Mostrando entradas con la etiqueta igualdad. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta igualdad. Mostrar todas las entradas

domingo, 14 de enero de 2018

Entre tanto

De septiembre de 2017 a acá he publicado muy muy poco en este mi humilde blogsito. Pero sí lo he hecho en otros blogs que también son (en parte) míos.

En concreto, he publicado en estos blogs estos artículos:

- En Doce Miradas, Ni putas ni sumisas.

- En Zinéfilaz, Mae West (1) y Mae West (2).

- En Calibre 38, Las maldiciones, El soborno, Escrito en negro

Como veis, no he estado ociosa. Disfrutad de los articulillos. Hasta pronto.

jueves, 25 de mayo de 2017

La vida debía de ser maravillosa

"Tenían una empleada que se encargaba de las labores del hogar. Woody pensaba que de esas cosas tendría que ocuparse su mujer, pero no podía hacer nada al respecto, porque era Annie la que tenía dinero y pagaba a la sirvienta.

Woody había leído en cierta ocasión que, sesenta o setenta años atrás, el parlamento británico había aprobado una ley que permitía a las mujeres casadas conservar sus bienes y su fortuna personal, pues con anterioridad estaban obligadas a dejarlo todo en manos de sus esposos.

A Woody aquella ley le parecía un error. La vida debía de ser maravillosa en los tiempos en que todo el dinero pertenecía a los hombres."



Ruth Rendell:
The girl next door, 2014
La traducción y la adaptación son mías

martes, 2 de mayo de 2017

Sonia Sotomayor: mujeres en las élites

Hola. En el blog de Doce Miradas he publicado un articulito sobre las excelsas señoras juezas del Tribunal Supremo de los Estados Unidos de América y me he centrado sobre todo en esta, la del título, en Sonia Sotomayor.

¿Por qué? Pues más que nada porque la señora Sotomayor en cierto momento pronunció una frase que, en mi opinión, resume toda la cuestión de los techos de cristal, las brechas de género y la ausencia de mujeres en los espacios donde se corta el bacalao.

Si os interesa, leedlo en Doce Miradas. Si no, también. 

viernes, 29 de julio de 2016

Doce miradas a la ciudad

El pasado 16 de junio participé, con mis compañeras de Doce Miradas, en la jornada "Ciudades y retos globales", organizada por la Cátedra Unesco, que se celebró en la Universidad de Deusto.

Como nos quedó una presentación muy chula, os pongo un enlace al blog de Doce Miradas para que le echéis un vistazo. A ver si os gusta.

viernes, 4 de marzo de 2016

Borgen

¿Ya te gustaban las series cuando no era cool que te gustaran las series?

¿Disfrutabas con UrgenciasSexo en Nueva York o Friends, aunque no lo habrías confesado en público ni bajo torturas? ¿La ficción televisiva ha formado parte desde siempre de tu colección de placeres culpables?

Pues me juego el cuello a que te va a gustar Borgen, porque es una serie como las de antes, de corte clásico, con unos poquitos escenarios (política, medios y hogar), que acaban haciéndose familiares, y situaciones repetitivas (desayunos en la cocina, ruedas de prensa, reuniones de gabinete…), historias claras, que no simplonas, sin vueltas de tuerca en el guión, sin filigranas narrativas, sin personajes extremos, con conspiraciones creíbles y  tramas de asuntos cotidianos (falta de tiempo, divorcio, conciliación familiar, las mujeres en los círculos del poder, la lealtad, el amor maduro…) y políticos (cuotas femeninas en empresas, intervenciones militares, reformas sanitarias, ecotasas…).

