Para compensar, anochece también tarde; y despacio, así que el cielo tiene tiempo de probarse varios tonos de azules y grises hasta decidirse por el negro. Yo creo que lo hace para que la gente pueda salir de sus casas poquito a poquito, sin agobios, sin aglomeraciones, con calma, que tenemos toda la noche por delante.
Le cuesta a Cazalla animarse de noche. Al final se anima, pero qué largo se hace hasta que empiezan a florecer las terrazas en las calles. Y no digamos hasta que abren las cocinas y puede una tomarse un bocao.
Lo mismo sucede en los pueblos de los alrededores. A las ocho de la tarde-noche todavía están desiertos y los tiovivos de las ferias, parados, esperando a que lleguen las criaturas con sus moneditas.
Una alternativa tranquila y fresquita es meterse en una iglesia y estudiar las vírgenes, que es un campo que tengo poco trabajado, en comparación con el de los santos.
Technorati tags Cazalla de la Sierra
Me encantaria acompañarte en ese estudio virginal, ya lo sabes...
ResponderEliminarMe pido segundo acompañante. Considera en mi curriculum que soy ex bebedor de Chinchón dulce.
ResponderEliminarMis queridos chicos: si no fuera yo tan vaga y si estos aires sureños no me dieran más galbana todavía, tendría ya para un tratado de vírgenes sevillanas, por todo el rato que paso en iglesias, ermitas, cartujas y similares. Más que en bares y restaurantes, que ya es decir. Y hoy he visto a una señora bebiendo auténtico aguardiente de Cazalla. Con hielo. Y antes de comer.
ResponderEliminarY yo me pregunto, ¿Nuestra Señora del Monte lleva, junto a su pecho izquierdo, un Niño Jesús levitante o es un extravagate camafeo mariano?.
ResponderEliminarUn placer, señora.
Si hay sitio, a mí me van mucho más las vírgenes que los santos, y si son en un sitio fresquito...
ResponderEliminarBesos de vuelta.
CARUANO, lleva un niño enjoyado y coronado. Lo que tiene que pesar eso.
ResponderEliminarESCALONES, pues te advierto que los santos y las santas tienen mucha literatura detrás. Y cinematografía también.
Qué suerte entre aromas de anís, de eau de porc y del incienso de las iglesias.
ResponderEliminarTodo un canto al sentido del olfato.
Y por las mañanas, tempranito, huele a algo que, como soy de asfalto, no sé precisar: a tierra, a hierba, a árbol, no sé.
ResponderEliminar