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lunes, 29 de junio de 2020

En estos últimos tiempos

El pasado 9 de mayo publiqué aquí mi última entrada, para daros noticia de un articulito mío en Zinéfilaz.

Pues bien. Desde entonces hasta hoy he publicado lo siguiente.

El 19 de mayo, en Doce Miradas, "Libertad, igualdad, sororidad".

El 12 de junio, en Zinéfilaz,un artículo sobre la serie "Hunters", que me tragué igualmente durante el confinamiento.

Y el 16 de junio, en Calibre .38, un post sobre "Un territorio oscuro", novela de Val McDermid.

Ahí tenéis lectura para un ratito. Disfrutad. Hasta pronto.

viernes, 1 de mayo de 2020

Bosch

Soy vulgar.
Como la mayoría de la población, paso el confinamiento teletrabajando, leyendo y viendo cine y series. 
Entre otras, me he tragado las seis temporadas seis de "Bosch", la serie basada en las novelas de Michael Connelly protagonizadas por el detective Hieronymus “Harry” Bosch. 
Seis temporadas, a diez capítulos cada una, suman unas cuantas horas de vuelo televisivo que me han dado para escribir un articulito en Calibre .38
Allá os veo. 

viernes, 1 de febrero de 2019

Heridas abiertas (Sharp Objects)

Aunque en Navidad no tuve vacaciones, sí me dio tiempito a ver esta miniserie de HBO.

Lo hice animada por el buen sabor de boca que me dejó "Big Little Lies", del mismo director, y por el contenido negrocriminal que prometía, ya que está basada en la novela homónima de Gillian Flynn, autora que, dicho sea de paso, no es santa de mi altarcito.

Sea como sea, la serie me ha dado para un articulito en Zinéfilaz. Irse para allá a leerlo, hala, venga.

viernes, 17 de marzo de 2017

Tallulah aleluya

Tallulah Bankhead, actriz y celebrity, nació en 1902 en Alabama y murió en 1968, a los 66 años y todavía en activo, en Nueva York. Trabajó en cine (con Cukor y Hitchcock, entre otros), en radio y televisión, pero donde verdaderamente brilló y disfrutó fue en el teatro.


Escandalosa, coleccionista de amantes y bisexual, fue pionera multimediática, celebrity televisiva, princesa del pueblo e icono gay.

Le he dedicado un articulito en Zinéfilaz. Allá nos vemos.

viernes, 8 de julio de 2016

"The Americans" en Zinéfilaz


Vuelvo a la tele en Zinéfilaz y empiezo confesando que nunca me gustaron las pelis ni las series de espías. ¿Por qué? Porque no las entendía. Siempre me hacía un lío con el contraespionaje. Nunca me quedaba claro de qué lado estaban unos y otros, si estaban con dios o con el demonio, y eso era algo que mi cabeza cuadrada no podía concebir. 
Así y todo, me animé con The Americans. Y no me arrepiento. Vi el episodio piloto (magnífico, deslumbrante; echaron el resto, sin duda) y supe que quería seguir viendo.

Hablo de The Americans en Zinéfilaz. Allí nos vemos.

viernes, 4 de marzo de 2016

Borgen

¿Ya te gustaban las series cuando no era cool que te gustaran las series?

¿Disfrutabas con UrgenciasSexo en Nueva York o Friends, aunque no lo habrías confesado en público ni bajo torturas? ¿La ficción televisiva ha formado parte desde siempre de tu colección de placeres culpables?

Pues me juego el cuello a que te va a gustar Borgen, porque es una serie como las de antes, de corte clásico, con unos poquitos escenarios (política, medios y hogar), que acaban haciéndose familiares, y situaciones repetitivas (desayunos en la cocina, ruedas de prensa, reuniones de gabinete…), historias claras, que no simplonas, sin vueltas de tuerca en el guión, sin filigranas narrativas, sin personajes extremos, con conspiraciones creíbles y  tramas de asuntos cotidianos (falta de tiempo, divorcio, conciliación familiar, las mujeres en los círculos del poder, la lealtad, el amor maduro…) y políticos (cuotas femeninas en empresas, intervenciones militares, reformas sanitarias, ecotasas…).

Sigue leyendo en Zinéfilaz.

viernes, 18 de septiembre de 2015

Joyas robadas en Zinéfilaz

El verano es bueno para el cine. Siempre lo ha sido. Diría incluso que antaño lo era más; al menos en mi vida, pues recuerdo cierta época en la que, para escándalo y preocupación de familia y amistades, no asistía a ningún evento veraniego, me pasaba las tardes en las salas viendo pelis de reestreno y hacía descubrimientos tan eclécticos como maravillosos.

