenerife, no me dí por aludida.
Luego me paseé un rato por el pueblo, como digo, más triste y vacío que nunca; tanto que, a ratos, como no veía un alma, me preguntaba: "¿Habrán evacuado y habrán avisado a todos menos a mí?"
Seguiremos informando.
16 comentarios:
Me gusta tu faceta de reportera intrépida, aunque no seas de Tenerife :-)
Vd. es ya y definitivamente "nuestra mujer en El Hierro", que lo sepa.
Acababa de leer tu crónica primera y hacer mi chiste del día cuando oí en la tele que habíais sufrido un temblor mas gordo de lo habitual.
Menos mal que has dado pronto señales de vida.
Qué curioso que decidiera que esos cuya actitud le molestaba eran de Tenerife. Nada mas español que odiar a los del pueblo de al lado. Sobre todo si el pueblo es mas grande.
Cuídate
¡Chiquilla te voy leyendo aunque no haya comentado y me dejas atónita!
Sigo tus crónicas y mientras tanto, cuídate y disfruta lo que puedas.
Besicos muchos.
Muy interesantes tus reportajes Noe. Cuidaros mucho y que no se mueva mucho el chiringuito ;-)
Buen reportaje!!!!!
Esperando ansiosa tu siguiente crónica!!!
un beso!
Como cronista no tienes precio, aunque no notes nada. ;)
A mí también me gustan mucho tus crónicas, compa Noe, pero mucho me temo que si te reiteras en esa línea de no crear alarma, no contar catástrofes y no darle a la hipérbole más chusquera y criminal, no vas a conseguir nunca ese contrato soñado del Guachintonpós ni nada que se le parezca. En fin, tú misma…
Un fuerte abrazo y feliz estancia.
Hola, M. LUZ. Gracias. Comentarios como el tuyo me animan a seguir croniqueando.
Pues me encanta el título, KAPLAN. ¿Es remunerado?
UNO, siguen los temblores gordos y no hay daños ni humanos ni materiales. Económicos, sí.
No sé de dónde dedujo aquel buen hombre que uo era de Tenerife. Será por mi acento sureño; ya te digo.
CASA, te obedezco. Disfruto y me cuido. Besos.
Gracias, JOSU. Seguiré contando cosas, pero me temo que no va a ser un relato muy espectacular.
Gracias, BARGA. Espero seguir entreteniendo.
PEKE, ya me gustaría contar cosas más teatrales, pero es lo que hay.
Pues, sí, MANUEl. ¡Con lo que me gustaría a mí trabajar en Tele 5!
A ver, voy a ensayar: estremecedor, espeluznante, terrrrible...
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