Sigue leyendo en Zinéfilaz.

martes, 16 de febrero de 2016

Ocho resistencias al lenguaje igualitario

Las recomendaciones para un lenguaje igualitario tienen ya cierta historia. Hace tiempo que empezaron a formularse. No me voy a remontar a lo primero que se publicó, sino a lo primero que yo leí sobre el asunto, que fue el Manual de estilo del lenguaje administrativo que en 1991 (¡1991!) publicó el antiguo Ministerio para las Administraciones Públicas de España.
El librito, muy recomendable y aplicable aún hoy en día, incluía a partir de su página 155 un capítulo titulado “Uso no sexista del lenguaje administrativo”, que, como os digo, fue la primera batería de recomendaciones de esta índole con la que me tropecé en mi vida.
Ha pasado mucho tiempo desde entonces. Han sido unos cuantos años en los que, entre otras cosas, me he dedicado a recopilar estas recomendaciones, a estudiarlas, a aplicarlas y a hacerlas aplicar. Comprenderéis, pues, que durante este tiempo he observado muchas reacciones, no todas amigables, y las he englobado en ocho apartados.
Puedes leerlas en Doce Miradas.

La fotografía es de Asun Martínez Ezketa

martes, 8 de diciembre de 2015

La maestra, la escuela y la esquinita

Este texto es mi aportación al periódico Karakorum que acompaña a la exposición del mismo título del fotógrafo Mikel Alonso. Así he tenido el enorme placer de contribuir al proyecto de Baltistán Fundazioa junto a mis compañeras de Doce Miradas. La exposición permanecerá hasta el 10 de enero en la  Sala Rekalde de Bilbao.


Escuela de Machulu. Karakorum. Mikel Alonso.

Cuando yo era niña, de mayor quería ser maestra, porque para mí en el mundo solo había dos tipos de mujeres: las madres (y quien dice madres, dice tías y abuelas) y las maestras.

Bueno, había un tercer tipo; estaban también las cantantes que veía en la tele, las que triunfaban en Eurovisión. Pero las cantantes pertenecían a otro mundo, al mundo de la pantalla y la ficción en general, donde se mezclaban con los libros y los tebeos,  las heroínas de Dickens y las películas de Tarzán.

Cuando me atrevía a soñar, decía que quería ser cantante. Cuando no, era plenamente consciente de que en mi mundo real, en mi barrio, solo podía ser madre o maestra.

Los hombres podían ser más cosas: podían ser obreros con buzo, carteros o alguaciles con uniforme, oficinistas con corbata… Pero las mujeres no; las mujeres solo podían ser madres o maestras.

Y yo enseguida elegí ser maestra.

¿Por qué? Porque las maestras olían rico, se vestían elegantes para ir a trabajar, tenían las manos blancas y lo más importante de todo:  sabían mucho, sabían muchísimo, y yo intuía, no sé cómo, pero lo intuía, que ese conocimiento las hacía más libres. Que ese sumergirse en los libros era como traspasar el espejo de Alicia y adentrarse en otros mundos mucho más luminosos que el nuestro, que el mío.

§ § § §

Mi escuelita estaba dividida en dos: el lado de los chicos y el lado de las chicas. Tenía dos puertas, dos aulas, dos maestras, dos pasillos, dos todo.

Al patio salíamos los niños y las niñas al mismo tiempo, juntos, pero nunca mezclados. Las niñas nunca jugábamos con los niños. Al menos yo no recuerdo haber jugado nunca con los niños. No recuerdo haber tenido nunca ningún amigo. Sí, recuerdo, en cambio, los nombres y los apellidos de los chicos que nos pegaban y nos tiraban piedras y balonazos.

§ § § §

Los chicos jugaban al fútbol en el centro del patio y las niñas nos quedábamos en las esquinitas. "¡Aparta, chavala!", nos gritaban cuando pisábamos su territorio.

Un día, tres chicos vinieron a ocupar también nuestra esquinita. Llegaron, se desplegaron, tomaron posiciones y, como no tenían balón, se pusieron a jugar al fútbol con una piedra. "¡Aparta, chavala!"

Aquella vez no me aparté. Un poco por cabezonería y otro poco porque ¿adónde querían que nos fuéramos, si nos expulsaban también de la esquina? ¿Qué teníamos que hacer? ¿Desvanecernos?