Así me vi las primeras pelis de un jovencísimo Massimo Troisi (cuánto disfruté la comedia Ricomincio da tre), casi todo lo de Arthur Penn, Alan J. Pakula, Sam Peckinpah... Qué gozada, amigas.
Esos milagros ya no suceden en verano; al menos en mi entorno. Ya no quedan cines que en julio y agosto, a falta de estrenos, programen clásicos ni retrospectivas. Pero, gracias a los dioses, existe la televisión y existe, entre otros deliciosos canales cinematográficos, el canal Sundance, de donde he extraído este verano varias joyas robadas.

¿Por qué digo joyas robadas? ¿Por qué le he puesto ese título al artículo? Pues porque me he acordado de un hermoso disco, de la italiana Alice, que se titula así, Gioielli rubati, en el que interpreta piezas hermosas como joyas que dice haber robado a su compositor, Franco Battiato.

Así pues, yo también este verano he recuperado tres joyas que habían sido robadas a mi conocimiento, porque no sabía que existían, y que he extraído de las profundas simas de mi ignorancia gracias a la televisión.

De estas tres joyas cine-televisivas os hablo en Zinéfilaz. Allá nos vemos. Ciao.

viernes, 17 de abril de 2015

Daños y perjuicios (Damages) en Zinéfilaz

Glenn Close es Patty Hewes en "Daños y perjuicios" ("Damages")
 (todofondosdeseries.com)

En Zinéfilaz tienen mucha paciencia conmigo. Se supone que es un blog de cine y yo no hago más que publicar cosas sobre series de televisión. Esta vez le toca a “Daños y perjuicios” (en versión original "Damages") y aprovecho para repasar otras series de las que he escrito y de las que no: “Urgencias”, "House",  "House of Cards", "The Good Wife" o “The Newsroom”.

"Daños y perjuicios" me gusta bastante y por eso le he dedicado una entrada larguita en Zinéfilaz. Vayan a ustedes a leerla y luego me cuentan, por fa, qué opinan de la entrada y de la serie, claro, pues sospecho que no a todo el mundo le gusta como a mí.

Saludos primaverales.

viernes, 24 de octubre de 2014

The Newsroom en Zinéfilaz


Buscando documentación para este articulito he encontrado en un blog de El País un post cuyo título preguntaba "¿Ha sido The Newsroom una serie fallida?". Mi respuesta es sí y los acontecimientos lo han confirmado, pues lo que se lanzó como una apuesta potentísima y llamada a perdurar, solo alcanzó a vivir dos temporadas y media.

¿Por qué semejante fracaso? Pasaos por Zinéfilaz y os lo explico. Allí os veo. Chao.

domingo, 14 de septiembre de 2014

Lo imposible

No voy a hablar de la peli de Bayona, entre otras cosas porque no la he visto, sino que voy a seguir dando vueltas al asunto del post anterior, sobre lo imposible que sucede.

Le voy a dar otra vuelta porque de lo mismo trata una de las peripecias que magistralmente componen El héroe discreto, la más reciente novela de Mario Vargas Llosa.

Sucede en El héroe discreto, entre muchas otras cosas que merecen la pena, que Fonchito, adolescente espabilado y de buenísima estirpe limeña, al que conocemos de libros anteriores de Vargas Llosa, como Elogio de la madrastra y Los cuadernos de don Rigoberto, cuenta a sus padres que a menudo se topa (en una heladería, en un parque, en el autobús...) con un señor mayor llamado Edilberto Torres, quien parece conocer muy bien al mismo Fonchito, a su familia y a todo su entorno. A Fonchito las visitas de don Edilberto lo asaltan, lo desequilibran; no le sientan bien.

La cosa es que a don Edilberto solo lo ve Fonchito y nadie más. Nadie lo conoce, a nadie le consta. Doña Lucrecia y don Rigoberto, los atribulados padres, acuden a psiquiatras, a teólogos, a punto están de acudir a exorcistas; y no sacan nada en claro. Nadie es capaz de afirmar que don Edilberto sea un vulgar pedófilo (no puede ser: su actitud respetuosísima no encaja), que sea un iluminado de una secta que lo quiera captar (descartado: no ha hecho ninguna maniobra en ese sentido), que sea un ente diabólico (no digas bobadas: el diablo no existe), que Fonchito sufra alucinaciones (imposible: lo han examinado psiquiatras y no son de esa opinión), que todo sea mera invención suya, pues disfruta atormentando a sus padres
(pero cómo va a hacer eso un muchacho tan correcto y afectuoso). Hacia el final de la novela, alguien se aproxima a lo que realmente acontece con don Edilberto y Fonchito. Pero no lo voy a contar aquí, claro.

