Páginas

sábado, 2 de octubre de 2010

Ené, qué risas hisimos (2)

Vino luego una mesa redonda (La literatura de humor, ¿un género menor?) moderada por Juan Bas, director del festival, con Fernando Iwasaki y Rafael Reig (la foto la he sacado de su blog). Así transcurrió más o menos su charla.

Fernando Iwasaki. Yo prefiero el humor en la literatura que la literatura de humor, que siempre se queda alicorta.

Rafael Reig. El humor es lo contrario de la compasión: ve las cosas desde fuera y la compasión las ve desde dentro.

Juan Bas. Pero el humor también tiene algo de piadoso.

RR. No creo que la literatura de humor sea un género menor porque no creo que existan los géneros menores. Funciona aquí un prejuicio católico: leer algo que no cuesta esfuerzo y produce placer, no tiene mérito, no puede ser bueno y por fuerza tiene que ser pecado.

FI. El humor cruel no triunfa en la Europa central ni nórdica; sí, en cambio, en España y en Sudamérica.

RR. El desprecio por el humor comienza cuando la "alta" cultura se despega de la cultura popular. Cervantes y Quevedo todavía eran populacheros, escatológicos y carnavaleros.

FI. Son libros muy divertidos Verano de J.M. Coetzee, Historias de cronopios y de famas de Julio Cortázar, Los relámpagos de agosto de Jorge Ibargüengoitia y El Conde de Abraños de de José Maria Eça de Queiroz.

RR. Yo encuentro divertidas muchas novelas del XIX. Por ejemplo, todo Dickens y Fortunata y Jacinta de Galdós. También me gusta Jardiel Poncela.

JB. Yo me quedo con la serie de Bustos Domecq, de Borges y Bioy Casares.

¿Y ustedes, señoras y señores lectores? ¿Con qué libro se han reído? O, si lo prefieren, ¿con cuál han llorado?

Technorati tags





35 comentarios:

  1. Dickens y Galdós, divertidos. Me reservo la opinión, compa Noe, que aún estoy medio dormido (debe ser por eso que no es nada amable...). Libros con los que me he reído; buf, me cuesta hacer memoria (o será, me temo, que leo demasiado poco). La conjura de los necios, de Kennedy Toole; o En la carretera, de Jack Kerouac. Eso sí, los dos los leí hace la pila de años. También me hizo gracia La hoguera de las vanidades, de Tom Wolfe. Y libros con los que haya llorado; pues no recuerdo ninguno, la verdad. O sí, La carretera, de Córmac McCarthy (y éste sí lo leí hace muy poquito). Tremendo, desolador....

    Un fuerte abrazo y buen fin de semana.

    ResponderEliminar
  2. Mis risas han tenido que ver con el primer Bryce Echenique: Un mundo para Julius, por ejemplo.

    ResponderEliminar
  3. Yo sonrío siempre con Julian Barnes
    Besitos

    ResponderEliminar
  4. Últimamente me he divertido mucho con "El laberinto de las aceitunas" de Eduardo Mendoza. Y yo diría que la cosa fue a maś con "Noticia bomba" de Evelyn Waugh. Pero me he tronchado de verdad con "Tres hombres en una barca" de Jerome k. Jerome. Con este libro estallé en carcajas en mitad de una competición de ajedrez. Yo no jugaba, claro, sino mis hijos. Yo, aprovechando el reconcentrado silencio, leía...y me iba riendo para mi mismo más o menos comedidamente hasta que en alguna parte la risa se saltó todos los controles. Cuando tod@s se giraron hacia mí con cara de "qué falta de respeto" fue peor.

    ResponderEliminar
  5. Pues no suelo reir leyendo, como mucho sonrío puntualmente en muchos. Quizás, con Wilt de Tom Sharpe...

    Un beso.