No me aparté y recibí una bonita pedrada en una ceja.

Sangré como un pollo, lloré como un becerro, la maestra acudió asustadísima y aquellos tres chavales se llevaron una regañina y un castigo. No volvieron a ocuparnos la esquinita.

Y yo aprendí que salirme con la mía tenía un precio. 

§ § § §

Mi escuela, pues, no era tan distinta de la de Karakorum. En ambas las niñas, de una manera u otra, aprendimos que nuestro lugar eran las esquinitas, los márgenes, los rincones; que había que ceder el centro a otros.

Eso tenemos en común las que fuimos niñas en mi barrio y las niñas de Karakorum; esas chiquitinas adorables  que ahogan la risa. Que miran, que se muestran, pero ya saben, porque alguien ya se lo ha dicho, porque es lo único que han visto siempre a su alrededor, que lo suyo no es mostrarse, no es figurar, que su puesto es la esquinita, que la suya va a ser siempre una imagen desdibujada al fondo de la fotografía. Que los primeros planos, los balones, las bicis, los centros y los cetros son para los chicos.


Las niñas de Karakorum lo saben. Pero también saben que de mayores serán maestras. Abandonarán la esquinita, subirán al estrado, tomarán la voz cantante y todo el mundo se dará cuenta de que saben mucho, muchísimo.

sábado, 12 de septiembre de 2015

Una suerte pequeña

Tabú

“Una suerte pequeña”, a pesar de ese titulo inofensivo, nos pone ante los ojos uno de los grandes tabúes de estos principios del siglo XXI: las madres que abandonan a sus hijos.

No lo hace al estilo del melodrama folletinesco; no se trata aquí de la prototípica madre sola y joven que deja a su retoño  en manos de una institución benéfica. No.Se trata de tener un hijo ya crecidito, largarse, no dejar rastro y no volver a aparecer. Abandonar para sobrevivir. Tener que elegir entre el bienestar de un hijo y el propio y elegir el propio. Hacer eso que se supone que no hacen las madres. He ahí el prejuicio destructivo y la raíz del tabú.

Es inevitable, con estas premisas narrativas, acordarse de “Las horas”. No tanto de la novela de  Michael Cunningham, que no he leído, como de la peli de Stephen Daldry, en la que Julianne Moore interpreta brillantemente a ese “monstruo” (sic; así la llaman en la película) que elige salvarse a costa de su familia. Y, aunque no me hubiera venido a la memoria, me lo habría recordado la propia Claudia Piñeiro, pues cita expresamente la novela en “Una suerte pequeña”.


Pero vuelven

Hace falta un nudo novelesco para construir una novela y, claro, las madres vuelven. La protagonista y narradora de “Una suerte pequeña”, como sucedía también en  “Las horas”, regresa a su ciudad y reencuentra lo que quería reencontrar y lo que no.

Este regreso trae consigo, como podéis suponer, una excesivísima carga emocional muy difícil de resolver literariamente sin caer en lo peor del melodrama. Con todo, Claudia Piñeiro sale triunfadora del trance, gracias a cierta contención y contundencia estilísticas y a una sólida estructura narrativa, a una buena arquitectura del relato.


La arquitectura del relato

“Una suerte pequeña” descansa sobre un puñadito de elementos, muy escogidos, que salpican todo el texto. El más gordo, el central, el que lo determina todo, es el de la maternidad y el abandono, ese tremendo tabú con el que he arrancado esta reseña.

Cuelga de este pilar central otro secundario, que es la propia madre de la narradora, quien sirve para explicar su relación con la maternidad. Y hay otros elementos menores, menos intensos, pero no menos eficaces. Uno de ellos es muy de mi gusto: la lengua, las lenguas, el inglés y el español en convivencia, en interferencia y en contraste, el discurso, el relato. Este elemento encaja en la novela porque la protagonista, argentina, es profesora de inglés para extranjeros en Boston.