A eso se refiere Carrère en El Reino cuando habla de lo imposible que, así, sin más, sucede, de lo que no puede ser y, sin embargo, es. Y lo ilustra muy bien con el high concept de la serie de televisión Les Revenants, en cuyos comienzos participó como guionista.

Os iba a traducir lo que dice Carrère sobre la serie en el prólogo a El Reino, pero de repente se me ha hecho doloroso, muy duro. Así que mejor lo dejo para otro día en que me encuentre más animosa.

Sí os dejo, a cambio, los enlaces a otros posts sobre Carrère en Boquitas Pintadas. Hasta pronto.

El bigote
Una semana en la nieve
El Adversario
Una novela rusa
Sobre De vidas ajenas
Sobre Limonov

viernes, 5 de septiembre de 2014

House of Cards

Es septiembre. Por si no os habíais percatado lo digo.
Tras el habitual parón bloguero de agosto, vuelve Zinéfilaz y concretamente vuelvo yo. ¿Con cine? Pues no: con tele. Con House of Cards, serie responsable de buena parte de mis trastornos estomacales de este verano, dicho sea en el buen sentido de la expresión.
En fin, lo de siempre: que vayás a Zinéfilaz a leerlo. Hasta pronto.

viernes, 20 de junio de 2014

Un poco de tele en Zinéfilaz



A mí siempre me ha gustado mucho la tele, pero pocas veces me he enganchado a una serie como me he enganchado a The Good Wife (TGW).

Por eso le he dedicado un articulito en Zinéfilaz, un blog en el que cabe (casi) todo y que promete novedades. Ya os contaré.

De momento, id a leer mi artículo, a ver qué os parece. Saludos.

sábado, 27 de julio de 2013

No has dado ni una, Craig Johnson

La lengua vasca, el euskera, tiene cuatro dialectos distintos y muchísimos modos verbales, incluyendo el subjuntivo, dos potenciales, un condicional y un consecutivo.

Craig Johnson:
Death without company, 2006
Una muerte solitaria
El segundo caso del sheriff Walt Longmire
Siruela/ Policiaca 2012
Traducción de María Porras Sánchez

Vamos a ver, Craig Johnson, hijo de mi vida, ¿qué pasa? ¿No hay Wikipedia en Wyoming?
¿Pero dónde te has documentado? ¿En el episodio de MacGyver y los vascos?



[Mila esker, Inma Taboada.]


Otra entrada sobre Una muerte solitaria en Boquitas Pintadas:
La desconsideración de morir en invierno en Wyoming

miércoles, 14 de noviembre de 2012

Los paraísos

No creo en Dios más que en la bonoloto.
Régis Jauffret

Los paraísos son personales e intransferibles, como el carné de identidad.

Hay quien sueña con la vida eterna, con la paz del mundo, con acabar con la pobreza y las guerras. Hay quien sueña con unas vacaciones largas en el Caribe, o con un coche grande. Con pegar un pelotazo en la Bolsa. Con una casa con piscina. Con tirarse desde un puente con una cuerda atada al tobillo.

Yo, por ejemplo, sueño con una vida plácida en una isla remota.

Luciano Ciotola soñaba con entrar en Gran Hermano: huríes, ambrosía, divanes, entrada triunfal en Roma en loor de multitudes y todos tus deseos satisfechos.

¿Por qué va a ser su paraíso peor que el mío?


Reality (Italia, Francia, 2012). Dirección: Matteo Garrone. Interpretación: Aniello Arena, Loredana Simioli, Nando Paone, Raffaele Ferrante, Nello Iorio, Nunzia Schiano, Claudia Gerini, Rosaria D’Urso. Guion: Matteo Garrone, Maurizio Braucci, Ugo Chiti y Massimo Gaudioso. Producción: Matteo Garrone y Domenico Procacci. Música: Alexandre Desplat. Fotografía: Marco Onorato. Montaje: Marco Spoletini. Diseño de producción: Paolo Bonfini. Vestuario: Maurizio Millenotti. 
(www.labutaca.net)

miércoles, 27 de abril de 2011

Kate Moss Machine

"Es justamente una figura hueca lo que la leyenda necesita para dar forma y vida a nuevos personajes continuamente."

