Todos los días, cuando salgo de casa, me encuentro una placa junto a un portal que dice eso. El viernes pasado, en el periódico leí una noticia breve que hablaba de una señora que era "médico". Y el mismo sábado vi en la tele un trocito de esa tontorrona versión de "Sabrina" que hizo Sydney Pollack en 1995, en la que David Larrabee se prometía con una "médico" pediatra.
Ya entonces tenía yo entre manos un libro delicioso: "Experiencias de un traductor", de Valentín García Yebra (Gredos, 2006). Valentín García Yebra es, junto con Julio César Santoyo, uno de nuestros más prestigiosos traductores y traductólogos y es, además, miembro de la Real Academia de la Lengua Española.
En ese mismo libro nos recuerda García Yebra que "abogada" y "médica" están en el Diccionario de la Academia (el DRAE) desde 1970. O sea, casi cuarenta años con bendiciones y todavía no han entrado en el habla con normalidad. Para que digan, como se oye a menudo, que la Academia está llena de carcas. Pues mira tú por dónde en esto se ha adelantado a los hablantes.
Además, nos sigue recordando García Yebra que mucho antes de 1970 ya estaban "médica" y "abogada" en la lengua española, referidas en ambos casos a la Virgen María: "abogada" en la Salve ("Señora abogada nuestra") y "médica" en un clásico, el Padre Nieremberg, que llamaba a la Virgen "médica celestial".
Dice el maestro de traductores que "suelen ser las mujeres más proclives a masculinizar los títulos que les corresponden" y no diré yo lo contrario, pues he conocido a arquitectas que decían "Arquitecta suena fatal. Yo soy arquitecto", a pesar de que "arquitecta" e "ingeniera" también están en el DRAE desde 1984.
Según García Yebra, el uso de profesiones en masculino referidas a mujeres es un galicismo que, por supuesto, debe evitarse. En francés hay muchísimos sustantivos que significan oficio o profesión y no distinguen entre masculino y femenino (sécrétaire, journaliste) y otros que sólo tienen forma masculina y se usan tanto para hombres como para mujeres (professeur, écrivain).
Yo soy más pesimista y peor pensada y opino que el galicismo no tiene nada que ver con esto; que las mujeres dicen que son "abogado" o "médico" porque creen que ser abogado o médico es mejor, tiene más prestigio, que ser médica o abogada.
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lunes, 25 de junio de 2007
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14 comentarios:
Totalmente de acuerdo con lo que expones, pero cambiarle el chip a la gente es algo dificil en una sociedad como la Española en la cual todavía y tiene cojones el asunto, condiciona el sexo de una persona para realizar algunos trabajos en cuestion.
Estamos de acuerdo. Ahora bien, tal vez podemos cambiar la norma para tender a las profesiones unisex. Por ejemplo, no me gusta feminizar las profesiones que acaban en "e": gerente, jefe, cliente, ... Y las que acaban en "a" ya son unisex: dentista, pediatra, terapeuta... ¿Se puede dar el salto también a otras?
En todo caso, no seamos tan rancios como Lázaro Carreter (a quien admiro) que señala que se debe decir "polígloto".
Casualidades de la vida, de eso mismo hemos hablado hace un rato unos amigos y yo, y agradezco la información de que los femeninos ya están aceptados por la DRAE. A mí lo de "la + masculino", no me mola demasiado. Y completamente de acuerdo con Alorza (aunque existe "jefa", ¿no?).
A mi me pasa algo parecido a lo que le pasa a Alorza pero con las profesiones que terminan en "al", por ejemplo: "la fiscala". No se, escucho "la abogada" y me suena perfecto pero, "la fiscala" me suena horrible (y la palabra existe en el DRAE) como de menosprecio a la mujer que ocupa el cargo.
Curiosamente me he cruzado con algunas profesionales mujeres que se oponen a utilizar el femenino al designar sus profesiones.
Supongo que sólo es cuestión de tiempo que se normalice, debemos contribuir a ello todos poco a poco. Hay términos como "jueza" que están más aceptados que otros.
Por cierto, tienes una invitación en mi blog (el juego de los 8), siento el atrevimiento, ya disculparás.
Las mujeres que luchamos por una igualdad REAL no impuesta a golpe de BOE, muchas veces nos topamos con la estupidez en nuestras propias filas. Algo que, por cierto, me saca de quicio.
De todas formas con ese extraño apellido, igual Isabel tiene más oscuras historias que contar.
Poco a poco, Alberto. Cuando Margaret Thatcher gobernaba en su país, los medios españoles la llamaban "la primer ministro". Ahora "ministra" nos suena normal.
Alorza, pues ya tenemos "dependienta" y "modisto" sin vuelta atrás. "Polígloto" y "autodidacto" son perfectamente correctos. Ahí sí que hay un galicismo tremendo, pero me ahorro la explicación, porque es un poco tocho.
Mak, Eulalia Ramón, insigne lingüista, dice que cada vez que usamos un la + masculino, estamos subrayando la excepcionalidad de una mujer en una profesión de hombres. Y yo no acepto que haya profesiones de hombres y profesiones de mujeres.
David, nos suenan mal porque a veces se han usado esos femeninos en sentido peyorativo: "la generala", por ejemplo, se decía de una mujer que gustaba de la compañía de militares.
39escalones, pues "jueza" precisamente no acaba de calar. Muchos medios y empleados de Justicia dicen "la juez". A mí me suena mejor "la jueza".
Magda, en la estupidez sí que estamos a la par con los hombres. Elexpe es un apellido vasco bastante común y la tal Isabel no existe, me la he inventado. La "abogado" que tiene un despacho cerca de mi casa se llama en realidad... Bueno, mejor no lo digo. Un beso.
Creo que tengo claro lo que es correcto desde el punto de vista de las gramáticas, pero toda norma se puede modificar. El caso es que no sé que sería preferible, si conseguir que cada profesión tenga doble forma masculina/femenina o tender hacia formas neutras. He ahí el debate.
Recuerdo con simpatía a un gerente de la sanidad pública andaluza que hizo imprimir tarjetas de vista para su uso en enfermería. En todas puso "enfermera", independientemente del sexo de cada cual. Y lo hizo conscientemente. Sin embargo, no sé si esa idea bienintencionada tendrá efectos adversos.
¡Qué lío!
No hay nada que debatir, no sirve de nada planificar la evolución del habla, porque a saber por dónde tirará. Lo más sensato es esperar a ver cómo evoluciona, reflexionar sobre los cambios y sacar provecho de las opciones de la lengua.
Yo opino lo mismo que tú. Y, por cierto, elegí una médica hace poco.
¡Qué morro! Yo también me apunto a eso: esperemos a ver cómo el pueblo crea norma. Pero pensaba que la intención de este post era tratar de influir en algún sentido.
Francisco, sé que puedo crearme enemigos por decir esto, pero yo tengo médica de cabecera, ginecóloga y dentista, todas chicas y buscadas a propósito.
Alorza, tienes razón, la intención es hacer ver que en nuestras elecciones de habla no sólo influye la gramática, sino también el sexismo y, en esto de las profesiones, el clasismo, pues cuesta más feminizar las profesiones prestigiosas: "dependienta" y "asistenta" han calado en el habla como si nada; más le costará a "gerenta".
¿Y qué tiene de malo elegir?
En esto del género de las profesiones, aunque admito toda opinion, personalmente me dejo llevar por la eufonía.
La eufonía es importante, pero el respeto a las personas lo es más. Y lo que en un momento suena mal, porque causa extrañeza, puede acabar sonando natural por la fuerza de la repetición. Para bien y para mal.
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