Otro pilar de los que apuntalan el relato es algo a lo que nos tiene acostumbrados Piñeiro: la disección crítica de la “buena” sociedad bonaerense, la podredumbre de la clase media-alta,  la tontería de la apariencia y el consumo, la competitividad entre familias, hombres, mujeres y niños.
Piñeiro, como ya hizo en “Las viudas de los jueves”, dibuja un grupo social asfixiante, muy dado a juzgar a la gente ya sentada en el banquillo, porque saben que nunca estarán allí sentados.


¿Thriller?

“Una suerte pequeña” se publicita y se describe como thriller. Y empieza como thriller, con intriga, pero, a diferencia de lo que sucede en anteriores novelas de Piñeiro, no se trata de intriga policial, sino de otro tipo de intriga mucho más desgarradora: intriga familiar, íntima.

Piñeiro va poquito a poco adelantando un terrible suceso, nos va ofreciendo brochacitos, pinceladas. Va dejando miguitas de información para que las lectoras las recojamos y reconstruyamos la hogaza.
Piñeiro nos engaña. Como la buena literatura, su obra es engañosa: como digo, empieza con apariencias de thriller y luego se transforma en otra cosa, se convierte en relato muy íntimo, en primera persona, porque, como escribe lapropia Piñeiro, “el dolor solo se puede contar así”.


Hasta pronto

Leo que Claudia Piñeiro prepara la segunda entrega de “Betibú” porque se ha encariñado con los personajes (y quién no).

Ansiosa ya por leerlo, me pongo a buscar “Un comunista en calzoncillos”, que no he leído, y me despido hasta pronto. Hasta pronto, pues, Claudia. Va a ser un placer reencontrarnos.

Una suerte pequeña
Alfaguara 2015


Otras entradas en Boquitas Pintadas y en Doce Miradas sobre Claudia Piñeiro:


miércoles, 15 de julio de 2015

Ebrias de objetos

Cartel de entrada al penal de Rikers Island (theguardian.com) 

Vivir en América, consumir, aspirar a ser libre. Escapar por fin del yugo del matrimonio, de una familia en la que las niñas se reparten el trabajo duro, mientras sus hermanos varones se aburren y sueñan también con vivir en Occidente, donde las gentes, tras una orgía de compras, se tambalean, ebrias de objetos, a la salida de los centros comerciales.


Régis Jauffret:
La ballade de Rikers Island
Seuil 2014

La traducción y la adaptación son mías.

Otros artículos sobre Jauffret en Boquitas Pintadas:
Crimen real y crimen de ficción
Sévère
De nazismo y monstruos en Austria
La moral serpentea
Claustria
Cada vez menos minutos


miércoles, 17 de junio de 2015

Cuatro "res": resaca, reflexiones, regañina y recompensa


En Doce Miradas he publicado un artículito con ese título. Es un texto medio teórico medio poético sobre lo vivido en el segundo aniversario del blog (la foto es del evento de ese día) y varias cosillas más.

Pasaos por Doce Miradas a leerlo, a ver si os gusta. Besos.

viernes, 17 de abril de 2015

Daños y perjuicios (Damages) en Zinéfilaz

Glenn Close es Patty Hewes en "Daños y perjuicios" ("Damages")
 (todofondosdeseries.com)

En Zinéfilaz tienen mucha paciencia conmigo. Se supone que es un blog de cine y yo no hago más que publicar cosas sobre series de televisión. Esta vez le toca a “Daños y perjuicios” (en versión original "Damages") y aprovecho para repasar otras series de las que he escrito y de las que no: “Urgencias”, "House",  "House of Cards", "The Good Wife" o “The Newsroom”.

"Daños y perjuicios" me gusta bastante y por eso le he dedicado una entrada larguita en Zinéfilaz. Vayan a ustedes a leerla y luego me cuentan, por fa, qué opinan de la entrada y de la serie, claro, pues sospecho que no a todo el mundo le gusta como a mí.