 
 
Foto: Retrato de Kate Moss por Lucian Freud.
 

"Kate Moss es completamente ordinaria. Es lo que la hace extraordinaria."

"La biografía no ayuda en absoluto a comprender a una persona que se ha convertido en fenómeno social, puesto que ella misma es una construcción social."

 
Foto: Marc Quinn y su estatua "Sirena", con Kate Moss de modelo.
 
"Moss vive una intimidad sobreexpuesta, como si fuera su testigo y su voyeur. Un dispositivo ampliamente utilizado por los reality shows, una experiencia a la vez improvisada y escenificada, medio interpretada y medio vivida, que empuja a hacer un uso estratégico de uno mismo bajo la mirada de los demás."

Christian Salmon: Kate Moss Machine
Península, 2010
Traducción de Inés Bértolo


lunes, 20 de diciembre de 2010

Balada descosida de trompeta

Balada triste de trompeta. Dirección y guión: Álex de la Iglesia. Interpretación: Carlos Areces (Javier), Carolina Bang (Natalia), Antonio de la Torre (Sergio), Manuel Tallafé (Ramiro), Fernando Guillén Cuervo (capitán miliciano), Enrique Villén (Andrés), Santiago Segura (padre del payaso triste), Sancho Gracia (coronel Salcedo), Juan Luis Galiardo (Ring Master), Manuel Tejada (jefe de pista), Gracia Olayo (Sonsoles). Producción: Gerado Herrero y Mariela Besuievsky. Música: Roque Baños. Fotografía: Kiko de la Rica. Montaje: Alejandro Lázaro. Diseño de producción: Eduardo Hidalgo. Vestuario: Paco Delgado.


Explicaré la película en seis puntos:

1.- Los títulos de crédito. Con los iniciales ya me tenía atrapada Álex de la Iglesia. Bueno, es que a mí se me atrapa fácil: me mezclas unas secuencias de "Los payasos de la tele" con fotos de presos etarras y ya me tienes rendida. Extravagancias aparte, los títulos son un perfecto resumen de mi vida político-televisiva anterior a los quince años.
Y en los títulos finales sale "La casa del reloj". No hace falta decir más.

2.- El homenaje a Spielberg. Nada más empezar la peli, el enfrentamiento cuerpo a cuerpo entre tropas republicanas y nacionales nos trae sin remedio a la cabeza el desembarco de Normandía de "Salvar al soldado Ryan", con combatiente desmembrado y todo, para que no falte ná.

3.- El homenaje a la tele. Aparte del de los títulos de crédito, el televisor está encendido en muchas escenas de Balada triste y lo que narra corre paralelo a lo que narra el propio film, cuando no acelera la acción. Además, qué montones de actores ha sacado De la Iglesia de la tele. Empezando por Luis Varela, que ya brilló en Crimen ferpecto, y siguiendo con el gran Fofito, Juana Cordero y otros sacados de Vaya semanita o El comisario.

4.- El payaso tonto. Y, además de tonto, violento, chularras, tiránico, desequilibrado y un perfecto cabrón. Lo más terrorífico que he visto últimamente en el cine. Vedlo en la foto y dadme la razón. Es la mejor interpretación de la peli, con diferencia, a cargo de Antonio de la Torre, que tiene también las mejores líneas de diálogo.

5.- El guion sin tilde y descosido. A partir de cierto punto, el guion se descose, se dispersa, se desperdiga y se desparrama, lo cual es una pena, porque un poquito de contención habría mejorado la historia, que ya tiene suficiente delirio. Mira, en El día de la bestia esa contención, ese encauzamiento del que hablo, se consigue.

6.- El homenaje a sí mismo. Acabar en las alturas, como en El día de la bestia y La comunidad, es un homenaje que se hace De la Iglesia a sí mismo, porque él lo vale, y a mí me parece bien. También he creído ver que el tutú ensangrentado de Carolina Bang homenajeaba al vestido de novia hecho jirones de Frédérique Feder en Acción mutante.

miércoles, 22 de septiembre de 2010

Cosas que tengo en común con Wolfe

Lee, si te apetece, lo que escribí sobre Oigo girar los motores de la muerte. Y también de quién me ha hecho acordarme Wolfe.

1) Los megacentros comerciales ("macroinfiernos del consumo" los llama Wolfe) nos producen malestar físico.