    ResponderEliminar
  6. Lo que se dice haser risas, lamentablemente, confieso que con ninguno. Ni siquiera con Eduardo Mendoza que es el escritor con el que por lo visto, se ríen todos. Tengo que decir que libros suyos como La aventura del tocador de señoras, me puso muy nerviosa por sus evidentes e infructuosos intentos de ser gracioso. (Bueno, supongo que cada uno tiene su humor). Leyendo, mi máximo logro ha sido esbozar alguna sonrisilla. Pero tomaré buena nota de lo que comentéis aquí, a ver si me paso a la carcajada. Y llorar, yo también, que recuerde, con La carretera de Cormac McCarthy.

    * Acabo de recordar que me reí con algunos pasajes de El Maestro y Margarita, de Bulgakov.

    ResponderEliminar
  7. No voy a ser muy original pero Mendoza, Sharpe y Waugh son los primeros que me vienen a la mente. Wilde, desde luego. Bueno y Paty Difusa.

    ResponderEliminar
  8. MANUEL, yo también me reí con "La conjura de los necios". Galdós tiene su puntito, no creas. Yo le recuerdo alguna frase hiriente y simpática. A Dickens tendría que releerlo. Besos.

    ResponderEliminar
  9. JULEn, sí, Bryce tenía su gracia. También en sus historias de París con Octavia de Cádiz y demás. Sus Antimemorias también sabían frescas y ácidas.

    ResponderEliminar
  10. MITA, al señor Barnes no lo he catado. Habrá que ponerle remedio. Gutes Wochenende.

    ResponderEliminar
  11. SRO, Mendoza y Waugh son diveertidos, sí. A Jerome tampoco lo he probado, pero, por lo que cuentas, me va a apetecer.

    ResponderEliminar
  12. LAURA, claro, todas y todos los profes nos hemos reído con Wilt, cómo no. Y qué a gusto.

    ResponderEliminar
  13. VIR, probaré a Bulgakov para reírme. Recuerdo haber echado la lagrimita con el final de "Jane Eyre" y no en mi tierna adolescencia, no te creas, sino más madurita.

    ResponderEliminar
  14. Noe, no sabes lo que te pierdes!!
    Estoy segura de que te encantará. Lo primero que leí de él fue Metrolandia, después la Historia del mundo en diez capítulos y medio

    El que me gustó mucho fue : Amor, etc.

    De verdad que vale la pena mirar con calma:

    http://en.wikipedia.org/wiki/Julian_Barnes

    http://es.wikipedia.org/wiki/Julian_Barnes

    Besitos, me voy a Madrid esta tarde.

    ResponderEliminar
  15. Pero creo que el libro más divertido que he leído es

    Pnin de Nabokov
    Musu mordoa

    ResponderEliminar
  16. UNO, corasón, yo tampoco soy original; más o menos me he reído con los mismos que todo el mundo.

    ResponderEliminar
  17. MITA, Vielen Dank. Me apetece reírme, así que te haré caso. Se me ha olvidado cómo se dice: Gutes Flug? Gutes Fliegen?

    ResponderEliminar
  18. Recuerdo no poder contener la risa con El novio del mundo de Felipe Benítez Reyes, me pareció un libro estupendo.
    Lloré y me empocioné con El Desencuentro de Fernando Schwartz, hace bastantes años.
    Uno de los que tengo ahora entre manos es La elegancia del Erizo que tambien promete risas, a ver que tal.

    Un abrazo Noemí y suerte con Zinefilaz.

    ResponderEliminar
  19. Hola, Evita, maja. Benítez Reyes estuvo en el festival de Bilbao, pero me lo perdí. Yo también te deseo suerte en todo y muchas risas.

    ResponderEliminar
  20. Pues por ejemplo yo me he reído mucho con libros de Woody Allen y Groucho Marx.

    Saludos

    ResponderEliminar
  21. Yo tampoco soy original, Mendoza, por ejemplo, y La conjura de los necios. Pero no reír a carcajadas, sino sonreir. Eso sí, siempre me acordaré a mis catorce años riendo como una loca con la sal gorda de la primera parte del Quijote.

    ResponderEliminar
  22. ostias!, Peke, es verdad: uno se esfuerza en listar autores ingleses y se olvida de su Quijote, el primer libro de humor y seguramente el más grande. Un cachondeo contínuo y tiene pasajes de sobra para troncharse. Yo también me reí a gusto con esos pasajes.