Saludos primaverales.

viernes, 7 de junio de 2013

Thelma, Louise, Callie Khouri y yo





Quería escribir algo que no se hubiera visto nunca antes en el cine. Soy cinéfila y he crecido viendo papeles pasivos de mujeres que nunca conducían la historia porque nunca conducían los coches.

          Callie Khouri, guionista

Como veis, sin ninguna modestia me he colocado en el título, me he aupado hasta ahí y me he autonombrado protagonista porque quiero ver esta peli con mis ojos y a través de los de Khouri, contarla con mis palabras y ensuciarla con mis prejuicios, mis neuras, mis filias y mis fobias.

Así pues, quien espere rigor y objetividad en este articulito, que vaya a buscarlos a otro sitio.

Pero si, en cambio, te apetece leerlo, pásate por Zinéfilaz. Allá nos vemos.

miércoles, 5 de junio de 2013

martes, 28 de mayo de 2013

Acabamos de nacer

Acabamos de nacer como Doce Miradas.
¿Para qué? Para mirar de otra manera, para desprogramar, señalar con el dedo, pintarrajear los techos de cristal, reflexionar, aprender, coger el micrófono, dar pasos al frente, compartir, alzar la voz, investigar...
Todo eso lo vamos a hacer en www.docemiradas.net.

Sigan con atención nuestra pantalla.



lunes, 21 de febrero de 2011

Otras cuatro de Petra Delicado (1)

A la ensalada de lecturas de la que os hablé hace unas semanas me vais a añadir cuatro novelitas más de la serie de Petra Delicado: Muertos de papel (2000), Serpientes en el paraíso (2002), Un barco cargado de arroz (2004) y Nido vacío (2007). ¿Hace falta que diga de quién son estas novelas? ¿No lo sabéis de sobra? Bueno, lo digo por si acaso: de Alicia Giménez Bartlett.

En Muertos de papel, el asesinato de un periodista televisivo del cuore hace que la inspectora Delicado y el subinspector Garzón tengan que adentrarse en lo que la misma Petra llama el barrizal de la prensa rosa.

Mal empezamos. No me gusta nada, pero nada nada, este pimpampún acrítico, ese desprecio por el género rosa en casi todas sus variantes, que ya es lugar común y tiene mucho de prejuicio sexista.

Petra Delicado, como todos los seres humanos, tiene prejuicios; y como muchos seres humanos, tiene prejuicios contra la prensa rosa que la vida misma se encarga de deshacer, porque resulta que, de repente, la vida, a su alrededor, se le pone ñoña y empieza a parecerse a los boleros, a un folletín, a una telenovela: a su hermana, el marido médico la abandona por una enfermera joven y, ni corta ni mojigata, se dedica a contar su historia a quien quiera oírla (La intimidad es un cuento para que nos aguantemos solas nuestras penas), como en los talk shows, como las matronas romanas en los baños públicos, como han hecho siempre las mujeres en sus espacios.

He amenazado varias veces con hacerlo y puede que un día lo haga: empaparme bien sobre novela sentimental y dedicarme a reivindicar el género. ¿Por qué no? No están tan lejanos los días en que la novela negra era literatura menor, subliteratura, hasta que alguien quiso dignificarla. Pues alguien empezará algún día a dignificar la novela rosa, seguro. Lo que más me molesta es que no lo haremos las mujeres: mientras no lo reivindique un hombre, lo tendremos chungo.

Continuará

domingo, 21 de noviembre de 2010

Encuentro de bloggers de Getxo y alrededores

Prometí que parasitaría lo que otras y otros escribieran sobre este encuentro de influyentes blogueras y así lo haré.

Bueno, venga, va, también diré algo. Cuatro cosillas.