Me pierdo últimamente por centros comerciales. Ya no son simples hipermercados, sino conglomerados de hipermercados y franquicias. Es espantoso, lo sé. Y me pongo literalmente enfermo. Yo creo que hasta me dan bajones de tensión.

A mí me sucede algo parecido. Me producen mareos, me nublan la vista, por no hablar del disgusto estético. No sé si tendrá algo que ver con la agorafobia.


3) El gusto por la lengua

Como lingüista vocacional que soy, me he divertido mucho con sus reflexiones sobre el lenguaje y la escritura, la música del idioma, los diálogos cacofónicos que tenemos que sufrir y las descripciones inútiles e insignificantes. Wolfe también es traductor y sabe que, al traducir, hay que entrar sin remedio y sin piedad hasta la entraña de las lenguas, despedazarlas, romperlas para volverlas a armar. Pero también cuando las haces trocitos, los fragmentitos brillan como piedras preciosas, deslumbran, encandilan, golpean con una fuerza descomunal, enamoran.

4) La tele

Como teleadicta confesa, me han interesado sus reflexiones sobre la tele, porque son originales, desprejuiciadas, sin pose. Reconoce que, con el cine y la música, la televisión es una de sus grandes influencias extraliterarias y afirma que, si Shakespeare se mantuviera hoy día en activo, escribiría guiones de culebrón. Y lo dice admirativamente, no para chinchar.
Sobre la tele se acatan demasiados lugares comunes y el sentido crítico no funciona. Reina una especie de pudor, de impostura, de tontería al fin y al cabo, que hace que no veamos lo que quizás deberíamos ver. Como esto que he escrito suena difuso porque lo es, amenazo con elaborar algo legible. Quedan ustedes sobre aviso.

4) La novela negra

A los diecisiete años no se me hubiera ocurrido dejarme ver con una muestra de eso que llaman novela "policíaca", "negra" o "de misterio" entre las manos. El género no me merecía el más mínimo respeto, y bastaba que alguien me hiciera algún comentario elogioso sobre él para que desestimara las palabras de mi interlocutor, y a mi interlocutor mismo, con un gesto de indiferencia o de desprecio. Ahora, a mis treinta y cinco años, me ocurre justamente lo contrario: nueve de cada diez novelas que leo son de género negro. Si en un hipotético futuro algún historiador de la literatura vuelve la mirada sobre el malhadado siglo veinte, en busca de su más profunda esencia, no será en las áridas disquisiciones de sus más ilustres hijos donde encuentre las respuestas a su encuesta, sino en la tropa de desheredados que habitaron en silencio sus turbias zonas de sombra: Hammett, Chandler, Cain, Thompson, Goodis...; los auténticos clásicos de nuestra época.

A los dos nos gusta este género, esta especie de poesía urbana que se ha criado "fuera de los recintos sagrados y enmohecidos de la Gran Literatura". De la "presunta" Gran Literatura, diría yo.
Wolfe cuenta más cosas bonitas sobre la novela negra en este artículo que publicó en Ajoblanco.

Discrepo con Wolfe en muchas cosas, pero me ha dado por ser simpática y me lo voy a callar. De momento.



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lunes, 13 de septiembre de 2010

Roger Wolfe: "Oigo girar los motores de la muerte"

Roger Wolfe es un tipo muy citado. Precisamente de eso lo conocía yo, de que otros intercalaban en sus escritos citas suyas, casi todas brillantes; de manera que, en cuanto vi Oigo girar los motores de la muerte (el título se me resiste; me sale "Oigo sonar los tambores de la muerte") en una librería, me lo compré y lo he ido leyendo muy a gusto en el transporte público.

Wolfe es conocido más que nada por su poesía; según la Wikipedia, tiene publicados trece libros de poemas, pero también seis obras narrativas y tres ensayos. Bueno, él los llama ensayo-ficción, género híbrido y apasionante donde los haya:

"El ensayo-fición es un saco en el que puedes meterlo todo. Una forma de reunir retales, que con frecuencia son lo más jugoso de una obra."
Entre otras razones, porque tiene la capacidad de difuminar los bordes de la realidad:

"Hoy en día ya no se sabe lo que es realidad y lo que es ficción. Se vive como más real lo que se ve en televisión que lo que pasa en la propia vida. (...) La realidad es lo que ves en la tele, y tu vida es sueño; o peor, una pesadilla."
A este género del ensayo-ficción pertenece Oigo girar los motores de la muerte.