    ResponderEliminar
  23. MOEBIUS, es verdad, yo me reí mucho con "Cómo acabar acabar de una vez por todas con la ". Además, el título me encanta.

    ResponderEliminar
  24. Peke, yo El Quijote sólo he llegado a apreciarlo de adulta. La última vez que lo releí (a cachitos) lo encontré televisivo, con un ritmo como de teleserie. ¿Estoy bien de la cabeza?

    ResponderEliminar
  25. SRO, bueno, ya que estamos, la novela picaresca también tiene su sal gruesa: El Buscón, el Lazarillo, el Guzmán de Alfarache tienen pasajes de incorrección política total.

    ResponderEliminar
  26. Muchos, la verdad me han hecho reir:
    -La conjura de los necios
    -Eduardo Mendoza (El laberinto... Memorias de Pomponio Flato,...)
    -Evelyn Waugh (noticia bomba, merienda de negros)
    hasta aquí coincidencias.
    Además, me he reido con cosas de Vázquez Montalbán y con "El gran cambiazo" de Roald Dhal que me acuerde.

    saludos

    ResponderEliminar
  27. pues sí: claro que tienen su sal gorda y su pimienta también. A ver si me leo de una vez el Guzmán de Alfarache. Le tengo ganas. Leí en algún sitio que fue un best seller de la época. mucho más leido que el Quijote. No sé con qué me voy a encontrar. Y debe de ser largo. Voy a necesitar muchas clases de ajedrez.

    ResponderEliminar
  28. José, tienes razón, nos faltaba Dahl. Sus memorias son muy tiernas y sus relatos cortos, muy british y crueles.

    ResponderEliminar
  29. SRO, pues creo que más largo todavía es el Periquillo Sarniento. Por si le coges el gustillo y quieres seguir.

    ResponderEliminar
  30. Mi risa delante de un libro empezó con Mortadelo y Filemón y le siguió la colección de "El pequeño Nicolás"... me tragué todos y me encantaría volverlos a leer: el pequeño Nicolás, las vacaciones del pequeño Nicolas, etc. MXK

    ResponderEliminar
  31. Iratxe, bueno, con tebeos es más fácil reírse. Yo también les debo muy buenos ratos a Mortadelo, a Filemón, a Astérix y a Obélix. A mí de pequeña me daba más por las lecturas de llorar, como "Corazón", de Edmundo d'Amicis, "Mujercitas" (qué disgusto cuando Jo se cortó el pelo) y demás.

    ResponderEliminar
  32. De los ya comentados: Mendoza (Sin noticias de Gurb) y Jorge Ibargüengoitia (Dos crímenes).
    Algún relato patagómnico de Luís Sepúlveda.
    La dulce envenenadora de Arto Paasilinna…
    Diálogos entre los dos protagonistas de los libros de Domingo Villar (Ojos de agua y La playa de los ahogados), sobre el carácter de los gallegos…

    Ya me siento mucho mejor después de reflexionar un rato y recordar esos momentos de risas literarias; algunas en trayectos de tren rodeada de gente…

    Tomo nota de algunos de los que se mencionan en los comentarios.

    Biquiños

    ResponderEliminar
  33. Lu, podemos reservar una estantería de casa a libros de risa, para cogerlos en ratos malos.

    ResponderEliminar
  34. Me voy a repetir, pero:

    Sin noticias de Gurb, El Laberinto de las aceitunas y El Misterio de la Cripta Embrujada, por supuesto.

    Groucho y yo.

    El vizconde de mediado y El Caballero Inexistente. Ítalo Calvino.

    Jardiel Poncela y Mihura en general.

    Yo sí que encuentro divertidos a Galdós y a Dickens, y sí que tienen partes abiertamente humorísticas en sus obras, aunque en su conjunto sean obras con otra intención.

    Ah y (a ratos) Tristram Shandy de Laurence Sterne.

    ResponderEliminar
  35. LOQUEMEAHORRO, yo me pasé la infancia con Jardiel Poncela y, si no llegué a reírme, al menos me entretuve mucho.
    Buen repertorio de risas el tuyo, sí señora.

    ResponderEliminar