Una, que fue un placer escuchar a tanta chica lista. Primero a Estefanía Jimenez, Ederne Frontela y África Baeta. Luego, donde me tocó a mí participar, Lucía Martínez Odriozola hizo que nos sintiéramos todas a gusto y pudiéramos desbarrar un poquito, lo cual se agradece. Y esas todas fuimos Izaskun Bilbao, Cristina Juesas, Lorena Fernández, Nerea Gálvez, Raquel Franco y servidora de ustedes.

Dos; ésta es la parte para poneros verdes de envidia: Fernando Canales nos regaló tres esferificaciones: de azafrán, cardamomo y vainilla. Vedlas en la foto de Sonia Prieto.


Tres. No era mi intención ir de victimilla en cuanto a la discriminación de género. Si he dado esa impresión, es que lo he hecho fatal. Tengo demasiada mala hostia como para ser una pobre víctima. Además, creo firmemente que ya se ha pasado la época de las lamentaciones y hay que agarrar el poder por todas las agarraderas. Ahora bien, mientras la situación sea la que es y las cifras sigan cantando, las seguiré exponiendo, vaya que si las seguiré exponiendo, aunque a algunas orejitas no les guste oírlas, aunque sea más bonito vivir en la ilusión de que "ya hay igualdad".

Cuatro. Que fue todo un placer y que me apuntéis ya al encuentro del año que viene.

Y ahora os enlazo la crónica de Sonia Prieto, la de Nerea Gálvez, la de Julen Iturbe, la de Leyre Hualde, la de Maripuchi, la de Alexander Méndez, la de Izaskun Bilbao, la de Aulas y Cables, la del Creativity Zentrum, la de Josu Andoni, la de Marikeli, la de Arabarra y el trabajo ímprobo (no esperábamos menos) del lehendakari Agirregabiria.

Según vayan publicando cositas, las iré enlazando.

Technorati tags

viernes, 12 de noviembre de 2010

Getxo y blogs


Me llena de orgullo y satisfacción que mis amiguitas y amiguetes de Getxo me hayan incluido en ese grupito selecto de las blogueras más influyentes de Euskadi (¡oh my god, qué responsabilidad!), sobre todo porque me codeo con chicas estupendas; y no lo digo por decir: lo digo porque a la mayoría las leo, las conozco, les tengo cariño y admiración y de mayor quiero ser como ellas.

Nos pondremos de largo en el II Encuentro de Bloggers de Getxo (y alrededores). Os copio y pego el programa completo. A ver si os animáis.

II Encuentro de Bloggers de Getxo
sábado 20 de noviembre de 2010

11:00 Recepción y acreditaciones.

11:15 Bienvenida del Alcalde bloger de Getxo, Imanol Landa.

11:30 Presentación de las actividades pasadas y futuras de la Asociación Bloggers de Getxo y alrededores, a cargo de la Junta de GetxoBlog.

11:45 Panel de medios de comunicación con blogueras representantes de medios periodísticos con Estefanía Jiménez (bloguera en prensa), Ederne Frontela (bloguera en radio) y África Baeta (bloguera en televisión).

12:30 Mesa redonda y debate con las blogueras más influyentes de Euskadi que moderará Lucía Martínez Odriozola (una de ellas y socia de GetxoBlog). Las confirmadas son Izaskun Bilbao, Lorena Fernández, Raquel Franco, Nerea Gálvez, Cristina Juesas, Idoia Mendia, Silvia Muriel y Noemí Pastor.

14:00 Cierre por Fernando Canales, del restaurante Etxanobe, que nos deleitará con su palabra y con una sorpresa culinaria para cada asistente. También se repartirá algún recuerdo de Getxo y recordará la próxima Cita GetxoBlog.

14:15 Foto oficial de BLOGERs de GETXO en el Puente Colgante.

14:30 Comida de hermandad: Glass de las Arenas, calle Mayor 33, 48930, Las Arenas/Getxo

16:30 Para aquellos que han participado en la comida: Viaje opcional y gratuito en barco hasta el Museo Marítimo de Bilbao, incluyendo la entrada al Museo.