Wolfe colaboró con Diego Vasallo en el disco-ibro La máquina del mundo. Vasallo puso la música, Wolfe los textos y ambos la voz. Os pongo un enlace a Youtube para que veáis algunas piezas y ya otro día os cuento más cositas de este libro.


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viernes, 10 de septiembre de 2010

Jugar a ganar

Sara Paretsky: Hardball, 2009

Jugar a ganar, 2010,  Ediciones B

Siento tener que decir que me ha costado mucho teminar esta novela. Sólo llegó a engancharme hacia el final, en los últimos capítulos. Hasta entonces, los acontecimientos se ralentizaban, los personajes se me mezclaban y la trama no adquiría consistencia de ninguna manera.
 
Me sorprendían, además, ciertos toques chuscos de la traducción, como llamar "emparedados" a lo que hoy todos llamamos bocadillos o sándwiches. Qué gracia, "emparedado"; no lo oía desde que dejé de ver los dibujos animados de Popeye, con aquel doblaje puertorriqueño, vete tú a saber si panhispánico como los de Disney. Otra expresión que se repite es "pedir por alguien", queriendo decir "preguntar por alguien". "Pedir por" no va con mi dialecto, pero no me atrevo a decir que sea incorrecto.

Bueno, por lo menos he aprendido que San Miguel (supongo que el arcángel, no la cerveza) es el patrón de policías y detectives privados y uno de los nexos de unión entre las detectives y las monjas. Sí, señoras y señores, las monjas. La detective Warshawsky comienza a colaborar con ellas por casualidad y, al principio, la desconfianza es mutua, pero poco a poco se van descubriendo almas gemelas: detectives y monjas son mujeres sin pareja, dedicadas enteramente a su trabajo y con un idealismo un pelín trasnochado pero loable. Y es que las monjas (las de esta novela, claro) están en todo: trabajan con inmigrantes pobres, refugiados y condenados a muerte, participan en el movimiento contra la tortura y por el alojamiento asequible. Todo esto las convierte en sospechosas y objeto de vigilancia y escuchas dpor parte de la Seguridad Nacional norteamericana, que gasta métodos, según  Paretsky, a la altura de los de Irán, Nicaragua o Liberia.

¡Ah! Y también me he enterado de la edad de V.I. Warshawsky. Nació en 1957; no es, pues, ninguna criatura, pero tampoco les queda lejos a otros insignes investigadores de ficción. Y se conserva estupenda.

Acabo, pues, con un párrafo selecto de la novela, que me ha hecho pensar. Warshawsky anda buscando ayudante y dice:
"Cada vez encuentro más y más candidatos a puestos de trabajo a quienes no les importa mentir. Quizá los políticos y la televisión han difuminado de tal manera las fronteras entre el entretenimiento y la verdad, que la gente piensa que nadie sabe, ni le importa, la diferencia entre una historia ingeniosa y la experiencia real."
A una teleadicta politiquera como yo estas cosas la perturban.


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martes, 6 de abril de 2010

Castle

Siendo una como es aficionadilla a la novela criminal y adicta a la tele, por narices tenía que echar un ojo a la serie Castle, ya que el prota es un novelista que acompaña en sus investigaciones a una inspectora de policía en busca de inspiración literaria.

Desde el título se ve que Castle es hijo de House. O, al menos, pretende serlo, porque, aunque el escritor este es también un puñetero tocapelotas, no alcanza ni la suela de carbono de las zapatillas del cojo cabrón.

Como podréis suponer, entre el prota y la inspectora Becket se establece una tirantez sexual que tiene su gracia, como también la tiene que el machito de Richard Castle viva rodeado de hembras poderosas: además de la inspectora, están su ex esposa y las dos mujeres con las que convive, que son su hija adolescente (como Shark, otro descendiente de House) y su madre, una ex actriz de Broadway y hoy anciana sexualmente activa, interpretada por Susan Sullivan, que era Maggie Gioberti en Falcon Crest.

En la serie, Castle escribe una novela titulada Heat Wave, que fue publicada de verdad en septiembre del año pasado por la cadena ABC con Richard Castle como autor y llegó hasta el puesto 6 de los libros más vendidos en la lista del New York Times. Visto el éxito, prevén editar una secuela, Naked Heat, para otoño de este año.

En el primer capítulo de la primera temporada, según informa Javier,  Castle juega al póquer con Stephen J. Cannell y James Patterson, in person y as themselves. En AXN España ya han empezado a emitir la segunda temporada de Castle, en el primer episodio se resucita la partida de póquer y esta vez participa el mismísimo Michael Connelly, también as himself.


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