Inscripciones en http://www.eventbis.com/evento/cartel/50 o en http://www.facebook.com/GetxoBlog

lunes, 8 de noviembre de 2010

Y así más fuerte poder cantar

El otro día fui al cine (estoy de enhorabuena: me han puesto unos Golem al lado de casita) a ver La red social, ya sabéis, la peli sobre los creadores del féisbuq, escribí una cosita y la he publicado en Zinéfilaz.

Pasaos por allí si os apetece leerlo.

Y no querría irme sin dedicar un pequeño homenaje a Roberto Carlos, el hombre que ya habrá cumplido su sueño de tener un millón de amigos.



domingo, 1 de agosto de 2010

B-NY-B (4): La famiglia

Decíamos ayer que B-NY-B sólo tocaba lo universal y lo muy local y qué más local, privado y cercano que la familia. Sale mucho la familia en esta novela. No sólo la del autor-personaje, sino también la de otros personajes tan reales como él.

Sale, por ejemplo, desde el principio, con el pintor Aurelio Arteta (1). Tras el bombardeo de Gernika le encargaron pintar un cuadro que diera al mundo noticia de la matanza, pero Arteta lo rechazó porque prefirió reunirse con su familia, que estaba exiliada en México. Uribe se admira de tal decisión, de cómo Arteta antepuso la gente que quería a la creación, quizás a la gloria artísitica, y se pregunta si él mismo sería capaz de hacerlo, con un androcentrismo atroz que no advierte que eso mismo que hizo Arteta es algo que han hecho y hacen millones de mujeres todos los días: anteponer su familia, principalmente sus hijos, pero también sus padres, esposos, hermanos, suegros, a todo, a absolutamente todo, lo demás, a la vida laboral, la vida social, la vida intelectual, la vida.

Si esa decisión que tomó Arteta la hubiera tomado una pintora, Uribe ni se molestaría en mencionarlo. Pero, claro, a una pintora no le habrían hecho el encargo que luego fue a parar a manos de Pablo Picasso.

La familia, como digo, es importante en B-NY-B. En el comienzo Uribe nos adelanta que va a dedicar más atención a su familia paterna, a los Uribe, a pesar de que no sabe demasiado de ellos, porque su padre no contaba gran cosa de los suyos. Sin embargo, de su familia materna sabe montones de historias y anécdotas y nos señala con cierta sorpresa tal desequilibrio.

Uribe, hijo, no te sorprendas tanto, que eso pasa en todas las familias: todos conocemos mejor a nuestra familia materna que a la paterna, todos tenemos más relación con nuestros abuelos, tíos y primos por parte de madre que por parte de padre, porque las familias las crean las mujeres, son ellas las que se molestan y se preocupan por mantener los lazos, por transmitir el conocimiento familiar. En la novela sucede lo mismo: los hombres "cometen las hazañas", pero las mujeres ligan las salsas en las que se cuecen y esas mujeres no son sólo las más cercanas, sino que también abren paso a las de la familia extensa: tías, primas e incluso vecinas.

Porque el sentido de la familia de Uribe es amplio (más que de familia, se trata de un clan, o incluso una tribu, ya que también están ahí las vecinas) y heterodoxo: son familias que ni siquiera necesitan vínculos de sangre, que ni siquiera necesitan ser familia. En varios comentarios sobre la novela he leído que B-NY-B cuenta la historia de tres generaciones. Pues no, no son tres generaciones. Son cuatro, porque también forma parte de la historia, y es una parte muy importante, el hijo de Uribe, que, como dice en el poema final, nació con trece años.

(1) En la foto os he puesto "El puente de Burceña", un cuadro de Arteta que me gusta mucho y está, cómo no, en el Museo de Bellas Artes de Bilbao.

Technorati tags

domingo, 27 de junio de 2010